DIÁBOLOMAGAZINE #10/2020 Balak • Sanlaville • Vivès Resumen del álbum Richard regresa para hacer un último viaje al Valle de los Reyes para enfrentar a un enemigo íntimo: el primer hombre que cruzó la frontera de Éter. El pasado y el presente, la vida y la muerte, el orden y el caos se mezclan para un final apocalíptico cuyo desenlace nadie puede predecir. Solo una cosa es segura: “Pobre de aquel que se aparta del cálido aliento de la Reina Iguana…”
12 colección completa:
LAST MAN 12 de Vivès, Sanlaville y Balak
La saga fantástica más apasionante de los últimos tiempos llega a su fin
SOLO SON DÉJÀ VUS A LA CARTA Una grieta espaciotemporal, un cocodrilo en una zapatería, un rotulista de talleres mecánicos, reflexiones sobre el amor, consideraciones sobre cagar, educación vial con aleluyas en verso, un concierto de las Vulpess, los dilemas de un coleccionista compulsivo de cómics y mucho más. Este nuevo libro de Mauro Entrialgo, recopila en edición de lujo todas las historietas realizadas por el autor entre 1988 y 2004 , todas ellas inencontrables hoy en día.
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¡ÚLTIMO NÚMERO! Resumen del álbum
Richard regresa para hacer un último viaje al Valle de los Reyes para enfrentar a un enemigo íntimo: el primer hombre que cruzó la frontera de Éter. El pasado y el presente, la vida y la muerte, el orden y el caos se mezclan para un final apocalíptico cuyo desenlace nadie puede predecir. Solo una cosa es segura: “Pobre de aquel que se aparta del cálido aliento de la Reina Iguana…”
Richard regresa para hacer un último viaje
12
12
al Valle de los Reyes para enfrentar a un colección completa:
enemigo íntimo: el primer hombre que cruzó la frontera de Éter. El pasado y el presente, la vida y la muerte, el orden y el caos se mezclan para un final apocalíptico cuyo desenlace nadie puede DIÁBOLO Ediciones
predecir. Solo una cosa es segura: “Pobre de aquel que se aparta del cálido aliento de la Reina Iguana…” Premiada en Angouleme, LastMan se ha convertido en todo un fenómeno multimedia: videojuego, serie de animación…aparte de estar recibiendo un gran reconocimiento en múltiples festivales. Sin duda, una de las mejores series realizadas en Europa en LASTMAN TOMO 12 (de 12) Vivés, Sanlaville y Balak Rústica con sobrecubierta. 15x21. Color y blanco y negro. 2 páginas con pegatinas. 224 páginas ISBN: 978-84-18320-11-8 Precio: 14,95 euros Disponible a partir del 22 de octubre
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los últimos años.
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UN HOMBRE PARA CUALQUIER OCASIÓN Se conocen muchos episodios de la turbulenta vida de Álvaro de Roa, pero ya no está tan claro cuáles son ciertos y cuales pura invención. Se da por cierto que estuvo implicado en la Conjuración de Venecia, para hacerse con el poder en la Serenísima. Hay pruebas de que comandó tropas para Wallenstein, las hay también de su presencia en las guerras de Inglaterra entre el Parlamento y el rey. Consta, además, que trabajó para el servicio secreto de España, pero en esas labores ya resulta más complejo saber, qué es realidad y qué cortina de humo. Entre las pocas certezas que hay sobre Álvaro de Roa, figura en vanguardia la de su amistad entrañable con don Francisco de Quevedo y su fidelidad para con él cuando éste cayó en desgracia y sufrió prisión en San Marcos de León. Juan de Blas ha creado, en el militar y espía Álvaro de Roa, un digno acompañante para quién fuera genio de las letras y maestro de espías, Francisco de Quevedo. Tras Soportal de los malos pensamientos y Al fondo Eger, Un hombre para cualquier ocasión culmina y finaliza la trilogía que el autor gijonés hizo protagonizar a ambos. UN HOMBRE PARA CUALQUIER OCASIÓN Juan Antonio de Blas Cartoné. 15x21. 270 páginas ISBN: 978-84-121266-1-7 Precio: 18,95 euros Disponible a partir del 22 de octubre
También disponible en la Colección aventura histórica de Diábolo novelas:
• La Pimpinela escarlata (Baronesa Orczy) • Soportal de los malos pensamientos (Juan Antonio de Blas) • Al fondo, Eger (Juan Antonio de Blas)
La apasionante vida de Álvaro de Roa
D
esde hace ya unos años, algunos buenos culti-
repercusión quedo pendiente de publicar la tercera
vadores de la novela histórica y de aventuras,
entrega de las aventuras de Álvaro de Roa y Que-
han poblado nuestro siglo XVII de fascinantes aven-
vedo, que llevaba por título Un hombre para cual-
tureros de ficción. Son gentes que recorren las pá-
quier ocasión. La intención de la “Colección Aven-
ginas de estas evocaciones históricas acompañando
turas históricas”, de la editorial Diábolo fue, desde
en ellas al Conde-duque de Olivares, a Francisco de
el principio, recuperar esas dos novelas publicadas
Quevedo, Velázquez, Lope de Vega, María Calderón,
hace veinte años, completar el ciclo con esa tercera
Cervantes o el conde de Gondomar. Personajes del
aventura inédita —excelente por, cierto— y así po-
