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Tras la solución del conflicto. La situación es completamente diferente. El organismo ha cambiado la enervación, pasando de la simpacotonía a la vagotonía. Los conductos coronarios ya no reciben códigos erróneos. La úlcera puede curar, el paciente ya no se queja de dolores de angina de pecho, está en vagotonia, en plena euforia, tiene buen apetito, duerme bien y hay tumefacción cerebral, En ese momento se produce una escarificación de la úlcera coronaria. 4.

Infarto de miocardio = carcinoma coronario

Por analogía con otros cánceres consideramos el infarto de miocardio como un carcinoma coronario, conde la evolución del conflicto corresponde a la evolución de esta úlcera en la arteria coronaria conforme a la Ley Férrea del Cáncer. Se entiende mejor este fenómeno si se recuerda que en su origen, los conductos coronarios eran arcadas branquiales, y que desde el punto de vista embriológico apenas se distinguen de los órganos en los que se encuentra los carcinomas. Una vez resuelto el conflicto –en vagotonía-, la úlcera empieza a cicatrizarse formando a menudo un engrosamiento hacia el interior, que aparece como una estenosis sobre el angiograma cornario. De ahí surge la hipótesis errónea de que la estenosis provoca el infarto de miocardio. 5.

El infarto inesperado.

El infarto de miocardio se desencadena siempre a lo largo de la fase consecutiva a la solución del conflicto, es decir, cuando hay una permutación entre los dos tipos de inervación motriz autónoma, pasando de simpacotonía a la vagotonía. Tras la solución del conflicto, el paciente entra durante dos o tres semanas en una fase de gran euforia, que contrata con el estrés intenso, característico del período previo a la solución. Reencuentra el sueño y el apetito, está distendido, incluso cansado y un poco blandito. Antes vivía en pánico, con perdida de 10, 15, a veces 20 kg. en algunos meses, con sueño interrumpido e inquíeto, sudoroso, víctima de pesadillas, siempre dando vueltas alrededor de su conflicto. Resuelto éste, se transforma y siente una sensación de gran bienestar. El paciente que en la mitad de esta fase de euforia repentinamente tiene un infarto, ya no comprende absolutamente nada. En efecto, desde hacia tres semanas su motor había dejado de girar a plena fuerza, el estrés se había desvanecido como por encantamiento, y como consecuencia, según la medicina clásica, en principio debiera estar a salvo de un infarto. Por recuperar a menudo de 5 a10 kg en el espacio de 15 días a 3 semanas tras resolverse el conflicto, la medicina clásica ha visto en el peso de

más un factor de riesgo, lo que es evidentemente absurdo. El mencionado accidente cardíaco con sus síntomas de naúseas, cefalea, vértigo, diplopía, apsychie, sensación de desaparición, transpiración abundante y centralización, ocurre siempre en la fase de recuperación, generalmente de noche durante el sueño más profundo y benéfico. Para explicar este fenómeno, se han fabricado hipótesis culpando a la caída de tensión como responsable del infarto de miocardio. Lo que es un sin sentido, ya que en vagotonia la caída de tensión es normal, sin contar que en posición horizontal la vasodilatación y el sueño tranquilo aseguran al cuerpo dormido condiciones de irrigación óptimas sin déficit de oxígeno.(Cf. G.Hamer. “el infarto, enfermedad del alma”, editado por ASAC). Notas correspondientes a las imágenes: Escaner 1. Foco de Hamer en el cerebelo derecho lateral. Provocado por conflicto de nido, generalmente conflicto madre-hijo real o virtual. Corresponde a un cáncer de pecho izquierdo. Se trata de una mujer de unos 30 años cuyo conflicto fue un aborto contra su voluntad. Escaner 2. Foco de Hamer con edema perifocal en cl cortex frontal (y al mismo tiempo en el tronco cerebral). Provocados por el miedo, sobre todo el miedo del cáncer. Miedo a tenerlo, a su progreso. Corresponde a los ganglios linfáticos del cuello. La joven, herida levemente al manipularse una verruga anodina en el cuello, aterrorizó al diagnosticársele un tumor. Escáneres 3, 4 y 5. Focos de Hamer con edema perifocal en la Zona cortical (a la izquierda) y en el tronco cerebral (encima), como consecuencia de crisis de epilepsia inmediatas a la solución de conflictos de angustia de muerte (reincidencias). Escáneres 6, 1 y 8. Manchas redondas en el pulmón y foco de Hamer con edema perifocal en la zona cortical correspondiente a un conflicto de angustia de muerte. Dos años después de operado de un melanoma en la espalda, un paciente de 34 años, que se siente muy bien, pasa un control rutinario. Al ver su historial, el médico le advierte de no parecer darse cuenta de que sólo le queda el 30% de probabilidades de supervivencia. Aterrado, sólo piensa en esta espada de damocles suspendida sobre su cabeza.

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