Aportes para el Teatro de Buenos Aires en el Siglo XXI

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espectáculo -que además no tienen casi costo-, para poder hacer, desde youtube, un seguimiento de los procesos creativos de las obras. Cualquier espectador podría entrar al blog del Complejo Teatral, ir a tal espectáculo y tener un seguimiento por espectáculo, con breves reportajes a sus responsables y creadores. Creo que hay que aprovechar las nuevas tecnologías, más de lo que estamos haciendo. Emilio García Wehbi (EGW): Yo decidí aceptar y agradecer el convite para reflexionar acerca del Teatro San Martín y sobre su futuro, pero como temo la deriva de la improvisación, decidí escribir un texto político. Lo leo desde la urgencia y desde el dolor, en este encuentro llamado El modelo del Teatro San Martín y el CTBA para sus próximos 50 años, en lo que parecería ser un epílogo del festejo de los primeros cincuenta años -y espero que no los últimos- del teatro de la Ciudad de Buenos Aires.

EMILIO GARCÍA WEHBI Autor, actor, director, régisseur, artista plástico, docente. Formó parte del Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín y es

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Desde el dolor hablo, porque llevo en muchos pliegues de mi cuerpo este teatro. Conozco sus instalaciones como mi propia casa y reconozco en muchos de sus trabajadores, los méritos de un trabajo sostenido, digno y perseverante. Desde 1987 estoy directamente vinculado a este espacio: fui durante doce años miembro del Grupo de Titiriteros y luego dirigí aquí cuatro montajes. Por lo tanto, me siento absolutamente autorizado a hablar desde el dolor de encontrarnos en un punto casi sin retorno, donde debemos asumir la responsabilidad colectiva de reflexionar acerca de cómo salvar a este teatro, un enfermo en estado crítico. Pero para no ponernos demasiado coyunturales deberíamos decir que no sólo este desgobierno, sino varios de los precedentes -de los cuales no me voy a extender sólo por una cuestión de tiempo- han colaborado sistemáticamente en la aniquilación del teatro oficial de la ciudad de Buenos Aires. Y para no caer en la política del avestruz, deberíamos reconocer que nosotros, los artistas, somos en igual medida responsables de este estado de las cosas. Hemos aprovechado al máximo los beneficios del San Martín: sueldos, instalaciones, aparato de promoción, etcétera. Y cuando el Teatro atraviesa momentos difíciles encontramos siempre una buena excusa para hacernos los distraídos. De modo tal que las culpas están repartidas.

uno de los fundadores de El Periférico de Objetos. Ha dirigido, entre otros: Cuerpos Viles: Museo de la Morgue Judicial, La Balada del Gran Macabro, Los murmullos, Moby Dick, Hamlet de William Shakespeare, La balsa de la medusa, Bambiland, El matadero, una versión, Woyzeck, Heldenplatz, Dolor exquisito y Doctor Faustus. Entre las distinciones que ha recibido se

¿Qué creo que hace falta para recuperar un teatro oficial pujante? Primero: independencia absoluta de los gobiernos de turno. Llámese autonomía, autarquía o como se tenga que llamar. Para poder desarrollar continuidad de gestión administrativa, programática y cultural sin incumbencias políticas. En este caso, no hablo de nombres, de hombres, sino de proyectos.

destacan: Premio Herald Angel Award (Escocia), Mención Especial Premios Konex-Excelencia Artística (1991-2001)

Segundo: rejuvenecer al Teatro San Martín con un cuerpo directivo joven y renovable de mirada contemporánea amplia e inclusiva, asumiendo que el San Martín es un teatro de todos y que esa inclusión debe incluir -y perdón por la redundancia- a todos los actores sociales. Recuperar su público histórico -esto es la franja pequeño burguesa- y buscar modos de atraer a las jóvenes generaciones y a sectores de clases bajas convocando al público sin prejuicios estéticos ni didactismos paternalistas. En este punto la mirada contemporánea es fundamental. Esta es la esencia del teatro, las coordenadas de tiempo y espacio lo definen como tal, y el aquí y ahora son su razón de ser, por lo que quienes lo gestionan -además de sus artistas- tienen que estar dialogando con el presente, es decir, estar a la altura de los tiempos. Tercero: tener un precio de entrada accesible a todos los sectores. Esto es bajar el precio de las entradas actuales de modo tal que todos los sectores sociales tengan acceso al Teatro San Martín y, en determinados casos, tener entradas gratuitas, pero sin actitud demagógica ni populista. El teatro oficial debe ser un servicio cultural para todos y no un negocio. Que el negocio lo haga la televisión o el teatro comercial; no hay que buscar recupero. El teatro oficial debe ser sostenido por el Estado sin intención económica. Con la cultura de los ciudadanos no se puede ni se debe negociar. Cuarto: establecer un diálogo de colaboración y comunicación con otros teatros oficiales de diferentes latitudes. Producir intercambios artísticos e institucionales con referentes | DIRECTORES

y Teatro del Mundo 2000-Dramaturgia y 1998-Dirección.


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