FOTO DE JAVIER ZEA
“De, desde, en, entre, hacia” se presenta en el vestíbulo del MALI hasta el 19 de junio.
El nuEvo proyEcto dE Mali in situ
REGRESO A lA ESEnciA Rita Ponce de León, Joelle Gruenberg y Pablo Pérez presentan “De, desde, en, entre, hacia”, una intervención en el vestíbulo del Museo de Arte de Lima que busca repensar el cuerpo, el espacio y las relaciones. Sharon Lerner es la curadora de la octava edición de MALI in Situ.
Por Gloria Ziegler
H
ace un año y medio, cuando la artista Rita Ponce de León, la bailarina y coreógrafa Joelle Gruenberg y el arquitecto Pablo Pérez se reunieron en Lima para comenzar su investigación, encontraron al MALI en plena transformación. Conocieron al museo tras bambalinas: las obras del segundo piso, las visitas guiadas, los talleres. Y fue allí donde surgió la idea de crear un proyecto que acercara al público de una manera distinta. Sin miedo a tocar las piezas, sin la represión de un espacio casi policiaco. “No queremos ser un lugar de contemplación, sino de activación”, explica la curadora Sharon Lerner. Y este proyecto se propone, justamente, interpelar al museo sobre su funcionamiento y su relación con el
público, pero también generar una oportunidad para que las personas se relacionen con él –y entre sí– de una manera distinta. “De, desde, en, entre, hacia” no es una instalación que apele a las performances tradicionales. Si hay algo en común entre Ponce de León, Gruenberg y Pérez es su interés por la danza Butoh, una manifestación artística japonesa de movimientos lentos y expresivos que surgió durante la posguerra, con la profundidad para llegar a lo esencial a través del cuerpo. “Es algo que te permite ser y estar en función al otro, y entenderte en esa relación”, dice Lerner. Una danza que, en este caso, funcionó como lenguaje. Con ella nació la instalación de varillas de cobre giratorias, que replanteará la cir119
culación por el vestíbulo del museo hasta el próximo 19 de junio. “Es una pieza sutil, pero funciona de una manera especial: te obliga a reconocer la presencia del otro en el espacio, a romper jerarquías y generar modos de organización colectiva. Es algo que nos saca del ensimismamiento con el que avanzamos por la vida”, dice Lerner. La pieza está acompañada de una serie de tejidos, ubicados en un área lateral, ideados para una experimentación grupal. Sin dudas, una edición del MALI in Situ que plantea una propuesta diferente. Un espacio en el que las obras adquieren significado a partir de la interacción de las personas. n