Comunicar como Francisco
si aprendemos a mirar como él. Aquí está la esencia que nos propone el papa Francisco y que puede servirnos como programa de ejercitación en esta Cuaresma y de preparación a la celebración Pascual: ser un buen comunicador aprendiendo a mirar el mundo con los ojos de Dios, y conseguir la gramática de la mirada de Don Bosco. ¡Esto sí que es comunicación salesiana y comprometida! Los episodios de la vida de Don Bosco nos trazan una gramática comunicativa salesiana de la que aprender. Aprender de los ojos de Don Bosco para: encontrarse, narrar y mirar. 1. La fuerza de los encuentros de Don Bosco. Recordamos entre otros el famoso encuentro de Don Bosco con Bartolomé Garelli el 8 de diciembre de 1841 y aquella primera Avemaría que dio inicio a la misión salesiana. El poder de la palabra que crea amistad, hecha con bondad, interesándose y comprendiendo al joven en su historia concreta, crea las condiciones para que su corazón se abra. Necesitamos mejorar y revisar el calor de nuestras palabras, el vocabulario que usamos, el afecto que ponemos en las expresiones y especialmente la intención de acogida que en general debe irradiar nuestra forma de hablar. En su ordenación sacerdotal, Don Bosco pidió especialmente el don de la palabra. 2. Don Bosco es narrador de buenas historias. En el sistema educativo y espiritual de Don Bosco, llamado sistema preventivo, adquieren muchísima importancia las narraciones que usa Don Bosco. Toda ocasión es un momento oportuno para contar alguna historia. Es impresionante la capacidad de Don Bosco para mantener en vilo a sus jóvenes. Especialmente disponemos de una colección de pequeños pensamientos que están llenos de recursos imaginativos y con rico lenguaje alegórico. Necesitamos recuperar esa capacidad de narrar, de contar historias, de ofrecer relatos. Ahí tenemos nuestros jóvenes que pueden contarnos los episodios de las
series con fama mundial que siguen y los personajes de ficción con nombres extraños que saben de memoria. En Don Bosco se mezcla el fin pedagógico de las historias con el mensaje sobrenatural del hilo divino que rodean sus acciones. Los famosos “sueños” narran la presencia de Dios con una moraleja aplicada a la vida concreta. Son una invitación a mejorar la vida, a renovar el estado espiritual para ayudar a los compañeros. Cuando la cultura mediática nos está ofreciendo multitud de narraciones en diferentes formatos y a través de diferentes medios, los “cuenta-cuentos” y youtubers del siglo XXI están encontrando un renovado y oportuno lugar para estar de moda. ¿No será esta una nueva oportunidad para renovar nuestro modo de contar y narrar la experiencia de fe a través de vidas de santos y de modelos concretos y actuales de cristianos? 3. La mirada de Don Bosco le lleva por todo Turín a desvelar, como dice el papa Francisco, “la carne de Cristo” en las calles, en el rostro de multitud de jóvenes explotados que trabajan como limpiachimeneas o en la construcción, en la cárcel o robando. El contacto con sus historias le permitió no olvidar una característica vital para todo educador y comunicador en la fe: la presencia activa y educativa es fundamental. Nada de delegar. Hay que estar allí donde está el joven. También en los patios virtuales. La comunicación es relación y es caminar juntos como hizo Jesús con los discípulos de Emaús. Es el contacto cercano con el Pueblo lo que cambia al pastor, como ocurrió con San Oscar Arnulfo Romero, mártir y obispo en San Salvador. ¿Tiene nuestra Asociación local de Antiguos alumnos de Don Bosco contacto con “la carne de Cristo” de jóvenes sin futuro? LEONARDO SÁNCHEZ ACEVEDO, SDB. DIRECTOR@BOLETIN-SALESIANO.COM AA.AA DE SEVILLA-TRINIDAD
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