Frutas & Hortalizas Edición 33

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Técnico

Manejo integrado de podas en la mora

que compiten con ramas productivas. Las hojas de la punta terminal de la rama en estado vegetativo están desarrolladas, pero apiñadas (ver foto 2 y 3).

Foto 1. Rama látigo.

Por: Jesús Zuleta Ospina. Ingeniero Agrónomo. Aspirante a Maestría en Protección de Cultivos.

Ramas macho productivas Son ramas gruesas con crecimiento erecto, cenizas, vigorosas y terminan en un racimo floral bien desarrollado a gran altura; la punta terminal de la rama en estado vegetativo es abierta, pero con los primordios foliares cerrados, no tanto como en las ramas macho improductivas. Son ramas de alto rendimiento (ver foto 4).

Foto 2. Crecimiento rama macho.

Ramas hembra Estas son de grosor intermedio entre la rama macho improductiva y macho Foto 4. Rama macho productiva.

Foto 3. Rama macho improductiva.

barrenador del cuello Zascelis sp. Además permiten que las plantas mejoren la capacidad de retorno de nuevos tallos basales.

productiva, verdes, de crecimiento erecto, terminan a poca altura en un racimo floral con excelente desarrollo, el tamaño de la fruta es grande y ovalado. La punta terminal de ramas vegetativas son abiertas asemejando una sombrilla (ver foto 5).

Identificación de tipos de ramas en el cultivo de la mora

Relación del número de ramas basales por planta y las condiciones agroecológicas de la zona

El cultivo de la mora se caracteriza por presentar dimorfismo en los tipos de ramas (diferencia morfológica de una misma estructura de la planta), pudiéndose identificar cuatro tipos de estas, así:

Los

frutales de clima frío moderado y, específicamente la mora, requieren de manejo integrado del cultivo y una de las labores culturales de mayor importancia, es la poda. Su relevancia radica en que esta práctica favorece los siguientes aspectos. La transformación de residuos provenientes de podas al interior del cultivo, disminuyen los focos de infección de las principales enfermedades que atacan la mora, esta transformación se puede hacer mediante inoculantes microbiológicos descomponedores de residuos orgánicos.

Ramas látigo Estas se caracterizan por ser delgadas, con tendencia de crecimiento hacia el suelo, su punta terminal es cerrada asemejando a un cigarrillo verde claro. Los productores la propagan por su gran capacidad de enraizamiento, pero las plantas reproducidas a partir de este tipo de ramas, producen en mayor proporción ramas látigo y machos improductivos, razón que afecta los rendimientos del cultivo (ver foto 1). Ramas macho improductivas Su característica principal es que tienen crecimiento horizontal indeterminado, son delgadas y rojizas, terminan en un racimo floral con pocas inflorescencias que proporcionan frutos redondos y pequeños. Estas ramas por su forma de crecimiento consumen gran cantidad de nutrimentos

La poda de producción es un aspecto importante para mejorar los rendimientos. Cada tipo de rama tiene una forma de desarrollarse, y el manejo de la poda es específico para cada una de ellas. La poda de renovación, al igual que la poda de formación y de aclareo, son prácticas culturales que favorecen una mayor aireación del cultivo, formando microclimas menos húmedos, generando factores que impiden el establecimiento de enfermedades como antracnosis, mildeo velloso Peronospora sparsa, marchitez y pudrición radicular Verticillium sp, o de plagas como el Frutas&Hortalizas

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No. 33 / enero - febrero de 2014

Foto 5. Rama hembra.

Foto 6. a) Planta antes de selección de ramas basales.

El número de ramas basales depende de las condiciones agroecológicas de la zona: en zonas con alturas entre 1600 y 1800 msnm se puede trabajar con hasta 12 ramas; entre 1800 y 2000 msnm con hasta 10 ramas, y por encima de los 2000 msnm, lo más recomendable es trabajar solo con 8 ramas. Se considera rama basal primaria aquella que nace desde el suelo o, rama basal secundaria, aquella que se forma en los primeros 20 cm de altura. Al momento de hacer una poda de formación, mediante la selección de ramas basales, se debe tener en cuenta otros factores agroecológicos como humedad relativa y luminosidad (ver foto 6). Se conoce que el cultivo de la mora presenta buen desarrollo en zonas con humedad relativa entre el 70 y 80 por ciento, y brillo solar de 1200 a 1600 horas luz/año, así, el número de ramas seleccionadas debe ser inversamente proporcional a los factores climáticos descritos anteriormente (ver foto 6).


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