VIGILIA
SIN CUERDA (FRAGMENTO)
POR: ENRIQUE CORTAZAR
Despierto hasta el amanecer vagabundo de mí tragándome las calles y el estío casi sombra de ausencia acumulada perdiéndome en el tiempo porque sí masticando un hambre densa como el corazón de un moribundo con las palabras estrictamente necesarias —aquéllas con las que se queda el que agoniza— escabulléndome —fugitivo preso en mi propia locura— aproximándome día a día al holocausto me quedo callado en medio de mis dudas consciente de tanta adversidad.
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