Diario 16. 21-6-1977

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Martes 2í-junio 77/DIARI016

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Una Administración demoarática , Entre los mucíios: problemas que deben sej:\abordacios de inmediato se habla especialmente estos días de la reforma "administrativa. Con más o menos fundamento la prensa d a cuenta de planes de supresión y creación de Ministerios y, en ocasiones,: más bien parece que se trata d e adaptar las estructuras administrativas a l a medida de los aspirantes. Se intenta "colocar" a los ministrables preparándoles tm Departamento "ad h ó c " como quien hace iin traje a medida. ' Es o b v ^ la íiecesidad de una reforma de la Administración, lina nueva política requiere para ser efectiva un nuevo aparato administrativo y nada sería m á s inútil que intentar hacer realidad ios deseos de cambio expresados p o r los españoles en las urnas empleando el sistema burocrático del franquismo modelado durante cuarenta años a imagen del autoritarismo que inspiraba al r é gimen. E s cierto que, sobré lodo en el ultimo decenio, la Administración se profesionalizó y íecniiicó gracias a la aportación de nuevas generaciones de funcionarios que llegaron a ios Ministerios en base a su competencia y no como pago a servicios prestados á la dictadui-a. Pero ni así pudo la Administración librarse del rígido corsé que la oprimía. i Pero seiía un eri-or inmaginarse que la reforma de la Admiliistración puede-limitarse a quitar o poner Ministerios. L o más importante consiste en desfranqüízar la Administración-poniéndola a! servicia de los intereses generales, al servicio del pueblo. Hasta ahora la Administración había sido colonizada por las oligarquías a las que servía el sistema a través de ciertos elitistas cuerpos especiales, que habían hecho de eÜa un feudo. L a consecuencia h a sido lá coiTupción generalizada a todos *Iosm"veles y aceptada como algo natural e inevitable. Peuede que sea injusto afirmar que la Administración necesita ser renovada desde la raíz, pues hay muchos materiales, especialmente los humanos, que n o sólo son plenamente válidos, sino que están deseando apoitar su esfuerzo a una Administración nueva y democrática liberada de la costra del franquismo. Pero lo cierto es que la reforma de la Administración há de ser en profundidad y por eso no puede quedar reducida a cambiar la tradicional lista de los departamentos ministeriales. Tanta importancia como este tema que ahora preocupa tanto tiene el de hacer imposible la corrupción, : Por lo que hace al número y nombje d e los departamentos ministeriales, quizá no convendría sustituir la rígida enumeración de Ministerios que establece la ley de Régimen Jurídico de la Adminisljación, que sólo por ley pueden ser alteradas, por otra relación no menos rígida que puede quedarse vieja en poco tiem,po. En otros países cada nuevo presidente del Gobierno dispone de facultades para alterar la denominación, número y competencias de ios Departamentos, con excepción de los grandes Ministerios que, lógicamente, no cambian. En este sentido podría ser también muy positiva la introducción del cargo de secretario de Estado, bastante más que'nuestros subsecretarios, pues llega incluso a asistir a los Consejos de Ministros, pero supeditado a un ministro bajo el que actúa con amplia autonomía.

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La demagogia cara y la lección del profesor

La campaña se ha desarrollado, en lín,eás geseraíes, eii .términos correctos, jieró, en oeasionés, con brotes de d^inagogia que;,eonyradría haber eliminado. lío sé. bien-por qué "demagogia"' suele hacerse acompañar dé "barata". Quizá porque no cueste nada hacerla,; darle a k lengua. Pero, si se tuviera en,cueata no su formulación, sino su posible aplica-: eión o pKesía en práctica, deberísmos hablar más bien de demagogia "cara" que de demagogia barata. Esta dianagogia, a lo largo de la eamqpañá, ,se ha centrado, principalm^te,- « i las siguientes áreas: el retorno de los emigrados, las pensiones dé los jabilados, la educación gratuita y la refoi-ma fiscal, /hayamos por partes. Sobre los emigradas se está haciendo una prosa temui-ista, que causaría la envidi» de los autores de seriales radiofómeos- '¡Pobres emigrantes que tienen que abandonar el terruño e irse a un país extraño sin conocer la lengua! Bueno. Por de pronto habría que ver sí, en igualdad de eondieiones eeónómieas, la vida es más agradable en Vitigudino, pongamos por caso, que en Frankfurt o en La Haya. A lo mejor resulta que la éosa no es tan dramática y que, si les preguntarán a los emigrantes, eligí- . rían Frankfurt Pero, aparte de eso, conviene tener en cuenta lo que constituye el dato fundamental def problema: los países receptores ofrecen a los extranjeros condiciones de trabajo superiores a las de su propio laís <todo incluido), Y, mientras esto ocurra, la emigración es inevitable. No parece que fiaya más que dos

