conVersos nº24

Page 43

diVe r s os

/ ¿Finge el Poeta? Tres visiones del creador

perderse a sí mismo.

la situación previa al acto creativo no hay imágenes sino más bien un temple musical; un sentimiento carente de objeto definido, que sólo más tarde adquiere forma en el poema; una forma que representa la idea poética y que va siempre precedida de un tono anímico musical.

El hombre intuitivo, en cambio, es el hombre poseído por el placer creador; el hombre que reniega de la servidumbre de los esquemas y las abstracciones; el hombre que arroja las certidumbres de los conceptos y, liberado de los límites racionales, se entrega a su poderosa intuición; es el “héroe desbordante de alegría” que busca un nuevo cauce y lo encuentra sobre todo, nos dice Nietzsche, en el arte.

Segunda visión.- Heidegger. La palabra como “desocultación”

Por otra parte Nietzsche, haciendo una valoración que le sirve para distinguir dos caracteres diferenciados dentro del rango del hombre intuitivo, considera que toda expresión artística debiera ser antes que nada la victoria sobre lo subjetivo de lo objetivo; una victoria que conduciría a la liberación del “yo”, al enmudecimiento de la voluntad, a la desaparición de los fines egoístas de un individuo apasionado que se pone a sí mismo como fundamento de todas las cosas, y que, en opinión de Nietzsche, no puede ser considerado más que un adversario del arte. Así distingue entre un artista objetivo, al que valora positivamente, y un artista subjetivo, al que cuestiona.

Los elementos constitutivos del hombre, o en términos del autor, del “Dasein” o “ser-ahí” heideggeriano, son el habla y la visión. La función esencial de la visión es comprender lo visto, y la del lenguaje captar aquello de lo que se habla. El lenguaje, nos dirá Heidegger, además de signo convencional, que cumple su función comunicativa en el intercambio dialogado de palabras comúnmente aceptadas y reconocidas, es “la morada del ser”. El lenguaje cumple, por tanto, una función ontológica que hace aparecer al ente en su verdad mediante la simple nominación. Según Heidegger la verdad se da en primer término como des-ocultación; hay un acceder originario al ser que se muestra directamente “ante los ojos” en el propio ver. La verdad no es sólo, ni en principio, la adecuación del ente al intelecto, hay una primacía ontológica del ver. La verdad no es propiedad exclusiva de un conocimiento racional que enuncia un juicio lógico, sino que pertenece al ser mismo. Y el ser, nos dice Heidegger, aparece primeramente en el nombre, en el lenguaje, en la expresión, en el logos entendido no como “ratio” latina sino como “legein”, en el sentido del original “decir” griego. Si para Aristóteles el habla permite ver, para Heidegger el logos hace patente

El modelo de artista objetivo sería para Nietzsche Homero, poeta épico, apolíneo, artista transformado en médium, que redime su “yo” en la apariencia, y evita confundirse con las imágenes que contempla o evoca. Como artista subjetivo, modelo de poeta lírico, nos presenta a Arquíloco, artista apasionado, dionisiaco, sujeto cuyo “yo” se erige como fundamento de todas las cosas, cuyas palabras dictadas por el genio o por la musa, emergen de los abismos del ser, de un imaginario puramente subjetivo. Relata Nietzsche como surge el acto creativo en un artista de este género, y pone como ejemplo la experiencias de Schiller. Para Schiller en

43

Juan Hospital

Te r r itor ios


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.