ANEXO 5: PORTAFOLIO GUÍA PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL PORTAFOLIO 1. Consideraciones generales: Los portafolios pueden asumir muchas formas diferentes y usarse con muchas finalidades. Los más conocidos son de trabajo, evaluación y presentación. Este portafolio es un proyecto que abarca todo el proceso del taller. La finalidad principal es actuar como memoria, depósito de la experiencia y el trabajo reflexivo de las personas participantes. Para nosotros desempeña una triple funcionalidad: lo utilizamos como portafolio de trabajo, de presentación y evaluación. Contiene trabajos terminados o en desarrollo, evaluaciones, correcciones, reflexiones y opiniones, entre otros tantos insertos que documentan el avance del participante. No se trata de un acopio indiscriminado, muy por el contrario, es selectivo y coherente con los objetivos planteados de antemano en el taller de teatro. Su valor radica en que es un instrumento de auto monitoreo permanente y un medio de interacción con los padres y/o apoderados, sus pares y el facilitador, quién de forma permanente valora y guía al estudiante. 2. Elementos que componen un portafolio tipo a. Presentación: El estudiante en su portafolio, se presenta, haciendo una breve descripción de su persona: ¿quién es?, ¿cuáles son sus intereses?, ¿sus aprensiones?, ¿cuál es su entorno?, ¿sus pretensiones?, ¿cuáles son las expectativas que tiene frente al trabajo que inicia?, etc. Ilustra su portafolio con elementos identificativos propios de una estética particular elegida por ellos mismos, acción permanente y sistemática que genera en el participante un vínculo con fuerte sentido de pertenencia. b. Contenidos posibles » Resúmenes. » Apuntes. » Materiales relacionados con las sesiones de trabajo. » Artículos de prensa. » Reseñas críticas. » Ilustraciones y fotografías. El portafolio tiene que estar organizado de forma que el proceso tenga relación cronológica, de modo que la estructura de los contenidos no se pierda y el portafolio posea una continuidad fluida. c. Aportes personales: Es lo que da vida y sentido al portafolio, ya que este debe ser una evidencia del proceso; por lo tanto, las metas personales, las descripciones de lo que les pasa son el ingrediente fundamental para evaluar y automonitorear tanto los procesos como los resultados. Se impulsa la acción reflexiva permanente de las personas participantes, sobre su quehacer y el de sus pares, ejercicio que los dotará de sentido crítico y conciencia respecto de la integración de contenidos, propiciando el compromiso con su propio aprendizaje. Se recomienda que el portafolio manifieste el sello personal del participante, es decir, que cumpla con ser reflejo de su identidad. Como instrumento de evaluación se debe precisar de forma explícita al participante qué deben hacer y lo bien que deben hacerlo, y la pauta de corrección del instrumento debe Anexos
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