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Edificios de cero energía neta
Edificios de cero energía neta en El Salvador¹
Luis A. Martínez, Lizeth Rodríguez, Carlos A. Cisneros, Carlos M. Flores, Mario W. Chávez.
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Departamento de Ciencias Energéticas y Fluídicas, Departamento de Organización del Espacio, Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”

RESUMEN
Se estudian los paradigmas de los procesos de diseño actuales y las características constructivas y operativas de los edificios que dificultan la implementación exitosa de edificaciones de cero energía neta en El Salvador. Un edificio cero energía neta (net zero energy building, NZEB) es una edificación altamente eficiente, energéticamente diseñada bajo procesos de simulación, que integra energía renovable, para que el consumo energético anual de la edificación sea inferior o igual a la generación anual de energía en el sitio. El estudio es beneficioso a la comunidad académica e investigativa, y a las empresas nacionales que comercializan tecnologías eficientes. El edificio ha sido diseñado y modulado con sistema constructivo liviano de estructura de madera y forro con material ignifugo, contempla un sistema de aislamiento termo-acústico dentro de paredes y techo. El monitoreo continuo y medición permitirán generar insumos para la actualización de normativas de construcción amigables al medio ambiente.
PALABRAS CLAVE: energía, experimental, diseño, metodología, sostenibilidad. INTRODUCCIÓN
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS, impulsados por Naciones Unidas para el período 2015-2030 toman en cuenta temáticas como: Cambio climático, innovación, y consumo sostenible; entre los 17 objetivos, se destaca el objetivo 7: “Energía asequible y no contaminante” cuya meta para 2030 requiere de: “Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos”, “Duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética”, “Aumentar la cooperación internacional a fin de facilitar el acceso a la investigación y las tecnologías energéticas no contaminantes, incluidas las fuentes de energía renovables, la eficiencia energética y las tecnologías avanzadas y menos contaminantes de combustibles fósiles” [1]. Congruente con este contexto global, el
1 El estudio presentado en formato poster fue ganador del Premio en Investigación Científica y/o Tecnológica en Educación Superior y Centros de Investigación 2019, en la categoría de Energía. El financiamiento para este proyecto es proporcionado por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), con el apoyo de las empresas, MP Service, Enersys, EuroAire, INCO, Sherwin Williams de Centroamérica, Dissetti y DelSur
proyecto de investigación “Edificios de Cero Energía Neta en El Salvador”[1] (que en lo sucesivo en este escrito se denomina NZEBEl Salvador) busca consolidar conocimiento a través de un proceso experimental de investigación y diseño de un edificio en el que no solo es importante el establecimiento del estado actual de la técnica, sino que es preponderante la reflexión sobre la forma en que actualmente se desarrollan los proyectos de diseño de edificios. Un producto importante de esa reflexión es la creación de una nueva metodología de diseño que propone la interacción interdisciplinar y la integración de saberes en pro del cumplimiento de parámetros de eficiencia energética. EDIFICIO DE CERO ENERGÍA NETA
Un edificio de cero energía neta, NZEB por sus siglas en inglés; Net Zero Energy Buildign, por definición, produce a través de fuentes renovables, toda la energía requerida para su propio funcionamiento dentro de la huella constructiva del edificio [2]. Este es un concepto investigado ampliamente a nivel internacional, pero poco explorado en la región centroamericana, habiendo muchas preguntas aún, relacionadas con la viabilidad del concepto en latitudes tropicales, respecto a patrones de diseño, de construcción, y uso de energía. Para que a lo largo de ciclo de vida un edificio tipo NZEB pueda aprovechar la energía autoproducida, éste debe haber sido diseñado con conceptos de eficiencia energética, lo que implica echar mano de estrategias de diseño pasivas (elementos arquitectónicos y sistemas constructivos con características térmicas que eviten pérdidas energéticas, elementos que potencien el aprovechamiento de iluminación y ventilación natural, entre otros) y estrategias activas (sistemas de control y sistemas mecánicos de alta eficiencia de iluminación, ventilación y climatización, que realicen el mejor desempeño con el menor consumo energético). El United States Green Building Council (USGBC) recomienda que el proceso de diseño de un edificio NZEB sea riguroso y verificable a través de una métrica fundamentada en normativa internacional [3].
En el caso de NZEB-El Salvador se ha realizado una comparación por medio de simulaciones con el estándar ASHRAE (American Society of Heating, Refrigeration and Air Conditioning Engineers) Standard 90.1 Energy Standard for Buildings Except Low-Rise Residential Buildings, resultando en un consumo energético 42% menor al de un edificio estándar 90.1 [4]. Esta condición requiere el dominio de conceptos y herramientas de eficiencia energética de cada miembro del equipo profesional de diseño, además de los conceptos de su propia especialidad. A pesar que estos conceptos forman parte del currículo académico y formativo de arquitectos e ingenieros que intervienen en un proyecto de edificación en su etapa temprana de formación, en el proceso experimental del proyecto de investigación pudo constatarse que no se realiza de forma integrativa e interdisciplinar, sino que a través de la superposición de saberes infra coordinados entre sí.
METODOLOGÍA NZEB-EL SALVADOR
El proyecto es formulado por cinco investigadores principales para participar por fondos concursables que le son adjudicados a la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), en el año de 2017 y para su ejecución es coordinado y cuenta con investigadores del Departamento de Ciencias Energéticas y Fluídicas, e investigadores del Departamento Organización del Espacio, así mismo ha contado con un investigador asociado del Departamento de Mecánica Estructural.
El proyecto contempla cuatro grandes etapas que responden a los objetivos de formulación:
Etapa I. Proceso de diseño de NZEB-El Salvador y desarrollo de una metodología de diseño con enfoque interdisciplinar para edificaciones de cero energía neta. Esta etapa conlleva un proceso iterativo (repetido varias veces) de simulación energética y la incorporación de los requisitos de certificación LEED y guía HAUS de OPAMSS en el diseño.
Etapa II. Ejecución de obras documentando el proceso de construcción como acción retroalimentativa al proceso de diseño y como herramienta para la transferencia de conocimiento y difusión de buenas prácticas.
Etapa III. Caracterización del desempeño energético y térmico de la edificación construida a través de la medición de parámetros como; temperatura de la superficie, temperatura del aire y velocidad del aire, Iluminación, climatización y medidas de consumo de los principales usos energéticos en tiempo real.
Etapa IV. Generación de instrumento didáctico de difusión de las lecciones aprendidas y resultados de la investigación.
DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Etapa I: Proceso de diseño
En la etapa 1, dentro del proyecto se ha conformado un equipo profesional de académicos y alumnos de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la UCA a través de talleres participativos de diseño integrativo e interdisciplinar. Los Investigadores principales convocaron a un grupo de 75 alumnos de las carreras de Arquitectura, Ingeniería Mecánica, Ingeniería Eléctrica, e Ingeniería Civil. En estos talleres no solo han participado alumnos activos de la facultad, sino egresados y exalumnos.
También se llevaron a cabo sesiones de trabajo con profesionales de la industria por medio de un vínculo estratégico en el que se han asociado al proyecto para contribuir con conocimiento y tecnologías de alta calidad. (Fig. 1)
Así mismo el proyecto ha contado con las aportaciones de trabajos de graduación, trabajo por servicio social y voluntariado de profesionales interesados en adquirir experiencia y aportar conocimiento en el desarrollo del diseño del proyecto y el manejo de herramientas de cálculo. Esta experiencia ha contribuido al proceso formativo y de competencias profesionales.
En este sentido, el proceso inició con reuniones de equipo tipo Charrette2 según lo requiere ASHRAE [5], en las que tanto alumnos colaboradores, como académicos de las distintas áreas trabajaron de forma integrada.
El equipo de investigadores principales diseñó un instrumento de medición de la interacción interdisciplinar en el que los miembros del equipo han participado para poder medir los aprendizajes y ha sido destacable la integración de saberes así como, los nuevos aprendizajes, gracias al involucramiento de todas las áreas desde la concepción inicial del proyecto. Estos resultados serán reflejados en la etapa 4.
De este instrumento se ha podido calibrar la metodología de diseño (Fig. 2) presentada en congresos nacionales e internacionales.




