Revista Conciencia Crítica 2da edición

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Contacto Colectivo de Pensamiento Crítico Estudiantil REVISTA CONCIENCIA CRÍTICA NÚMERO 2 // SEMESTRE I DE 2014 // ISSN 2248 - 5392 UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA // FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS COPCE (Colectivo de Pensamiento Crítico Estudiantil) es un grupo de trabajo que busca debatir sobre temas históricos y coyunturales de Colombia y América Latina desde la academia procurando un entendimiento multidisciplinario, y generando espacios de debate dentro de la universidad, enfocando los resultados hacia la sociedad. RECTOR VICERRECTOR DIRECTOR BIENESTAR SEDE BOGOTÁ COORDINADORA PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS // PGP DECANO FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS DIRECCIÓN BIENESTAR FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS

Ignacio Mantilla Diego Fernando Hernández Óscar Oliveros

DIRECCIÓN COMITÉ EDITORIAL

Diego Felipe Neira Z. Juan Pablo Cardona D. Óscar Daniel Morales L. Diego Felipe Neira Z. Diana Judith Salamanca F.

COLABORADORES EQUIPO EDITORIAL CORRECCIÓN DE ESTILO

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copce.unal@gmail.com revistaconcienciacritica@gmail.com /COPCE issuu.com/gestiondeproyectos Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá www.unal.edu.co proyectoug_bog@unal.edu.co proyectougbog@gmail.com ugp.unal.edu.co /gestiondeproyectosUN

Derechos de Autor y Atribución Comercial Atribución - Comercial - Sin Derivar El material expuesto en esta publicación puede ser distribuído, copiado y exhibido por terceros si se muestra en los créditos. No se puede obtener ningún beneficio comercial. No se pueden realizar obras derivadas. CONCIENCIA CRÍTICA es una revista que recoge el trabajo de los estudiantes pertenecientes al grupo de trabajo COPCE, de la Facultad de Ciencias Económicas, de la Universidad Nacional de Colombia. Los textos presentados en la siguiente publicación expresan la opinión de sus respectivos autores, y la Universidad Nacional de Colombia no se compromete directamente con la opinión que estos pueden suscitar

Juan Pablo Nieto Oliveros Iván Andrés Benavides GRACOM Gráficas Comerciales

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS DIRECCIÓN DE BIENESTAR DIRECCIÓN DE BIENESTAR UNIVERSITARIO ÁREA DE ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS



In today’s society, there’s a price to pay for critical thinking // César Astudillo


Editorial // P4 Análisis comparado de política monetaria de Colombia y Perú // P7 Juan Pablo Cardona Duque

¿Qué rol juega la minería en la salud humana? // P17 Cindy Vanessa Barreto Muñoz

¿Quién es víctima en Colombia?: sobrevivientes de la exclusión social. Construcción social del sujeto víctima // P25 Diana Yadira Almonacid Rojas

Transformaciones del capitalismo en la actualidad: sujeto, territorio y dinámica política // P35 Sara Camila Arias Laura Carolina Castañeda

El miedo como herramienta del poder: su impacto e influencia sobre las acciones del ser humano // P47 Daniel Felipe Cañón Cárdenas

Histérica Latina // P53 Miguel Ángel Reina


COPCE

Editorial

Revista Conciencia Crítica 2

4

Desde el descubrimiento de América, las dinámicas socioculturales de los países latinoamericanos se enmarcan en una tradición de sometimiento ante los países desarrollados, que en su afán por la acumulación de riqueza ven a nuestros territorios como despensas de recursos naturales no renovables a bajo precio. Incrustados en esta estructura de la globalización, ningún país está fuera del poder imperante que determina el quehacer de cada nación de acuerdo con los planes establecidos por las grandes instituciones globales. Si bien la lucha del pueblo latinoamericano ha demostrado en más de una ocasión que tiene la fuerza necesaria para emanciparse del yugo capitalista excesivo, el falso poder gobernante ha accedido a vender nuestra tierra por un par de beneficios individualistas. Lastimosamente las políticas neoliberales han empeorado aún más las problemáticas sociales, económicas, políticas y ambientales de la Región. Debido a que la educación es un componente fundamental para el desarrollo social, la comunidad académica debe plantearse su papel dentro de la sociedad y propender por un pensamiento crítico que conozca, analice y proponga sobre la historia, la situación actual y el porvenir de América Latina. En ese sentido, es momento de despojarnos de ideologías preconcebidas que limitan el entendimiento de una realidad mucho más amplia y enriquecedora. La invitación de la revista Conciencia Crítica es a repensar las bases que definen nuestra singularidad y, más aún, nuestro papel como miembros de una colectividad diversa y pluralista.


Revista Conciencia CrĂ­tica 2

5 COPCE

When Critical thinking becomes a crime // Gerry Lauzon


NUESTRA AMÉRICA “Porque ya suena el himno unánime; la generación actual lleva a cuestas, por el camino abonado por los padres sublimes, la América trabajadora” José Martí


Análisis comparado de política monetaria de Colombia y Perú Juan Pablo Cardona Duque1 Resumen En este mundo cada vez más globalizado, los nuevos flujos de capitales juegan un papel muy relevante en la política monetaria de los países emergentes. Por tal razón este artículo busca analizar la presencia de Sudden Stop y Phoenix Miracle, los indicadores de vulnerabilidad y los mecanismos de trasmisión de las crisis entre Colombia y Perú.

Clasificación JEL: E510 Abstract In this increasingly globalized world, new capital flows play an important role in monetary policy in emerging countries. For this reason, this article seeks to analyze the presence of Sudden Stop and Phoenix Miracle, vulnerability indicators and mechanisms of transmission of the crisis between Colombia and Perú.

JEL Classification: E510

1  Estudiante de Economía, Integrante del Colectivo de Pensamiento Crítico Estudiantil, (COPCE), Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, jpcardonad@unal.edu.co

7 COPCE

Keywords: capitals, Sudden Stop, Phoenix Miracle, exchange rate and unemployment, balance of payments and current account

Revista Conciencia Crítica 2

Palabras clave: capitales, Sudden Stop, Phoenix Miracle, tasa de cambio y desempleo, balance de pagos y cuenta corriente.


COPCE Revista Conciencia Crítica 2

8

D

esde los años ochenta, los países en desarrollo empezaron a participar en el mercado de capitales, en un contexto donde se destaca la importancia de la eficiencia de los mercados, mediante la liberalización y la libre movilidad, presentándose a los países emergentes como una opción para diversificar las inversiones. En este mundo cada vez más globalizado, los nuevos flujos de capitales se presentan como una opción de grandes oportunidades pero también de nuevos desafíos para los países emergentes. En el caso colombiano, observamos cómo los flujos de capitales empiezan a aumentar a principios de los años noventa, junto con las nuevas políticas de libre movilidad y liberalización de capitales implementadas en el país. Este comportamiento se ve interrumpido en 1998 con el inicio de una salida repentina de capitales que llega a su menor nivel en 1999, donde los datos caen por debajo de las dos desviaciones estándar, lo cual permite concluir que la economía se encontró con un Sudden Stop (Graf3.A) y (Graf3.C). Para lograr destacar los factores sistémicos del Sudden Stop se analiza el EMBI (Graf3.B). Esto permite concluir que la caída en la entrada de capitales estuvo acompañada de un gran incremento de esta variable, encontrando el dato atípico en 1999. Podemos afirmar que se trata de un Sudden Stop Sistémico (SSS), característico de los países emergentes dadas sus vulnerabilidades financieras.


Gráfica 1 A) Sudden Stop

E) Indicadores de Vulnerabilidad E.i) RIN

ENTRADA DE CAPITALES

RIN

0,17

9,00

0,12 4,00

0,07 0,02

(1,00)

(0,03)

B) Sudden Stop Systemic

Var RIN/Dext

2001 2002 2003 2004 2005 Var RIN/PIB

E.ii) Externos

EXTERNOS 0,06

1,20

0,04

1,00

0,03

0,02 (0,02)

C) Crisis en Balanza de Pagos

Var CA/PIB

2001 2002 2003 2004 2005

1998 1999 2000

1997

1994 1995 1996

(0,07)

1990 1991

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

(0,04) 2000

(0,02)

0,20 — 1999

0,40

1998

1997

0,60

1992 1993

0,80

Var KA/PIB

SALIDA DE CAPITALES

PÚBLICOS

1,50

0,07

0,50

0,02

(0,50)

(0,03)

(1,50)

(0,08)

(2,50)

(0,03)

Var Dext/D

2010

2008

2006

2004

2002

2000

1998

1996

1994

1992

1990

1988

1986

(0,13)

0,02

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005

0,12

(0,08)

Var D/PIB

F) Efectos en la Inflación y la Tasa de Interés

D) Cuenta de Capital

π—r

CUENTA DE CAPITALES 6,00

0,17

4,00

0,12

2010

2008

2006

2004

2002

2000

1998

1996

1994

1992

1990

1988

1986

Var Dext/D π

Var r

2003

2002

2001

(6,00)

(0,13)

2000

(4,00) 1999

(0,08)

1998

(2,00)

1997

0,02

1996

2,00

0,07

9 COPCE

E.iii) Públicos

0,17

Revista Conciencia Crítica 2

1,40

(0,13)

1998 1999 2000

Var RIN/M

EMBI DE PERÚ

(0,13)

1997

1994 1995 1996

1990 1991 2010

2008

2006

2004

2002

2000

1998

1996

1994

1992

1990

1988

1986

(0,13)

1992 1993

(6,00) —

(0,08)


Gráfica 2 G) Tasa de Cambio Real

H) Balanza Conercial vs. Cuenta Corriente BC vs. CA

TCR

2001

2002

2003

2001

2002

2003

1991

1991

2000

1991

Var RIN

Var I 6,00

3,00

4,00

2,00

2,00

1,00

(2,00)

(1,00)

I.iii) Efecto en el Gasto

1997

1996

1995

(6,00)

1994

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

1995

(4,00) 1994

(2,00)

I.iv) Efecto en el Consumo Var C

0,80 20,00 0,60 20,00 0,40 20,00 0,20 20,00

I.v) Transmisión

1991

1991

1991

1991

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

1995

— 1994

(0,20)

IJ) Phoenix Miracle Phoenix Miracle (

15,00

I,

G,

C)

Y

Un

10,00

10,00

8,00

15,00

9,00

6,00 4,00

10,00

2,00

Cre PIB

Un

var I

var Credito

2003

2002

2001

2000

1999

— 1998

7,00

(4,00) (6,00)

1997

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

1995

1994

(5,00)

1993

5,00

– (2,00) 1996

8,00

1995

5,00

1994

COPCE

BC

I.ii) Efecto en la Inversión

4,00

Revista Conciencia Crítica 2

2000

CA

I) Mecanismo de Transmisión I.i) Efecto en las RIN

10

1991

Var TC

1999

1994

-6

1999

-4

1998

2003

2002

-2

1991

TC

2001

2000

1999

1998

1997

1995

(100,00) 19996

— 1994

1998

100,00

1.000,00

0

1991

200,00

2.000,00

2

1997

3.000,00

300,00

1996

400,00

1995

4.000,00

Cre PIB

(5,00)


En los episodios de Sudden Stops, los países tienen grandes presiones para depreciar su moneda dada la baja disponibilidad de moneda extranjera. Deben evitar fuertes depreciaciones dada la dolarización del sistema bancario y su “pecado original” (Deuda en moneda extranjera para apalancar el gasto público).

Para el caso peruano se destacan algunas políticas positivas para disminuir la vulnerabilidad del país. Desde inicios de los noventa se reconoce la importancia de acumular reservas internacionales, además de políticas fiscales positivas que lograron disminuir el déficit fiscal. Notamos que durante todos los años precedentes el país mantuvo déficit tanto en la balanza comercial, como en la cuenta corriente (Graf1.E).

En los episodios de Sudden Stops, los países tienen grandes presiones para depreciar su moneda dada la baja disponibilidad de moneda extranjera. Deben evitar fuertes depreciaciones dada la dolarización del sistema bancario y su “pecado original” (Deuda en moneda extranjera para apalancar el gasto público). Los principales mecanismos usados por ambos países para evitar dichas depreciaciones fueron la des-acumulación de reservas internacionales y el manejo de la tasa de interés. En un primer momento el gobierno colombiano optó por aumentar las tasas de interés y así mantener el sistema de bandas en la tasa de cambio. Mayores tasas de interés llevaron a una caída del crédito interno, mostrando la fragilidad del sistema financiero. En 1999 tuvo que redefinirse el manejo monetario del país adoptando una tasa de cambio flexible. De esta manera, en los Sudden Stop puede recaer parte del ajuste en la tasa de cambio y no solo en la tasa de interés, permitiendo que la política monetaria no sea contractiva en momentos de desaceleración del PIB. El aumento en las tasa de interés fue complementado con la intervención en el mercado cambiario con reservas internacionales (Graf4.G,i), (Graf4.G,j).

11 COPCE

Para el periodo anterior a la crisis, pudimos notar que Colombia pasaba por un momento de mayor endeudamiento causado por los mayores gastos que trajo la Constitución, haciéndolo más vulnerable, a pesar de que la deuda externa aumentaba al mismo ritmo que la deuda total. También se evidenció el aumento de los ingresos en la cuenta de capitales que permitieron mayores déficits en la cuenta corriente, teniendo repercusiones negativas en su vulnerabilidad, y una acumulación de reservas internacionales, permitiéndole mayor intervención durante el Sudden Stop. (Graf4.D).

Revista Conciencia Crítica 2

Dado el contexto de moratoria en Rusia, que además fue precedido de una crisis financiera en Asia, pudimos notar para el caso peruano, un descenso significativo en la cuenta de capitales en el mismo periodo (Graf1.D), causado por una repentina caída en la entrada de capitales (Sudden Stop), que tuvo su tope en 1998 (Graf1.A). No se observó una salida de capitales representativa para esta época, característica en común con el Sudden Stop colombiano. Concluyendo que no se trató de una crisis en balanza de pagos en ninguno de los dos casos (Graf1.C), (Graf3.D). Para complementar el análisis del Sudden Stop peruano, vimos el comportamiento del EMBI de Perú (Graf1.B) y notamos que su variación no fue significativa por lo que se concluye que a diferencia del caso colombiano, el Sudden Stop no es sistémico.


Entre las políticas adoptadas por el Banco Central de Perú sobresalen: las líneas de crédito en moneda extranjera, la venta de parte de las reservas, la compra temporal de la cartera de los bancos y la elevación de la tasa de interés (Graf1.F), (Graf2.G). Debido al ahorro fiscal que había logrado, pudo complementar la política monetaria, aumentando el gasto para así impedir una mayor caída en los precios de los bienes no transables, limitando la depreciación del tipo de cambio real como lo señala Calvo. (Calvo, 2004)

COPCE

La mejor manera de entender la política monetaria de un país es revisando las decisiones que ha tomado frente al trilema de la imposibilidad, que afirma que el país debe escoger entre dejar flotar la tasa de cambio, anclar la tasa de interés o imponer controles de capitales.

