Ni las flores del mal ni las flores del bien Los poemas son mamíferos deshojados. Decapitados ángeles. Zapatos de lujo para estrenar en nuestro funeral. No los aceptes en casa. ¡Cuidado, troyano!, huye de los enloquecidos potros tripulados por el escritor de versos. No te fíes jamás de estos animales silvestres. No adoptes uno por más desamparado que parezca: muerde. Los poemas son perros con plumas en los colmillos. Y el poeta no es más que un infeliz y estúpido pájaro.
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