ARTÍCULOS Y REPORTAJES
FAUNA DE ZACATECAS Daniel Hernández Ramírez dhernan@hotmail.com
Pitacoche Familia: Mimidae. Nombre científico: Toxostoma curvirostre (Swainson, 1827). Nombre común: Cuitlacoche pico curvo, pitacoche, curve-billed thrasher. Estatus de conservación: Nom-059: sin categoría; UICN: preocupacion menor. Foto: Jorge E. Schöndube Estas proteínas brindan la posibilidad a los investigadores de observar procesos que antes no se podían vislumbrar. Dichos procesos incluyen el desarrollo de enfermedades neuronales, el desarrollo de células cancerosas, la proliferación de virus e incluso el crecimiento de bacterias tanto patógenas como no patógenas [3].
Descripción: Un adulto puede llegar a medir entre 24 y 29 cm de largo. La cola es larga; el plumaje de las partes superiores es pardo grisáceo y en las partes inferiores es claro. Se distingue de otros cuitlacoches similares por su pico largo y curvo y por la presencia de rayas oscuras en el pecho. El ojo de los adultos es anaranjado o rojo, mientras que los individuos jóvenes tienen los ojos amarillos. Juega un papel ecológico importante, ya que funge como dispersor de semillas y controla plagas de insectos (en ocasiones perjudiciales para el hombre).
Existen algunos ejemplos de otras aplicaciones de las proteínas fluorescentes, tales como el uso de biosensores en modelos animales para el estudio de ciertas enfermedades como las neurodegenerativas [4]. Las técnicas que involucran la utilización de proteínas fluorescentes sin duda seguirán impactando los diferentes campos de la ciencia, ya que sus aplicaciones están en continuo desarrollo y en los próximos años sin duda aparecerán nuevas técnicas y proteínas que nos permitirán mejorar nuestros conocimientos en todas sus áreas de aplicación [2].
Distribución: Es un habitante común de los desiertos del suroeste de Estados Unidos, desde Arizona hasta Texas. En México se localiza en el desierto de Sonora y su distribución se extiende al sur a través de la altiplanicie mexicana hasta las zonas altas de Oaxaca. Vive en desiertos y zonas semidesérticas, en vegetaciones de matorrales, arbustos y cactus. También suele verse en los límites de bosques, además de ser un habitante común en jardines y parques urbanos en los estados de Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tabasco y Zacatecas. Hábitat: Frecuenta zonas áridas, matorrales espinosos, los límites de bosques con arbustos, selvas bajas caducifolias y áreas urbanas. Comportamiento: Anida en arbustos espinosos, cactus y árboles bajos. El nido es voluminoso y en forma de taza, hecho de ramas, pasto y diversos elementos vegetales; es construido por la pareja. Reproducción: Pone de uno a cinco huevos color azul verdoso pálido con puntos de color café. Ambos padres incuban y crían a los poyuelos.
Referencias
Alimentación: Se alimenta en el suelo y su dieta consiste de pequeños frutos, insectos, gusanos o moluscos. Generalmente son aves solitarias, pero pueden alimentarse en parejas y formar grupos alimenticios con otras especies de aves. Referencias http://avesmx.conabio.gob.mx/verave?ave=1454 http://naturalista.conabio.gob.mx/taxa/14912-Toxostoma-curvirostre http://evirtual.uaslp.mx/Agronomia/clubdeaves/Passeriformes/Paginas/Toxostomacurvirostre.aspx http://www.biodiversidad.gob.mx/publicaciones/versiones_digitales/AvesColomos.pdf
ARTÍCULOS Y REPORTAJES
[1].- Alicia Y. Franco, M.L. (2009). Aplicaciones de la proteína verde fluorescente (GFP) en la biología celular y en la visualización del sistema nervioso. Revista de Estudios Transdisciplinarios, 1(2), 84-96. [2].- Ruiloba, L.S. [En línea]. Las proteínas fluorescentes, nuevos colores para la biología celular. Sociedad Española de Bioquímica y Biologia Molecular –Divulgación. <http:// www.sebbm.es/web/images/archivos_tinymce/abril2013_luciasanchez.pdf>. (2013). [3].- Pérez Millán, M.I., Becú-Villalobos, D. (2009). La proteína verde fluorescente ilumina la biociencia. Medicina (Buenos Aires), 69(3), 370-374. [4].- Lucas, J.J. (2009). El descubrimiento de las proteínas fluorescentes y su utilidad en la investigación biomédica. Anales de la Real Academia Nacional de Farmacia, 75(1), 99-112. [5].- Welter, K. (2008). La proteína verde fluorescente – una herramienta valiosa en la biomedicina. Avances en Química, 3(3), 99-103.
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