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Las aguas de La Alameda

La XX Exposición Nacional de Orquídeas del Caroní culminó ayer su desfile de flores con una muestra de variadas especies de orquídeas. Más de 4 mil personas atendieron a los dos días de exhibición. /C4

El sonido de la lluvia alerta a los habitantes de La Alameda, en Ciudad Bolívar. Las fallas del sistema de desagüe han sido eternas y las autoridades no han podido darle solución. /C5

Foto William Urdaneta

Los matices de la flor

Correo del Caroní

C

Ciudad

Ciudad Guayana lunes 2 de septiembre de 2013

n Estefania Todisco

L

a tierra de Guayana está indudablemente bendecida por el clima tropical y las aguas que corren por los subsuelos brindándole a esta ciudad un ornato hermoso con parques naturales, flores, arbustos y cascadas. De ello se ha sacado provecho, tanto para la economía de esta región como para el embellecimiento de la ciudad, y el esparcimiento de todos aquellos que disfrutan de un paseo por estos espacios. Estas plantas que se observan al pasar entre caminatas y rodando por las aceras vehiculares pueden ser conseguidas fácilmente en locales donde la diversidad natural se mezcla en un juego extraño de especies. Estos sitios son los viveros. Dentro de la ciudad hay más de cinco viveros, entre San Félix y Puerto Ordaz, mientras que en las zonas campesinas la siembra de frutales cítricos es lo más común. Uno de los viveros más antiguos de la zona es el Hato Gil, perteneciente a la Corporación Venezolana de Guayana, en el cual no sólo se siembra sino que también se dictan cursos agrícolas. Otro de los más viejos es el Vivero Grami Jardines, ubicado en la entrada del sector La Victoria, San Félix. Este hermoso vivero está dirigido por la señora Ada Rodríguez desde 1983. Desde joven acompañaba a su papá a regar sus plantas, y poco a poco su gusto por la jardinería se convirtió en una pasión, tanto para ella como para su familia. Rodríguez conoce la tierra guayanesa, sabe qué es lo mejor para ella y cuáles son las plantas idóneas para sembrar.

Tierra de ixoras

“Lo que más buscan los guayaneses y que se ve en las calles y casas son las ixoras, las enanas, porque es

La rebeldía de las plantas en el vivero Distintas especies conviven en pequeños espacios dispuestas a florecer a la vida.

ro cuida y siembra las e Loefling José Rome e rqu Pa l de ero viv el En necesidades del parqu plantas para suplir las

una planta que soporta altas temperaturas y resiste a las sequías”, explicó Ada. Eduardo Sayalero, dueño de Viveros Jardín Guayana, resaltó que las ixoras sirven de complemento para la seta de jardines, que son volúmenes de plantas contrastadas para embellecer. Entre otras de las plantas comunes para la decoración están el

FOTOS CARLOS LEÓN

Estos espacios sirven para la compra pero también para dar un paseo y relajarse mientras se respira aire puro.

cilantrillo, las trinitarias, el búcaro para los frentes de casas y la gota de oro.

Eduardo Sayalero, Viveros Jardín Guayana. “Nosotros aquí producimos un 25 por ciento de las plantas el resto es comprado y revendido pero tenemos nuestro encargado que sabe qué sembrar y dónde para que unas plantas no se coman a otras y aquí al que venga se le ayuda con esa información”.

Ambiente verde

No sólo los parques naturales de Guayana le dan color a esta ciudad. Los clubes como el Italo Venezolano, el Portugués, la Universidad Católica Andrés Bello y algunas de las sedes de las empresas básicas, se presentan a sí mismas con hermosas jardinerías, y eso es parte de la

Las ixoras, bromelias sembradas en Caroní y plantas cítricas frutales son las más

Los paisajismos naturales de Guayana no son una coincidencia: también son causa de los beneficios que la tierra ha dado, y a la cual se le ha sacado provecho gracias a los viveros.

Ada Rodríguez, Vivero Grami Jardines C.A. “Me gusta el colorido de los viveros de los jardines, producen relajación, oxigeno que nos ayuda a nosotros y al planeta. Cuando mi papá empezó era por esto, no por negocio”.

José Romero, encargado del vivero del Parque Loefling. “Si no me gustaran las plantas no estaría aquí trabajando por más de 20 años. El gusto a ellas se resume en que he estado conectado a la naturaleza desde pequeño porque vivíamos en zona rural o campesina”.

cultura verde y de la siembra que se arraigó en esta región desde sus inicios. Los viveros de Guayana son altamente visitados, sobre todos los fines de semanas, aclaran Rodríguez y Sayalero. Coinciden en que hay muchas personas que sólo van a ver, a respirar aire puro y a apreciar las bellezas florales; así como hay otros que acuden a comprar abono, plantas, fertilizantes y otros complementos para el cuidado de estos seres vivos. Los viveros como tal están diseñados para la venta de plantas, pero en Guayana casi todos tienen un espacio propio para la siembra de matas de naranja, diana o mandarina, limón y otros arbustos de tallo pequeño que pueden ser vendidos. “Al guayanés le gusta la jardinería y nosotros aquí por ese gusto producimos una parte de lo que vendemos, aunque empezamos haciéndolo por gusto, sabiendo que ellas limpian el ambiente”, expresó Rodríguez. Dentro del Parque Loefling, de Puerto Ordaz, hay un vivero que,

aunque no está dirigido para la venta de plantas, cuando alguien quiere alguna la venden a un costo más bajo. Este espacio es para el esparcimiento, para conocer sobre los arbustos y pasear por el parque. José Romero, encargado del cuidado del vivero desde 1988, es técnico medio en Agronomía, explica que para tener un jardín es necesario querer a las plantas, al planeta y ser consciente de que cada siembra es una nueva vida. “Aquí en el parque producimos

suplir las necesidades del parque”, señaló. Si usted desea sembrar en su casa, ya sea en el interior o en el exterior, la mejor época para hacerlo es entre abril y julio, cuando la temporada de lluvia está comenzando para que así, si se olvida de hacer el riego, la lluvia lo hará. Las ixoras no cuestan más de 15 bolívares y otras especies parecidas pueden llegar hasta 25 bolívares, mientras que las más caras son las palmeras adultas que pueden llegar

, amor a la naturaleza

s requiere dedicación

El trabajo de las planta esfuerzo

pero no para vender a particulares sino para la recolección de semillas y preparación de la tierra, y básicamente lo que aquí se produce es para

y

a costar hasta 8 mil bolívares o las plantas exóticas como bromelias, endravios o la rosa del desierto, que valen entre 250 y 450 bolívares.

El costo de lo natural La economía ha afectado a todos los sectores de producción, y los viveros o la jardinería no se han salvado de la inflación. Antes, las grandes empresas de Guayana invertían en diseños arquitectónicos con inmensas jardinerías, ahora esa costumbre quedó en el pasado porque un buen jardín completo puede llegar a costar hasta 32 mil bolívares, según Eduardo Sayalero, quien diseñó los espacios naturales del Club Italo Venezolano, el Edificio Corporativo de Venalum y el paisajismo de la UCAB Guayana. “Aún se hace, pero lo hacen personas en sus casas y porque tienen un gusto y una conexión con ellas, porque eso implica un cuidado y mantenimiento que cuesta plata”, señaló.


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