• Lais G. San Miguel modos de cortaria.(me refiero, cla- , -.íCon la enseñanza gratuita, ocurre ro está, a modos económicos y no algo; semejante: dar enseñanza a poljciales: cerrando la f r o n t e r a , Jtodoiel mundo y a todos los niveles como oeiUTe en los países eomu-- supor^ una enorme inversión en mstas, se acaba la emigraci&i): edificiois, salarios de los profesoque los países receptores dejen de res, bibliotecas, etcétera. Y no se ofrecer puestos de trabajo o bien ye daro de dónde pueden salir tanque los países, de origen ofrezcan im millones. A menos, insisto en eondieiones similares a las que los ello,, que se s-aquen de otros renemigrantes encuentran en el ©x- glones del presupuesto. íranJK*Oi Mientras esto no oeuri-a, -• e t e o está que si Heva a cabo seguirá habiendo emigración y, por supuesto, será bueno que la baya. la necesaria reíorma fiscal, el EsY si no que se lo pregunten a los tado dispondrá de muchos miEointeresados, que se marchan ftiasi- nes más. Pero yo no sé si serían vamente porque, todo incluido, su bastantes para sufragar las prosituación es mejor fuera que dentro. mesas de los partidos. Aparte, claro está, de que ImE. reforma fiscal Por consiguiente, para acabar con seria no es fácil de hacer. Lleva la emigración nuestros flamantes su tiempo y 'iene sus fallos. Creo partidos íy ao ms refiero sólo a que hay un cierto "luiscandelismo" los de izquierdas porque los de en bastantes políticos; quitemos el derechas hacen parecidas promedinero a los ricas para dárselo a sas) deberían ser capaces de crear los pobres, Á lo mejor resulta que vai'ios millones de puestos de tra- lo que sacamos por ese procedibajo en condiciones semejantes a miento no es tanto como suponemoü. las que se dan en Alemania e en Éolanda. Y esto no parece fácil. Si a las dificultades de la refor• Sé ha 'ofrecido también una pen- ma fiscal añadimo.s las que se desión para los ancianos semejante rivan a una crisis económica que, al salario que perciben los traba- a lo que parece tardaremos vai'ios jadores en activo. Bueno. Yo no he años en superar, concluiremos que echado cuentas, pero imagino que las. anteriores reivindicaciones, por eso iba a costar luia considerable muy justas que sean, no pueden partida de miUoiies, Quizá valiera alcanzarse de la noche a la mala pena, pese a todo, ofrecer esas ñana. Podemos avanzar en esa dipensiones, p u e s, ciertamente, ia rección, pero tardaremos en llegar medida es justa. Pero para hacerlo a la meta. Por ello debemos a^ahabría que reducir automáticamen- decerle ai profesor Tiei-no que, en te las inversiones en otras áreas su última aparición televisiva, no. (transportes, enseñanza, dotación haya sucumbido a la fácil tentade las Fuerzas Armadas, etc.). Y, ción de la demagogia cara, introclaro está, habría que decirlo cla- duciendo una nota de sensatez en ramente. Habría que decir que los una campaña, a .veces, bastante jubilados iban a cobrar- más, pero desmadrada, y teniendo el valor de las carreteras, pongamos por caso, anunciar los sacrificios que nos, esperan. iban a tener más baches.

Las Fuerzas Armadas y la futura Constitución

La concepeión t-radicionaO. del Ejército como un estamento puramente profesional entraña el -riesgo de coBvei-tjrlo en una casta dentro de la eoeiedad, y con. el servicio militiar volmitario, fomentando esta id.ea, se puede llegar . a la creación de auténticas unidades de mercenai'ios,

Pero se. plantea un problema En nuestra patria, al hacer crisis la coneéíjeión totalitaria del que es preciso abordar con sereEstado y ser deseo de la inmen- nidad y firmeza, puesto que puesa mayoría de los esijañoles' el de ser la clave del futuro polícamino hacia la. democracia, se tico del país en loe próximos años. h a c e imprescindible que unas Me estoy refiriendo al apartado Fuerzas Armadas totalmente adap- ús la Constitución en el que se tadas ai sistema anterior se ar- definan Its conceptos de Defensa. monicen funcional e ideológica- .Nacional, Fuerzas Armadas y mimente a .los nuevos esquemas por siones de ls& niismas. La concepción opueista entien- los que la colectividad nacional El gran desconocido que para de que las Fuerzas Armadas son busca plantear m futuro. los.partidos políticos lia sido el el pueblo en armas, como expoLa reforma militar a la que Ejército .ha heelio que el tema, nente én tiempo fie paz de lo que asistimos actualmente es & serio aunque de la preocupación de todebe constituir la defensa na- intento de adecuación del esta- dos éHos, haya sido tratado con cional en caso de necesidad: de- mento mMitar a la nueva situa- presupuestos que reflejan en la fensa a ultranza de la soberanía ción, aimqúe. por las. circunstan- mayoría de los casos, ese descor nacional: ante un ataque exte- cias especialmente difíciles que el nocimiento. Los: sectores, qije han rior, encarnada por toda la co- . tema presenta si^s resultados es- contado, por el contrario, éon polectividad. sibilidades- de- contacto' b'abitual tén todavía por ver.

© Biblioteca Nacional de España

can militares inquietos por el íu- camjK). Y ante estos hechas, ¿qué tm'O de la Institución han sidO: alternativa puede pi-esentar la .haslos que en cierto modo han des- ta ahora genéricamente denomiarrollado estudios inás profundos nada oposición democrática? ¿O sobre el tema. Este sería el ea-so acaso aquí también va a proporde Iras antiguos "Godsos", que cionar al Gobierno la baza de hicieron posible incluso el progra- su propia división? ma del entonces" c e n t r i s t a " señor EYaga.' Aún hoy se especula La primera batalla, y tal vez con que el tema militar esté sien- la inás importante, se planteará, do tratado por alguno de ellos como ya hemos dicho, en los prinde a r a a las nuevas Cortes Cons- cipios^ filosóficos que informen la tituyentes. nueva Constitución en lo refe"Qué-duda cabe que el ganador rente a la Defensa Nacional y a de las elecciones, e¡ Gobierno, que laá misiones de las Fuerzas Ar^ presenta en esa miscelánea que madas. Creo que tema tan trasse llama Unión de Centro Demo- cendental no puede dejar de plan'crático,: cuenta con medios y espe- tearse con unos presupueste^ cocialistas suficientes conio para •niunes por todos los partidos deOfrecer todo un programa en ese mocráticos.


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