Figura 1. Talleres de diseño integrativo interdisciplinar con alumnos de Facultad de Ingeniería y Arquitectura. Fuente: Archivos NZEB-El Salvador
²Charrette es una metodología para deliberación y facilitar la toma de decisiones en consenso de un grupo diverso.

Figura 2. Metodología de diseño integrativo interdisciplinar. Fuente: Elaboración propia, Archivos NZEB-El Salvador
Figura 3. Resultado de simulación, balance de energía mensual para NZEB, incluida el consumo del vehículo.
Fuente: Archivos NZEB-El Salvador
La metodología considera un proceso iterativo en el que a través de simulación energética se valida el diseño arquitectónico y da paso al cálculo, tomando en cuenta normativa nacional e internacional. La metodología se resume en 3 fases:
Fase I; Proceso de verificación, esta fase inicia con los estudios preliminares que usualmente conlleva un proceso de diseño, pero toma en cuenta los requerimientos del propietario y las bases del diseño, el resultado de esta fase es el modelo arquitectónico verificado en su cumplimiento del marco regulador que garantiza la eficiencia energética.
Fase II; Proceso iterativo de optimización, esta fase inicia con un proceso de simulación energética en que son verificados los parámetros de energía, iluminación, ventilación en el modelo arquitectónico. Este es el proceso más largo ya que de no cumplir una mejora sustancial en comparación con el estándar de ASHRAE 90.1, el diseño debe ser ajustado para el cumplimiento de la normativa, esto sin descuidar las normativas para la seguridad estructural, el adecuado funcionamiento del edificio y sin desvirtuar los principios de diseño arquitectónico bioclimático.
Para NZEB-El Salvador fue requerido realizar 14 iteraciones con las que finalmente el equipo de investigadores tomó decisiones sobre ubicación, orientación, sistemas constructivos, sistemas pasivos, sistemas activos, disposición y uso de los espacios del edificio. El proceso finaliza con el modelo de carga optimizado que da paso a otros procesos de simulación como el de potencial de uso de energía renovable y el proceso de simulación estructural (Fig. 3).