Revista Conciencia Crítica 2

12

Para el año 1999 el crecimiento colombiano fue de -4.2%, por lo que notamos que esta crisis en los flujos de capitales tuvo importantes implicaciones en el sector real de la economía. Esta desaceleración del PIB, reflejando la relación de la ley de Okum, vino acompañada de un aumento en la tasa de desempleo hasta llegar a 20.1%. En la serie de graficas (Graf4.G) vemos las principales variables que se vieron afectadas para la explicación de este bajo crecimiento: la caída en la inversión, el consumo de los hogares y el gasto en consumo del gobierno. Estas son las mismas variables que cayeron en el Sudden Stop peruano (Graf2.I) y que explicaron la reducción del crecimiento llegando a -0.6% y una tasa de desempleo del 8%. A pesar de estas marcadas caídas, notamos cómo el crecimiento se recupera en el siguiente periodo llegando a un crecimiento del 4.4% para Colombia, mientras el crédito sigue cayendo y la inversión se recupera lentamente, mostrando las características de un Phoenix Miracle (Grad4.H). En Perú, la recuperación del PIB es más lenta, pero también se da en un periodo de decaimiento del crédito y un lento crecimiento de la inversión (Graf2.J). Analizando el comportamiento de la cuenta corriente durante el episodio de Sudden Stop pudimos notar como Colombia elimina su déficit en CA y genera superávit (Graf4.I). Por su lado, Perú reversa su déficit, pero sin eliminarlo completamente (Grad2.H) “la economía es empujada a eliminar su déficit en cuenta corriente (CAD) o incluso generar superávit (…) CAD en un indicador de ajuste que el país no puede eludir” (Calvo, 2006).

La mejor manera de entender la política monetaria de un país es revisando las decisiones que ha tomado frente al trilema de la imposibilidad, que afirma que el país debe escoger entre dejar flotar la tasa de cambio, anclar la tasa de interés o imponer controles de capitales. En el siguiente fragmento encontramos un breve resumen de la manera como Colombia ha encaminado su política monetaria: La decisión fue conducir la política monetaria en el marco de un ancla híbrida entre monetaria y cambiaria y gradualmente con mayor flexibilidad cambiaria. Sin movilidad de capitales en los setentas un poco más en los ochentas, de facto, y con movilidad en los noventas. Finalmente, en la primera década del nuevo milenio, la política monetaria comenzó a funcionar en el marco del régimen de inflación objetivo con movilidad de capitales e intervención del banco central en el mercado cambiario (Gómez, 2006). Se encontró que un mayor número de países adoptó el régimen de inflación objetivo luego de los Sudden Stops de 1988-1999. Las principales características con las que se ha aplicado este régimen en Colombia son: metas de inflación, estrategia de comunicación (como muestra de transparencia), procedimiento operativo a través de la intervención mediante Repos y OMAS basados en modelos de proyección de inflación, un modelo central e intervención en el mercado cambiario de manera discrecional (sin reglas) y mediante mecanismo de acumulación y desacumulación de reservas internacionales considerando reglas establecidas.


Gráfica 3 A) Sudden Stop

D) Indicadores de Vulnerabilidad i) Rin Ingresos Netos de Capitales

RIN

0

2005

2003

2001

1999

1997

1995

1993

1991

1989

(10,00)

1987

1985

(5,00)

RIN/M

RIN/D.E

2004

0 2002

0,05

2000

0,1

1

1998

2

1996

0,15

1990

0,2

3

1994

5,00

4

1992

10,00

RIN/PIB

A) Sudden Stop EMBI - Colombia

0,80

0,1

0,60

0,05

0,40

0 5E-08

0

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

-5E-08

2002

2000

1998

1996

1994

1992

0 1990

-0,05 — 1997

Revista Conciencia Crítica 2

ii) Externos EMBI - Colombia

-0,1

13

-1E-07 CA/PIB

CK/PIB

COPCE

C) Crisis en balanza de pagos, entrada iii) Públicos Entradas de Capitales

1

Públicos

200000

-1

0

0 1990

-1,5

Series 1

X-desv

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

-2

D/PIB

X-2desv

D) Crisis en balanza de pagos, salida

DEXT/D

F) Efectos en la Inflación y la Tasa de Interés

π—r

Salidas de Capitales 40

1997

1997

1997

1997

1997

1997

-20

1997

-0,5

1997

0

0 1997

20

1997

0,5

5 0 -5

-40 2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

-1 -1,5

2004

0

2002

-0,5

2000

400000

1998

0

1996

0

1994

600000

1992

0

0,5

-10 D/PIB

DEXT/D


Gráfica 4 G) Mecanismo de transmisión i) Efecto de las RIN

ii) Efecto en la Inversión

Var RIN

Var I

3E+09

3E+13

2E+09

2E+13 1E+13

1E+09

0 0

-1E+13

-1E+09

1998

2000

2002

2004

1998

2000

2002

2004

8E+12

3E+13

6E+12

2E+13

4E+12

1E+13

2E+12 0

-2E+13

1994

2004

2002

2000

1998

1996

1994

1992

1990

-4E+12

1992

-1E+13

--2E+12

1990

H) Phoenix Miracle v) Transmisión I,

(

G,

C)

Y

Un

Phoenix Miracle

15,00

10,00

10,00

9,00

1E+14

10

5E+13

5

0

0

15,00 8,00

Cre PIB

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

1995

(5,00)

1994

1993

7,00

— -5E+13

-5

Un

var-Crédito

I) Cuenta Corriente

Inversión

Crecimiento

J) Tasa de Cambio Cuenta Corriente

Tasa de Cambio

5E+12

5E+09

4000

400

3000 0

0

200

2000

0

1000

BC

CA

-1E+10 Tasa de Cambio

var, Tasa de Cambio

2002

2000

1998

-200 1996

0 1990

2004

2002

2000

1998

1996

1994

1992

-1E+13

-5E+09

1994

-5E+12

1992

COPCE

Var C

0

Revista Conciencia Crítica 2

1996

iv) Efecto en el Consumo Var G

14

1996

iii) Efecto en el Gasto

1994

-3E+13

1992

1990

2004

2002

2000

1998

1996

1994

1992

1990

-2E+09

-2E+13


Por su lado, Perú ha tomado la siguiente postura frente al trilema: “el Banco Central trata de lograr los tres objetivos, aunque los logre solo de manera parcial. Existe libre movimiento de capitales, aunque se penalicen los movimientos especulativos de corto plazo con encajes y se limiten las inversiones de las AFP’s en el exterior. El Banco Central aplica una política monetaria autónoma aunque los efectos de ella, en especial con respecto al nivel de su tasa de referencia, no se sientan necesariamente en todo el abanico de acreedores y deudores del sistema financiero. Finalmente, en teoría, el tipo de cambio en Perú es flexible (determinado por la oferta y la demanda), pero debido al alto grado de intervención del BCR resulta, en la práctica, un tipo de cambio casi fijo” (Gamero, 2010)

La siguiente tabla resume el análisis comparado de la Política Monetaria entre Perú y Colombia Sudden Stop

Colombia Si Valle 1999 Si No Si 1998 a 1999 1999 a 2000 Aumenta Aumenta Aumenta Constante Aumenta Disminuye 1998 a 1999 1999 a 2000 Disminuye Aumenta Disminuye Aumenta 1998 a 1999 1999 a 2000 Disminuye Disminuye Aumenta Aumenta 1998 a 1999 1999 a 2000 Disminuye Disminuye Disminuye Aumenta Aumenta Aumenta Déficit Superávit Superávit Constante 1998 a 1999 1999 a 2000 Disminuye Aumenta Disminuye Aumenta Disminuye Aumenta Disminuye Aumenta Disminuye Aumenta Aumenta Disminuye 1998 a 1999 1999 a 2000 Disminuye Disminuye

Fuente: Elaboración propia,con datos principalmente del Banco Mundial

Referencias bibliográficas:

Consultadas: • Barco, D. (2008) Facing Up a Sudden Stop of Capital Flows: Policy Lessons From the 90’s Peruvian Experience. Central Reserve Bank of Perú. Enero. • Urrutia M., M (2003) Lecciones del siglo xx en el manejo monetario de las crisis. Tomado de: http://www.banrep.gov.co/documentos/publicaciones/revista_bco_notas/2003/junio.pdf (octubre, 2012)

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Citadas: • Calvo, G., A. Izquierdo y L. Mejía (2004) On the Empirics of Sudden Stops: The Relevance of Balance-Sheet Effects. NBER Working Paper 10520. • Calvo, G., Izquierdo, A., y Talvi, E. (2006) Sudden Stops and Phoenix Miracles in Emerging Markets. American Economic Review. 96(2): 405–410. • Gamero, L. R. (enero, 2010) El Trilema en la economía internacional. Recuperado http://aeperu.blogspot.com/2010/08/el-trilema-de-la-economia-internacional.html • Gómez, J. G. (2006) La política monetaria en Colombia. Banco de la República. Septiembre.

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Sudden Stop Systemic Crisis en Balanza de Pagos Crisis en Cuenta de Capital I. Vulnerabilidad RIN RIN / Deuda Externa RIN / Importaciones RIN / PIB I. Vulnerabilidad Externo CA / PIB KA / PIB I. Vulnerabilidad Públicos Deuda externa / Deuda total Deuda total / PIB Efectos en otras Variables Efectos en la Inflación Efectos en la Tasa de Interés Efectos en la Tasa de Cambio Balanza Comercial Cuenta Corriente Mecanismos de Transmisión RIN Inversión Consumo Gasto Crecimiento del PIB Desempleo Phoenix Miracle Crédito

Perú Si (1997 - 1999) Valle 1998 No No Si 1996 a 1998 1998 a 2000 Disminuye Aumenta Disminuye Aumenta Disminuye Constante 1996 a 1998 1998 a 2000 Disminuye Constante Disminuye Constante 1996 a 1998 1998 a 2000 Disminuye Aumenta Aumenta Disminuye 1996 a 1998 1998 a 2000 Aumenta Constante Aumenta Disminuye Aumenta Aumenta Déficit Déficit Déficit Déficit 1996 a 1998 1998 a 2000 Disminuye Aumenta Disminuye Disminuye Disminuye Aumenta Disminuye Aumenta Disminuye Aumenta Aumenta Constante 1996 a 1998 1998 a 2000 Disminuye Disminuye


DESDE LAS AULAS “Jamás acepté que la práctica educativa debería limitarse sólo a la lectura de la palabra, a la lectura del texto, sino que debería incluir la lectura del contexto, la lectura del mundo.”

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Paulo Freire

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¿Qué rol juega la minería en la salud humana?1 Cindy Vanessa Barreto Muñoz2

P

En un país periférico o en vía de desarrollo, como es catalogado Colombia, los pilares fundamentales de su economía son las materias primas —su cadena de producción y posterior exportación—, y derivada de ellas, la extracción de los minerales y metales preciosos, que ocupa el primer puesto; precisamente, es en este aspecto donde cobran especial importancia la confianza inversionista y la intervención trasnacional. 1  Ponencia realizada en la III Jornada de Pensamiento Crítico en Ciencias Económicas 2  Estudiante de Medicina - Universidad Nacional de Colombia - Grupo de trabajo Praxis - Organización de Estudiantes Conciencia Crítica

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En el marco de la apertura económica mundial, Colombia decide entrar en la lógica de la política neoliberal, donde el Estado deja de jugar el papel fundamental que debe tener en el desarrollo sostenible de las comunidades en términos económicos, de seguridad social, entre otros, y se lo cede poco a poco a la empresa privada. Frente a esto, se hace necesario recalcar que la empresa privada es toda aquella multinacional y/o trasnacional que quiera usufructuar los recursos naturales presentes en el subsuelo colombiano. Pero, ¿por qué se produce este aprovechamiento? Se origina debido a que el gobierno decide crear una confianza inversionista y ello se puede dar solo en el marco de la intervención directa de las empresas en el territorio nacional, es por eso que el gobierno de turno abandera con especial énfasis el desarrollo y crecimiento del sector minero-energético (PND, Departamento Nacional de Planeación, 2011).

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ara nadie es un secreto que la minería, al igual que toda acción del ser humano, tiene repercusiones en él mismo y es por ello que se hace imprescindible el evaluar paso a paso ese accionar y mirar casi que con lupa cada una de las esferas en las que el ser humano se mueve, desarrolla y desenvuelve. Para ello es necesario hacer una contextualización histórica, un breve paneo a la situación minera en Colombia y finalmente, un diagnóstico en términos de salud del país.


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18 Dead Carp - A Fish Out Of Water // Wayne Wilkinson

Desde lo económico Bajo esta mirada cabe aclarar que existen minerales de primer y segundo orden, dependiendo de su proporción de extracción, dada esta por la cantidad encontrada en el subsuelo o por la demanda internacional existente. En este sentido, se tiene que Colombia es una gran potencia debido a que tiene gran cantidad de minerales que van desde el petróleo hasta el uranio; sin embrago, cabe decir que las principales materias primas en las cuales están enfocadas las intenciones transnacionales son: el petróleo, debido a que es el primer producto de exportación del país; el carbón, como segundo producto de exportación nacional y que lo ubica como primer exportador a nivel latinoamericano y el oro, por ser Colombia el décimo productor en el mundo de este metal (PBI Colombia, 2011, p. 5).

Ahora bien, ¿cómo hacen las empresas trasnacionales para poder invertir en el territorio nacional? Para invertir o intervenir en el territorio nacional es necesario que dichas empresas presenten proyectos (de extracción en el caso de la minería), los cuales no son pensados a pequeña escala, ya que no es lógico que una empresa que tiene filiales en diferentes países en vía de desarrollo, no piense un proyecto macro, que le represente regalías desde el mismo momento en que se le aprueba el proyecto hasta, muchas veces, 100 años después. A este tipo de proyectos se le denominan megaproyectos, los cuales se piensan como una interacción e interrelación tanto a nivel local (nacional), como a nivel mundial; que en el contexto colombiano deben pensar una integración con el mercado continental, es por eso que: “el criterio de megaproyecto no tiene una escala cuantificable, tiene que ver con la dimensión desde la cual se piensa un problema y se pretende ir más allá del elemento puntual para entenderlo en sus relaciones globales”( Gómez, 2003, p. 7).


Desde lo social Por otro lado, es necesario analizar cuáles son las consecuencias que traen consigo estas inversiones (o intervenciones) para los países en los cuales terminan haciendo presencia las empresas trasnacionales.

Otro punto de vista para abordar la minería y al cual infortunadamente no se le hace el énfasis necesario es la relación entre el cambio medioambiental que genera y las diferentes afecciones en la salud humana.

Otro punto de vista para abordar la minería y al cual infortunadamente no se le hace el énfasis necesario es la relación entre el cambio medioambiental que genera y las diferentes afecciones en la salud humana. Para ello se tienen como ejemplo los diferentes casos reportados de cáncer, diarrea y brotes en la piel a causa de la exposición al polvillo que levanta la extracción a cielo abierto del carbón en la Guajira; el envenenamiento de la población por tomar aguas contaminadas con trazas de plomo, cianuro y mercurio, y la contaminación auditiva que producen los motores de extracción, causando lesiones que a largo plazo afectan la capacidad auditiva.

