racterísticas que constituyen a un ser vivo y que es la misma en absolutamente todas las células de ese individuo, ya sea unicelular (como una bacteria por ejemplo) o pluricelular (como los seres humanos, las plantas y los animales). La expresión de esta información será mediante características que podemos observar en un ser vivo, como la forma de su cuerpo, tamaño, color, número de extremidades, pero también en otras que no podemos distinguir a simple vista, como el funcionamiento de su organismo (por ejemplo si es autótrofo como las plantas o heterótrofo como los animales), algunas enfermedades, la posibilidad de aclimatarse a un ambiente determinado, en fin, todas las características biológicas (anatómicas, fisiológicas, de conducta) que tiene un ser vivo están determinadas o influidas por su información genética y son transmitidas de padres a hijos mediante un mecanismo conocido como herencia que corresponde justamente a dotar a la progenie o descendencia de las características propias de la especie. ¿El material genético es el mismo en todos los seres vivos? No, aunque las moléculas que conforman la estructura del ADN son las mismas en los seres vivos desde que se originó la vida en el planeta, la manera en la que se ha combinado y el número de moléculas que conforman a los distintos grupos de organismos ha permitido la aparición en la Tierra de una extraordinaria riqueza de seres vivos, cada uno de ellos con su propia molécula de ADN que es similar al resto de los individuos de su especie, pero que es a la vez única en la expresión de las características que lo definen. En este momento surge una cuestión importante por definir, ¿qué es una especie? La biología considera una especie como aquel grupo de organismos que presentan características similares, que tienen la posibilidad de reproducirse entre sí y tener descendencia (hijos) que pueden a su vez reproducirse. De esta forma, encontramos que los seres humanos constituimos una especie (ya sea si se trata de mexicanos, alemanes, japoneses, afroamericanos, etcétera) puesto que desde el punto de vista biológico tenemos la capacidad de reproducirnos y tener hijos fértiles (con la capacidad de tener descendencia). Los perros, los gatos, el oyamel, el rosal, la nochebuena, la vaca, el guajolote, el encino, las violetas
africanas, los tulipanes, el limón, la naranja, el café, por mencionar sólo unos cuantos, son ejemplos de especies biológicas.
Figura 5. El rosal, cuyo nombre científico es Rosa spp., tiene diversas especies que se agrupan dentro del mismo género.
Una especie puede estar integrada por variedades, como en el caso de los perros, donde existen muchísimas razas (como el doberman, salchicha, bóxer, french poodle, san bernardo, chihuahueño), porque a pesar de presentar diferencias físicas en tamaño, forma, color, pelo, etcétera, pueden reproducirse entre sí y tener como resultado un organismo fértil. La mula es un ejemplo clásico de un organismo resultado de la reproducción de dos especies, donde una yegua (hembra de la especie del caballo cuyo nombre científico es Equus caballus) se apareó con un burro (macho de la especie del asno, que lleva por nombre científico Equus asinus). La mula es un descendiente con gran fuerza, incluso mayor a la de sus padres, que puede vivir varios años, pero que no puede tener descendencia. A estos
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