pasado que, ya en un buen número de páginas y nove-
ner a disposición de los lectores el ciclo al completo
las, han coincidido con el capitán Alatriste de Pérez
de las aventuras de Quevedo y Álvaro de Roa. Con
Reverte; el Isidoro Montemayor de Alfonso Mateo
Un hombre para cualquier ocasión, la novela que
Sagasta; o con el Alonso Cobos de Juan Tazón, quien,
tienes ahora en tus manos, se completa por fin la
más recientemente, también ha desembarcado en
trilogía barroca del autor gijonés. Desgraciadamen-
nuestro siglo XVII, con habilidades de esgrimidor y
te Juan de Blas, fallecido recientemente, no llegó
espía… Y con estas tres menciones sólo he significado
a ver, en la reedición de Diábolo, ni la primera de
a los más conocidos de nuestros aventureros de capa
sus novelas. Tenemos constancia directa, por con-
y espada. A ellos debe añadirse, indudablemente, el
versación personal, de lo ilusionado que estaba de
nombre de don Álvaro de Roa, uno de los mejores y
Blas con esta reaparición en público de Álvaro de
de los primeros en llegar a tan distinguido escenario
Roa, coprotagonista de esas novelas en las que tan-
histórico, ya que hizo su aparición en 1996, en la no-
ta ilusión puso. La satisfacción se completaba por-
vela Soportal de los malos pensamientos, publicada
que, acompañando a las dos precedentes, veía la luz
justo en ese mismo año en que aparecía la primera
este Un hombre para cualquier ocasión que se había
de las aventuras del capitán Alatriste. El firmante de
quedado, a la espera de ver la luz, en un cajón, en
esa primera aparición de Álvaro de Roa, que copro-
forma de infolio. Me consta que valoraba en mucho
tagonizaba la novela con don Francisco de Quevedo,
estas tres novelas, que él consideraba de lo mejor de
era un escritor gijonés llamado Juan de Blas. Guio-
su producción, y en Diábolo estamos muy de acuer-
nista de cómic, experto en cuestiones bélicas y de es-
do con esa opinión. Y, por si fuera poco, mientras
pionaje, estudioso y practicante de la literatura del
preparábamos la edición, un amigo de Juan de Blas
género policíaco y con un buen número de ensayos,
nos hizo llegar un relato corto, inédito, protagoni-
artículos, cómics y novelas a sus espaldas.
zado por Álvaro de Roa y Quevedo, que de Blas ha-
Soportal de los malos pensamientos y su conti-
bía escrito sobre el misterioso asesinato del Conde
nuación Al fondo Eger, la segunda aparición litera-
de Villamediana. Se titula Un asunto de honor y con
ria de Álvaro de Roa, que vio la luz un par de años
él se cierra, de momento —a menos que acabemos
más tarde, en 1998, no tuvieron la acogida que por
descubriendo, en un hipotético futuro, algún escri-
su mérito literario merecían. Lo cierto es que am-
to más dedicado por el autor gijonés a Roa o Queve-
bas novelas, a cargo de la editorial Apóstrofe, pasado
do, en pareja, o en solitario— el ciclo protagonizado
un tiempo, se descatalogaron. Quizá por esa falta de
por estos dos personajes.
Aunque ente de ficción, o quizá por ello, la vida
cuentra anciano, quebrado por los años de prisión en
de Álvaro de Roa ha sido de lo más agitada. En 1607,
San Marcos de León y desengañado de todo. Álvaro
en el motín de Dieste, es uno de los jóvenes oficiales
sigue rindiendo tributo a la amistad y al afecto que le
de los tercios que dan la cara para trasladar las recla-
tiene, pero ya no puede compartir muchas de sus opi-
maciones de sus compañeros, acto que le acarrea el
niones y actitudes. Y, tras despedirse, quizá definiti-
tener que desaparecer una temporada para evitar la
vamente, de su amigo, de Roa toma la calle para pre-
venganza del rey. Se alistó con nombre falso en el Ter-
parar su viaje a Inglaterra, vía Portugal. Y mientras se
cio de Nápoles e intervino en el sofocamiento de la
aleja de la taberna donde ha tenido lugar el encuen-
sublevación de los moriscos. Se dice que luego estu-
tro, rememora lo que pasó hace seis años, cuando se
vo en Italia, al mando de alguno de esos escuadrones
produjo la discreta detención, por orden del rey, por
de caballería que ejecutaban acciones de vanguardia
sorpresa, en una fría noche de invierno, de Don Fran-
justo antes de que los cuerpos principales del ejército
cisco de Quevedo, cuando éste se encontraba alojado
entraran en combate. Más tarde se da por seguro que
en el palacio del duque de Medinaceli. Con una escol-
actúa como “entretenido”, que es como se conoce a los
ta armada se le trasladó, sin más explicaciones, a una
militares que ejercen funcione s en el servicio secreto
inhóspita prisión en la estepa castellana. Allí Queve-
de la corte española. Se le sitúa, también, como hom-
do pasará casi seis años en unas duras condiciones,
bre de confianza de Quevedo, en la intentona españo-
oculto a la vida pública y sin obtener, ni él ni sus ami-
la de 1618 para hacerse con el poder en Venecia … ese
gos, una explicación convincente de los motivos de
descalabro que se conoce como “La Conjura de Vene-
tal detención y, mucho menos, un perdón real.
