Ser mamá es lo mejor que me ha pasado Julián Camacho, su hijo y una bebita en camino, Matilda, son los dones más preciados que recibió Gian Carla Andia Soliz, Gerente Regional de Mad Center que se siente bendecida porque considera que ser madre es definitivamente lo mejor que le puede pasar a las mujeres. Refirió que el desafío de las madres actuales es tener la capacidad de distribuir el tiempo entre el trabajo y el hogar. La mujer de este siglo ya no es la que se queda en casa, ahora también genera, se empodera, pero, también tiene que darse el tiempo necesario para dar calidad de amor y principios en el hogar. El reto está en organizarse robando tiempo al tiempo para ejecutar todo de forma satisfactoria. Para Gian Carla lo más difícil de ser madre es aprender a tener paciencia y perseverancia en el crecimiento y aprendizaje de sus hijos, inculcándoles valores morales como el amor a Dios que es el principio que desata todos los demás. Entre los que destacaría la empatía, la solidaridad, el respeto y la nobleza.
Las tres palabras que describen a Gian Carla como mamá son: cariñosa porque todo el tiempo trata de llenar de amor a su hijo; dedicación para ofrecer lo mejor de sí misma y generosa porque le gusta llenarlo de detalles, no precisamente materiales sino algo que salga del alma para él. También se considera una mujer luchadora porque nunca se “ha dejado” con nada para darle lo mejor en todos los sentidos. Sobre las enseñanzas y experiencias que extrajo de la pandemia, la empresaria aseguró que volver a conectar y reprogramar, entender que lo más importante es mejorar como persona reconociendo sus errores y trabajando en ellos. La parte más difícil de esta historia es que tiene dificultades para equilibrar su rol de madre con su ejercicio profesional. “Puedo organizarlo, aunque mi vida laboral es bastante activa, implica dejar a mi niño todo el día, pero todo lo que hago es para darle lo mejor. El papel de la mujer en cargos de alta responsabilidad hoy en día es complicado llevarlo ya que resta horas de ver a tus hijos crecer, por más que sepas que lo haces por el bien de ellos”, aseguró.
Me gusta que mis hijos se sientan amados María Laura Landívar es ejecutiva de Joyería París, es una mujer amable, de carácter dulce, tolerante, siempre tiene una sonrisa para los demás y cuando la necesitan está en primera fila para ayudar a su prójimo. Ella es madre de Joaquín, Isabella y Briana esta última es su hija de corazón, no la llevó en su vientre, pero Dios se la regaló y la ama igual que a los otros dos. Le gusta que sus niños se sientan amados, porque cada uno tiene su tiempo, inquietudes y ansiedades, hay que aprender a darles tiempo.
Considera que ser madre es buscar lo mejor que una tiene dentro, porque se convierte en guía para estos seres de luz, además en el camino una va aprendiendo muchas cosas que nunca imaginaba experimentar. La mujer juega un rol importante, porque el amor que brinda a un niño se ve reflejado posteriormente en su entorno, el papel de una madre, no importa si es de sangre o del corazón es la seguridad y el puerto donde nacen y crecen todos los dones. “Presentar tus hijos ante Dios ya es un 50% del camino avanzado en la forma de inculcar los valores. Dentro de lo que uno puede creer se llame Dios o filosofía del amor vienen acompañados estos valores como el respetarte a ti y a los demás, vivir en empatía y en comunidad; además, todo en lo que se crea firmemente tiene que pasar a la próxima generación y ello es una responsabilidad que tenemos como padres”, sostiene esta amorosa mamá. En cuanto a la emergencia sanitaria reconoce que al margen de todo lo negativo para ella fue una bendición, porque antes con su esposo estaban mucho tiempo fuera de la casa y esa temporada aprendieron a conocer a sus hijos, a darse cuenta que no necesitan de grandes lujos para disfrutar. “Aprendimos a valorar los momentos cotidianos en familia que son sencillos, pero a la vez completos”, señala Landívar.
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CONTACTO CONSTRUCCIÓN - MAYO 2021