Por otra parte, la extracción aurífera en el territorio latinoamericano es altamente codiciada debido a que en el subsuelo del continente se tienen los mayores yacimientos de este mineral, situación que en Colombia se refleja al punto que es uno de los trabajos más antiguos de la nación y que causa grandes y devastadores cambios a todo nivel, entre ellos: ambiental, político, económico y social. Precisamente, si se analiza un poco más de cerca el carácter ambiental, se encuentra que uno de los puntos más álgidos en este terreno es el de la contaminación de las cuencas hídricas, la cual es una de las que mayores consecuencias tiene a nivel ecológico, animal y humano, poniendo a Colombia como el país más contaminado por mercurio, y a la región del Magdalena Medio —en especial el municipio de Segovia—, como el territorio que mayor concentración de mercurio por metro cuadrado tiene a nivel mundial (PBI, 2011, p. 21). Pero, ¿cuáles son las consecuencias en la salud humana de la extracción aurífera en Colombia si la mayoría de la producción de oro corresponde a la pequeña minería y minería artesanal? Para poder responder esta pregunta se debe ir un poco más atrás y señalar qué materiales se utilizan en la extracción del oro y así ver sus consecuencias; también se debe tener en cuenta a los mineros o población flotante y a los pobladores de las veredas o población estable.

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Desde la salud

Del mismo modo, las deforestaciones traen consigo una menor retención de aguas en el subsuelo, dejando la tierra estéril para los cultivos y ocasionando deficiencias nutricionales, en especial en los niños, adolescentes y madres gestantes.

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Frente a este punto, se hace evidente que la principal consecuencia nefasta para todas las regiones de Colombia con este tipo de empresas, es a nivel de los Derechos Humanos, donde son violentados a un punto tal, que pareciera que en dichas partes del país, no existiera ni patria ni ley; derechos violados gracias a la unificación de las fuerzas de la bota militar y paramilitar, dejando ver así que ellos están mediando para que los intereses de las trasnacionales no se vean afectados, garantizando que las ganancias en términos monetarios sean cada vez mayores mediante una máscara de seguridad social, que causa desplazamientos forzados, asesinatos a líderes comunitarios, etc.


En la extracción aurífera, en especial en la minería artesanal o pequeña minería, se utilizan básicamente el mercurio y el cianuro para la amalgamación y purificación del oro respectivamente; sin embargo, se ha visto que se utiliza otro tipo de sustancias tales como el ácido nítrico.

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Como segundo eslabón, los gases que no son inhalados, viajan con el viento y se van adhiriendo —y con ello contaminando— a las superficies que vayan tocando; es decir, se van asentando en el suelo, casas, pieles de animales, humanos, etc.

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Lo preocupante de estas dos sustancias (mercurio y cianuro) se debe a la gran capacidad contaminante que poseen. El cianuro, por su parte, es utilizado no en su estado natural (gaseoso) sino en forma de sales, las cuales al hacer contacto con el agua sufren una transformación, descomponiéndose para pasar así a su fase contaminante y tóxica para el ser humano. Las consecuencias en términos de salud por la utilización de este son debidas a la exposición directa de la piel al cianuro como tal (quemaduras de la epidermis) o a la ingesta de aguas o alimentos contaminados (cólicos abdominales, diarrea, vómito, dolor en garganta, cefaleas, debilidad muscular, pérdida de conocimiento y convulsiones) (Ministerio de Minas y Energía, 2007, p. 12); por otro lado e independientemente de la forma de exposición que el ser humano tenga al cianuro, este produce cianosis, llevando así a una disminución de la concentración de oxígeno en las células y consecuentemente en los tejidos; de esta manera, se produce una pérdida de esos tejidos en un periodo de tiempo prolongado. El mercurio, por el contrario, es utilizado en su estado natural (metal líquido) para que se una al oro y se produzca una amalgama entre ellos dos, y es en el proceso de azogue (amalgamación) donde se genera la principal fuente de contaminación de las cuencas hídricas e intoxicación humana por mercurio (Ministerio de Minas y Energía, 2007, p. 11). En este proceso, para poder purificar el mineral, es necesario calentar la amalgamación y así extraer el oro de dicha aleación, esto permite que se liberen al aire los vapores de mercurio que son inhalados por los mineros, forjando así el primer eslabón de la cadena de intoxicación (PNUMA, p. 5). Como segundo eslabón, los gases que no son inhalados, viajan con el viento y se van adhiriendo —y con ello contaminando— a las superficies que vayan tocando; es decir, se van asentando en el suelo, casas, pieles de animales, humanos, etc.

Por otro lado, y esta vez previo al proceso de la amalgamación, están los sobrantes de mercurio líquido que se producen debido a la no aleación por inexistencia de oro; este mercurio es lavado junto con los detritos de piedra que finalmente van a parar a la cuenca hídrica que se esté utilizando para tal fin (Olivero, Johnson, 2002. Pág. 27). De este método se pueden identificar otros dos eslabones dentro de la cadena de intoxicación y es el hecho que los peces y plantas que se nutren directamente del agua contaminada con mercurio, van consumiéndolo a medida que se van alimentando, generando en su interior una bio-transformación (transformación realizada por bacterias presentes en el agua), terminando este acumulado en los tejidos más ricos en grasa (es por ello que se encuentran mayor cantidad de trazas en los tejidos animales que en los vegetales) (Mancera, Álvarez, 2006, p. 10; Vidal, Marrugo y Jaramillo, Pérez, 2010, p. 115). Este mercurio bio-transformado y bio-acumulado es conocido como metilmercurio. Como último eslabón de dichas cadenas, se encuentra que fruto de esa bio-acumulación y contaminación; el ser humano termina consumiendo alimentos que han estado expuestos al mercurio por cualquiera de las dos formas anteriormente expuestas y a raíz de esto se generan intoxicaciones agudas, que se caracterizan por tener síntomas a nivel pulmonar (neumonitis, edema pulmonar no cardiogénico), dermatológico (irritación de los ojos, alergias de la piel, rash) y gastrointestinal (diarrea, vómito, salivación excesiva y sabor metálico permanente en la boca); o en intoxicaciones crónicas, caracterizadas por síntomas dermatológicos (acrodinia, sudoración profusa), gastrointestinales (anorexia, gingivoestomatitis, gastroenteritis ulcerativa, constipación), renales (insuficiencia renal crónica), hematológicos y cardiogénicos (hemorragias, hipertensión), gestacional (teratogénesis) y neuronales (temblor, parestesias, hiperexitabilidad, eretismo, hiporreflexia, fasciculaciones, pérdida de memoria, espasmos musculares de las extremidades, insomnio, ataxia, disartria, cambios en estado de ánimo, déficit cognitivo en infantes) (Gastañaga, Ministerio de Salud, Perú. s.f.).


Estos dos momentos de interacción con el agente patógeno (mercurio) desencadenan las dos reacciones expuestas frente a él, las cuales se diferencian por el nivel de exposición y la cantidad de mercurio a la que se está expuesto. Estas reacciones sistémicas se dan por el hecho de que el mercurio al interactuar con las membranas de las células inhibe la transmisión enzimática necesaria para el funcionamiento de ellas y la imposibilidad de tener proteínas funcionalmente activas.

Ahora bien, para realizar una buena identificación de los casos presentados de intoxicación por mercurio, se deben tener en cuenta las cifras que se manejan mundialmente, las cuales permiten identificar a grandes rasgos, el tipo de intoxicación y la gravedad del caso. Estas cifras muestran los niveles límite de mercurio en el organismo y sus características toxicológicas dependiendo de la forma de exposición y con ello de absorción, a saber:

Tabla 1. Niveles de referencia para compuestos de mercurio en muestras biológicas para población general1 Condiciones de exposición

Sin exposición ocupacional ni ambiental

Matriz Sangre Orina

Con exposición ocupacional

Orina Sangre

exposición antigua a mercurio 1 – 2 ppm (1-2 μg/g) Evaluación deelemental y orgánico 35 μg / g creatinina Evaluación de exposición ocupacional 15 μg/l

Fuente Elemental mercury and inorganic mercury compounds: Human health aspects CICAD – OMS 2003 International Program Chemical Safety (IPCS - UNIDO). 2003 TLV - ACGIH EE. UU. 2011

Fuente: Adaptado de Guidance for identifying populations at risk from mercury exposure. IOMC-UNEP-WHO (2008) y Toxicología do Mercurio. Fausto Antonio de Azevedo. Intertox (2003)

3  Niveles de referencia para compuestos de mercurio en muestras biológicas para población general. Protocolo de vigilancia y control de la intoxicación por mercurio (documento preliminar sujeto a cambios). Ministerio de Salud y Protección Social. Sistema de Vigilancia en Salud Pública – SIVIGILA. 2012. Colombia.

Entonces, ¿qué hacer? Partiendo de la caracterización y las relaciones económicas, políticas, biológicas y culturales que determinan el devenir ambiental de una población, se trasciende al plano social donde se demarca la inequidad en el acceso a los derechos fundamentales, como la salud, el trabajo y la vivienda digna, la educación, el adecuado acceso a servicios públicos. Es deber de la sociedad hacer un alto en el camino y pensar qué es lo que está haciendo para que estas situaciones mejoren, con el fin de que no se tenga que volver a aludir a explotación indiscriminada, especies extintas, contaminación química, inequidad en la distribución de tierras, suelos sub-explotados, explotación del hombre por el hombre; y es precisamente en este punto que se hace necesaria la organización, donde a través del diálogo de saberes y los procesos pedagógicos desde y hacia las comunidades afectadas se pueden diseñar herramientas que conlleven a transformaciones profundas, que enmarquen todas y cada una de las esferas en las que se desenvuelve el ser humano, donde primen las economías sustentables y donde se tenga una total armonía entre el hombre y los entornos ecológicos, entendiendo a estos como los lugares donde se hace posible desarrollo y desenvolvimiento del mismo.

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A pesar de tener estas definiciones y ejemplos de casos nefastos para la humanidad completa, se puede ver que ni al gobierno ni al sistema imperante le interesa este aspecto de la minería, llevando así al sub-registro de los casos presentados en el territorio nacional – solo por dar un ejemplo –. A este diagnóstico desolador se le debe sumar el sistema de salud y seguridad social vigente, ya que enmarcado dentro de las políticas neoliberales desde 1993 con la ley 100 y sus sucesivas reformas, se ha conseguido concebir a la salud como una mercancía y no como un derecho fundamental, donde las leyes económicas entran a determinar cuáles son los puntos de equilibrio de ésta, deteriorando así el panorama en salud a nivel nacional. Esto deja ver que el sistema de salud se ha convertido en una intermediación, que propende por el enriquecimiento de entidades privadas a costa de la salud de la población, sistema sumido en el consumismo exacerbado por la necesidad de vender al mejor postor “servicios de salud”, donde la población de mayor poder adquisitivo es quién se ve beneficiada, población que no es la mayoría de los colombianos. Junto a la desigualdad en el acceso a la salud a nivel urbano y rural que proporciona sitios de Colombia que carecen de un centro de atención primaria, se tiene que incluso el papel de la academia es indiferente a las realidades existentes, un papel que dentro del carácter tradicional de esta última renuncia al verdadero papel crítico y transformador que debería tener.

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Cabello

LÍMITES BIOLÓGICOS Límite Utilidad 5 - 10 μg/l Evaluación de exposición reciente a mercurio ≤ 10 μg/l < 5 μg / g Evaluación exposición reciente o pasada a creatinina mercurio elemental e inorgánico


Tabla 2. Compuestos de mercurio y sus características toxicocinéticas4 Comportamiento toxicocinético

Vía de Absorción

Inhalación (vapores)

Metálico o elemental Elevada (aprox. 80%) Principal ruta de exposición

Oral

Mínima (aprox. 0,01%)

Dérmica Primaria Vía de Eliminación Secundaria Tiempo medio de eliminación

Tipo de Mercurio Inorgánico Incierta Potencialmente significativa (2 – 38%) Principal ruta de exposición Limitada

Orgánico Infrecuente aunque elevada (aprox. 95%) Elevada (aprox. 95%) Principal ruta de exposición Incierta

Escasa (aprox. 2,6%) Heces (> 50%) Heces y orina Heces (90% en forma inorgánica) Orina (< 50%) Exhalación, sudor, saliva, transferencia Exhalación, sudor, saliva, leche materna. Exhalación, sudor, saliva, leche materna, transplacentaria Transferencia transplacentaria mínima pelo. Transferencia transplacentaria Aproximadamente 60 días Aproximadamente 25 días Aproximadamente 70 a 80 días

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Fuente: Adaptado de Holmes et al Science of Total Environment 408 (2009) 171-182

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Placa recordatoria - No a la Mina - Esquel // Banfield

4  Compuestos de mercurio y sus características toxicocinéticas. Protocolo de vigilancia y control de la intoxicación por mercurio (documento preliminar sujeto a cambios). Ministerio de Salud y Protección Social. Sistema de Vigilancia en Salud Pública – SIVIGILA. 2012. Colombia.


Referencias bibliográficas:

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Consultadas: • Grandjean, P., White, RF., Nielsen, A., Cleary, D., De Oliveira Santos, EC. (1999) Methylmercury Neurotoxicity in Amazonian Children Downstream from Gold Mining. Children’s Health, Environmental Health Perspectives. Volume 107, (7), July. • Ministerio del Medio Ambiente de Japón. División de la Salud y Seguridad Medioambiental. Departamento de Salud Ambiental (2012). Enseñanzas de la enfermedad de Minamata y el manejo del mercurio en Japón. Tokio. • Ministerio del Medio Ambiente (2002) Guía Minero-ambiental 3: Beneficio y Transformación. Colombia. Ministerio de Minas y Energía. • Ospina Díaz, JM., Manrique Abril, FG.; Guío Garzón, JA. (Enero – Junio 2010) Salud y trabajo, minería artesanal del carbón en Paipa, Colombia. Avances en Enfermería. Vol. XXVIII (1). Colombia. • Zona de pequeña minería de oro en Antioquia una de las más contaminadas del mundo Recuperado el 18 de julio de 2012 de http://www.catorce6.com/ articulo/42/“zona-de-pequena-mineria-de-oro-en-antioquia-una-de-las-mas-con-taminadas-del-mundo-”-onu/ • Informe sobre la situación minera y de Derechos Humanos en el nordeste antioqueño Recuperado el 18 de julio de 2012 de http://prensarural.org/spip/spip. php?article4735

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Citadas: • Departamento Nacional de Planeación (2011) Plan Nacional de Desarrollo 2010 – 2014 Prosperidad para Todos. Bogotá D. C. Departamento Nacional de Planeación. • Gastañaga Ruiz, María del Carmen (s.f.) Mercurio. Ministerio de Salud, Dirección General de Salud Ambiental. Perú. • Grupo de trabajo de Agricultura y Comercio Alianza Social Continental GTAC – ASC (2010) Megaproyectos. Cartillas de formación, (2). (1a Ed). Bogotá D. C. Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo • Mancera Rodríguez, N.; Álvarez León, R. (2006) Estado del conocimiento de las concentraciones de mercurio y otros metales pesados en peces dulceacuícolas de Colombia. Departamento de Producción Animal, Facultad de Ciencias Agropecuarias. Medellín. Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. • Ministerio de Minas y Energía, unidad de planeación minero-energética (2007) Producción más limpia en la minería del oro en Colombia. Mercurio, cianuro y otras sustancias. Bogotá D. C. Scripto impresores. • Ministerio de Salud y Protección Social. Sistema de Vigilancia en Salud Pública – SIVIGILA (2012) Protocolo de vigilancia y control de la intoxicación por mercurio (documento preliminar sujeto a cambios).Colombia. • Olivero Verbel, J y Johnson Restrepo, B. (2002) El lado gris de la minería del oro: la contaminación con mercurio en el norte de Colombia. Universidad de Cartagena. • PBI Colombia (Noviembre de 2011) Minería en Colombia ¿a qué precio? Colompbia Boletín informativo (18). . CÓDICE Ltda. • PNUMA, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (s.f.) El uso del mercurio en la minería del oro artesanal y en pequeña escala. (pp.1-13) Módulo 3., Proyecto Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial. • Serrano, G. H. (2003) América del sur: la gran mercancía. Geopolítica de la región amazónica. • Vidal Durango, JV.; Marrugo Negrete, JL.; Jaramillo Colorado, B.; Pérez Castro, LM (Junio 2010) Remediación de suelos contaminados con mercurio utilizando guarumo (Cecropia peltata). Ingeniería y Desarrollo, N° 27. Barranquilla. Universidad del Norte.


