La artillería del pensamiento
NoÊÎ ÇÊUÊJueves 7 de Octubre de 2010
Opinión Libre
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Guerras del pueblo Aldemaro Barrios
Néstor Rivero
venezuelared@gmail.com
nest2021rivero @gmail.com
Ahora a legislar lo impostergable
Elecciones y guerra
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a reciente elección deja clara la enseñanza de cómo el pueblo venezolano estima las instituciones del Estado más allá de quién ganó o perdió -que de ello no hay dudas, como no hay dudas de que el CNE ha cobrado una confianza creciente que perfila el espíritu democrático de la población-, de que 25% de la población todavía no confía en la Asamblea Nacional (AN) y que los escenarios y las estadísticas están allí para evaluarlas fríamente y tomar las correcciones a que haya lugar. Ahora a los diputados socialistas que hoy defienden a la Revolución Bolivariana en la AN les quedan tres meses para hacer posible la aprobación de leyes orgánicas fundamentales que ya pasaron la primera discusión como el Proyecto de Ley Orgánica de Cultura, entre otras fundamentales como una Ley Habilitante, porque la jurisprudencia vigente se los permite. Ya sabemos que la oposición para el próximo periodo no sólo boicoteará las leyes orgánicas que necesita la Revolución para consolidar el camino hacia el Estado socialista, sino que probará su fidelidad al Gobierno de EEUU, provocando un retroceso en leyes fundamentales ya aprobadas para operar el Poder Popular. Eso ya lo han dicho y no debe sorprendernos: es el pago a una perversa inversión hecha por el imperio. Una vez más nuestras diputadas y diputados se probarán ante el pueblo, que con expectativa espera que nuestros mandatarios legislen en lo impostergable y de allí la confianza en los periodos de lucha que vendrán inmediatamente, que no necesariamente se realizarán en el ámbito electoral sino en el pragmatismo político que no deja ver con claridad el campo de batalla: el de la ideas y de la conciencia en el que tenemos fortalezas, pero que se sustenta jurídicamente en términos legales de la IV República, como es el caso de la cultura. Ahora más que nunca la pérdida del poder político del pueblo se sustenta en el riesgo de no tener una base legal que le dé consistencia a las acciones que tanto el Ejecutivo como el mismo Poder Popular deben tener para consolidar el sentido de nacionalidad, la identidad y los valores de conciencia sobre nuestra condición de latinoamericanos y caribeños. Y eso, entre otras consideraciones lo contiene la Propuesta de Ley Orgánica de Cultura que coordinó el diputado Cristóbal Jiménez, presidente de la Subcomisión de Cultura de la Asamblea Nacional. Caracas
• Ventana ecosocialista ista
Lucha por la soberanía agroalimentaria Heryck Rangel Hernández
C
heryckr@gmail.com
ada seis segundos muere de hambre un niño en el mundo, víctimas anónimas de un sistema desigual que ha reducido a la humanidad a un mercado en el que sólo importan las pérdidas y ganancias en función de la acumulación de capital. La ignominiosa desigualdad del capitalismo que ha hecho que más de 2.000 millones de personas sufran de desnutrición y deficiencias nutricionales, más de 840 millones de persona (mujeres y niños) en gran medida sufran de desnutrición crónica y que todos los años unos 18 millones de personas, sobre todos niños, mueran de inanición y de enfermedades causadas por la desnutrición. Pero, al parecer, el hambre es una crisis de la que el mundo se ha olvidado. Durante la Cumbre del Milenio, los jefes de Estado y gobierno del mundo asumieron el compromiso de reducir a la mitad la extrema pobreza y el hambre -para el año 2015- que para el año 2000 afectaba a más de 1.000 millones de personas. En tal sentido, en Venezuela, el Gobierno Revolucionario ha venido generando políticas dirigidas a garantizar en un primer momento
la seguridad alimentaria pueblo, ntaria de nuestro pueblo y en un segundo estadio la plena soberanía agroalimetaria. El pasado domingo, desde el estado Guárico, el comandante presidente Hugo Chávez anunció la medida de expropiación de la empresa Agroisleña, con la firme intención de reducir los precios de las semillas y fertilizantes que comercializaba esa compañía y acabar con el oligopolio que representaba. Inmediatamente, los enemigos del pueblo han salido en defensa del grupo económico en detrimento de las grandes mayorías. Vale la pena que nos detengamos a analizar a fondo un problema que es de alcance planetario: el hambre es un asesino silencioso de la humanidad; y la Revolución Bolivariana tiene el deber histórico de saldar la deuda social acumulada y erradicar el hambre y la pobreza, para construir una sociedad más justa y más humana. Hoy retumba en nuestras sabanas y ese grito que el pueblo hecho Gobierno ha asumido: ¡Así es que se gobierna! Caracas
s correcto afirmar que aquellos procesos electorales en los que se define un modelo de sociedad y un proyecto de soberanía, como los que desde 1998 tienen lugar en la República Bolivariana de Venezuela, equivalen a una guerra sin disparos ni bombas? Consideramos que sí. Lo reiterado de la campaña de descalificaciones, interna e internacional que, en contra del sector que nacionalmente obtuvo, el pasado 26-N, la victoria indiscutible, el PSUV y sus aliados, frente a la opositora Mesa de la Unidad y otros factores, conduce a pensar que tal insistencia en señalar que los perdedores -la MUD- vencieron, forma parte de un diseño cuidadosamente elaborado, con guiatura de la CIA, por los tradicionales centros de imperiales de la información y sus instrumentos de masificación de versiones, entre los cuales resaltan agencias transnacionales como AP, Reuters, BBC de Londres, AFP y los circuitos CNN y Fox entre otros, así como los medios impresos de la SIP. Lograr que buena parte de los usuarios de medios de muchos de los países conectados a las redes imperiales de la difusión, los receptores (más bien consumidores) de información audiovisual, sonora, electrónica y escrita, den por cierto que en nuestro país opera una estructura gubernamental que a cada rato se burla de la voluntad popular, que desconoce todo resultado comicial y “maquilla” con leyes acomodaticias los números y porcentajes, equivale a erigir la versión de una de las partes -el sector opositor venezolano,como la única “verdad” a que pueden acceder los usuarios y población del resto del mundo. Este diseño de circulación informativa global que tergiversa los hechos, está inscrito en el clásico esquema de la guerra de IV generación. Se da por cierto determinado tipo de interpretaciones, sin contrastarlo con las fuentes que legitiman cómputos, el Poder Electoral en el caso venezolano, o la contraparte. Todo en aras de avalar la desproporción que consiste en pretender que las matemáticas se equivocan, y que ahora la suma se llama “resta”. El trasfondo del descrédito orquestado y su reiteración, por un motivo hoy y por otro que se construya mañana, no es otro que el deseo disfrazado de las fuerzas imperiales estadounidenses y su aparataje político-militar de volver a colocar, en manos de sus corporaciones transnacionales, los estratégicos recursos hidrocarburíferos de nuestro subsuelo. Caracas