palabras, colores, metales o sonidos), surge de una necesidad íntima e inexorable de comunicación humana, que se revela en un poema, una sinfonía, un cuadro o una escultura. Ese anhelo de eternidad ante la fugacidad de la existencia – al que aspira el poeta – lo expresó Xavier Villaurrutia en el poema “Espejo”, de Reflejos: Ya nos dará la luz mañana, como siempre, un rincón que copiar exacto, eterno.
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