LA OTRA CARA DE MI PUEBLO “Dialécticamente, la historia ha de servir para relacionar lo que ha pasado con lo que está ocurriendo, ya que no existe pasado que pase del todo y cuyas leyes y raíces no condicionen la vida histórica de los pueblos.” Antonio García Nossa


¿Quién es víctima en Colombia?: sobrevivientes de la exclusión social. Construcción social del sujeto víctima Diana Yadira Almonacid Rojas1 Una solución política necesariamente entraña profundas reformas en el campo institucional, en materia de distribución de la tierra y las riquezas, en cuestión del proyecto económico de país, del papel a desempeñar por las fuerzas armadas, de la atención social de los colombianos2.

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Nada nos regalaron, hemos pagado muy caro, quien se equivoca y no aprende, vuelve a estar equivocado. Tenemos venas abiertas, corazones castigados, somos fervientemente latinoamericanos. Mercedes Sosa. Venas abiertas.

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mérica Latina se ha caracterizado durante las últimas décadas por ser una comunidad3 en la que los problemas sociales se agudizan constantemente, produciendo sismos estructurales, que aparentan ser movimientos coyunturales de una nueva sociedad acostumbrada a la desazón y la incertidumbre del bienestar; con problemas y necesidades atendidas históricamente con acciones de emergencia y paliativos que minimizan las iniciativas sociales de transformación, que pretenden modificar el modelo establecido; que es ineficiente.

1  Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca. Trabajo social 2  Declaración pública secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP Montañas de Colombia, 22 de julio de 2012. 3  Siendo entendida esta como una agrupación de personas que comparten un espacio territorial especifico –en este caso el continente Centro y Sur Americano–, costumbres y procesos de desarrollo histórico con características similares; con objetivos comunes – como el desarrollo y la liberación–.


Estas características fueron más notables6 en la adopción de modelos económicos neoliberales entre las décadas ochenta y noventa, en donde el mercado estructuró un tipo de sociedad competitiva, direccionada por una nueva ola de globalización económica, que abanderó la idea de “integración” y “accesibilidad” al mundo del mercado, del bienestar y de la tecnología, dejando en realidad una industria incipiente y débil (la mayoría renacen en micro emprendimientos devorados por las grandes industrias internacionales), una educación terciarizada (que busca mano de obra barata), y en el papel —Constitución Política Nacional de 1991, en el Art 1— la idea de un renacer nacional a un Estado de Derecho, que garantice el ejercicio libre de derechos y deberes civiles, económicos y sociales, ciudadanos en la construcción de país.

Para comprender un poco esta última afirmación, es fundamental conocer algunas situaciones importantes ocurridas durante el último siglo; que desencadenan una serie de sucesos violentos en los que intervienen la política y la economía, como ejes de agudización social por reivindicaciones que han sido ignoradas.

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Además, se suma a este contexto, una realidad a la que siempre ha sido vinculada Colombia: el narcotráfico y el conflicto armado interno7, considerados durante las últimas dos décadas como aspectos obstaculizadores en el avance de: procesos de justicia social, inversión social y tecnológica, la participación de sectores populares y finalmente el desarrollo (entendiéndolo como un constructo de bienestar social propio y contextualizado, y no como un escenario de comparación con discursos hegemónicos de grandes potencias que poco o nada tienen que ver con el contexto latinoamericano).

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En Colombia, esta complejidad social se ve reforzada por un contexto construido a partir de un proceso histórico de lucha de base para conquistar un “desarrollo”4 atado y cubierto por los juegos de interés de unos particulares (como lo propone Marshall, 2005 como monopolios políticos), economías de pre-industrialización en el sector rural, la copia de modelos económicos sin atender a las necesidades propias de los sectores; la ingobernabilidad y la descentralización5 como política de gobierno; baja conciencia y/o confianza nacional en la participación política para incidir en la construcción, ejecución y evaluación de las políticas públicas que las han llevado a ser escritas desde el escritorio; la atomización de las organizaciones y los movimientos sociales; la violencia como herramienta de regulación social y proceso de reordenamiento territorial socio político, y la pobreza como excusa para legitimar los planes sectoriales de los gobiernos de turno.

4  Esta afirmación se entiende en términos del avance progresivo del capital social, como un medio de progreso justo, direccionado a mejorar las condiciones de vida de la población, y no tan solo limitarlo al concepto de crecimiento económico. 5  Según Fernando Carrión 1998: Concepto entendido como el descentramiento o debilitamiento del poder central por vía de la informatización o privatización de los servicios en el que se reasignan las responsabilidades estatales a los entes municipales o regionales para facilitar el gobierno y maximizar el mercado. Y no como un proceso de transferencia de competencias y poder del nivel central del Estado hacia otras instancias en el que se reconoce la autonomía de los diferentes niveles territoriales y se empodera a la ciudadanía. Es importante aclarar que no se hace una afirmación del todo negativa a la descentralización, pues cuando es comprendida por el Estado, como una forma de participación activa de la sociedad civil y el mismo, en la construcción de esa nueva sociedad, que implica deberes y derechos de ambas partes, se convierte en una herramienta de gobernabilidad eficiente que representa verdaderas transformaciones.

6  Sin desconocer su construcción histórica, atravesada por la lucha de clases que han beneficiado a las clases dirigentes, fortaleciendo la brecha socio económica entre “ricos y pobres”. 7  Como ejercicio de resistencias reivindicatorias en la lucha de clases en el que juegan varios actores: las guerrillas, las autodefensas unidas de Colombia (Paramilitares o actualmente denominadas Bandas Criminales BACRIM y las fuerzas militares) respaldadas por intereses económicos y políticos.


En las tres primeras décadas del siglo pasado, el país, al igual que muchos otros en América latina, se vio envuelto en las corrientes de la crisis económica ocurrida en Estados Unidos, que lo llevó durante el resto de siglo, a jugar al mono cultivo (desde la perspectiva de las ventajas comparativas) como estrategia de ingreso al mercado internacional; además de un proceso de separación de Panamá como Estado independiente y la construcción del canal que les divide, dejando a su paso cientos de muertos, ya sea por la guerra o la enfermedad y un Estado legítimamente ausente.

Paralelamente a la recuperación económica en la década de los 80, a nivel social se dieron hechos como: los diferentes enfrentamientos militares con y entre grupos al margen de la ley, la aparición del narcotráfico como financiador de la guerra, el secuestro y el desplazamiento forzado como estrategias de lucha, la proliferación de grupos de Autodefensas (que con el tiempo se convertirían en grupos paramilitares) y la eliminación sistemática de movimientos sociales que se dieron como resultado de una negociación de desarme del M 19, en la organización política de la Unión Patriótica, generando una mayor desconfianza de la sociedad civil hacia el gobierno, que teniendo una posibilidad histórica de transformar un contexto de conflicto en un escenario real de democracia y construcción de país, lo que hizo fue enraizar y justificar la eliminación como política de oposición. Forjando además, una imagen internacional poco confiable no solo desde la acción estatal sino de la producción económica.

Como consecuencia, apareció desde 1954 a 1978 una “paz” organizada, llamada el Frente Nacional, en la que ambos partidos realizaron un acuerdo de coalición política y electoral de alternancia presidencial –una democracia sin participación social real–. Paralelo al desarrollo de este acuerdo, las masas de trabajadores, campesinos y aliados, se organizaron para protegerse y reivindicar sus derechos ciudadanos, y buscar una reforma agraria nacional; que llevó a la configuración de grupos de guerrilla como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), Movimiento 19 de abril (M-19) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

En los noventa se evidenció un interés colectivo para lograr una recuperación progresiva del país, para lo cual, se hicieron algunas modificaciones en la Constitución Nacional de 1991, en la que se le asigna a la república la intención de convertirse en un Estado Social de Derecho, una gran apertura económica (neoliberalismo) que da cuenta de un reforzamiento al sistema económico dominante y una nueva estrategia de negociación interna con las guerrillas —como discurso primordial en las candidaturas para el poder ejecutivo—, que llevará más tarde a la desmovilización de algunos grupos, en “procesos de paz” y a la reconstrucción de la confianza nacional.

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A mediados de siglo, Colombia tuvo una de las épocas más violentas y contradictorias en su historia; por un lado, alto crecimiento económico sin distribución social y por otro, la explosión de “la rabia del pueblo” en el hecho denominado “bogotazo” —una explosión iniciada en la capital durante la Conferencia Panamericana de 1949—, en el que fue asesinado Jorge Eliécer Gaitán, candidato a la presidencia y uno de los caudillos más representativos de la historia política como movilizador de conciencias políticas populares en la nación. Situación que actúo como detonador de la más cruel guerra partidista que dividió al país en dos (liberales y conservadores —todos colombianos de la base popular—); en la que se legitimó la eliminación del oponente como una forma de gobernabilidad partidista. Tal como lo afirma Galvis (1994), “Los gobernantes no se contentan con hacerse obedecer, sino que buscan justificar el ejercicio del poder, de manera que ninguno de sus conciudadanos ponga en duda su ejercicio. Para ello se utiliza la legitimidad y la eficacia”.

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Como consecuencia, apareció desde 1954 a 1978 una “paz” organizada, llamada el Frente Nacional, en la que ambos partidos realizaron un acuerdo de coalición política y electoral de alternancia presidencial –una democracia sin participación social real–


Por otro lado, empieza el desplazamiento forzado de población como la nueva razón de desigualdad y la cuestión a atacar, que se incrementó significativamente entre 1996 y 1999, en el marco del recrudecimiento del conflicto que enfrentó a la fuerza pública legalmente constituida y a los movimientos guerrilleros que persistían en la lucha armada como forma de acción política; y recientemente a los grupos paramilitares o de autodefensas como coalición en contra de estos últimos, agudizando el conflicto.

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De tal forma, aparece una nueva subclase social, las víctimas, como un conglomerado de población a la que se vincula al conflicto, haciéndolos participes del enfrentamiento cruzado y todos los horrores presentes allí, y el desplazamiento en grandes multitudes que agudizan la situación de las grandes ciudades generando exclusión social.

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Entonces, en ese marco de problematización, surge la Ley 387 de 1997, “por la cual se adoptan medidas para la prevención del desplazamiento forzado; la atención, protección, consolidación y estabilización socioeconómica de los desplazados internos por la violencia en la República de Colombia”. De tal forma, aparece una nueva subclase social, las víctimas, como un conglomerado de población a la que se vincula al conflicto, haciéndolos participes del enfrentamiento cruzado y todos los horrores presentes allí, y el desplazamiento en grandes multitudes que agudizan la situación de las grandes ciudades generando exclusión social. Luego, la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras fue aprobada en julio del año 2011, aunque desde finales de la década de los ochenta se venía hablando del problema que traería consigo el conflicto armado y el desplazamiento de campesinos a las ciudades, es luego de la Asamblea Constituyente que tiene como resultado la constitución política de 1991, que las víctimas del desplazamiento forzado aparecen por primera vez como problema público que requiere de la intervención estatal.

Es importante, agudizar la mirada para entender qué significaciones construyen a ese “sujeto víctima”, desde un punto político; es decir, la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, entendiendo que existen saberes que refuerzan discursos hegemónicos, que mantienen un sistema dominante por medio de sentidos y saberes que mayoritariamente les construyen desde posturas peyorativas, en un marco político de impunidad, silencio y amedrentamiento de la organización popular en resistencia a dichos procesos. Estas significaciones se construyen sobre una serie de problematizaciones, con las que se las han erigido como tal (que se cristalizan en las políticas públicas); se hace necesario entonces, prestar atención a la forma como se construyen una serie de “supuestos”, que funcionan como marcos de acción para el ejercicio de las políticas públicas. Estos “supuestos”, en principio, no surgen solamente porque algunos actores del Estado así lo hayan dispuesto, sino que se dan gracias al ejercicio de las relaciones de poder de las que se desprende que hoy día entendamos el problema de una manera particular y no de otra.


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En otras palabras, si entendemos que la víctima no es un sujeto constituyente, sino construido histórica y culturalmente, debemos fijarnos en las relaciones de significación que han conducido este proceso que, aun poniendo de relieve el desarrollo de una “justicia transicional sui generis”, no ha logrado bajar los índices de violencia por causa del conflicto armado, porque este se entiende solamente como la lucha por territorios para el narcotráfico y “deslegitimación” de un gobierno que le ha apostado a la acción desde el centro, y la omisión silenciada de lo ocurrido en los campos colombianos, y no como un problema estructural en la perspectiva de un Estado social de derecho, que debería pensar el asunto desde la garantía de la justicia social como herramienta de reconstrucción del tejido social como premisa de confianza, solidaridad y trabajo común.

Para contextualizar el problema se hace necesario tener en cuenta cuatro aspectos: primero, el tipo de Estado que condiciona los lineamientos jurídicos para la regulación e intervención gubernamental en situaciones problemáticas, en este caso el marco es el Estado Social de derecho. Segundo, el entendimiento de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras como una política pública; es decir, como producto de actos administrativos de regulación (normas, leyes, decretos, entre otros), construyendo relaciones de poder entre quienes problematizan la realidad (gobierno) y quien es problematizado (víctima(s)). Tercero, el conflicto armado interno como resultado de una lucha de posesión y uso de la tierra desde la “legalidad”, generada en procesos de exclusión y silenciamiento del campesinado; y cuarto, la relación de este conflicto con la aparición de una política que más allá de restituir un derecho fundamental, propone una reforma agraria sin garantías, así como la configuración de un sujeto denominado “víctima(s)”.

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M6VIDA 2011 // Wayne Wilkinson




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Nada personal // Jpazkual

Por lo anterior, en primera instancia es necesario entender el Estado como una institución reguladora del juego de lo social, que legitima su acción por medio de textos jurídicos y administrativos. Sin embargo, su rol como regulador no necesariamente indica el ejercicio de una participación desinteresada. El Estado es un jugador más en el escenario de lo público, entendido este como un espacio de competencia e intereses diferentes; todo ello, bajo el discurso promotor de democracia, como perspectiva para la construcción de país y nación.

Adicionalmente, debe comprenderse que el marco en el que dicha institucionalidad cobra sentido, es conocido como Estado Social de Derecho que, según Röth (2002), trata de “la adopción de una reglamentación jurídica que legitima la implementación de su estrategia”. En este sentido, todo lo que implique la acción estatal para mejorar las condiciones de su población se respalda bajo una jurisprudencia que se materializa en las políticas públicas. Desde la perspectiva de Röth (2002), se hace necesario diferenciar las tres posibles miradas que se les dan a las Políticas Públicas: la política como un ámbito único del gobierno asumiendo que se dan como resultado de la acción de los partidos políticos (polity); como actividad de organización y lucha por el control del poder que resultan como producto de la actividad política (politics); y como la designación de los propósitos y programas de las autoridades (policy).


