Gentileza Sigdo Koppers S.A.
En términos generales, las fundaciones pasan por las etapas de excavación, sello de fundación, trazado topográfico, colocación de la enfierradura (en la imagen, zapatas), colocación de insertos y/o pernos de anclaje, hormigonado, curado y tratamiento de juntas. dad, se elige la maquinaria adecuada. En general, las retroexcavadoras y excavadoras son apoyadas por camiones tolvas que permiten trasladar el material a acopios temporales (en el caso que sean reutilizados) o a botaderos autorizados (en caso contrario). “El uso de camiones aljibes resulta de vital ayuda para mitigar los efectos de la polución que se produce al excavar y cargar la tolva. La maquinaria minera, además de las características técnicas propias del equipo, debe cumplir con requisitos de seguridad de las mineras, relacionado con señales sonoras, cintas reflectantes, conos de demarcación, pértiga y baliza, entre otros”, señala Rodolfo Cárcamo, constructor civil y Administrador de Contratos en Puga Mujica y Asociados S.A. Para los sellos de fundación, con o sin emplantillado y para no alterar las condiciones de resistencia y rigidez del suelo, se remata la excavación a pala y luego en general se compacta la mayoría de las veces con placas compactadoras. “En fundaciones más grandes se utiliza rodillo compactador. La mayor cantidad de contratos exigen colocar un emplantillado de 5 cm de espesor sobre el sello de fundación como placa de limpieza, donde se pueden trazar los ejes de las fundaciones y posiciones de pernos de anclaje, y además se puede soplar para mantener la zona limpia. Como equipo para el emplantillado, en general, se utiliza solo el camión mixer que trae el hormigón y luego es vaciado directo al fondo de la excavación por medio de las canoas. A veces se requiere llegar con grúa y capacho, cuando no puede acceder el camión mixer”, detalla Guarda. Posteriormente, la etapa de enfierradura considera preparación (cortado, doblado y marcado) fuera de la faena 10 construcción minera nº 18 • junio 2016
con el objetivo de que su montaje se realice en un tiempo menor al que tardarían si fueran fabricadas en faena. “En fundaciones pequeñas, se trae el fierro prearmado, se baja a la excavación y se deposita sobre el emplantillado. Cuando las fundaciones son repetitivas, se puede programar el traer los canastillos de estas ya pre armados desde los patios de enfierradura, los que se transportan y se bajan con el mismo camión que tiene un equipo de izamiento acoplado, o se usa una grúa torre o grúa móvil, para bajarlo y posicionarlos sobre el emplantillado”, explica el ingeniero de Sigdo Koppers S.A. Tras esto corresponde la actividad del moldaje o encofrado, actividad que también ha tenido un desarrollo mediante encofrados industrializados, paneles súper livianos, piezas de ajustes especiales e incluso la incorporación de plataformas y pasarelas que evitan tener que armar estructuras adicionales para realizar la ejecución de la misma o de actividades posteriores. “Finalmente el hormigonado de la fundación se realiza mediante hormigones dosificados en planta hormigonera y colocados con la ayuda de bombas de hormigón que nuevamente permiten un aumento de la velocidad de colocación respecto de métodos tradicionales”, explica Cárcamo. Como el hormigón debe cuidarse en los primeros días para que alcance sus propiedades de resistencia y durabilidad, se requiere monitorear su temperatura y humedad, evitando evaporación excesiva y fisuras. Para el curado hay múltiples metodologías, como arena húmeda, arpillera húmeda, membranas de curado, polietileno con aislación, entre otras.