Fase III; Proceso de cálculo de estructura e instalaciones tanto eléctricas como hidráulicas, para dar paso al desarrollo de documentos contractuales y la compilación de evidencias en memorias de especificaciones técnicas que validen la puntuación de los procesos de certificación. Fue realizado un estudio sobre el cumplimiento de requisitos de certificación y debido a que el proyecto está enfocado en la investigación del desempeño energético, otros parámetros no fueron desarrollados, por ejemplo el reciclaje de aguas. No obstante, en los estudios quedaron reflejados los potenciales de mejora y futuros desarrollos de sistemas de reciclaje de aguas. Únicamente fue tomado en cuenta el ahorro en consumo de agua potable y el retardo de caudal de agua lluvia.
Estas tres fases dan paso al proceso de licencia de obras por las entidades gubernamentales previo a la etapa 2 de ejecución de obras.
Etapa II: Ejecución de obras
La etapa 2 implica la puesta en práctica de las ideas establecidas en el proceso de diseño y la supervisión del control de calidad en la ejecución de obras según lo plasmado en los planos y memorias de especificación.
El proceso constructivo ha sido un espacio de aprendizaje tanto para los investigadores, como para académicos y alumnos, ya que ha permitido la materialización física de ideas y cálculos.
También ha sido una oportunidad para el desarrollo de capacitación al personal técnico tanto a ingenieros de varias especialidades y arquitectos, así como al personal obrero (carpinteros albañiles y otros) que intervienen en el proyecto de construcción.
El resultado de la etapa dos es un nuevo edificio de laboratorio de cien metros cuadrados de construcción, en el campus de la UCA acceso por bulevar La Sultana, emplazado sobre un área impermeable y que sobre su cubierta se apoya un sistema solar fotovoltaico integrado con una capacidad de 14.175 kW que producirá suficiente energía anualmente para equilibrar el consumo energético del edificio (85% del consumo total) así como de un vehículo eléctrico (15% del consumo total) que es un instrumento más del laboratorio, su consumo de energía se basa en 10,000 km por año con eficiencia energética nominal (Fig. 4).
El edificio ha sido diseñado y modulado con sistema constructivo liviano de estructura de paredes portantes de madera aserrada y forro con material ignifugo, contempla un sistema de aislamiento termo-acústico dentro de paredes y techo. La madera es de bosque certificado de tala controlada cuyas resistencias son acordes a la norma técnica de diseño y construcción y a ensayos de laboratorio en la UCA. La madera contará con tratamiento de productos que no contienen VOC con base de agua y pinturas sin contenido de plomo. (Fig. 5)
Figura 4. Imagen de edificio y vehículo eléctrico. Fuente: Archivos NZEB-El Salvador

Etapa III: Caracterización del desempeño energético y térmico
Conceptualmente, se define un edificio de energía neta cero como un edificio con una demanda de energía muy reducida que puede ser equilibrado por una generación de electricidad equivalente en el sitio [6]. Se han realizado estudios continentales en Europa [7, 8] para la implementación del concepto en esas regiones. Sin embargo, los estudios de caso que han sido implementados en condiciones climáticas similares a las de Centroamérica sería dos, uno en Hong Kong [9] y otro en Madagascar [10] ambos pertenecientes a zonas climáticas subtropicales. En estos estudios, se informó que la reducción de aire acondicionado se llevó a cabo a través de una combinación de protección solar, ventilación natural, paredes y techo con aislamiento térmico. En general, una minimización del enfriamiento [11].
Es posible que cada tipo de construcción en determinada condición climática requiera una única solución NZEB. Por tanto, en el proyecto de investigación se evalúa la viabilidad de la construcción de un edificio de cero energía neta en la región centroamericana durante el proceso de medición y control en el ciclo de vida del edificio y para ello, es requerido un año de medición como mínimo, para establecer línea base y verificar si el proceso de simulación se acercó a la realidad, así mismo constituir bases para el potencial de mejora, sin embargo es destacable la tendencia al superávit energético considerando que la medición se ha dado en parte, durante la época lluviosa (Fig. 6).

Figura 4. Imagen de edificio y vehículo eléctrico. Fuente: Archivos NZEB-El Salvador
Figura 5. Imagen desde drone durante la obra de construcción. Fuente: Archivos NZEB-El Salvador
Figura 6. Resultado de medición y balance energético de febrero a noviembre 2019. Fuente: Archivos NZEB-El Salvador