En virtud de lo anterior, a las políticas públicas es importante asignarles las implicaciones de su propio discurso, ya que por medio de este los actores decisores, bajo unos parámetros propuestos o saberes específicos, construyen una realidad social problémica, orientando la constitución de nuevos satisfactores, que posibiliten en el escenario de lo público, la legitimación de su cargo y acción. De esta forma, aparece la política pública como una herramienta del discurso de gestión del Estado, para modificar la situación de vulneración de la sociedad; es decir, como un conjunto de programas y acciones que representan la materialidad de las decisiones de ese agente y de esa voluntad política. Así, al formularse una política pública se está construyendo una forma de ver la realidad, de entenderla y por tanto modificarla; en otras palabras, inscribir una situación específica en la agenda pública, representándola social y políticamente como problemática y con necesidad de una intervención activa de las autoridades que correspondan.

Ante ello, cabe revisar la estructuración y poder de las ciencias y/o disciplinas que adjudican un sentido a la víctima: la politología, como un saber que formula el marco de acción desde lo constitucional; es decir, el derecho como prevalente. La economía, como racionalizadora de los presupuestos adjudicados por el CONPES para la ejecución de dichos marcos normativos y la garantía de mínimos. El derecho, como marco constitucional sobre la acción que limita o permite el desarrollo desde una voluntad política y, la psicología como orientación social respecto a cómo reparar y reconstruir un tejido social fragmentado y condicionado por una desconfianza institucional en el que muchas veces se privilegian los procesos individuales dejando de lado las reconstrucciones colectivas. Así, se institucionalizan como saberes que han propuesto y ordenado perspectivas para la compresión de la noción de víctima como un sujeto especifico, que requiere de un tipo de atención y que encuentra su plataforma en la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras.

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Las políticas públicas como un conjunto conformado por uno o varios objetivos colectivos considerados necesarios o deseables y por medio de la acción que son tratados, por lo menos parcialmente por una institución u organización gubernamental, con la finalidad de orientar comportamientos de actores individuales y colectivos para transformar su situación percibida como insatisfactoria o problemática. (p. 27).

Por lo anterior, en este caso, comprender la materialidad de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, como una apuesta política para mejorar las condiciones de un conglomerado de sujetos de derechos vulnerados durante años, que les construye y pone bajo un marco de comprensión de ese otro, “víctima”, en un contexto jurídico que lo permite pero condicionado por una realidad contradictoria, implica entrar a revisar e identificar cuáles son esas construcciones de verdad que se han legitimado y que pretenden la distribución de derechos (tierra, apoyo psicosocial y subsidios) en tiempo de conflicto; en un escenario de luchas territoriales y relacionales por el poder.

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En segunda instancia, teniendo en cuenta que de las tres miradas que diferencia Röth (2002), la última se acomoda más a los procesos realizados para la construcción de política pública en Colombia, vistas estas como herramientas planificadoras y constructoras de problemas sociales, en las que el Estado tiene la obligación de intervenir, es necesario problematizarlas, por cuanto su definición involucra la orientación y direccionamiento de comportamientos de actores individuales y colectivos reforzando diversas formas de relación entre sujetos.

Adicionalmente, es importante cuestionar la política pública en Colombia, bajo un marco de entendimiento retórico institucional que convierte cualquier acto administrativo y/o jurídico en un proceso de gestión, más que atención a los principios democráticos en donde los actores participan y polemizan en la construcción de alternativas al problema. Ejemplo de ello, es la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que aunque tiene un sustento constitucional y real, suficiente para complejizar este problema social, lo que ha hecho es estructurar un sistema de atención a población vulnerable que no necesariamente guarda relación con las necesidades y/o intereses de dicha población ni con las causas reales del conflicto social, económico y político que vive el país.


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Adicionalmente, entender esta construcción del sujeto víctima en principio desde tres perspectivas problemáticas. La primera, desde una mirada oficial, como una oportunidad de reconocimiento en cuanto a la recuperación de confianza, institucionalidad y reconstrucción del tejido social. La segunda, desde la Mesa Nacional de Víctimas, como un proceso de re victimización al denominarles como sujetos indefensos, desconociendo el principio de igualdad y verdad histórica, así como sus luchas y resistencias ante dichas situaciones violentas. Y tercero, lo planteado por el CODHES como un proceso de re victimización al encontrarse la población aun en medio de situaciones de conflicto en que la ley no cuenta con medidas de protección, ni propuestas claras sobre la erradicación del conflicto social y político que da como resultado la confrontación armada desde una apuesta diferente que modifique una estructura de dominancias, ni la aplicación de un modelo rural diferente.

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En tercer lugar, la forma como se ha constituido el contexto Colombiano, permite dar algunas explicaciones al conflicto armado como respuesta a una estructura socio política que perpetra relaciones de exclusión, monopolios capitalistas, silencios, asesinatos indiscriminados, entre muchos otros. En principio: a) se ha constituido a partir de procesos de lucha de clases para conquistar un “desarrollo” atravesado por los juegos de interés de unos particulares (terratenientes, multinacionales y clase dominante) y b) se han desarrollado economías de pre-industrialización en el sector rural, dejando la percepción del campesinado como una población rodeada de pobreza, necesidades y bajos niveles educativos. Además, se centra la tierra como el principal factor de desigualdad en esta relación dueño-obrero, referenciándola como principal elemento de conflicto, que ha generado por décadas luchas (legales e ilegales) por su posesión. Adicionalmente, la ingobernabilidad y la descentralización (sin presupuesto y administraciones acordes) como política de gobierno, ha mantenido una relación dicotómica entre lo urbano y lo rural, maximizando condiciones de exclusión entre unos y otros, justificando acciones de emergencia para los segundos y utilizando la violencia como herramienta de silenciamiento a la oposición.

Además del enfrentamiento armado interno que genera el encuentro de actores armados y divergentes (guerrillas, paramilitares, ejército nacional y narcotraficantes, y en el centro de ello la población civil), aparecen aspectos económicos y sociales que históricamente han enraizado en el país un ambiente de lucha, dominancias, exclusión, hambre y la violencia como salida para sobrevivir. Es entonces cuando el narcotráfico tiene mayor cabida como financiador del conflicto, protegido desde gobiernos de turno que lo legitiman para “mantener el control” de la mano con fuerzas militares propias del Estado —un ejemplo de ello fue la parapolítica durante la presidencia de Álvaro Uribe—, y que además funcionan como distractores en una lucha que de base se encuentra supeditada a las clases sociales. Todo esto vinculado a una corrupción que atraviesa la acción de funcionarios públicos y privados, la impunidad estatal en los procesos desarrollados con la bandera de la justicia como escenario débil y deslegitimador en los procesos de verdad. Adicional a ello, prácticas propias de la violencia como el desplazamiento forzado para la protección y/o apropiación de tierras fértiles para la siembra de cultivos ilícitos; el secuestro y la detención de prisiones políticos como formas de ejercer presión en las respuestas de la oposición, el asesinato y la desaparición de líderes comunitarios y defensores de Derechos Humanos, como estrategias de lucha que promueven el terror, la pobreza, inseguridad y el desempleo como consecuencias derivadas de las grandes hordas de migración interna y la concentración poblacional en las ciudades, reconfigurándose así una nueva cuestión social. Algunos académicos colombianos que hacen referencia a la tierra como el principal factor de capital en disputa, que ha agudizado histórica y estructuralmente el conflicto armado, son: Absalom Machado (2011), quien lo plantea desde una perspectiva histórica de tenencia a la tierra legal por medio de ilegalidades y una estructura agraria legal paralela a otra ilegal que es combatida por el Estado, como principales situaciones que agravan el conflicto y hacen más complejo el proceso propuesto por la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. También, Mauricio Uribe López (2012) ve este proceso desde un sistema de clientela entre élites locales y armadas, y un campesinado debilitado pero que también lucha por la posesión de tierras, se fundamenta bajo las premisas de resistencias y movimientos sociales, como escenario de conflicto. Finalmente, Jefferson Jaramillo (2012), propone una mirada del conflicto desde el encuentro contradictorio de diferentes actores y contextos, así como una gama de problemas relacionados con la forma de toma y uso de este bien.


Finalmente, el cuarto aspecto, hace referencia a entender esta ley como política de gobierno, que tiene como propósitos fundamentales: la atención psicosocial y económica a las nuevas víctimas, que trae consigo el conflicto armado, y la restitución de tierras a quienes tuvieron que desplazar a otras zonas en busca de protección, —aunque sean negados los crímenes de Estado y una historia antes de 1985—.

Entender la restitución de tierras como una acción de transformación de la estructura social y económica en un contexto como Colombia, en la que se pone en jaque relaciones de dominación ya existentes por poderes económicos y políticos, complejiza aún más la forma como se construye al sujeto víctima(s), no solo desde un reconocimiento focalizado, sino como una nueva tipología ciudadana, que se verá enfrentada precisamente por esos “juegos” de poder para el mantenimiento de un sistema de clase, que privilegia los intereses de unos sobre otros.

Entendiendo en este sentido un contexto que según el secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP da cuenta de “un país gobernado por las imposiciones de las entidades multilaterales de crédito, con un modelo de economía totalmente al servicio de los capitales transnacionales; un gobierno obsesionado por el rápido enriquecimiento de los grupos económicos que representa, unas fuerzas militares subordinadas al mando del ejército de los Estados Unidos y una población mayoritariamente hundida en la desesperanza. No solo representamos el país con la mayor desigualdad del continente, sino que los índices de pobreza y miseria, de desempleo e informalidad, de corrupción política y violencia nos avergüenzan ante el mundo”; una que requiere no solo de buenas intenciones bajo la bandera del derecho, sino una verdadera transformación en ese declive económico, institucional y político que ha mantenido la nación atada por el aparato paramilitar y policial de represión, y uno de difusión al servicio de la impunidad, la presión, las amenazas y el silencio. Adicional a ello, y de acuerdo con lo propuesto por Muller (1998, citado en Röth 2002), el hacer una política pública no implica en efecto resolver un problema, sino construir una nueva forma de verlos, instalando condiciones sociopolíticas para su intervención, llevando a la estructuración de la acción del Estado. Y para construirla deben desarrollarse algunos pasos específicos como son: la identificación del problema, la formulación de soluciones u acciones, toma de decisiones, implementación y evaluación.

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Desde esta perspectiva, podría llegar a pensarse en una nueva posibilidad de reforma agraria, en la que se entraría a redistribuir un factor de conflicto histórico: la tierra. Y como se expuso anteriormente, este asunto no solamente corresponde a una posibilidad de reutilizarla y/o legitimar su propiedad, sino que da cuenta de una superficie en la que el discurso puede afianzarse bajo preceptos de redistribución de derechos, mayor intervención estatal en estos asuntos y la reconfiguración de nuevas relaciones económicas y políticas entre las elites, ligadas a la omisión de escenarios para la protección y garantía de quienes lo exigen como su derecho.

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Entender la restitución de tierras como una acción de transformación de la estructura social y económica en un contexto como Colombia, en la que se pone en jaque relaciones de dominación ya existentes por poderes económicos y políticos, complejiza aún más la forma como se construye al sujeto víctima(s)


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Para concluir, será entones fundamental comprender los procesos de reconciliación, verdad, justicia y reparación que el gobierno colombiano quisiera desarrollar en adelante, como un reto que requiere de condiciones mínimas para su desarrollo, entre ellas: una voluntad política real en garantía de derechos fundamentales, cambios estructurales que van desde una cultura política y social acostumbrada a la eliminación como lucha a la oposición a una que reivindique la bandera de la democracia, una reconfiguración y reconocimiento de los diversos actores para la incidencia en el escenario público, asignarle a la sociedad civil —pueblo— un rol de participación activa como protagonista en la reconstrucción de país en procesos de inclusión social; finalmente, tal como lo plantea la insurgencia al afirmar “que lo importante es hacer las balas innecesarias” comprendiendo de esta forma, que la paz es un proceso de reorganización de la estructura social, económica y política que abanderará la justicia social como principio de reivindicación histórica, y no como un asunto de desarme de uno de los actores y restitución “parcial de derechos”.

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Ya no quiero ser solo un sobreviviente, quiero elegir un día para mi muerte. Tengo las manos nuevas, roja la sangre, la dentadura buena y el sueño urgente. Quiero la vida de mi cimiente, no quiero ver un día manifestando por la paz en el mundo a los animales. Cómo me reiría ese loco día, ellos manifestándose por la vida, y nosotros apenas sobreviviendo, sobreviviendo. Sobreviviendo, Mercedes Sosa

Referencias bibliográficas: • Abramovich, V. (2006), Una aproximación al enfoque de derechos en las estrategias y políticas de desarrollo, Revista de la CEPAL 8, abril • Absalom, M. (2011), Colombia rural, razones para la esperanza, Informe nacional de desarrollo humano, Colombia. • Absalom, M. (1998), La cuestión agraria en Colombia a fines del milenio. Colombia. El Áncora editores • Castel, R. (1997) La metamorfosis de la cuestión social, una crónica del salariado. Buenos Aires Paidós. • Carrion, F. (1998) Desafíos de la descentralización en América Latina, En Encuentro Mundial. La investigación en Administración Pública hoy, Escuela de la Administración Pública. Bogotá. ESAP. • Congreso de la República (2005), Decreto 250/05 Plan Nacional de Atención Integral a la población desplazada. • Instituto Interamericano de Derechos Humanos (2006), Verdad, justicia y reparación desafíos para la democracia y la convivencia social, Segunda reimpresión mayo Editorama S.A, • Instituto para la Pedagogía, la Paz y el Conflicto Armado Ipazud (s.f.), Memoria y conflicto en Colombia: una aproximación desde sus actores infantiles y juveniles. • Jaramillo, J. (2012), Ponencia, Lección Inaugural Tierras y Conflicto en Colombia, Bogotá. Pontificia Universidad Javeriana, 22 de Febrero, • Marshall, T. H. y Bottomore, T. (2005) Ciudadanía y clase social. Buenos Aires. Editorial Losada. • Roth Deubel, A. N. (2002) Políticas Públicas Formulación, implementación y evaluación. Séptima edición. Colombia. Ediciones Aurora • Salmón, E. (2006) Algunas reflexiones sobre DIH y justicia transicional: lecciones de la experiencia latinoamericana. International Review of the red cross, Revista internacional de la Cruz Roja, selección de artículos. • Secretariado del Estado Mayor Central de Las FARC-EP (2012) Comunicado, Montañas de Colombia, 22 de julio. • Uribe López, M. (2012), Ponencia, Lección Inaugural Tierras y Conflicto en Colombia. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá. 22 de Febrero.


Transformaciones del capitalismo en la actualidad: sujeto, territorio y dinámica política1 Sara Camila Arias2 Laura Carolina Castañeda2

1  Artículo recibido el 31 de Enero de 2013 2  Estudiante Ciencia Política. Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá

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En este sentido y teniendo en cuenta las dinámicas inherentes al capitalismo para su reacomodamiento a las continuas crisis —estructurales y coyunturales— que este mismo ha engendrado, es necesario situar una descripción que permita dilucidar los cambios en el modelo de acumulación capitalista, que a su vez han suscitado un reordenamiento de las estructuras sociales junto con sus paradigmas jurídico-políticos, y han generado una nueva dinámica no solo en el nivel local, sino también en relación con el ordenamiento del sistema mundo.

