SALUD

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“En los países de ingreso bajo, la ayuda para el desarrollo destinada al sector de la salud representó por término medio 20% del gasto en salud, por comparación con alrededor de 3% en los países de ingreso mediano.” 204 | Las prioridades de la salud

manera más eficaz posible cuantos recursos tengan, ya sea de procedencia interna o externa. Fue precisamente esta última estrategia —es decir, derivar el mayor beneficio sanitario de los gastos nuevos y actuales en salud— la que dio lugar al el Proyecto de Prioridades en el Control de las Enfermedades. En los países de ingreso mediano, los problemas del financiamiento son diferentes y los recursos económicos e institucionales para afrontarlos son más fuertes. Los países de ingreso mediano pueden financiar la mayor parte de sus gastos en salud con recursos internos, pero se enfrentan con una amplia variedad de opciones para conformar la estructura del financiamiento de la asistencia sanitaria, y son importantes las implicaciones con respecto a la equidad y la productividad. Las opciones de los diferentes mecanismos de financiamiento también tienen implicaciones importantes en cuanto a quién debe sobrellevar los costos de la asistencia sanitaria: la población en su conjunto puede compartir los gastos, con lo cual se proporciona un seguro efectivo a los desafortunados que enferman; o bien, los costos pueden recaer con todo su peso en quienes están enfermos. Algunos países están optando por financiar los servicios de asistencia sanitaria mediante los ingresos tributarios en general, mientras que otros están dependiendo de los impuestos sobre los sueldos y los sistemas de seguro social. Muchos países de ingreso mediano usan a menudo ambos métodos para diferentes grupos de población. También se han emprendido iniciativas para promover la cobertura del seguro de salud mediante programas voluntarios. Se pueden aducir argumentos sólidos a favor de mancomunar el riesgo financiero vinculado con el pago de la asistencia sanitaria entre la población más amplia posible, con lo que en efecto se paga la asistencia sanitaria de los pobres y enfermos con los impuestos y las primas que aportan los que están más sanos y son más prósperos. En el capítulo 12 de DCP2 se analizan estos enfoques distintos. La ayuda para el desarrollo interviene de manera mucho más destacada en las políticas sanitarias de los países de ingreso bajo y mediano. En los países de ingreso bajo, la ayuda para el desarrollo destinada al sector de la salud representó por término medio 20% del gasto en salud, por comparación con alrededor de 3% en los países de ingreso mediano. En 13 países de África al sur del Sahara, el financiamiento externo representó más de 30% del gasto en salud. En general, la ayuda internacional para el desarrollo descendió en los años noventa y representó únicamente 0,25% del ingreso nacional bruto de los países


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