Combate por espana

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COMBATE POR ESPAÑA I - BLAS PIÑAR

Esta es la España resignada, perezosa y abúlica que queremos se haya terminado. A la España condescendiente y objeto de misericordia queremos haya sustituido aquella otra que sabe, como dijo Ganivet, que Gibraltar es un hecho de fuerza para Inglaterra, mientras España sea débil, porque sólo sobre los países débiles se puede ejercer impunemente la alta piratería política. España quiere salir de una época de postración y de debilidad. Queremos la unidad de las tierras de España, que no estará hecha en tanto subsista la amputación de Gibraltar; queremos una España libre, que no existirá completa mientras un trozo de España esté subyugado por una nación extranjera. Reivindicación inmediata de Gibraltar, exigía el punto 4° de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista; y Francisco Franco nos decía en 1936: «España reivindica hasta la última pulgada de tierra española». «Si hemos derramado la sangre de nuestros muertos para hacer una nación», en frase del propio Franco, «la nación no estará hecha del todo mientras no tengamos a Gibraltar», esa oveja arrebatada del redil, a cuya busca nos incita el patriotismo, para que así, como quería Donoso Cortés, la nación se redondee y pueda ser poderosa. * * * Hay algo más que el retorno a la patria de aquello que se le arrebató; hay una reivindicación del papel, mediatizado hasta ahora, que a España le corresponde con relación al inmenso continente africano y que sólo puede realizar dominando el Estrecho. Una leyenda antigua hace del lugar el fin del mundo, amurallado por una montaña inmensa que Hércules rompe de un mazazo. Por la brecha, los dos mares, el Atlántico y el Mediterráneo, se confunden y compenetran. Una corriente superficial que del primero pasa al segundo, aminorando la salinidad de éste y asegurándole su nivel, discurre entre las dos columnas, la del Abyla en la costa africana, y la del Alube fenicio, el Calpe gregorromano, el Gebel al Tarik, de los bereberes, el Gibraltar cristiano de la costa europea, terminado en un saliente que con razón ha podido llamarse la Punta de Europa. Aquí, señalaba Vázquez de Mella en su famoso discurso del día 31 de mayo de 1915, en el teatro de la Zarzuela, el discurso de «los tres dogmas nacionales», está escrito todo nuestro programa internacional. La Geología, la Geografía, la Topografía; las olas mismas del Estrecho, chocando en el acantilado de la costa, nos están diciendo todos los días: aquí tenéis la puerta del Mediterráneo, la llave, aquí está vuestra grandeza». Y es que, en realidad, el Estrecho tiene no solamente esos dos cometidos que anunciaba Vázquez de Mella, sino tres. El Estrecho no es sólo puerta y llave, sino también enlace y puente, toda vez que los estrechos, como los canales, no separan, sino que más bien unen, sirviendo sus márgenes u orillas de trampolín incitante y de asiento seguro para las conexiones permanentes. El Estrecho es puerta de comunicación entre el Atlántico y el Mediterráneo; es puente internacional, cuyas riberas sólo están separadas por algo más de 13 kilómetros, entre África y Europa; y llave que puede cerrar el paso a la flota militar o mercante, dislocando a las armadas de aquellos países, como España y Francia, que tienen costas en ambos mares. El Peñón, para este último cometido, juega el papel de llave, como ha demostrado el diputado inglés Thomas Gibson en un meticuloso trabajo sobre el tema. El Peñón es el llavero — dice— y la llave es la Armada inglesa, los barcos que tienen allí su punto de arranque y de guarnición, para impedir el tráfico militar, estrangulando a la vez el comercio enemigo. El Estrecho, como puente, es testigo de excepción de ir y venir de los pueblos, del flujo y reflujo demográfico de la historia; el paso, hacia el Sur, de los vándalos en el año 429, a cuyo frente marcha Geserico; el paso, hacia el Norte, de los árabes en el año 711, y después, tras ellos, de los almorávides, de los almohades y de los benimeri-nes; del paso al Sur, en última instancia y'partiendo del Peñón, en 1603, de los moros expulsados de la Península. El Estrecho, como conexión, es objeto de estudio para atraversarlo por un túnel, un tubo o un

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