Etapa IV: Generación de instrumento didáctico de difusión
Los resultados de la simulación predicen que el 58% del área del techo sería suficiente para alimentar el edificio anualmente, tanto las necesidades energéticas del edificio como el uso energético del vehículo eléctrico. La simulación y comparación con un edificio de referencia, demostraron que las estrategias de eficiencia energética más efectivas son; el aislamiento térmico en paredes y techo, sistemas de ventanas con un bajo coeficiente de transferencia de calor por conducción, potencia de iluminación mejorada, mayor eficiencia del sistema de aire acondicionado e implementación de sistemas de control [11]. Pero estas estrategias serán verificadas tras el año de medición que constituirá una base de datos que abrirá la discusión sobre la verificación y potenciales de mejora, dando paso a un espacio de innovación y nuevos emprendimientos tanto en el ámbito académico como en la industria en el corto plazo con perspectivas de extenderse a la región centroamericana. Por tanto, no solo se tratará de difundir en medio escrito los resultados, sino que el edificio mismo será un objeto habitable, interactivo y un valioso recurso didáctico.
CONCLUSIONES
Durante las discusiones que se mantuvieron en el proceso de diseño siempre se buscó llegar a un consenso grupal, sin embargo, se mantuvo un sesgo hacia el proyecto desde el punto de vista de cada disciplina. No ha sido, sino hasta el final de la etapa de ejecución de obras que el equipo de investigadores principales ha inferido que el sesgo profesional se debe a la falta de experiencia en trabajo interdisciplinar en la etapa formativa de arquitectos e ingenieros y eso no se entiende como falta de entendimiento y capacidad de trabajo en equipo, sino, como la falta de capacidad de aprendizaje y apertura entre cada disciplina sin que se entienda esto como una intromisión, pues en retrospectiva al proceso de diseño, cada vez que la discusión se generaba en torno al incumplimiento de la normativa de algún aspecto del proyecto, las ideas preconcebidas salían a flote. Por tanto, es destacable el esfuerzo de los miembros del equipo en la transferencia de conocimiento para sentar fundamentos técnicos y científicos y subsanar los impases del proceso de diseño. Tomando en cuenta la tendencia al incremento en el superávit energético que se muestra en la etapa de medición del edificio, NZEBEl Salvador es una oportunidad de realizar investigación experimental combinada con diseño y simulación de escenarios, es una ventana que abre posibilidades de continuar investigando y desarrollando nuevas tecnologías constructivas y no constructivas. Para ello, el equipo de investigadores principales ha tenido que desarrollar metodología y parámetros de medición para un proceso que se supone por tradición muy subjetivo y que aunque todo profesional que interviene en la edificación lo tiene asumido en su práctica, para un edificio de altas prestaciones energéticas, sin el conocimiento especializado y el orden en el proceso de diseño, alteraría el producto final.
AGRADECIMIENTOS
Los investigadores principales, agradecen el apoyo de:
- Universidad Centroamericana José Simeón
Cañas, UCA.
- Agencia de Los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional en El Salvador.
- United States Agency for International
Development Mission. - USAID - MP Service. - Enersys - EuroAire - INCO - Sherwin Williams - Dissetti - DelSur - ARCOSERVICIOS - Ty Newell de la Universidad de Illinois. - Julio Samayoa. - Jacqueline Cativo. - Luis Benitéz - Roberto Córdoba - Ricardo Ramos - Luis Ibáñez
- René Ariza - Porfirio Velásquez - Idis Lémus - Carlos Romero - Franklin Castellanos - Eleonora Gutiérrez - Mónica Chávez - Raquel Rodríguez - Carlos González - Jaime Canales - Diego Consuegra - Fátima Cartagena - Jonatan Gestoni - Diego Cerros - Héctor Guardado - Daniel Juárez - Gabriela Gaitán - Gabriela Rodríguez - Jessica Sanchez - Irene Pérez - German Choto - Tanya Castillo - Rafael Javier - Alexander Cerritos
- Edwin Sánchez.
BIBLIOGRAFÍA
1. [ONU] Organismo de las Naciones Unidas [dato desconocido]. 17 objetivos para transformar nuestro mundo. [Citado 26 de octubre de 2017]. Disponible en: https:// www.un.org/sustainabledevelopment/es/
2. Pless SD, Torcellini PA. 2010. Net-zero energy buildings: A classification system based on renewable energy supply options, National Renewable Energy Laboratory. p. 9.
3. USGBC. 2013. LEED v4 User guide. [Citado 12 de diciembre de 2014]. Disponible en: https://www.usgbc.org/about/brand 4. American Society of Heating, Refrigerating and Air-Conditioning Engineers, Inc. 2004.
ASHRAE, ASHRAE Standard. “Standard 90.12004, Energy standard for buildings except low rise residential buildings”.
5. American Society of Heating, Refrigerating and Air-Conditioning Engineers, Inc. 2015.
ASHRAE Laboratory Design Guide - Planning and Operation of Laboratory HVAC Systems (2nd Edition). ASHRAE, USA.
6. Sartori I, Napolitano A, Marszal AJ, Pless
S, Torcellini P, Voss K. 2010. Criteria for definition of net zero energy buildings. In
International Conference on Solar Heating,
Cooling and Buildings, EuroSun.
7. Skerlic J, Taranovic D. 2013. Towards net zero energy buildings: possibilities for photovoltaic use. Center for Quality.
8. Marszal AJ, Bourrelle JS, Musall E, Heiselberg
P, Gustavsen A, Voss K. 2010. Net zero energy buildings-calculation methodologies versus national building codes. The Proceedings of
EuroSun.
9. Fong KF, Lee CK. 2012. Towards net zero energy design for low-rise residential buildings in subtropical Hong Kong. Applied
Energy, 93, 686-694.
10. Jin Y, Wang L, Xiong Y, Cai H, Li YH, Zhang
WJ. 2014. Feasibility studies on net zero energy building for climate considering: A case of “All Green House” for Datong, Shanxi,
China. Energy and Buildings, 85, 155-164
11. Martínez L, Romero C, Castellanos F, Chávez
M, Flores C, Rodríguez L, Cisneros C, Ariza
R. 2018. Proceedings of the IEEE 38th
Central. America and Panama Convention
CONCAPAN XXXVIII. “Energy Simulation of Proposed Net Zero Energy Laboratory
Building in Central América.” El Salvador:
Institute of Electrical and Electronics
Engineers.
¡No permitamos que las tortugas marinas desaparezcan! Despierta tu amor hacia la naturaleza
Osmel Alberto Sánchez osmelsanchez@ugb.edu.sv Universidad Gerardo Barrios

