Manual para no olvidar

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MANUAL PARA NO OLVIDAR DANIEL

ACOSTA

ACERO




Título original: Manual para no olvidar Editor original: Liliana Morales/www.entrelinea.co

© 2020 Daniel Acosta Acero Todos los derechos reservados. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual. Impreso por: Digital Plot Carrera 5 No. 23-47 Barrio Las Nieves Impreso en Bogotá D.C. — Colombia


“ Ocurre que el pasado es una morada, pero no existe olvido capaz de derrumbarla� - Mario

Benedetti -


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ASandra ya todos los que mimemoria norecordar me dejo A Sandra y a todos los que mi memoria no me dejo recordar

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Fue extraño llegar a esta edad y preguntarme por qué no recordaba gran parte de mi pasado. Quizá solo tengo algunos fotogramas en mi memoria de los días de sol en búsqueda de rocas de río por el parque Simón Bolívar, o la colección de bombillitos sacados de un taller de autos cuando el Renault 4 necesitaba reparaciones.


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Sin embargo se siente como si a cada esfuerzo por recordar, el olvido me hundiera en las dudas e incertidumbres de lo que ocurrió, lo que desconozco de mi. Por eso fue necesario empezar a buscar en los pocos recuerdos que tengo y en otras memorias que me contaron sobre piedras y bombillos que arropaba al lado de mi almohada, besándolas para que pasaran buena noche. Estas memorias ajenas me hicieron entender que la memoria no se aloja en un lugar único y específico ni bajo una forma definida, y a partir de fragmentos me fue posible reconstruir algunas memorias para poder escribir este pequeño manual para no olvidar.


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Re cor dar

Realmente la memoria no es como otra de las extensiones u รณrganos del cuerpo, que se encuentran presentes en todo momento. He llegado a pensar que la memoria puede habitar en todos lados y adquirir forma objetual, de personas o imรกgenes que accionan al recuerdo. El recuerdo que como el buen hijo siempre vuelve a donde su madre, pero antes se pierde unos cuantos momentos de vista por lo que se vuelve angustioso, pero ahora intentemos traer de nuevo esos anhelos de miel y pesadilla que se perdieron de vista.


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Ol vi dar

Suelo pensar que los recuerdos no poseen intención, pero hasta el más herrumbrado recuerdo necesita de una intención que lo nombre. El olvido, como los recuerdos, son bucles de tiempo, apenas unos segundos muy precisos en la memoria se sienten como lagunas o momentos lúcidos. Cuidado con dedicarle tanto tiempo a olvidar lo más triste, ya que se pierden de vista los otros.


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Terminos para familiarizarse Despiezar:

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La Invisible:

Dividir el recuerdo en más de un fragmento con el fin de una posterior unión. Tipo de costura que sobre la superficie nunca se puede ver al ojo pero que existe y se mantiene en su lugar.

Rematar:

Asegúrarse de que un recuerdo quede bien sujeto a la memoria.

Indicio:

Trozo de recuerdo sujeto naturalmente a la memoria, que está incompleto, pero sugiere un recuerdo al ser observado.

Capitonear:

Acción de imponer la aguja para despertar a la memoria dormida, los capitones suelen ser óvalos sobre alguna superficie del mueble que la volvían más cómoda y abullonada.


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Des Des pie pie zar zar

Usualmente, en la tapicería, el despiece es de los procesos más importantes porque busca darles un nuevo aspecto a las fibras elegidas, un volumen, una apariencia o en este caso una nueva forma a la memoria olvidadiza. Normalmente el despiece ocurre a través de plantillas, Pero ahora debemos olvidarnos de éstas y de los múltiples pasos concretos que llevan a las certezas. Cada fragmento será único y no tendrá ninguna insinuación especifica de unión, así que seguiremos despiezando y cada partición mostrará algo nuevo y tendremos que seguir hasta considerarlo apropiado. Cada corte será irreversible y esto implicará que el despiece sea como un collage de memoria.


Es buena idea empezar por lo engorroso y difícil, así que con las tijeras separamos esos agrios, escandalosos e incómodos recuerdos, como el incómodo y preocupante momento en el que olvidé sonreír. Fue casi en un instante, en el que me pidieron sonreír para una foto navideña en un centro comercial frente a mucha gente, como una parálisis mientras solo podía pensar en lo molesto que era no poder sonreír.

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Seguimos por separar esos extasiantes y enamoradizos recuerdos, como la espera infinita por la llegada de mi madre en la puerta del jardĂ­n; ella siempre llegaba de primeras.


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Cada vez será mas pequeña la fibra. Ahora y por último, separamos los casi imperceptibles momentos, los neonatos que se olvidan mas rápido y vuelven fugaces, como los desenfrenados y espontáneos abrazos.


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Pun Pun zar zar

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He aquí y entre otras mentiras el “peligroso” filo de una aguja. No hay herramienta más sincera y dócil que una aguja. La misma que usaba la máquina Singer familiar de color negro y oro con la que cocían la tela para todo el arrume de armazones del taller. La aguja será la herramienta indicada para coser los recuerdos que se extraviaron de la memoria.


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Debemos entender que todo se convierte en recuerdo así nunca aflore a plena vista. Pero se siente más como cambiarle recuerdos nuevos al olvido por unos más antiguos, o al menos esto es lo que ocurre conmigo: este cambio me permitió recordar algunos fragmentos del pasado y aunque es un cambio al azar, no siempre vuelven los recuerdos que más queremos.

