COMO UN HALO DE LUZ
BAJO LAS AGUAS
E
l corazón del espejo es tan limpio como su memoria y su terror es el silencio en medio
del taladro golpeando las columnas de luz que emergen con el día y se esfuman como una vaga inquietud refugiada en una esquina que danza susurro que impregna el gemido y la telaraña recorriendo los vasos sanguíneos para atrapar el frágil aliento de la humanidad y devorarlo El espejo que no conecta tu rostro con su carne viva y sus músculos también amontonados los días, al pescar del río— tachando frases para desollar la búsqueda el niño del ahora es la letra, espuma y arena intentándose. Absurdo este no querer, si no tienes espejo no golpees las columnas, no destroces los pastos ni las nieves si no caminas trizada lengua de sangre adormilada. Ahora anuncia el cuerpo tenso como un halo de luz bajo las aguas
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el cuerpo y su corazón de tormentas, músculos de hojalata. ¿Quién cuenta las horas alrededor de una vieja esquina en las mañanas que bailan? Caros mensajes, sinfín de juegos en una riña que sutura: el espejo tiene de la ausencia su sombra. Objeto del mañana, pequeña certidumbre de carne viva.
Referencia: Silenciosa algarabía. Lima: Tranvías Editores, 2009. Impreso.