cia”. Tras el fracaso con el que se cierra esta operación,
Un hombre para cualquier ocasión cuenta la tur-
consigue huir de la ciudad y presta sus servicios a dis-
bulenta vida militar de Álvaro de Roa durante aque-
tintos “señores de la guerra” que, como Wallenstein,
llos años en los que recorrió varios de los más noto-
se mueven por la Europa arrasada por la Guerra de
rios campos de batalla militar y política de Europa
los Treinta Años. Bien al servicio del Emperador, del
mientras, con una lealtad inquebrantable hacia don
rey de Francia, de los españoles o en el suyo propio;
Francisco, intenta desenredar la madeja de su deten-
bien por cuenta de los protestantes, de los católicos
ción, averiguar de que enemigos del poeta partió la
o de los príncipes alemanes, los caudillos militares y
orden de encerrarle y cómo tomar venganza de ellos
sus compañías, que actúan casi como ejércitos priva-
y liberar a Quevedo de su prisión. Se trata por tanto
dos, cambian de bando y de fidelidades de continuo.
de una historia de intrigas, espionaje y lealtades, esta
En este escenario un oficial de caballería de amplia
vez tejida sobre el marco histórico de la “Guerra de
experiencia, como Alvaro de Roa, siempre es aprecia-
restauración portuguesa” contra Felipe IV, la lucha
do y encuentra ocupación y salario. Así le veremos en
contra los franceses, —batalla de Rocroi incluida— y
ese periodo de su vida que narra Juan de Blas en Al
el enfrentamiento en el reino inglés entre los partida-
fondo Eger, en Praga, Ámsterdam, Viena, en la batalla
rios del rey y los “ironsides” —la caballería acoraza-
de Montaña Blanca, en la de Lutzen… a las órdenes de
da—, de Oliverio Cromwell. Y ni que decir tiene que
Wallenstein… o complotando contra él.
con la erudición y el mismo estilo suavemente añejo
Cuando se inicia Un hombre para cualquier oca-
y elegante que caracterizaron las anteriores entregas
sión, de Roa se reencuentra en Madrid con su viejo
de esta “trilogía barroca de aventuras y espionaje”,
amigo y maestro Francisco de Quevedo. Éste se en-
vamos a decirlo así, de Juan de Blas.
Completa el volumen el relato corto titulado Una
rología popular aseguró que la mano que se escon-
cuestión de honor, cuya existencia ignorábamos en
día tras el atentado era la del propio rey, a quien el
Diábolo cuando iniciamos la publicación de la serie
conde había ofendido pretendiendo los favores de
y que nos fue descubierta y amablemente propor-
la reina, o, cuanto menos, haciendo alardes públicos
cionada por uno de los mejores amigos de Juan de
de su platónico amor por ella. El caso generó ya en
Blas, un servicio por el que tanto Juan de Blas, su-
su momento, preguntas, oraciones fúnebres y todo
pongo, como nosotros en Diábolo, seguro, le esta-
tipo de literarios lamentos. Las ondas de aquel cri-
remos siempre agradecidos. Y es que en este relato
men han llegado provocando literatura hasta nues-
de Blas, Roa y Quevedo nos dan el resultado de su
tros días, siendo génesis de obras de teatro, poemas
investigación sobre el asesinato del conde de Villa-
y novelas. En el siglo pasado se ocuparon del tema
mediana. Para los no muy aficionados a la historia
autores como Fernando Fernán Gómez en su nove-
de la España del Siglo de Oro, es pertinente explicar,
la A capa y espada o Néstor Luján con su Decid-
aunque sea sólo por encima, la cuestión del atenta-
nos, quién mató al conde. La investigación sobre
do sufrido por don Juan de Tassis, conde de Villa-
este caso criminal, llevada a cabo por dos expertos
mediana y correo mayor del reino, el 21 de agosto
en asuntos turbios, tan sagaces como Francisco de
de 1622. Un atentado, realizado en plena calle, a la
Quevedo y Álvaro de Roa, de seguro que arroja una
luz del día, que le costó la vida a uno de los don-
luz nueva sobre tan intrigante asunto.
juanes, a la vez que excelente poeta, más calavera,
Que ustedes lo disfruten.
impertinente y rico, de la aristocracia española. No se consiguió detener a ningún culpable y la rumo-
Alfredo Lara