gente de hoy
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a danza es el arte de Vania Masías; el respeto, su pasión; y hacer empresa, su habilidad innata. Gracias a la confluencia de estas virtudes, la asociación cultural D1 nació en 2005. Lo que en sus inicios fue una escuela de danzas urbanas en Chorrillos, hoy suma cuatro sedes, una productora y un emprendimiento social: Ángeles D1. “Somos la primera escuela multidisciplinaria del Perú, pero me gustaría desmitificar que solo formamos bailarines: hacemos mejores ciudadanos”, afirma Vania. “Tenemos un programa de formación integral, los chicos entran a los 14 y salen a los 18 años, y el único requisito es que sean líderes, así se trate de jefes de pandillas”, agrega.
Vania Masías a los 7 años. Se formó en el Teatro Municipal de Lima con los profesores Lucy Telge y Mikhail Koukharev, a quienes considera sus maestros.
“Quiero Que se haga de este programa una política pública. demostramos Que es efectivo y Que funciona”. El arte como herramienta de inclusión social es la bandera de Vania para combatir la indolencia. Cuando la falta de oportunidades amenaza una carrera prometedora, su vena emprendedora no puede quedarse quieta. Los resultados se multiplicaron en una década. Uno de sus discípulos, Michael Grijalva, parte de la primera promoción de Ángeles D1, es el actual campeón internacional de house dance. “Lo llaman para dar workshops en los Estados Unidos. Por historias así nos damos el crédito como D1”, cuenta Vania. Profesionalizar a bailarines contemporáneos de todos los sectores sociales implica acumular horas de entrenamiento desde la base, el ballet clásico, y certificarlos con un diploma en desarrollo de habilidades y gestión. Este
D1 tiene una alianza educativa con el Broadway Dance Centre de Nueva York: cuatro profesores de la escuela viajan una vez al año para recibir veinte clases gratuitas.
logro es un reto cumplido para Vania y su equipo. Con un currículum así, ¿qué partido político no la quisiera tener en su lista? “No podría, no soy política. Pero sí quiero que se haga de esto una política pública. Demostramos que es efectivo y que funciona”, dice Vania. Los grandes sueños no llegan sin sacrificios que estén a la altura. Para Vania, notable bailarina del Ballet Nacional de Irlanda, su última compañía, significó dejar de asistir a funciones de ballet. “El 10
año pasado fui a ver “Cascanueces” en el Teatro Municipal; lloré desde que empezó hasta que terminó. Los vestuarios eran los mismos que usaba, los reconocí porque hice de todos los personajes”. En la gala de este 3 de noviembre en el Gran Teatro Nacional, en la que se presentará “Cenicienta”, el espectáculo de apertura contará con sesenta bailarines en escena, entre ellos, la propia Vania. Las entradas ya están a la venta en Teleticket. n