Fotografía por Keith Wilson, de la tortuga “verde” o “blanca”, nombres comunes con los que se conoce en otras latitudes a la Chelonia mydas
Las tortugas marinas se encuentran en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En las Américas se encuentran seis especies de tortugas marinas de las siete que aún existen en el mundo:” baule” (Dermochelys coriacea), “golfina” (Lepidochelys oliveacea), “prieta” (Chelonia mydas), “carey” (Eretmochelys imbricata), “tortuga lora” Lepidochelys kempii y “tortuga cabezona” (Caretta caretta), De ellas, solo la especie Lepidochelys kempii no tiene una amplia distribución mundial, pues es endémica del Golfo de México [1]. La Lista Roja de la UICN, clasifica como: Vulnerables a las tortugas Dermochelys coriacea y Lepidochelys oliveacea; En Peligro de extinción a Chelonia mydas y Caretta caretta; En Peligro Crítico de Extinción a Eretmochelys imbricata y Lepidochelys kempii [1].
En las costas de El Salvador, anidan cuatro especies: la “baule”, la “golfina”, la “prieta” y la “carey”, por lo que si amamos la diversidad de la vida, debemos involucrarnos para su protección, ya sea como mínimo evitando el consumo de sus huevos, o realizando acciones según las posibilidades que tengamos, u apoyando desde ya las entidades del país que realizan programas y actividades para preservarlas, de manera que podamos contribuir a evitar su extinción, preservando para las futuras generaciones de salvadoreños, volver a verlas anidando en nuestras playas.
Las tortugas marinas son importantes en los ecosistemas marinos, su actividad ayuda a mantener la salud de los lechos de pastos marinos y los arrecifes coralinos. Se clasifican en el Reino Animal, Filo Cordados (tienen un tubo neural hueco en posición dorsal, hendiduras branquiales y cola, al menos en alguna fase del desarrollo embrionario); Clase Reptilia (con escamas epidérmicas de queratina y huevo amniota, con una membrana que los envuelve, a modo de protección); Orden Testudines, y dos familias: Dermochelyidae y Cheloniidae [2, 3, 4, 5].
CLASIFICACIÓN DE TORTUGAS MARINAS QUE ANIDAN EN EL SALVADOR
En El Salvador anidan tortugas marinas de cuatro especies, de dos familias, conocidas por sus nombres comunes como: “baule” (Dermochelys coriacea), de la familia Dermochelyidae; “golfina” (Lepidochelys olivacea), “negra”, “prieta” (Chelonia mydas agassizii), y la “carey” (Eretmochelys imbricata), de la Familia Dermochelyidae. Existe en el país un interés gastronómico para el consumo de los huevos de las cuatro especies y ocasionalmente por la carne de la “golfina” y de la “prieta” y se consideran como prioritarias para su conservación [6].
Se resume en la Figura 1, como se clasifican en El Salvador a las cuatro especies de tortugas marinas, que vienen a nuestras playas.

FAMILIA Dermochelyidae, género y especie: Dermochelys coriacea (Linnaeus 1766), nombre común: “baule”, “laud”, “tora”.

FAMILIA Cheloniidae, género y especie: Chelonia mydas agassizii (Linnaeus 1758), nombre común: “prieta”, “negra”. FAMILIA Cheloniidae, género y especie: Lepidochelys olivacea (Eschscholtz 1829), nombre común: “golfina”.


FAMILIA Cheloniidae, género y especie: Eretmochelys imbricata (Linnaeus 1766), nombre común: “carey”.
Figura 1. Familia, género y especie, autoridad que la clasifica y nombres comunes como se les conoce a estas cuatro tortugas marinas en El Salvador [5].
UBICACIÓN EN LA LISTA ROJA DE LA IUCN
La Lista Roja de la UICN es un indicador crítico de la salud de la biodiversidad del mundo. Las categorías y criterios utilizados son un sistema fácil y ampliamente comprendido para clasificar especies con alto riesgo de extinción global. presenta su dictamen, según la mejor evidencia disponible, en nueve categorías: 1- No evaluadas, 2- Datos deficientes, 3- De menor preocupación, 4- Casi amenazadas, 5- Vulnerables, 6- En peligro (de extinción), 7- En peligro crítico (de extinción), 8- Extintas en estado salvaje y 9- Extintas [2, 3, 4, 5]. En la Lista Roja, las cuatro especies que anidan en El Salvador, están ubicadas: la “baule” y la “golfina” en 5- Vulnerables, enfrentan un alto riesgo de extinción [2, 3] (Figura 2). Sin embargo, la subpoblación de la tortuga “baule” del Pacifico Oriental, donde se ubica El Salvador, ha disminuido el 97% durante 3 generaciones [2], por lo cual están en un Peligro Crítico de Extinción. La “prieta” en 6- Peligro de Extinción, confrontan un riesgo muy alto de extinción [4] (Figura 3). la “carey” en 7- Peligro Crítico de Extinción, tienen un riesgo extremadamente alto de extinción en la naturaleza [5] (Figura 4).
No Evaluada
Datos Deficientes
Menor Preocupación
Casi Amenazada
En Peligro de Extinción En Peligro Crítico de Extinción
Extinto en la Naturaleza Extinto

Figura 2. El estado de la tortuga “baule”, Dermochelys coriacea y de la tortuga “golfina”, Lepidochelys olivacea, en la lista roja de la UICN es la de Vulnerables. Sin embargo, en El Salvador, como en todo el Pácifico Oriental, esta tortuga marina se encuentra En Peligro Crítico de Extinción.
No Evaluada
Datos Deficientes
Menor Preocupación
Casi Amenazada Vulnerable En Peligro Crítico de Extinción
Extinto en la Naturaleza Extinto

Figura 3. La situación de la tortuga “prieta”, Chelonia mydas en la lista roja de la UICN es la de En Peligro de Extinción.

