Wilhelm Conrad “E
Röntgen (1845-1923)
Francisco Javier Anaya García francisco.anaya@fisica.uaz.edu.mx
n los campos de la observación, el azar favorece solamente a la mente preparada”, o al menos eso es lo que aseguraba Louis Pasteur. Y es que en el mundo de la ciencia es muy complicado que los resultados de los experimentos coincidan totalmente con lo esperado en un principio, y por lo general los investigadores deben adaptarse a una infinidad de imprevistos que surgen en el proceso y cambian la perspectiva inicial del experimento. Wilhelm Röntgen es un claro ejemplo de cómo la capacidad de un científico para adaptarse a lo inesperado puede llevar a descubrimientos que marcan cambios importantes en la historia de la humanidad. Wilhelm Conrad Röntgen nació en Lenep, un pequeño poblado de Alemania el 27 de marzo de 1845. Su padre era un comerciante textil alemán; su madre venía de una familia holandesa de renombre en la navegación, por lo que siendo aún muy pequeño su familia se mudó a Holanda. Le encantaba dar largos paseos por los prados y bosques del lugar. No mostraba un talento particularmente superior al de sus compañeros, e incluso fue expulsado de la Escuela Técnica de Utrecht al ser acusado de dibujar una caricatura de uno de sus profesores, aunque tiempo después se supo que Röntgen en realidad no había sido el culpable. Tenía la intención de convertirse en ingeniero mecánico por lo que comenzó a frecuentar las clases de física en la Universidad de Utrecht, pero sólo como oyente, pues no reunía los requisitos para ser considerado un alumno regular. Lo que Röntgen buscaba, era aprender lo necesario para aprobar el examen de admisión del Politécnico de Zúrich. Cuando logró su cometido, pudo asistir a las clases que impartía Julios Clausius, físico de renombre por sus estudios en termodinámica. Además, tuvo la oportunidad de trabajar en el laboratorio de August Kundt, científico que se destacó por sus estudios en ondas. Fue ahí donde Wilhelm Röntgen obtuvo el grado de ingeniero mecánico.
BIOGRAFÍA
Zúrich fue también el lugar donde Wilhelm Röntgen se enamoró perdidamente de Anna Bertha Ludwig, quien era hija del propietario de una cafetería cerca del politécnico. Era una mujer encantadora 6 años mayor que él, lo cual nunca fue bien visto por los padres de Röntgen, quienes no se molestaban en disimularlo. Su desprecio llegó al grado de que los padres de Anna no fueron invitados a la boda por ser considerados socialmente inferiores. Nunca pudieron tener hijos propios, pero en 1887, tras la muerte del hermano de Anna, adoptaron a su sobrina Josephine Bertha Ludwig.
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Röntgen no era muy bueno para el latín ni el griego, por lo que después de obtener el grado de doctor por su trabajo en el estudio de los gases, le tomó algo de tiempo conseguir una plaza como profesor. Trabajó temporalmente en las Universidades de Würzburg, Hoenheim y Estrasburgo antes de aceptar el puesto de director del Instituto de Física de la Universidad Hessian-Ludwings en Giessen. Es lógico entonces, que cuando empezó a publicar pequeños artículos sobre la relación entre la luz y la electricidad, su nombre comenzara a colarse de a poco entre los grandes prospectos científicos de la época, aunque su afán por mantener un perfil bajo evitando conferencias y convenciones ocasionó que algunos lo llegaran a acusar