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economía
Opinión
Luces y sombras del acuerdo con el FMI* Iván Carrino Titular de Iván Carrino y Asociados. Subdirector de la Maestría en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE.
PBI en 2022, 0,6% en 2023 y a 0% en 2024. Por último, se anunció que la tasa de interés de los plazos fijos (que hoy oscila en 39% contra una inflación de 50%) subirá para ofrecer rendimientos reales positivos.
Luces y preguntas Tras días y horas de angustia y muy alta incertidumbre, el gobierno anunció el viernes que llegó a un nuevo acuerdo con el FMI. Gracias a este nuevo entendimiento, el FMI se compromete a prestar al país todos los fondos que necesita para pagarle al organismo. Así, se pospone el pago de la deuda que, a partir de 2024, deberá amortizarse completamente en un período de 10 años. El gobierno, por su lado, se impone tres objetivos. Uno en materia de déficit fiscal, donde promete cerrar 2022 con 2,5% de déficit contra el PBI, 2023 con 1,9% y 2024 con 0,9%. Otro en materia monetaria: los pesos que emite el BCRA para financiar el déficit caerán a 1% del
Días antes del anuncio, los mercados anticipaban un cada vez más probable incumplimiento con el organismo multilateral de crédito. Así, el riesgo país subió y la brecha cambiaria llegó a su máximo de 15 meses. Las expectativas no eran antojadizas: el gobierno no daba definiciones y una serie diputados del propio oficialismo comenzaba a declarar públicamente que las consecuencias de un default no serían tan importantes. Uno llegó a decir que si bien era un problema no cumplir con los pagos, nadie veía que el gobierno podía quedarse con los dólares si decidía unilateralmente no pagar. Este razonamiento es análogo al del ladrón que piensa que sería un problema ir preso, pero que nadie piensa en el beneficio de obtener plata sin trabajar.
Desafío Exportar | Febrero 2022
Así las cosas, y en comparación con un posible escenario de caos financiero, haber llegado a un acuerdo con el FMI es netamente positivo. El acuerdo hace que el riesgo de default caiga marcadamente. Otro punto a destacar del acuerdo es que el gobierno de Alberto Fernández, por primera vez, se pone objetivos en materia fiscal y monetaria. Las metas podrían ser juzgadas como poco ambiciosas, pero no es menor que un gobierno peronista divulgue públicamente un camino de ajuste fiscal y otro para reducir la emisión monetaria que -por más que sostengan lo contrario- es la única causante de nuestros espantosos niveles de inflación. Estos dos últimos puntos dejan -igualmente- dos interrogantes: El primero, ¿cómo se va a achicar el déficit fiscal si el propio gobierno dijo que el acuerdo no le exige ninguna reducción del gasto público en términos reales? Para el gobierno el crecimiento económico hará que suban los ingresos y eso solo bastará para achicar los desequilibrios. ¿Será suficiente? En la página del FMI se habla de reducir