31 COLUMNA POR FRANCISCA PUGA T. Directora ejecutiva Triple P Chile. Psicóloga, Universidad Católica de Chile. Magister en Psicología Social Comunitaria del London School of Economics. francisca@triplep.net
PARENTALIDAD O CRIANZA POSITIVA
ESTÁ DE MODA PERO, ¿QUÉ ES?
“T
engo problemas para mandar a mis hijos”. “No tengo autoridad sobre ellos”. “Tengo que gritar y hablar fuerte para que me hagan caso, porque a la primera no lo hacen”. “Les estoy gritando mucho, me cuesta que me escuchen”. “Mis dos hijos están peleando mucho”. “Me faltan habilidades para ser autoridad frente a mis hijos adolescentes”. ¿Qué debo hacer si como mamá o papá no estoy logrando lo que espero en mis niños, con mi estilo de crianza? Caminos hay varios, pero lo primero y fundamental es pensar qué es lo que quiero para mi hijo y para mí, qué habilidades quiero que desarrolle y qué conductas tengo que ayudarlo a cambiar para eso. Por ende, también debo preguntarme qué debo cambiar de mi relación con él o ella. Si las respuestas no están claras, un buen programa de parentalidad positiva te ayudará a encontrarlas, establecer algunas metas, conocer estrategias que podrían servir y, luego, escoger las que más se adecúan a tu hijo para elaborar un plan que resuelva su problema o desafío en particular. Estas estrategias no nacen de la intuición o deseo de una persona o autor en particular, sino que, para ser incorporadas, han sido probadas y son efectivas en el desarrollo de las habilidades que necesitan los niños o adolescentes en el mundo de hoy. ¿Pero qué es la parentabilidad o crianza positiva? Se trata de un enfoque para la crianza de niños y adolescentes cuyo objetivo es promover su desarrollo, manejo de conductas y emociones de una forma
positiva y no dañina. Es decir, la invitación a criar en esta línea no surge desde un imperativo ético o moral que nos diga “así se debe ser madre o padre”, sino desde la evidencia que nos va mostrando qué es lo que necesitan los niños o adolescentes para desarrollar sus habilidades en el mundo de hoy. Además, no es un “manual” de crianza, porque no hay familias, ni niños, ni padres iguales. Cada uno es un mundo y es importante encontrar lo que sirve a cada caso en particular. La parentalidad positiva señala que, para su bienestar, los niños de hoy necesitan ir desarrollando ciertas habilidades, como aprender a comunicarse y relacionarse positivamente con otros; manejar sus emociones y sentimientos, siendo capaces de reconocerlos, tolerarlos y expresarlos de forma respetuosa con los demás; aprender a hacer cosas por ellos mismos, de forma autónoma, y aprender a resolver problemas, tanto los simples y cotidianos como los más complejos. Por otra parte, las investigaciones de esta corriente muestran que los padres o madres que son apoyados para ejercer una parentalidad positiva obtienen varios beneficios: confían más en sus propias capacidades parentales y se sienten más satisfechos con su estilo de crianza; sufren menos estrés, depresión o ansiedad; se aíslan menos; discuten menos con la pareja, y tienen mayor éxito laboral. La parentalidad positiva se basa en establecer relaciones fuertes y cariñosas, en las que exista una buena comunicación y se preste continuamente atención a las cosas positivas de los hijos. La velo-
cidad con que suceden las cosas hoy, la cantidad de mensajes e información, las tareas simultáneas, los niveles de exigencia, el cansancio, el estrés, son grandes enemigos de la crianza positiva. En este sentido es importante resaltar que para ejercer la parentalidad positiva influyen muchos factores, como dónde vive la familia, sus modelos de crianza, sus condiciones laborales, su situación familiar y educacional, entre otros. Sin embargo, las investigaciones específicamente de Triple P (uno de los programas de parentabilidad positiva más efectivos a nivel mundial, que está en Chile), muestran que es posible apoyar a los padres –por ejemplo con esta metodología– para que puedan ejercer una parentalidad más positiva, independiente de la edad de sus hijos o de dónde o cómo viven: en un campo de refugiados, en el mejor barrio de una ciudad o en condiciones de extrema pobreza.
C r i a n zvaa e s: p os iti