En el pueblo de Villa Alegre había una escuela pequeña y bonita llamada Arcoiris. A ella llegó un día una alumna nueva llamada Azucena. La maestra la presentó a sus compañeros. Al momento toda la clase se quedó mirándola muy fijamente. Azucena usaba gafas, pero eso no era raro, había en clase otras chicas con gafas. En cambio, las gafas de Azucena eran distintas: todas enteras hasta los cristales eran violetas.
Pasรณ la hora de clase y llegรณ el recreo, Azucena estaba un poco perdida, pero
Margarita una niña amable y también curiosa se acercó a ella y le preguntó porqué llevaba esas gafas. Azucena le respondió que en recuerdo de su abuela, como se dio cuenta que Margarita no la entendía le dijo que se sentara con ella que le iba a contar una historia. Al verlas juntas se acercaron otras niñas y Azucena comenzó su historia.
Cuando era pequeña mi abuela Rosa me contó una historia y me dijo que la recordara siempre. En el lugar donde ella vivía cuando era muy joven había una fábrica de ropa donde trabajaban muchas personas, casi todas mujeres. Allí hacían camisas de muchos colores y, un día hubo un incendio y se quemó la fábrica, toda la ropa y las mujeres también. Las puertas estaban cerradas y nadie pudo salir. Fueron muy valientes y las camisas que estaban cosiendo ese día eran de color violeta, por eso desde entonces se las recuerda con ese color. El día es el 8 de Marzo y yo desde pequeña uso gafas y
elegĂ el color violeta en nombre de mi abuela y todas las mujeres valientes.