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l modo de producción capitalista no es una realidad imperecedera que configure una verdad revelada y atemporal, tampoco puede ser situada como una forma económica que constituye un simple modo de producir y distribuir bienes; por el contrario, las formas de producción capitalista deben ser entendidas como una formación histórica, que trasciende los campos productivos y afecta de manera directa las relaciones sociales, la cultura y la propia constitución del sujeto; es decir, que las propias dinámicas sociales en las que se desarrolla el individuo son las dinámicas del mercado y la producción, generando de esta manera un sistema integrado por posiciones tanto económicas, como sociales, políticas y culturales, que permiten constituir una conciliación entre las relaciones sociales y las formas de producción, a la par que se construye una estructura social sistemática y congruente que, a pesar de sus contradicciones, permita su funcionamiento.


Por tanto, lo que se pretenderá a continuación es el planteamiento de dichos cambios que trascienden todos los ámbitos del desarrollo del sujeto y de la comunidad, generando una homogenización del campo donde se desarrolla el capitalismo y en cierta medida, un espacio propicio para su desarrollo, estableciendo una hegemonía. Todo con el fin de esclarecer la articulación entre forma de producción y relaciones sociopolíticas; no solo en contextos locales, sino en una clara internacionalización del capital, que permite establecer un sistema mundo congruente con las necesidades del mismo.

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En esta línea argumentativa hay que esclarecer que el capitalismo se constituye de manera integral en una ruptura tanto en las formas de producción como las relaciones sociales; es decir, que las formas de producción deben guardar una relación armónica con las fuerzas productivas para mantener el orden social.

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En esta línea argumentativa hay que esclarecer que el capitalismo se constituye de manera integral en una ruptura tanto en las formas de producción como las relaciones sociales; es decir, que las formas de producción deben guardar una relación armónica con las fuerzas productivas para mantener el orden social. Entonces lo que se evidencia es una correlación tanto de formaciones y estructuras económicas como de relaciones sociales, que constituyen un todo dinámico que permite el funcionamiento del orden constituido. Se establece una relación más allá de la esfera económica permeando los aspectos sociales, culturales y políticos de la vida en sociedad. Lo cual tiene gran relevancia, puesto que lo que se determina es una dinámica constitutiva en pro de la organización existente, que se afianza con una racionalidad interna que se consolida en el derecho. En ese sentido, es posible establecer la relevancia de la dinámica de las relaciones estatales en la actualidad, evidenciando cómo las modificaciones de las funciones del Estado, a través de la descentralización institucional, contribuyen al reacomodamiento de los sistemas de acumulación en el capitalismo, teniendo en cuenta que el derecho estatal formal no es determinante para la implantación y desarrollo adecuado del capitalismo, sino que establece cierta comodidad y certeza en concordancia con las relaciones económicas entorno a la propiedad.

En relación con esto, es propicio indicar cómo el “neo-institucionalismo” cumple una función, que completa y subsana las políticas neoliberales (Estrada, 2003, p. 2), generando una estructura que no se limita a lo económico, propiciando un espacio para el desarrollo de las políticas neoliberales en torno al afianzamiento del orden capitalista, en lo que podría ser considerado como una gobernabilidad (Stolowitz, 2012, p. 142) en términos políticos. El discurso descentralizador sienta la ruptura con el Estado benefactor, transfiriendo funciones y capitales sociales a las entidades privadas, provocando una trasformación en las dinámicas políticas referentes al Estado y su actividad dentro de la sociedad; a través de la modificación de las dinámicas políticas de la sociedad, esto con el objetivo de soterrar las contradicciones estructurales del modo de producción capitalista. Por lo tanto, lo que se pretende es un modelo económico que proporcione una transferencia neta de flujos de capitales, materias primas y energía a bajo costo desde los países de la periferia hacia el centro capitalista (Davalos, 2007, p. 65), que contrario a generar un redireccionamiento del capital hacia la actividad industrial, permita trasmitir los excedentes monetarios al pago de la deuda externa (Davalos, 2007, p. 67), lo cual implica a su vez un reacomodamiento de las esferas políticas que ejecuten dichas disposiciones. En este caso lo que se genera es una campaña que culpabiliza al Estado por los constantes episodios inflacionistas generados por la crisis de la deuda, permitiendo generar un proceso de descentralización de las funciones estatales.


Económicamente, se advierte la estabilización en el centro capitalista que sufre las consecuencias de la recesión económica a causa de la desaparición del modelo de Estado benefactor, mientras que lo que se propicia en la periferia es la transformación hacia un modelo económico que no pretende la industrialización, sino la extracción de recursos que permitan la producción en masa a bajo costo en beneficio de los mercados de los países “desarrollados” (Davalos, 2007, p. 121). Estas dinámicas económicas repercuten en la estructuración de la política monetaria al afectar las tasas de cambio y el tipo de interés en las transformaciones del espacio y los marcos normativos, así como la focalización del gasto y la política institucional encaminada a la participación del ciudadano en una lógica utilitarista. Revista Conciencia Crítica 2

Esto significa que al establecer tasas de interés altas desde las instituciones gubernamentales, altamente influenciados por tecnócratas de organismos multilaterales, se desestimula la inversión en actividades industriales, lo cual tiene relevancia a la hora de medir la cantidad de capital especulativo financiero que se genera.

39 Estructuración de la política monetaria

Esto significa que al establecer tasas de interés altas desde las instituciones gubernamentales, altamente influenciados por tecnócratas de organismos multilaterales, se desestimula la inversión en actividades industriales, lo cual tiene relevancia a la hora de medir la cantidad de capital especulativo financiero que se genera. Por otra parte las tasas de cambio además de afectar la balanza comercial de los países, afectan los precios de los insumos necesarios para la producción de bienes (Davalos, 2007, p. 89), lo cual genera un aumento en el precio final de los mismos y por tanto en la inflación general.

Transformaciones del espacio Estas transformaciones implican la reelaboración del concepto “territorio”, puesto que constituye el espacio físico en donde tienen lugar las transacciones mercantiles (Davalos, 2007, p. 200), lo cual supone una conceptualización del espacio como elemento estratégico en el desarrollo de las actividades económicas, que conllevan a incidir dentro del mismo, de manera insistente a través de obras infraestructurales (Jimenez, 2002, p. 30). Esto, a su vez, trae una exclusión de los grupos “no civilizados”, que residen dentro del territorio, puesto que este constituye no un espacio inocuo, sino un espacio de auto-referenciación que ayuda a constituir al sujeto y su autopercepción (Turner, 1990, p. 240).

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Teniendo en cuenta que se desarrolla un discurso tecnocrático orientado hacia la eficiencia, que pretende desacreditar la acción del Estado, instaurando una sustracción de funciones tradicionalmente estatales, que permitan llevar estas a su más mínima expresión, reduciendo la inversión social y generando una disciplina fiscal que permitan la producción de excedentes encaminados al pago de la deuda externa (Davalos, 2007, p. 81), se genera entonces una política monetaria restrictiva conforme a las disposiciones de entes internacionales, que eviten el desarrollo industrial e inste a la extracción de recursos naturales con el fin de aumentar la producción de bienes de bajo costo en los países del centro.

De esta manera, la política anti-inflacionista que se promueve desde instancias internacionales y se encamina a través del Estado queda inscrita en una lógica instrumental, con el fin de incrementar los beneficios al capital financiero, no solo por lo anteriormente explicado, sino porque específicamente la tasa de interés real equivale a la tasa de interés nominal menos la tasa de inflación (Davalos, 2007, p. 129), lo cual conduce a evitar esta última, a fin de generar ganancias especulativas que se articulen con el sistema financiero mundial.


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Pueblos indĂ­genas y megaproyectos: las nuevas rutas del despojo // Jpazkual


A partir de esto es necesario resaltar cómo a diferencia del planteamiento que separa la base económica de la superestructura, en donde reside el derecho, se desarrolla una amplia conexión entre este último y la estructura de la formación social capitalista, puesto que si bien existe una autonomización del sistema jurídico, esto no significa su desconexión con la moral y la política (Habermas, 1985, p. 24); por tanto, se desarrolla una concomitancia entre estas esferas, su connotación ideológica y el derecho en una clara instrumentalización.

Es pertinente citar la reflexión del sociólogo francés Henri Lefebvre (1976, p. 47), quien afirma que el espacio no es un objeto científico separado de la ideología o de la política; pues este siempre ha sido político y estratégico. Si el espacio tiene apariencia de neutralidad e indiferencia frente a sus contenidos, es precisamente porque ya ha sido ocupado y usado, y ya ha sido el foco de procesos pasados cuyas huellas no son siempre evidentes en el paisaje. El espacio ha sido formado y modelado por elementos históricos y naturales; pero esto ha sido un proceso político. El espacio es político e ideológico; es un producto literariamente lleno de ideologías (Oslender, 2002).

La clara instrumentalización del derecho en el sistema capitalista, no suscita del todo un incumplimiento de las promesas capitalistas en torno a la libertad, puesto que el modelo liberal nunca estuvo desprovisto de las connotaciones de regulación del Estado, en este sentido el laissez faire parece ser más discursivo que real, ya que históricamente los intentos del capitalismo se han apalancado de las acciones provenientes del Estado instrumentalizándolo, y culpándolo de los fracasos en situaciones donde una suma de factores ajenos al mismo han provocado las crisis (Polanyi, 1984, p. 57).

Marcos normativos El modelo económico extractivito, conlleva a una alianza con los poderes locales de la periferia en razón de mantener el modelo y articularlo a las políticas que se desarrollen dentro de dichos países (Davalos, 2007, p. 120). Esta injerencia en la política de la periferia no solo implica las alianzas dentro de los sistemas políticos de dichos países, sino que a su vez fomenta una restructuración constitucional, que lleve a la normatividad los mecanismos económicos, a razón de una autonomización y despolitización de las leyes (Estrada, 2003, p. 20) legalizando y normalizando la implantación de políticas económicas que beneficien a la naciente forma del sistema mundo capitalista.

Este modelo de acumulación, señala Harvey (2004, p. 26), se sustenta a través del militarismo ya que este se constituye en lo puramente económico, para el capital, un medio de primer orden para la realización de la plusvalía, a diferencia de los planteamientos que señalan que la injerencia de las fuerzas militares, se da exclusivamente en ambientes de ingobernabilidad.

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A partir de las anteriores nociones se aprecia un espacio de resistencia, un territorio que como planteamiento teórico, busca conceptualizar las formas concretas y decisivas en las cuales espacio y resistencia interactúan e impactan uno sobre el otro, dando como resultado, dinámicas que caracterizan el constante cambio, propio de la búsqueda del establecimiento de un orden y un sentido convencionalizado por parte del sujeto (sea individual o colectivo), que permite a las instituciones y a sus producciones realizarse como el ámbito donde se administran y se construyen las manifestaciones del sujeto, a la vez que las relaciones se fundan y toman forma.

A esto hay que sumarle que tanto la noción liberal, como la conservadora de la política, pretenden defender el capital por medios diferenciados, ya sea por el autoritarismo o por el aparente consenso (Stolowitz, 2012, p. 62). Por esto, no se puede afirmar que el capitalismo tenga como objetivo la libertad del hombre y su participación política; por el contrario, pretende mantener los intereses concernientes al capital, y por ende revestirá cualquier forma para mantener un estado de aparente normalidad que le permita desarrollarse, para ello es suficiente observar los momentos de excepción del capitalismo en función de un reacomodamiento en su modelo de acumulación (Boron, 2004, p. 229).

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El espacio entonces se establece como un espacio político saturado por una red compleja de relaciones de poder/saber que se expresan en paisajes materiales y discursivos de dominación y resistencia, como escenario de las relaciones sociales donde concurren y se sobreponen actores, con capacidad real y potencial de creación y apropiación, generando relaciones de complementación, cooperación y conflicto. Es entonces una construcción social, un espacio de poder y gestión, de colectividades.


La focalización del gasto La focalización del gasto a su vez constituye una política que permite matizar la desigualdad, exclusión y opresión que por naturaleza genera el capitalismo, (Estrada, 2003, p. 2) a través de la ampliación del mercado, generando una posible solución a la contradicción que genera este modelo al excluir a la población que no pueda entrar en la lógica oferta y demanda en razón de su disminuida capacidad de adquisición. Esto mediante la política subsidiaria que constituye una salida asistencialista a lo que eventualmente podría generar un resquebrajamiento del ordenamiento socio económico constituido.

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Lo anterior entra en concordancia con el fundamentalismo de mercado, que durante buen tiempo ha predominado y que demanda un papel importante de regulación por parte del Estado (Stiglitz, 2009) colocándonos en un contexto de nuevo keynesianismo que puede ser simplemente una operación de salvamento que solo satisface intereses a corto plazo.

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Política institucional encaminada a la participación del ciudadano en lógica utilitarista La injerencia más evidente en torno a la política y la función estatal en el marco de las transformaciones capitalistas, está constituida por la descentralización y el discurso de la participación del ciudadano en donde este se constituye como consumidor, en una lógica utilitarista acorde a las disposiciones en torno a la eficiencia características del discurso neoliberal, establece una política de austeridad y eficacia frente a las políticas públicas, de esta forma lo que se genera es una cooptación de quienes buscan transformar radicalmente el orden establecido, para la generación de un ambiente de gobernabilidad (Stolowitz, 2012, p. 112) que en una estrategia de dominación permita desarrollar a cabalidad los deseos del modelo económico imperante. De esta forma, se pretende establecer una lógica de homogenización, que pretende ser hegemónica, al no solo establecer una coacción directa, sino también una injerencia en la cultura y la ideología de la sociedad, construyendo al sujeto no solo a partir de las nociones de individualidad y competencia, que se desprenden de las dinámicas del capital impuesto. En pocas palabras, las disposiciones generadas externamente como políticas pueden terminar estableciendo conductas habituales dentro de los individuos que conduzcan a la legitimación del orden capitalista.

