ESTE LIBRO HA SIDO ESCRITO E ILUSTRADO POR…
Daniel Echevarría Ayala López Nicolás González Daniel Salvador Paola González Marina de las Fuentes Claudia Alonso Manuela González Enrique Onandía Pablo Gerez
CRIE, Viérnoles 2020.
En los lejanos mares de Oceanolandia había un barco pirata que estaba hecho de oro y tenía un ancla gigante que era de oro también. En la proa había una figura con forma de calavera, que el capitán le robó a un marinero que se encontró en un mar lejano.
El barco tenía un capitán pirata. Me llamo capitán Matamoscas. Soy diminuto pero más fuerte que nadie y, a todo el que se mete conmigo, le parto en dos. ¡Todos tienen miedo de mí!
A todos les aterrorizaba mi pata porque era una lata oxidada que chirriaba cuando andaba y les daba miedo. ¡Muchísimo miedo!
Toda la tripulación le tenía miedo. Llegó el timonel. -Mi nombre es Pablo El Valiente. Me gusta mucho navegar a gran velocidad por los mares de Oceanolandia. Cambié la pata del capitán por una calavera de tiburón tibur n, que le había quitado a un tiburón blanco que había matado. Con la nueva pata, cuando estaba oscuro, ponía una luz dentro de la calavera y daba miedo porque parecía que había un tiburón dentro del barco. Y todos tenían miedo porque creían que iban a ser comidos por el tiburón.
Después llegó el pirata cocinero. - Mi nombre es Cocinero Del Matadero. Preparo todos los días anguilas con gambas crudas para la tripulación, es mi especialidad.
Tuve la idea de cambiar la pata del capitán por un cuchillo enorme de cocina, que se utilizaba para cortar las anguilas eléctricas y las lubinas. Con la nueva pata iba rompiendo el barco, haciendo boquetes. Y todos tenían miedo porque podía clavárselo a la tripulación, pero el capitán iba muy lento.
Apareció por allí otra pirata. - Soy la grumete y me llaman Roquita. Soy pequeñita Y tengo el pelo muy cortito. Soy lista y muy traviesa. Me gusta leer libros y gastar bromas.
Se me ocurrió cambiar la pata por unas tijeras. Con la nueva pata corto de todo: pelos, ropa, dedos… Y todos tenían miedo porque les podía cortar los bigotes y… ¡muchas cosas más!!
El siguiente pirata que apareció dijo: -Soy la pirata armero y mi nombre es La Armero Matabichos. Me gusta mucho salir de mi barco a nadar, para ver el mar de Oceanolandia. Tengo una pata de cristal.
Rápidamente cambié la pata por una pistola que dispara a los peces de colores. Con la nueva pata, tenían el barco lleno de peces de colores y olía mal, ¡muy mal! Y todos tenían miedo porque estaba muy cabreado porque no le gustaban los peces.
Entonces se presentó el pirata vigía. -Mi nombre es Cotilla Mirilla y soy el primero en enterarme de todo lo que pasa en el barco. Por ejemplo, el otro día el tonelero tiró 50 barriles por la borda.
Cambié la pata del capitán por un tiburón tibur n come cabezas. Con la nueva pata mordía el suelo y hacia agujeros. Y todos tenían miedo porque tenía dientes afilados y tenían miedo de caerse al agua.
Más tarde, vino la pirata médico que se llama Agujereadora Veloz y no ayudo a los heridos casi nunca. Me cuesta llegar a la hora porque siempre me quedo dormida.
Rápidamente cambié la pata por un cuerno de unicornio. Con la nueva pata al caminar echaba slime a toda la tripulación. Y todos tenían asco porque se les quedaba el slime en el pelo o en la ropa.
Más tarde vino el pirata tonelero. Me llamo Pedro el Tonelero. Me gusta tirar barriles por la borda.
Rápidamente cambié la pata por un lingote de oro que pesaba mucho. Con la nueva pata se resbalaba y se caía. Y todos tenían miedo porque era torpe y a sus compañeros les tiraba barriles.
El loro pirata, que lo había visto todo, pensó que era mejor cambiar la pata del capitán por una bola de luces discoteca así nadie le tendría miedo y estarían todos contentos.
El capitán se puso muy contento y, para celebrarlo, organizó una fiesta. fiesta Todos se pusieron a bailar, cantar y tomar zoleveza. Al final, llegaron a una isla inexplicable ,era preciosa y mágica. ¡Se quedaron allí para siempre!
Este libro es una adaptación del álbum ilustrado “El PIRATA de la PATA de PATA”, escrito por JOSÉ CARLOS ANDRÉS e ilustrado por MYRIAM CAMEROS SIERRA. EDITORIAL NubeOcho.