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En conclusión

A pesar de los muchos desafíos que enfrentan los cultivos hidropónicos, esta técnica ha demostrado ser muy efectiva en la producción de alimentos de alta calidad. Estos sistemas de producción son más eficientes en términos de agua y energía que los cultivos tradicionales, lo que los hace más sostenibles y económicos.

El problema principal de este tipo de cultivos es, claro, la contaminación del agua, que tiene nutrientes apetitosos y condiciones óptimas no solo para las plantas del cultivo, sino también para algas, hongos y bacterias. Este riesgo no es pequeño, ya que puede acabar con la cosecha completa en poco tiempo.

Ozonizando el agua de recirculación, este riesgo es anulado, eliminando la posibilidad de enfermedades que se transmiten por el agua. Además, al descomponerse rápidamente en oxígeno, sin dejar residuales químicos, consigue un extra de oxigenación que las plantas agradecen con un desarrollo radicular espectacular traducido, a su vez, en un crecimiento vigoroso y sano.

Con el continuo avance de la tecnología y la investigación, es probable que los cultivos hidropónicos, y con ellos el ozono como herramienta eficaz para su mantenimiento y mejora de las cosechas, jueguen un papel cada vez más relevante en la producción de alimentos.

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