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Una tarde una salpicadura de ácido cayó en mi cara por accidente como resultado de mi inquieta actitud de 7 años. Aunque lo que más recuerdo son los peligrosos frascos de vidrio con ácido, o el refrescante olor a crema de manos que mi tía siempre cargaba en su bolso, y con la cual me limpió la cara después del incidente, quedó grabado en mi memoria. Encontré de nuevo el recuerdo del laboratorio de química de la Universidad Nacional, donde pasaba algunas tardes con mi tía. Yo solía jugar con el frasco de agua lleno de renacuajos y con algunas muestras de papa.


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Hay que tener en cuenta que en ocasiones el cambio no funciona y el olvido no tiene pistas de lo que buscamos, así que hay que crear recuerdos suplentes, sin olvidar ir cociendo al tiempo que recordamos. No es bueno que se vuelva tan conveniente el recuerdo porque nos costará pasar de él.


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Ella tenia el cabello cafe Ella tenia el cabello cafe oscuro, oscuro, cm, media 1,98 cm,voz sumedia voz era era 1,98 su dulce y su sonrisa grande. dulce grande. y su sonrisa


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Al cambiarle muchos recuerdos nuevos al olvido, solo estamos sentenciando a la memoria a vivir en tiempos pasados y será inevitable la constante añoranza y la nostalgia fatalista por unos tiempos mejores. Hay que encontrar un equilibrio y contemplar qué clase de coceduras le corresponderán a cada memoria, quizá la recurrente Nervuda o la rápida y delicada, o más bien una precisa. Éste será un método que podría ayudar a no perder de vista del todo algunos recuerdos importantes y poderlos sujetar a la memoria.


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Es muy Ăştil buscar indicios en las historias de otras personas.


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Cuando mijo era mas era chiquito, Cuando mijo mas chiquito, jugaba a jugaba a armar cojincitos con las armar cojincitos con las espumas espumas ydel retazos y retazos taller del taller


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Cuando el trabajo lo permitía, me ayudaban a cocer en la máquina los pequeños retazos que buscaba entre las sobras, luego los rellenaba con mota, pero tenía que ser una mota limpia así que primero separaba los trozos gruesos de los delgados, usaba los pequeños y cerraba el cojincito ayudándome de una aguja.


Le cambié al olvido una memoria parcial por una memoria objetual, como el preciado Motorola v300, en el que por primera vez conocí el juego de la culebrita: tenía cámara la cual solo usaba yo para tomarle fotos a lo que fuera.

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Ajus Ajus tar tar

En algunas ocasiones, cuando llegaba al taller después del colegio, se escuchaban los fuertes golpes que le daban a los cojines para moldear la forma cuadrada del sofá, otras veces solo se oía la aguja capotera traspasar la tela para hacer los capitoneados, estos agujeros bien formados que tenían los sofás más robustos y acolchados, haciendo que la forma rígida del armazón se convirtiera en una sensación cómoda y robusta, a mi parecer eran unos grandes ombligos semejantes a los de un estómago.


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Ahora habrĂĄ que ajustar y darle paso a la costura invisible y cerrar toda posible costura abierta para poder iniciar el capitoneado y hacer los Ăşltimos ajustes a la memoria.


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Los recuerdos canjeados al olvido y las otras piezas que se unieron al tejido, merecen un ajuste y solo cada costura dirá su durabilidad en la memoria. A veces es bueno darle un nudo al hilo para que no se escape, otras veces puede ser útil que se escape para no recordar, como su anillo tornasol oscuro que medía la temperatura del cuerpo y con el que no me dejaba jugar. La mayor parte del tiempo era verde, pero recuerdo también haberlo visto totalmente morado y es una imagen que sujeté con dos nudos al hilo.


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Esta vez los ajustes más pequeños solo necesitarán unos cuantos golpecitos para que terminen de acomodarse y den paso a recuerdos olvidados, no hace falta golpear muy duro porque solo hay que despertar cosas que aún siguen dormidas.


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Al no ajustar bien estos pequeños detalles puede que los perdamos de visita. Me es casi imposible recordar la voz o algún conjunto de sus pecas rosas y marrón, recuerdo algo pero carece de características con todo detalle perdido.


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LA ENTREGA Quierovolver volver a hacer una Quiero alejos hacer una entrega, una lo entrega, una lo bastante bastante lejos para poder ir sentado para poder irpuesto sentado en el del puesto en el acompanante. del acompanante.


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En más de una ocasión recuerdo acompañar a mi familia a hacer la entrega de los muebles, no puedo olvidar los olores de cada casa, olores a frito impregnado por todos lados, otras olían a vick vaporub y vejez, otras solo olían a nuevo y en los barrios más ricos, las casas olían a pañales y a juventud. Mi misión era entregar los cojines decorativos del sofá, con cuidado de no mancharlos y que no se cayeran al piso.


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Bibliografia y Referencias Amazonas. Dir. Clare Weiskopf. Casatarántula, 2017, película digital. Clarissa Pinkola Estes. La mujer que corría con los lobos. Estados Unidos: Ediciones B 1992, impreso. olvido.

Barcelona:

Jessi Reaves. Bridget Donahue, Nueva York, 2016, esculturas Louise Bourgeois Madre E Hijo nueva york 2001, escultura de huerro vidrio y tela cosida Mario Benedetti. El olvido está lleno de memoria. España: Seix Barral, 1994, impreso. Rodney McMillian. escultura silla.

Silla,

Nueva

York,

2003,

Sarah Lucas. Pauline Bunny, Reino Unido 1997 escultura, medias veladas alambre y silla.

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David Rieff. Elogio del DEBATE, 2017, impreso.


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Este libro se termino de imprimir en la primera cuarentena por covid19 en Colombia en el aĂąo 2020, mas exactamente en el dĂ­a en que acepte esta memoria de a pedazos que me preside.



NO NO NO NO NO NO NO

OLVIDAR OLVIDAR OLVIDAR OLVIDAR OLVIDAR OLVIDAR OLVIDAR


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