Hombre Lobo - Guía Jugador

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Todas la tribus usan este castigo cuando es apropiado, aunque la gentil naturaleza de los Hijos de Gaia les hace menos propensos al mismo. En contraste, la Camada de Fenris tiende a usarlo con mucha frecuencia, lo más adecuado para la gravedad de algunos crímenes. Expulsión Algunos crímenes son tan horrendos que el Garou queda expulsado. El hombre lobo ha demostrado ser un traidor a la ley de la Letanía, a los Garou y a la misma Gaia. Su delito es tan horrible que se le considera un agente del Wyrm. El traidor es un enemigo de Gaia y sus campeones Garou, y ha de ser muerto sin honor. El Garou proscrito lleva una existencia más allá de toda redención, probablemente incluso en sus vidas futuras. La expulsión implica uno o dos poderosos ritos, ya sea el de los Dientes Vengativos de Gaia o el más severo del Alma Quebrada. Este rito declara que el traidor ya no es un Garou: si el proscrito renaciese, lo haría en su verdadera forma, la de una criatura del Wyrm. A un alma tan perdida no puede quedarle ni un vestigio de honor.

Túmulos Corin Ojo-de-Piedra tocó el asfalto antes de que el estribo del camión se detuviera del todo. Contempló el trecho de autopista tras ellos. Bien. Sus perseguidores no estaban tan cerca como había temido. Disponía de algunos minutos para avisar a los demás. “¿Seguro que quieres que te deje aquí?” El camionero asomó la cabeza por la ventanilla y miró en derredor. Por lo que podía ver, no había más que la interestatal. “Fijo. Gracias por el paseo.” Encogiéndose de hombros, el camionero volvió a poner el vehículo en marcha y prosiguió su camino. La atención de Corin estaba en cualquier otra parte. Se detuvo para aspirar el limpio aire. El túmulo tiraba de su corazón, arrastrándole a casa. Había soportado una larga media luna en aquella retorcida pila de metal y piedra que los monos llamaban ciudad. Pero había valido la pena: había desvelado el plan de Pentex, forzándoles a acelerar su calendario. Ahora, si conseguía avisar a tiempo al clan, todo acabaría bien. Antes de cruzar la línea de árboles y entrar en el boun, Corin echó una buena mirada en torno suyo. No le hubiese gustado encontrarse con un Primer Equipo emboscado, Su mirada barrió la zona. Conocía el lugar como el dorso de su zarpa. Conocía a los espíritus que moraban allí. Cerró los ojos y se concentró. Con un súbito cambio, se encontró mirando a través de una piscina para ver esquemas en el fondo... salvo que estaba atisbando a través de una realidad líquida. Aun tan cerca de los límites del boun, la Umbra mostraba los efectos de la interestatal. De repente, Corin pudo oírel agudo lamento de unos automóviles que se acercaban. Había perdido demasiado tiempo. Nuevamente desesperado, se lanzó hacia el bosque. A los tres pasos, se vio arrojado hacia atrás contra un

árbol, con una enorme lanza clavada en el hombro derecho. Sus piernas cedieron momentáneamente bajo el dolor. Concentrándose, tiró del asta mientras crispaba las mandíbulas para que no escapase su aullido. Con un súbito y bendito tirón, la lanza salió y Corin cayó sobre una rodilla. Segundos después se levantó en forma Glabro, la herida curándose ya. “Deberías avisarnos cuando vienes, jefe.” El semblante cubierto de horribles cicatrices de Luna de Sangre apareció desde detrás de un gran saliente rocoso. “No hay tiempo. Tengo a Pentex justo detrás.” Sin comprobar si ella le seguía, se internó en el conocido territorio. Una vez, mucho tiempo atrás, toda Gaia había sido así, completa e indivisa. Pero la Tejedora, el mismo poder tras el odioso pozo que Corin acababa de abandonar y la interestatal por la que había llegado, la había dividido en dos reinos, dejando ambos expuestos a la destrucción. Corin podía oír los distantes ruidos de las tropas que le perseguían. Luna de Sangre lanzó un penetrante aullido, seguido por un grito humano que se cortó al instante. Él entonó su propio grito de aviso, una llamada a las armas. Sus hermanos empezaron a reunirse para la defensa. No permitirían que el túmulo cayese.

En general Los túmulos son entidades complejas. Son más que simples círculos de piedras o arboledas mágicas: son el centro de la vida Garou. Aquí tienen lugar importantes encuentros y las manadas se preparan para misiones vitales. Para muchos Garou, el túmulo es el hogar. Se anima a los jugadores a basar su manada en un túmulo. Debería ser una fuente de poder espiritual, el corazón del círculo social y un escondrijo secreto, todo en uno. Abrazar tu túmulo con tanto entusiasmo como el que dedicas a tu personaje y otros elementos de la crónica puede recompensarte con un a mayor unión entre los personajes y su hogar. La atención a los detalles del túmulo también inspira elementos adicionales para que el Narrador los incorpore a la crónica. Los túmulos tienen aspectos Umbrales aparte de propiedades físicas. Aunque todos comparten ciertas características comunes, cada uno es único. Intentar convertir los túmulos en barracones anónimos e idénticos destruiría su magia. Por esta razón, las siguientes notas sobre los túmulos han de ser aplicadas sólo en lo que creas que pueden ayudar a tu crónica. Como siempre, el Narrador debe sentirse libre para modificar estas reglas, siempre que mantenga el equilibrio del juego.

Areas físicas Boun

El boun marca el límite exterior del túmulo. Como tal, es la primera línea de defensa. La demarcación exacta de cada boun es bastante laxa. En un túmulo urbano, el boun puede cubrir sólo unas pocas manzanas, mientras que el de un túmulo en plena naturaleza puede cubrir decenas de kilómetros

Capítulo Tres: La vida en la Nación Garou

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