Es necesario tener en cuenta la historia de la acumulación del capital en el escenario mundial, el cual se transforma en una cadena de convulsiones políticas y sociales, que junto con las crisis económicas periódicas harán necesaria la rebelión de los oprimidos y excluidos contra la dominación capitalista, que ha alcanzado un límite interno y externo que no ha sido capaz de superar y lo convierte en un sistema que sobrevive a razón de pretextos frente a la crisis de sus categorías fundamentales que son: el trabajo, el valor y el Capital (Gorz, 2007). En este sentido, es necesario decir que el capitalismo transforma la manera como se genera la plusvalía, puesto que esta ya no proviene de inversiones de capital constante y variable, sino más bien de inversiones en dispositivos de producción y captación del valor, formado fuera del proceso directamente productivo, representando la relación entre el capital constante difundido en la sociedad y el capital variable también “desterritorializado”, disperso en la esfera de la reproducción, del consumo de las formas de vida, de los imaginarios sociales y colectivos.(Marazzi, 2009, p. 46) El sujeto en vía de desfetichización Para dar una explicación de las connotaciones que genera el capitalismo dentro del desarrollo del sujeto político —tanto individual como colectivo—, es necesario tener en cuenta la importancia de la serie de transformaciones (ya mencionadas), que se dan dentro de la esfera productiva, que conlleva a una nueva perspectiva dentro de las resistencias y los elementos intrínsecos dentro de las mismas, sin perder de vista que este desarrollo del sujeto político abarca sus múltiples dimensiones, en las que se destacan la ideológica, cultural, y mercantil. En razón de lo anterior, hay que dilucidar cómo la generación de capital y plusvalor sufren una transformación en el capitalismo actual, generando una recomposición del territorio que afecta el carácter de este dentro de las resistencias. Así mismo, la legalidad se erige como un factor fundamental a la hora de ocultar la dominación que se realiza por vía violenta, instaurando un reto para los movimientos opositores a la hora de situarse dentro del sistema, obligándonos a conocer dos tipos de posiciones a la hora de enfrentar la diferentes transformaciones que genera el capitalismo. Es así como por una parte, se desarrollan movimientos sociales inscritos en la lógica institucional y, por otra, movimientos ajenos a dichas dinámicas, constitutivos de una nueva forma de entender la sociedad, la producción y la propia esfera política.


Sin embargo, es pertinente resaltar cómo la elaboración de una nueva estructura no se erige a raíz de la dinámica de los movimientos sociales inscritos en los paradigmas del capitalismo, ni en una lucha que tiene como eje la dinámica económica, sino que se da a través de la generación de resistencias que tengan como punto focal las relaciones antagónicas que genera el propio capitalismo.

Asistimos a una financiación de las economías, al fin del Estado de bienestar planificador, y al auge de la importancia del trabajo inmaterial

Al dar una mirada tanto a la forma como se presentan las relaciones sociales, como las formas de producción dentro del neoliberalismo, es necesario evidenciar cómo las dinámicas del capital transforman los conceptos bajo los cuales se fundamenta; es decir, cómo se transforman las nociones de capital constante y la generación de plusvalor que propicie a su vez el capital.

Asistimos a una financiación de las economías, al fin del Estado de bienestar planificador, y al auge de la importancia del trabajo inmaterial (Moncayo, 2010, p. 49), que conllevan a una reconfiguración en las formas de explotación, que se extienden hacia la bio-política y la configuración del sujeto político, productor de plusvalor mas allá de la fábrica. De esta manera, el trabajo se despliega en todas las actividades sociales, produciendo una constante extracción de plusvalor, que se extiende más allá del tiempo de trabajo y se centra en la vida misma, en la existencia social, en sus distintas formas y momentos dejando de lado el interés por el trabajo concreto, para centrarse en la capacidad creativa de los individuos, la investigación y el desarrollo; capital intelectual (Moncayo, 2010, p. 50).

En pocas palabras la explotación que se extiende sobre el tejido social, los individuos y la propia vida, se acompaña por una dominación extensiva e intensiva, que se ubica en cada uno de los ámbitos de los que se desarrolla el sujeto, a fin de establecer un espacio propicio para la acumulación de capital. Evitando espacios de resistencia que puedan afectar la acumulación de capital.

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Dicha recomposición en las formas de extracción del plusvalor, afectan de manera directa las diferentes formas de resistencia al capitalismo, puesto que se irrumpe en la fase que Marx denominaría como “Subsunción real del trabajo”, en la cual el eje es el plusvalor relativo se convierte en la forma de explotación a través de la desvalorización de la fuerza de trabajo y la intensificación de los ritmos laborales (Lara, 1996, p. 338).Esto a su vez, cambia de manera inevitable la relación que se tiene, dislocando el territorio productivo y diluyendo al mismo dentro del todo conjunto social, llevando las luchas fuera de la fábrica, constituyendo una lucha más allá de la formalidad y del ámbito estrictamente laboral (Lara, 1996, p. 337).

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Como ya se había indicado, la forma de producción capitalista vigente sufre una transformación hacia un modelo económico basado en la especulación financiera, lo cual conlleva a transformar el capital constante en tecnologías de la información y la comunicación, que conducen a un conjunto de sistemas organizacionales inmateriales, que extraen el plusvalor siguiendo a los trabajadores en cada momento de su vida, intensificando la jornada y el trabajo vivo dentro de la producción. (Marazzi, 2009, p. 46).

La transformación en la generación de plusvalor suscita a su vez una reconfiguración de las técnicas de poder, hacia un control que no solo se limita al ámbito de la producción, haciendo necesario un Estado de excepción permanente (Moncayo, 2010, p. 53), desplegando mecanismos represivos en todo el tejido social productivo, a fin de suplir las carencias en tema control que podrían presentarse en la dominación.

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Transformación de la forma de acumulación y la generación de la plusvalía


Es imperante no desconocer la potencia de los múltiples actores que se configuran también como oprimidos y excluidos en el modo de producción capitalista, dada la ruptura de la explotación y la extracción del plusvalor enmarcada dentro de los parques industriales, ya que la dominación ejercida por el capital se sobrepone a los límites de la fábrica, e irrumpe en la acción cotidiana de todos los ciudadanos.

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Con esto en mente, la exterioridad del Estado —su fetichización— viene a legitimar las formas más notorias de la violencia capitalista, siendo la esfera de la circulación de mercancías, no un fenómeno excepcional o ajeno al diario transcurrir económico de la sociedad, sino una esfera que obliga al trabajador a vender lo único que tiene: su fuerza de trabajo

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Por tanto, reconocer que el elemento cohesionador que alimenta los movimientos sociales es el pertenecer o estar atado a las estructuras centralizadas del poder del Estado contra quien dirigen sus acciones de crítica o contestación, es reducir la protesta a las dinámicas estatales, desconociendo que en muchas ocasiones lo que impulsa a los movimientos sociales va más allá de la crítica estatal, puesto que este solo reviste una parte del entramado superestructural de la formación social capitalista. La legalidad como factor de legitimación El Estado capitalista como forma o relación social está indisolublemente ligado a comportamientos coercitivos implícitos o explícitos, que le son inherentes, y que no pueden existir independientemente, ni pueden ser indiferentes a esta formación social. “Toda relación social de dominación se apoya simultáneamente sobre la fuerza y sobre el consentimiento” (Rojas, 1980, p. 90).

Ahora bien, el Derecho y en general la ideología capitalista, intervienen para crear y reproducir un sujeto propietario en una dimensión de vendedorcomprador que oculta y legitima las dinámicas capitalistas, causando progresivamente la eliminación de los productores y la pululación de los inter-cambistas (Rojas, 1980, p. 105). Consecuencia de esto, se percibe que la autonomía y la fetichización de la mercancía esconden la desigualdad, la expropiación, la violencia con la que, colateralmente, actúan en el modo de producción capitalista. Sin desconocer que al momento de limitar la apreciación del sujeto en su dimensión mercantil, se olvida el quehacer concreto (su esencia relacional) del mismo, tomando en cuenta y reproduciendo el trabajo abstracto que aliena y fetichiza tanto a la mercancía como al mismo sujeto (Holloway, 2009, p. 129). Con esto en mente, la exterioridad del Estado —su fetichización— viene a legitimar las formas más notorias de la violencia capitalista, siendo la esfera de la circulación de mercancías, no un fenómeno excepcional o ajeno al diario transcurrir económico de la sociedad, sino una esfera que obliga al trabajador a vender lo único que tiene: su fuerza de trabajo, siendo esta coacción la que da lugar a una aparente inexistencia de constreñimiento, tanto en esta venta, como en la reproducción de un sujeto, en el cual se exalta solo su dimensión inter-cambista; desconociendo que este sujeto posee una esencia necesariamente definida por la ideología dominante.


No obstante, este sujeto mercantil, no se reduce a una clase económica, puesto que se configura como clase política en la medida que tiene la capacidad de subvertir el orden establecido. Así, se quiere resaltar el umbral que coloca la diversidad de luchas que, con distinta visión y carácter, como las luchas de raza, género, contra el esclavismo, ecológicas, de orientación sexual, entre otras, conducirán dentro de este marco, un punto de giro que evidenciará la reivindicación del sujeto, implicando la conciencia para sí y no en sí mismo. En este contexto, surge el carácter de multitud como forma organizada en redes horizontales, redes de luchas distintas que avanzan por caminos paralelos siendo a la vez locales y globales, abriendo paso a la sociedad, que aduce a la multiplicidad cultural, racional y de formas de trabajo presentes en el orden instaurado.

El accionar de este sujeto se basa en su quehacer cotidiano, ya que a través de este se crean grietas en el tejido de la dominación, generando espacios o momentos de creación alternativa, los cuales se van expandiendo y multiplicando, es así como esta práctica de este sujeto se caracteriza por no solo ir en contra del trabajo abstracto, si no por ir más allá, gracias al hacer humano que es fuente de todo movimiento.

Esta horizontalidad, denota un autonomía propia que encuentra su sustento en una visión del sujeto referida al régimen de lo político, como agente de la acción comprometida por la tensión entre el deseo y una racionalidad contingente a la acción eficaz (Mier, 2009, p. 12). Así, la autonomía se reconoce dentro de un régimen de intersubjetividades, asociadas al vínculo entre los actores, que genera una tensión subjetiva irreductible de la libertad.

Dicho movimiento social se desarrolla en una lógica en la cual la noción de la política y la creación del poder se revelan más allá de lo instituido, para generar una dinámica constituyente continua, que no se enmarca dentro de una clase determinada y que configura una concatenación de luchas diferenciadas pero similares al estar dentro de los marcos de explotación del capitalismo. Así, la singularidad y lo común se constituyen como elementos de lucha colectiva, en las cuales la sociedad tiene capacidad de tomar decisiones políticas autónomas, sin una dirección central.

Conlleva esto a una crítica de la noción de libertad, que interroga la identidad del sujeto, revelando la inconsistencia de este en su definición individual, concibiendo la acción fuera de un horizonte encaminado teleológicamente, puesto que la identidad del sujeto es la heteronomía constitutiva del vínculo intersubjetivo de actores con identidades diferenciadas, que genera la posibilidad de construir la acción autónoma (Mier, 2009, p. 22). Dicha constitución realizada por la heteronomía se realiza a través del relacionamiento de los sujetos en los cuales las identidades no son únicas ni trascendentales.

Este reconocimiento de las singularidades entre la pluralidad marca el sentido de una lucha que no se cierra a las categorías del capital; es decir, que permanece como un sujeto político colectivo que no se enmarca dentro de una identidad fija, negando el trabajo abstracto, luchando por la emancipación de lo que esta negado de forma cotidiana por este, o sea, el quehacer útil y creativo que es impulso hacia la autodeterminación de este sujeto (Holloway, 2009, p. 128).

De esta manera, la autonomía se funda en la heteronimia de la actuación del sujeto, la cual siempre responde al otro desde el reconocimiento de la radical aprehensión de su singularidad, alentando el deseo de solidaridad, que da sustento a la responsabilidad hacia este y estableciendo un vínculo .Así, la autonomía se configura como ámbito puro de la acción ética, donde se erige la primacía de la solidaridad, como responsabilidad constitutiva de todo sujeto, que se expresa por el reconocimiento de vínculos y responsabilidades, por solidaridades concurrentes y orientadas a responder a sus condiciones y necesidades.

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Como lo demostró Rosa Luxemburgo en su texto sobre la huelga de masas, la acción directa es la forma que asumen los procesos revolucionarios en ciertos casos concretos (Luxemburgo, 1977, p. 64), así que para actuar en los escenarios planetarios del presente, en oposición a la globalización neoliberal, la única forma organizativa que hasta ahora ha aparecido viable es el movimiento social (Quiñones, 2003, p. 696).

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La resistencia más allá de la esfera organizativa del trabajo

Al ir en contra de este trabajo abstracto y enajenado, se liberan las categorías de su concepción fetichizada, llevando la lucha hacia una autodeterminación contra y más allá del capital, dejando a un lado la solución del caos frente al orden existente, y más bien proponiendo un cambio radical en el modo de producción, que a su vez conduzca a un escenario de participación efectiva, que marca una organización horizontal apartada de toda jerarquización arbitraria de la misma.


Del mismo modo, la autonomía es un reconocimiento de una potencia de acción que surge de los vínculos colectivos, en un proceso de composición de acciones en correspondencias mutuas, que incorporan al otro como figura constitutiva del significado de acción, colocando a la libertad misma como una potencia pura de creación de horizontes colectivos (Mier, 2009, p. 58).

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Entonces, deviene una posibilidad concreta e integral de desarrollar una resistencia dentro de la serie de particularidades sociales que genera el capitalismo, que alienan al sujeto, lo separan, y lo constriñen repetitivamente, tanto dentro de las relaciones de producción, como de las relaciones sociales fuera de su trabajo abstracto, puesto que el capital trasciende lo económico y se inscribe en el propio comportamiento de los individuos. Sin embargo, es necesario aclarar que esto también significa, que la resistencia se da más allá de la fábrica, puesto que la generación de plusvalía y la explotación del trabajo con que esta se produce en la actual forma de acumulación capitalista se desmaterializan y se extienden por todo el conjunto de la sociedad.

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Lo anterior conlleva a generar espacios de resistencia múltiples y dispares que comparten la misma realidad de explotación sin ser homogenizados dentro de una sola categoría u organización, asegurando un poder constituyente continuo, dinámico, con potencia avasalladora y con una autonomía que deviene de una heteronomía, que constituye identidades múltiples y diversas que escapan del determinismo que conducen paradójicamente a fortalecer el capital, por lo cual es evidente que este último genera las contradicciones que darán paso a su transformación. Por tanto, tenemos un sistema socio-económico que re-estructura todos los aspectos de la dinámica social a escala mundial, enmarcados en la transición del modelo capitalista caracterizado por la producción continua de mercancías en masa y por el Estado de Bienestar, hacia el modelo neoliberal y de especulación financiera del capital, reconstruyendo desde la forma de producción hasta la concepción del individuo en ciudadano consumidor, transformando las funciones sociales del Estado. Sin embargo, es necesario resaltar que la institucionalidad como el derecho formal racional no determina la implantación y desarrollo adecuado del capitalismo como tal, puesto que la configuración del Estado hace parte de una serie de factores específicos en la historia, no planeados.

En este sentido, el Estado y su configuración hacen parte de situaciones en las cuales las sociedades están en una creciente interdependencia (Bolivar, 2000, p. 68), asociados en muchos casos con los excedentes y la sedentarización (Mann, 2000, p. 57); por tanto, no se puede establecer una relación directa entre institucionalidad y derecho en la configuración del orden económico, sin embargo parece ser un factor que se desarrolla paralelamente a la restructuración de las formas económicas y sociales. En el caso latinoamericano, es claro que esta serie de políticas no se dan de manera planeada, sino como consecuencia de la búsqueda desesperada de salidas a la hiperinflación, así como a la estabilización política que permitiera la gobernabilidad en la Región (Torres, 1998). Sumado a esto, es necesario señalar cómo la estructuración económica supone una serie de cambios sociales, aclarando que no se trata de un economicismo que determina todas las esferas sociales. Por el contrario, los desarrollos económicos están acompañados de trasformaciones ideológicas, sociales, culturales y políticas que configuran una estructura congruente, con pretensiones de hegemonía, sin embargo en esta tarea se generan contradicciones que permiten dilucidar las grietas bajo las cuales se pueden inscribir posibles alternativas al orden establecido por el modo de producción capitalista, esto sin afirmar que una de ellas sea más viable que la otra, puesto que esto sería recaer en una lógica estática de las resistencias, que solo establece un caos organizado sin fines de transformación radical.