No Evaluada
Datos Deficientes
Menor Preocupación
Casi Amenazada Vulnerable En Peligro de Extinción
Extinto en la Naturaleza Extinto
Figura 4. La condición de la tortuga carey, Eretmochelys imbricata en la lista roja de la UICN es la de estar en Peligro Crítico de Extinción.
CARACTERÍSTICAS DE ESTAS ESPECIES A NIVEL MUNDIAL
La tortuga “baule” Dermochelys coriacea (Figura 5). En otros países de habla hispana recibe los nombres comunes de: “baula”, “canal”, “cardon”, “dorso de cuero”, “galapagos”, “siete lomos”, “siete quillas”, “tinglada”, “tinglar”, “tora”, “cana”, “laud” [2].
La “baule” es una tortuga marina oceánica de buceo profundo que habita en mares tropicales, subtropicales y subpolares. Estas tortugas hacen migraciones extensas entre diferentes áreas de alimentación en diferentes estaciones, y hacia y desde las áreas de anidación. Se alimenta principalmente de medusas y zooplancton (animales de cuerpo suave) [1]. Las hembras generalmente producen varias nidadas (3-10) de 60-90 huevos en una estación reproductiva, y típicamente tienen un intervalo de re-migración de varios años (dos o más) entre las estaciones reproductivas posteriores [2].

Las tortugas “baule” se distribuyen circunglobalmente, con sitios de anidación en playas arenosas tropicales y rangos de alimentación que se extienden en latitudes templadas y subpolares (Figura 6).

Figura 5. Tortuga “baule” (Dermochelys coriacea). Fotografía por Brian J. Hutchinson.
La tortuga “golfina”, Lepidochelys olivacea (Figura 7). En otros países de habla hispana, recibe los nombres comunes de: “carpintera”,
Figura 6. Distribución global de la tortuga marina “baule” Dermochelys coriacea [2].

Figura 7. Tortuga “golfina” (Lepidochelys olivacea). Fotografía de la IUCN Photo Library por Joëlle Dufour
“guaragua”, “lora”, “manila”, “mulato”, “olivacea” o “parlama” [3].
Las tortugas “golfinas” tienen una preferencia por los camarones y otros crustáceos pequeños [1], tienen una lenta tasa de crecimiento y muestran un ciclo de vida complejo, que requiere una serie de localidades geográficamente separadas y múltiples hábitats. Las hembras ponen sus nidos en las playas arenosas de la costa de la que emergen los recién nacidos y entran en el medio ambiente marino para continuar su desarrollo. Permanecen en aguas medias o cerca de la superficie, a la deriva pasivamente con las principales corrientes que
se dispersan lejos de sus lugares natales, con las crías que comparten algunos de los hábitats de los adultos hasta que la madurez sexual se alcanza. Los machos activos reproductivos y las hembras migran hacia las zonas costeras y se concentran cerca de las playas de anidación. Sin embargo, algunos machos parece que permanecen en aguas oceánicas y se aparean con las hembras en el camino a sus playas de anidación [3].
La “golfina” tiene una distribución circuntropical, la anidación ocurre en todas las aguas tropicales (excepto el Golfo de México) y circuitos migratorios en zonas tropicales y algunas zonas subtropicales (Océano Atlántico - centro oriental, noreste, noroeste, sureste, suroeste, central y occidental; Océano Índico - este, oeste, Océano Pacífico - centro oriental, noroeste, suroeste, central y occidental) ver Figura 8. La anidación ocurre en casi 60 países en todo el mundo [3].
Figura 8. Distribución global de la tortuga marina “prieta” (Lepidochelys olivacea) [3].

La tortuga “verde” (Chelonia mydas), se conoce también como tortuga “blanca” por el color de la grasa ubicada bajo su caparazón que va desde un verde pálido hasta un verde oscuro o amarillo, sin embargo, en las poblaciones del Pacífico oriental son mucho más oscuras en color (gris o negro) [7]. En El Salvador este color es gris por lo que se le conoce como “prieta” (Figura 9).

