Contralinea 356

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nario, una combinación de dos reglas que tiene ese sistema legal, donde estamos argumentando el pago a periodistas por parte de autoridades de Estados Unidos, concretamente por parte del gobierno de ese país. “A Los Cinco se les negó la información sobre lo que “se tenía contra ellos” al ser considerado bajo la Ley de Procedimiento de la Información Clasificada, que le proporcionó a la fiscalía la oportunidad de dar sólo una cantidad ínfima de esa información; sin embargo, en los medios locales se estuvo publicando constantemente. “¿Cómo era posible que un periodista pudiese publicar y ni los acusados ni sus defensores tuvieran esa información? De algún lugar tuvo que haber salido, de dónde si tenían aplicada una ley que impedía el acceso a esos documentos… Evidentemente de su tenedor, ¿quién?: la fiscalía. “Con ese accionar, la fiscalía violó principios elementales que existen en cualquier Estado cuando está juzgando a una persona criminalmente, que es el principio de legalidad. “La fiscalía es el conductor, el velador, el responsable de que exista legalidad en un caso donde se está incriminando a determinada persona, sea quien fuere, por un delito. Y haciendo un uso excesivo del principio de publicidad aparentaron que eran medios de prensa, que eran periodistas que estaban interesados en ese caso.

CONTRALÍNEA

“¿Por qué entonces tanto interés de medios locales y no de los grandes medios? ¿Cómo buscamos una justificación en un país cargado de sensacionalismo? Es clara la actuación del gobierno. Lo importante que se está recalcando aquí es que ese actuar de la fiscalía utilizando a la prensa no es otra cosa más que la violación del debido proceso y la violación del derecho a la defensa. “En cualquier caso, con menos que esto habrían decretado la inmediata libertad de Los Cinco. ¿Por qué razón? Pues porque es un caso viciado. “Además el gobierno no podía contratar a estos periodistas como lo hizo ilegalmente. “Ya lo que queda es que la jueza se pronuncie para ver cómo va a evaluar ese particular respecto a Gerardo Hernández, el que aún soporta la mayor condena, que implica permanecer en una cárcel por el resto de su vida. “¡Dos vidas más 15 años! ¡Pero sólo tenemos una vida! ¿Qué implica que sean dos vidas más 15 años? Implica que no sólo hay una injusticia con esa condena –porque nada hizo Gerardo para que le sancionaran de esa manera–, sino que además, en cualquier centro penitenciario, lo verán como el ser humano más peligroso... “Evidentemente hay una intención muy marcada en cargar toda la ira y todo el odio que se tiene contra este país en Gerardo Hernández Nordelo. Ésa es la gran realidad.” 14 DE OCTUBRE DE 2013

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