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SENTIDO COMÚN “La pobreza y la impotencia de la imaginación nunca se manifiesta de una manera tan clara como cuando se trata de imaginar la felicidad. Entonces comenzamos a inventar paraísos, islas afortunadas, países de cucaña. Una vida sin riesgos, sin lucha, sin búsqueda de superación y sin muerte. Y, por tanto, también sin carencias y sin deseo, un océano de mermelada sagrada, una eternidad de aburrición. Metas afortunadamente inalcanzables, paraísos afortunadamente inexistentes.” Estanislao Zuleta


El miedo como herramienta del poder: su impacto e influencia sobre las acciones del ser humano Daniel Felipe Cañón Cárdenas1 “Veo muy bien lo que debo hacer, pero no me atrevo; Temo no llegar a tener luegola fortaleza necesaria, temo llegar a arrepentirme...” Sören Kierkegaard2

2  Kierkegaard, S. (2003) Temor y Temblor. Buenos Aires, Editorial Losada.

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1  Universidad Nacional de Colombia

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a realidad contemporánea” en cuanto al miedo en el sujeto, se ve influenciada por varios factores (económico, político, cultural y social). El término miedo, puede definirse según la Real Academia Española como una “Perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario (…) Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea”; por lo tanto, se puede caracterizar este término como una reacción subjetiva del ser ante lo desconocido. Ahora bien, relacionando dicho término con la contemporaneidad, ante una inevitable globalización, varias consecuencias se han desprendido, tanto sociales como culturales. Como diría Rosana Díaz en su ensayo, Diferencias aterradoras: el discurso del miedo y la liminalidad vinculados a dos ejemplos de discapacidad (2005), una de las “nuevas formas” en que se expresa y manifiesta el miedo, en la globalización, es su repudio; si analizamos desde la perspectiva de Díaz, este término podría interpretarse como el “proceso de homogenización cultural, económica y espacial (…) recibidos con reticencia, rechazo, y en la mayoría de los casos, miedo”, por lo tanto, al observar una aparente pérdida de identidad al intentar estandarizar la cultura, se desarrolla como mecanismo de defensa el repudio ante estos factores.


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Analizando lo anterior, estas características no solo se ven en la actualidad, sino que se han visto también a lo largo de la historia; las civilizaciones muchas veces, “xenofóbicas”, repudiando e intentado al máximo no perder su identidad y cultura, concebían al “miedo” como mecanismo de defensa ante un posible encuentro intercultural; es decir, generando “miedo” por lo desconocido, proyectado en nacionalismos que refuerzan su identidad. De esta manera, las civilizaciones dan legitimad a variadas formas de poder las cuales pueden de alguna manera controlar y proteger los intereses de las mismas. Alrededor de la historia humana se ha visto cómo el miedo se refleja en el poder político, en incontables decisiones y mecanismos de intimidación, en los cuales se encuentra no solo la fuerza, sino también la persuasión y hasta la misma oratoria, las cuales impiden e influencian el desarrollo de la autonomía del individuo.

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Para Hobbes, puede decirse que la relación de miedo y política es esencial y se hace presente en dos momentos: 1) El miedo a la muerte que lo amenaza en el estado de lucha originario es lo que mueve al hombre a buscar la paz, y a sellar el pacto para formar el Estado. (…) 2) El miedo al poder del Estado una vez instituido, y su fuerza sancionatoria, es el sentimiento fundamental que asegura el mantenimiento del pacto y el respeto y la sumisión a la ley (De Zan, 2009). Lo que nos lleva a decir que, la necesidad de establecer una organización para el control, se genera por el “miedo”, el cual, de forma indirecta, causa variaciones en la forma de actuar y de pensar del sujeto en su cotidianidad, se puede pensar, que toda acción está fecundada en una finalidad, muchas veces, esta permeada por un ente que ejerce “el miedo” como método de control. En el siguiente ensayo, se explorará cómo la idea del miedo puede llegar a ser subjetiva y a su vez una herramienta de control y dominación por parte de las organizaciones; generando así, una modificación radical en el actuar cotidiano del sujeto, influenciado por un miedo constante, con base en unos “presupuestos sociales”, los cuales, alterarán notablemente el pensamiento y las relaciones sociales con su entorno a través del tiempo.

3  Entiéndase organización como la constitución social entre dos o más sujetos, los cuales desean llegar a un fin específico y para esto aplican diferentes estrategias.

Condición de identidad Para empezar, se podría partir desde las percepciones, pasiones y deseos que caracterizan y mueven al sujeto sobre su actuar y pensar cotidiano. En este sentido, quizá una de las principales causas del miedo en el sujeto racional, es la pérdida de su “posibilidad de libertad”; es decir, tanto la condición, como sus “supuestos sociales”, que son toda capacidad que el sujeto posee alrededor de las decisiones, las cuales, además de estar permeadas e influidas por un contexto social, le atribuyen al sujeto un carácter único de identidad, el cual, cuando se encuentra atacado por un factor ajeno e incontrolable, reflejará en el sujeto un estado temporal de miedo. En otras palabras, si el ser humano inicia un proceso en el cual su autonomía se restringe, podría notarse que en este se ha infundado el miedo como método de control y por consiguiente, el sujeto no poseerá temporalmente una serie de “acondicionamientos” con respecto a su entorno, los cuales le facilitarán satisfacer la necesidad de ser autónomo; es decir, es menester un contexto “apropiado” para obtener una “posibilidad de libertad”. En contraste, si esta “posibilidad de libertad” no es superada o alimentada, el sujeto estará limitado al actuar en la cotidianidad sobre la complejidad de sus miedos [entendiendo el término complejidad desde Morin, como una “multiplicidad de identidades” (1990). De esta manera, la condición del sujeto —en cuanto al miedo— estaría limitada aparentemente sobre el concepto que este tuviese acerca de su “posibilidad de libertad”, pero aun así, quizá existan diferentes factores que causen o generen este “miedo” sobre el sujeto, tales como, la educación, la cultura y ¿por qué no? la misma capacidad de ser autónomo, entendiendo este último como el miedo al adquirir responsabilidades tanto morales como sociales, para construir y enfrentar una libertad individual sin afectar la del otro.


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Reflexiones Sobre el Poder del Miedo // Jorge Ramos


Quizá, entonces el miedo estaría ligado con la libertad; es decir, no hay miedo sin libertad ni libertad sin miedo, entendiendo que, el miedo puede ser una consecuencia a la violación de la “posibilidad de libertad”, pero, ¿qué es la libertad? Si definimos la libertad como la capacidad del sujeto de decidir autónomamente y realizar acciones sabiendo que todas estas conllevan una consecuencia, ¿no se estaría impidiendo la “libertad” al intentar “educar” a los seres humanos bajo unos parámetros homogéneos ya establecidos desde la conformación de la escuela? Según Paulo Freire “Solo en la educación puede nacer la verdadera sociedad humana (…) la opción se da entre una educación para la “domesticación” alienada y una educación para la libertad” (1965, p.1).

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Si definimos la libertad como la capacidad del sujeto de decidir autónomamente y realizar acciones sabiendo que todas estas conllevan una consecuencia, ¿no se estaría impidiendo la “libertad” al intentar “educar” a los seres humanos bajo unos parámetros homogéneos ya establecidos desde la conformación de la escuela?

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Miedo, poder y sumisión Ahora bien, en apariencia, el miedo puede ser fruto de una influencia cultural, ya que esta última altera (y en su mayoría propicia a fecundar) los ideales y pensamientos del sujeto, de manera que, sus acciones se guían bajo su “posibilidad de libertad”, pero ahora surge una nueva inquietud. La educación, la escuela como centro formador y transmisor de valores nacionales que conllevan a la “estructuración” del sujeto y también, como recinto físico en el cual se reproducen de forma aleatoria interacciones sociales, preparan al ser humano para ser aquel ciudadano ideal que se enfrentará cotidianamente en la búsqueda incesante por obtener una “posibilidad de libertad”. En adición, según Rousseau: “el bien de la república está por encima de cualquier valor, porque el ciudadano tiene deberes frente a la colectividad antes que derechos y es la virtud lo que lo hace hombre” (Rousseau citado por Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, 2006). Ahora bien, desde esos dos puntos ¿qué se podría tomar como prioridad? ¿El deber colectivo (bien de la república) o la condición para obtener una posibilidad de libertad?

Según lo anterior, se podría dictaminar que la libertad del sujeto está encaminada hacia un deber nacional, el cual desde su formación impide su plena disposición de la “libertad”, se arraiga bajo unos dogmas predominantes que “beneficien” a la sociedad y le son aplicados métodos de terror para su control; es decir, es obligación del Estado y deber del ciudadano dar y recibir una educación para su alienación, para lo cual “contribuirá” en el progreso de la república. En el transcurso de dicho progreso diversos mecanismos de control son aplicados sobre la sociedad para evitar así que el control no lo posea otro agente distinto al Estado. Por lo tanto, el Estado como promotor de la dignidad, igualdad y libertad quizás es el mismo que genera las condiciones para coartar esta serie de derechos fundamentales; desde un principio “educando”, es decir, impidiendo la formación libre y crítica de los sujetos, y en cambio, llevando procesos de alienación y masificación, que, cultivan el miedo sobre la sociedad para poder ejercer el dominio y conllevar así a una manipulación más fácil de esta.


Entonces, ¿dónde se halla aquella libertad, si nadie puede expresar ni demostrar lo que piensa? ¿Dónde está el respeto por la pluralidad? Y lo más importante, ¿se puede plantear una igualdad de condiciones en una sociedad que se ha caracterizado por ser egoísta y temerosa de sí misma ante lo que es y lo que no es? Es algo difícil plantear una igualdad de condiciones en una sociedad, la cual, teme afrontar sus deberes de ciudadanía, como también proporcionar y exigir ante su propia Nación la justicia y democracia que tanto predica y así, para obtener aquella igualdad y posibilidad de libertad se es necesario afrontar con carácter los deberes que emanan del sujeto ante su sociedad, como también brindar las herramientas necesarias para suplir los diferentes derechos de la misma. Conclusión

El miedo es el que atormenta la condición humana, la vulneras y en muchos casos hace sentir incapaz al sujeto. Superar esta faceta de la vida quizás es la mejor opción para disfrutar de la realidad, en la cual, los ideales que de aquí surjan deberían ser propios más no ajenos, para que así, el libre e integral desarrollo del ser humano sea placentero y necesario, y se pueda así lograr ese ideal, que conciba el sujeto, de felicidad en la sociedad.

4  Problema que dictamina el pensamiento estoico, el cual es atribuible a la condición del sujeto según Luc Ferry

Referencias bibliográficas: • De Zan, J. (2009) La filosofía social y política de Hegel. Ediciones del Signo. • Díaz Z, Rosana A. (2005) Diferencias aterradoras: el discurso del miedo y la liminalidad vinculados a dos ejemplos de discapacidad. Tercera época, vol. 25, (1) Jun. • Freire, P. (2009)/ La Educación como práctica de la libertad. Madrid, Siglo XXI de España Editores. • Ferry, L. (2007). Aprender a vivir filosofía para mentes jóvenes. Madrid, Taurus. • Kierkegaard, S. (2003) Temor y temblor. Buenos Aires, Editorial Losada. • Morin, E. (1997) Introducción al pensamiento complejo. Barcelona. Gedisa. • Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, Enero-Agosto 2006, XLIV (111-112), 115-128. • Touraine, A. (1997) ¿Podremos vivir juntos? Madrid, Ed. PPC.

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Este sujeto se podría catalogar según Tourine como “el único defensor de la descomposición de la cultura, de la personalidad y de la política. Si se quiere evitar esta decadencia, se debe realizar la reconstrucción de la vida social, de la acción política y la educación en torno a la idea del Sujeto” (1997).

Este miedo, es el que constantemente mueve al ser humano en su cotidianidad, que movido también por sus angustias y anhelos, olvida lo que realmente le está afectando su “libertad”. Aquel sujeto debe retomar la “vía instintiva”, superando así todos sus miedos, como el de la muerte, en su mayoría el más importante, impidiendo este su posibilidad de “vivir la vida”, generando un constante “limbo cotidiano”; “sufriendo el presente por el pasado y viviendo el presente para el futuro”4. El ser humano debería, “Aprender a vivir, a dejar de temer en vano los diversos rostros de la muerte o, simplemente, aprender a superar la banalidad de la vida cotidiana, las preocupaciones y el tiempo que pasa (…)” (Ferry, 2007).

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Impedir, restringir y limitar las “posibilidades de libertad” por parte del Estado puede ser una constante de la realidad contemporánea, como es el caso de los conflictos por ideologías, etnias, religiones y demás, que suprimen e impiden toda clase de expresión del sujeto, reprimiendo sus acciones y reformándolas con el “miedo”. En consecuencia, se ubica al sujeto en una sociedad en decadencia la cual impide su libre desarrollo, su libre expresión y la más importante condición, su libre decisión sobre las acciones de su vida, es así, como se aprecian diversos fenómenos sociales, a veces inexplicables, los cuales, en el proceso de rescate de dicha autonomía los individuos pueden llegar a marginarse de las sociedades y que estas mismas los consideren como una especie de “tabú”.

Este sujeto, existencialista muchas veces, no ha perdido aún el sentido de “posibilidad de libertad”. Aquella condición solo está subestimada por este, pasándola a un plano “utópico”, en el cual aquellas posibilidades se ven restringidas generando así un miedo incesante, sobre su vida y existencia.


AmĂŠrica Latina Unida // Brooke Anderson


Histérica latina Miguel Ángel Reina

Histérica latina grita América Latina de las fauces de los sabios, y en el tiempo ya retumban sus magníficos mandatos.

Mientras tanto, los legados de quien olvidó esta tierra nos llama así a pensarnos monarca, ¿por qué no te callas?

De Antioquia, la indomable, le voy a dar en la cara marica, y en la selva full de sangre no llueve, tierra maldita.

Los hombres todos pasan, las historias todas quedan, y este espíritu, esta fuerza, sobrevivirá a las guerras.

1  Estudiante Administración de Empresas - mareinam@unal.

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Que esta vieja es peor que el tuerto no existe poder perpetuo ejemplo no cogen ellos de quien con poder; vive con cerdos.

Sin embargo, los vejámenes no le pueden a la tierra labrada con nuestras manos, tan fértil por nuestras venas.

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Desde entonces, cuando vivo al comandante le olía azufre, hasta ahora cuando paces firman los que son hermanos.

Dicen del sol del cielo que son una manga de ladrones del primero al último; no sé, aquí el poder equivale al cáncer.





Portada // Ivรกn Benavides



CONCIENCIA CRÍTICA # 2 Se terminó de diseñar en Julio de 2014. Para su elaboración, se utilizaron las fuentes Akzidens Grotesk Condensed en sus variantes Light y Bold, en Regular e Itálica; y American typewriter en su variante Bold. Se imprimió en los talleres de GRACOM Gráficas Comerciales, los cuales están ubicados en la Carrera 69K # 70-76. Se imprimieron 300 ejemplares. Bogotá, Colombia, 2014.º


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