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Una bienvenida primaveral con solera TINO BARRERO

¿Dan marzas? Con esta pregunta, lanzada con fuerte voz, a los habitantes de las casas, decenas de grupos marceros recorrerán calles de aldeas y pueblos de la región el día 28 de febrero y 1 de marzo entonando los tradicionales cantos de marzas. Si bien la procedencia de las «marzas» puede resultar confusa, es muy probable que su génesis parta del ritual que los pueblos ibéricos de la antigüedad realizaban en la primera noche de marzo en la que conmemoraban el inicio del año y comienzo de la primera-bera o primera luna de marzo que marcaba el inicio del calendario lunar y que con la modificación romana quedó sustituido por el calendario juliano, que trasladaba el inicio del año al 1 de enero, dentro de todos los territorios sometidos al imperio; aunque, parece ser que el pueblo cántabro se resistió a dicho cambio. Más tarde, el cristianismo cimentó sus fiestas litúrgicas sobre las primitivas paganas, con lo cual las marzas pasan a celebrarse por Noche Vieja y Año Nuevo, más tarde se amplían a Reyes o Navidad, Cuaresma,…confiriendo a la marza una connotación religiosa y petitoria (se pedía el aguinaldo). De este modo se puede comprender el por qué hay tantas variantes de marzas. A este respecto, nuestro ilustre escritor don José Mª de Pereda en su relato Noche de Navidad, dentro de su libro Escenas montañesas (1864), nos describe el cántico y ronda de marzas en la Noche Buena. Sin embargo, la «marza» que perdura y tiene identidad es la entoná el último día de febrero y primero de marzo con la que se pretende dar la bienvenida a la primavera. El mismo Diccionario de la Lengua Española de 1925, nos la apropia diciendo «Marzas, (de marzo), f.pl. Coplas que los mozos santanderinos van cantando de noche, por las casas de las aldeas, en alabanza a la primavera, de los dueños de la casa, etc., Obsequio de manteca, morcilla, etc., que se da en cada casa a los marzantes». En cualquier supuesto, el conocimiento sobre el origen que, hoy en día, tenemos sobre las actuales marzas proviene de lo que D. Sixto de Córdova y Oña, en su libro IV del Cancionero popular de la provincia de Santander manifiesta, refiriéndose al origen que: «quizás las marzas todas de nuestra provincia fueron inspiradas por la melodía musical que oí en 1878 en el famoso Cumbrales, donde nació y vivió don José María de Pereda».

Polanco era entonces un pueblo robusto de cuerpo y alma, religioso y noble; muy sobrio, aunque era rico por su labranza, sus montes a la sazón bien poblados, su ría y su honroso amor al trabajo. Por otro, lado los de Polanco cantaban, como escribe Pereda, «siempre y en todas partes»; con variación copiosa de canciones, aunque apenas tenían comunicación con otras gentes» Las «marzas» a lo largo del pasado siglo han tenido desigual relevancia, conservándose sus cantos durante mucho años gracias a los medios de difusión como la radio o por coros de ronda profesionales ( Garcilaso, Besaya, Altamira, Ligeruco….) que las entonaban en alguna plaza pública. Las publicaciones del antropólogo Antonio Montesinos, y de los autores del XIX como el escritor y periodista Duque y Merino y, especialmente, del anteriormente mencionado D. Sixto de Cordova y Oña han aportado reflexión, conocimiento y testimonio de tan singular tradición. Sin embargo, el concepto de ronda, en el sentido de ir cantando de casa en casa, desapareció durante largo periodo de tiempo. En Polanco –probable cuna de «marzas»– ocurrió lo mismo. Sólo los más mayores recuerdan su existencia. A través del Aula de Educación de Adultos, en 1989, se decidió recuperar la tradición de ronda marcera. Un factor que favoreció la recuperación en Polanco fue la conservación

que de sus tonadas mantuvo el colegio La Milagrosa. Algunas de sus ex alumnas colaboraron en la recuperación promovida desde el Aula de Educación de Adultos y que posteriormente asumió y encauzó la Asociación Sociocultural Polanco que contó durante alguna ronda con la inestimable ayuda de Julián Revuelta El Malvis. Aquél primer año quedó testimoniado a través del programa Hablando se entiende la gente de la cadena SER, que les dedicó buena parte de su espacio y acompañó en algunos tramos de la ronda. Será el año siguiente –en 1990– cuando desde el Gobierno Regional, presidido por Juan Hormaechea, se otorgue un pequeño aguinaldo, que se hacía llegar a través de la Federación Cántabra de Coros, a los grupos que saliesen de ronda por la región, ataviados de ropas marceras y enviasen alguna fotografía que testimoniase el evento. Esto sirvió para ofrecer una amplia profusión mediática y ser acicate para que resurgiesen rondas –específicas de marzas– en muchas localidades de la región. La ronda de Polanco adquirió tal resonancia que motivó la curiosidad y el estudio de la musicóloga e historiadora Enma Mª Blanco Ruiz, que desarrolló un trabajo para la Universidad de Valladolid y de cuyo resultado, en 2003, el Ayuntamiento de Polanco editó el libro Marzas, tradición viva en Polanco que enriquece la bibliografía existente sobre esta tradición tan nuestra que debemos tratar de preservar para futuras generaciones, como son las «marzas». En Polanco, tras los veinte años desde su recuperación, seguirá escuchándose el ¿dan marzas? por sus calles y casas, en la última tarde-noche de febrero y primero de marzo, entonando a continuación, si la respuesta es afirmativa, aquello de:

A cantar las marzas vienen los del pueblo como las cantaban sus padres y abuelos. Ni es descortesía ni es desobediencia en casa de nobles cantar sin licencia; si esta nos conceden cantar cantaremos con mucha prudencia las marzas diremos. Escuchen y atiendan nobles caballeros oirán las marzas compuestas de nuevo que a cantarlas vienen los lindos marceros…. ….Adios hasta el otro año hasta el año venidero que si Dios nos da salud A cantarlas volveremos. Tino Barreo es Coordinador Educativo y Presidente de la Asociación Sociocultural Polanco.

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VIERNES: 27.FEB.09 NUMERO: 1

MUNDO CANTABRIA

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LA OPINIÓN

MARZAS EN LA REGIÓN Santander: En el patio del Parlamento de Cantabria el 1 de marzo convergerán, como es costumbre, agrupaciones de marceros de distintos pueblos de Cantabria. Torrelavega: El sábado 28 de febrero siete puntos de la ciudad acogerán distintos eventos programados para esta celebración. La concentración de marceros en la Residencia San José abrirá las Marzas. En el Ayuntamiento, la alcaldesa leerá el pregón y nombrará al Marcero Mayor. En La Asunción el párroco bendecirá la Ronda; en la Plaza Baldomero Iglesias se escenificará la Rutona y en la Fuente de Cuatro Caños se despedirán las Marzas con vino. Piélagos: El Coro Columba de Quijano , los niños del colegio Virgen de Valencia y vecinos del municipio interpretarán, el viernes 27, las Marzas por las calles de Renedo. Además, se representará La Rutona y se repartirá chorizo y vino.


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