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El trueque, Patrimonio Cultural Intangible poblano
TRAS NUEVE MESES DE FOROS PARA DISCUTIR LOS VALORES CULTURALES DE ESTA TRADICIÓN CHOLULTECA, ESTE MES SE HA DECRETADO SU PRESERVACIÓN
CENTRO CEREMONIAL
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Desde el año 900 de esta era hasta 1521, Cholula fue punto de encuentro religioso y social de nahuas, otomíes, popolocas y mixtecos
Mario Galeana
Fotos: Secretaría de Cultura
Hace más de mil 500 años, sobre el territorio que hoy conocemos como el municipio de San Pedro Cholula, se construyó un centro ceremonial dedicado a Quetzalcóatl, la antigua deidad emplumada.
Durante ciertos días, aquella región se convertía en un enclave comercial y social para los mercaderes de la región, que intercambiaban granos de ca - cao, mantas de algodón, hachas y cuentas preciosas, sal y cañas de pluma de ave.
A la luz del presente, cuesta imaginar un mundo en el que no hubiera dinero. Pero aquel mundo existía, y fue atestiguado incluso por los españoles, que arribaron aproximadamente en el año 500, poco después de que se constituyera aquel centro ceremonial.
Así lo describió, por ejemplo, Fray Diego Durán, en su Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de la tierra firme: “Hoy en día los naturales de Cholula permanecen en el trato y contrato de la mercadería, recorriendo todos los lugares de la tierra, muy apartados y remotos, como es Guatemala a Xoconochco, a todas las costas y minas, con sus cargazones de brujerías de buhoneros, como lo hacían antiguamente”.
Mil años después, los pueblos de la región de Cholula han logrado mantener aquel acuerdo.
Cada 8 de septiembre, en San Pedro Cholula la palabra y los productos que se cosechan pe - san más que la denominación de cualquier billete. Es el día del trueque, que convoca a más de 5 mil comerciantes de la zona.
Por los valores culturales, antropológicos, históricos, artísticos y tradicionales que representa esta práctica, el gobierno estatal de Puebla declaró al día del trueque en Cholula como Patrimonio Cultural Intangible en el estado.
Al publicar el decreto en el Periódico Oficial del Estado, el gobierno local resalta que “esta forma de intercambio no ha variado significativamente, al ser una forma simple de canje de productos al establecer un acuerdo por su equivalencia, adaptándose a la oferta y el consumo de ciertos productos conforme cambian las sociedades”. El trueque “favorece la economía de los participantes, ya que les permite obtener productos que no consiguen de manera local, sin necesidad de contar con una moneda para realizar la transacción”, agrega el decreto expedido la primera semana de este mes.
Con la denominación del trueque de Cholula como Patrimonio Cultural Intangible, la Secretaría de Cultura echará a andar acciones de promoción y preservación de esta práctica, a través de un plan especial de salvaguarda que contemple los usos sociales, rituales y actos fes-



Inventario De Productos
tivos que inciden en ella.
Para Sergio Suárez Cruz, coordinador de la sección de arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Puebla, el trueque fue en la antigüedad no sólo una forma de intercambio comercial, sino también de saberes y conocimientos.
En el decreto estatal, se enlista la artesanía y semillas y frutos que pueden ser trocados sin transacción monetaria cada 8 de septiembre
“No es difícil imaginar que los comerciantes llevaban consigo conocimientos de astronomía, medicina y matemáticas que compartían con sus interlocutores. O sea que el mercado era más que un tianguis de mercancías”, explicó meses atrás, cuando las autoridades discutían la declaración del trueque como patrimonio cultural.
Aún ahora es posible atestiguar el legado del trueque: aunque Cholula no fue una zona marítima en la época prehispánica, el Patio de los Altares posee, incrustados a sus bordes, piezas de caracoles marinos y estrellas de mar.