Figura 9. Tortuga “prieta” (Chelonia mydas agassizii). Fotografía por María Teresa Díaz Colocho.
Algunos autores consideran a la “tortuga prieta”, como una especie aparte llamada Chelonia agassizii; otros la consideran una simple subespecie de Chelonia mydas, con el nombre Chelonia mydas agassizii. Mientras que otros creen que no hay justificación para diferenciarlas taxonómicamente [7].
Como la mayoría de las tortugas marinas, las tortugas Chelonia mydas, tienen una distribución circunglobal son altamente migratorias y usan una amplia gama de localidades y hábitats, que están ampliamente separados durante su vida. Al salir de la playa de anidación (con un promedio de 100 huevos por nidada y tres anidaciones por temporada), se ha planteado la hipótesis de que las crías comienzan una fase oceánica, tal vez flotando pasivamente en los sistemas actuales principales (giros oceánicos) que sirven como base de desarrollo de alta mar, teniendo una
dieta omnívora (principalmente de presas animales). Después de varios años en la zona oceánica, estas tortugas regresan a las áreas de desarrollo de la plataforma continental ricas en pastos marinos como fanerógamas y/o algas marinas [1, 4] donde se alimentan y crecen hasta la madurez. Al alcanzar la madurez sexual estas tortugas comienzan migraciones entre zonas de alimentación y zonas de anidación que se llevan a cabo cada pocos años. Durante los períodos no reproductores los adultos residen en áreas de alimentación costeras que a veces coinciden con los hábitats de desarrollo juvenil. Las migraciones se llevan a cabo tanto por machos como hembras y pueden atravesar zonas oceánicas, que a menudo abarcan miles de kilómetros se cree que estas tortugas habitan las aguas costeras de más de 140 países (Figura 10) [4].
La tortuga “carey” Eretmochelys imbricata (Figura 11), es conocida en todo el mundo con ese nombre común. Anida en las playas arenosas insulares y continentales de las regiones tropicales y subtropicales (Figura 12). Son altamente migratorias y utilizan una amplia gama de localidades y hábitats ampliamente separadas durante su vida. Las crías al nacer entran en el mar y son transportados por las corrientes marinas en grandes sistemas de giros donde permanecen hasta alcanzar una longitud de caparazón de unos 20 a 30 cm. En ese momento se reclutan en la placa continental en un hábitat de forrajeo de desarrollo que puede

Figura 11. Tortuga “carey” Eretmochelys imbricata con GPS. Organización ICAPO, 2012, La Pirraya, Usulután.

Figura 10. Distribución global de la tortuga marina “verde”, “blanca” o “prieta” (Chelonia mydas) [4]. Figura 12. Distribución global de la tortuga marina “carey” (Eretmochelys imbricata) [5].

comprender los arrecifes de coral, hierba del mar, lechos de algas, o bahías de manglares y arroyos. Una vez que alcanzan la madurez sexual, emprenden migraciones entre zonas de alimentación y zonas de cría a intervalos de varios años [5]. Como adultas su alimentación está basada principalmente en esponjas de arrecifes coralinos [1].
De la población mundial los estudios genéticos han demostrado la tendencia de las tortugas marinas hembras para volver a reproducirse en su colonia de nacimiento, a pesar de que como juveniles pueden haber forrajeado en
hábitats de desarrollo ubicadas a cientos o miles de kilómetros de la playa natal. Mientras Las tortugas carey comprometen largas migraciones, una parte de animales inmaduros puede instalarse en hábitats de alimentación cerca de sus playas de origen [5].
Al igual que otras especies de tortugas marinas, las tortugas carey contribuyen a transportar nutrientes redes alimentarias marinas y costeras y dentro de los océanos. Las tortugas carey son componentes importantes de los ecosistemas de arrecifes de coral saludables y principalmente se alimentan de esponjas en el Caribe, siendo más omnívora en el IndoPacífico. Consumen cantidades relativamente grandes de algas en el norte de Australia, corales blandos en la región de la gran barrera de coral y otras combinaciones de forraje dependiendo del hábitat [5].
AMENAZAS
Las amenazas principales que se considera ocurren en la región centroamericana [1], para las especies que anidan en El Salvador son: i) en la “baule” (Dermochelys coriacea) la pesca incidental, la explotación insostenible de huevos y la captura dirigida de tortugas, así como la destrucción o alteración de su hábitat de anidación por desarrollos costeros urbanísticos o turísticos y el cambio climático, esta especie come desechos marinos de baja degradación, especialmente bolsas de plástico que pueden ser confundidas con medusas, lo que ocasiona su muerte; ii) en la “golfina” (Lepidochelys olivacea), la captura directa de los adultos y sus huevos, la captura incidental en pesquerías comerciales, especialmente las camaroneras, y la pérdida de hábitat de anidación; iii) en la “prieta” (Chelonia mydas agassizii), la caza intencional de los adultos y la recolección intensiva de sus huevo; su carne es considerada como un manjar exótico, por esta razón se explota comercialmente; así como la captura incidental en las pesquerías marinas, la degradación del hábitat y las enfermedades; iv) en la “carey” (Eretmochelys imbricata), la explotación comercial de los juveniles y los adultos por la belleza de su caparazón, con el cual se elaboran artesanías y otros productos; la recolección de sus huevos, la destrucción de hábitats críticos para su supervivencia a causa del cambio climático y los aumentos en sedimentos y nutrientes, que afectan negativamente a los arrecifes de coral. ACCIONES PARA SU PRESERVACIÓN EN EL TERRITORIO NACIONAL
Los esfuerzos en El Salvador para conservar a las tortugas marinas, se iniciaron en el siglo pasado en los inicios de la década de los años 70, con la participación de entidades de gobierno y de la sociedad civil, comunidades de pescadores y tortugueros, cooperantes, fondos ambientales, empresas privadas y autoridades locales, en el 2002 se sumó a este esfuerzo el Fondo de la Iniciativa para las Américas (FIAES) actualmente Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador, con su programa Quelonia [8].
Los programas de preservación de las tortugas marinas, realizados tienen a la base el establecimiento de corrales de incubación de huevos de tortugas [1], cuya anidación ocurre principalmente en la época lluviosa, cuando las hembras de tortugas marinas arriban hasta 3 veces en el año en las playas arenosas del país, colocando entre 90 y 160 huevos, según cada especie. Esta actividad se da en horas nocturnas y de madrugada [9]. Mediante el Programa Quelonia del FIAES, desde 2002 han liberado más de tres millones de neonatos de tortugas marinas de las cuatro especies: “baule”, “golfina”, “prieta” y “carey”, trabajando en esta estrategia de conservación en 30 playas de las costas del Océano Pacífico del país [10].
Además de buscar la conservación de las tortugas mediante la protección de los nidos, las entidades del país, involucradas en la protección de las tortugas marinas, tales como FIAES, FUNZEL, Salvanatura, y otras más, en asocio con entidades locales y organizaciones no gubernamentales hacen acciones de sostenibilidad, para que las familias de la zona costera, donde se desarrollan los proyectos, tengan otra fuente de ingresos y ya no tengan que comercializar los huevos en el mercado negro. Así mismo, se realizan en el país, campañas de concientización, con diversas metodologías, para evitar el consumo de los huevos y su comercialización en el mercado negro.
En febrero de 2009, el Ministerio de Medio ambiente y Recursos Naturales (MARN), y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), emitieron una veda total y permanente al consumo de huevos y aprovechamiento de productos provenientes de tortugas marinas [11].
REFLEXIÓN FINAL
La protección de los nidos en los viveros es una acción importante para la conservación de las especies de tortugas marinas en el país. Debido al cambio climático, sería conveniente la identificación de los sexos de los neonatos que se liberan al mar, para conocer si el aumento de las temperaturas en las playas incide en la mayor proporción de uno de los sexos.
En apoyo a los esfuerzos que se realizan a nivel nacional para la conservación de las tortugas marinas que vienen a nuestro país, cada uno de nosotros, puede tomar la decisión de no consumir huevos de tortugas o productos derivados de estas.
Es importante tener en cuenta que aliados importantes para la conservación de las tortugas marinas son: las personas voluntarias, los periodistas, las empresas privadas, las instituciones de gobierno, los centros educativos, las universidades, las comunidades costeras, las asociaciones comunitarias, las organizaciones no gubernamentales y los tomadores de decisiones políticas del país.
REFERENCIAS
1. Chacon D, Dick B. Harrison E, Sarti L, Solano
M. 2008. Manual sobre técnicas de manejo y conservación de las tortugas marinas en playas de anidación de Centroamérica (Propuesta Base) Secretaria Pro Tempore de la Convención Interamericana para la
Protección y Conservación de las Tortugas
Marinas (CIT), San José, Costa Rica. [Citado 3 de octubre de 2019]. Disponible en: http:// www.iacseaturtle.org
2.Wallace BP. Tiwari M y Girondot M. 2013.
Dermochelys coriacea. The IUCN Red List of
Threatened Species 2013: e.T6494A43526147. [Citado 5 de octubre de 2019]. Disponible en: https://dx.doi.org/10.2305/IUCN.UK.2013-2.
RLTS.T6494A43526147.en
3.Abreu-Grobois A y Plotkin P. (IUCN
SSC Especialistas en Tortugas Marinas
Group) 2008. Lepidochelys olivacea. La
Lista Roja de especies amenazadas de 2008: e.T11534A3292503. [Citado 8 de octubre de 2019]. Disponible en: https:// dx.doi.org/10.2305/IUCN.UK.2008.RLTS.
T11534A3292503.en 4.Seminoff JA (Southwest Fisheries Science
Center, Estados Unidos) 2004. Chelonia mydas. La Lista Roja de especies amenazadas de 2004: e.T4615A11037468. [Citado 12 de octubre de 2019]. Disponible en: https:// dx.doi.org/10.2305/IUCN.UK.2004.RLTS.
T4615A11037468.en
5.Mortimer JA y Donnelly M. (IUCN SSC
Especialistas en Tortugas Marinas Group) 2008. Eretmochelys imbricata. La Lista
Roja de especies amenazadas de 2008: e.T8005A12881238. [Citado 12 de noviembre de 2019]. Disponible en: https:// dx.doi.org/10.2305/IUCN.UK.2008.RLTS.
T8005A12881238.en
6.[MARN] Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. 2008. Listado de
Reptiles reportados en El Salvador,
MARN. [Citado 5 de octubre de 2019].
Disponible en: http://cidoc.marn.gob.sv/porcategoria/4/?cat=biodiversidad
7. EcuRed [fecha desconocida]. Chelonia mydas.
EcuRed. Enciclopedia cubana. [Citado 23 de noviembre de 2019]. Disponible en: https:// www.ecured.cu/EcuRed:Enciclopedia_ cubana
8.FIAES [Fondo de la Iniciativa para las
Américas]. 2017. Tortugas marinas, Foto revista Medio Ambiental de FIAES, octubre, p. 16-27. [Citado 5 de noviembre de 2019].
Disponible en: https://issuu.com/fiaes_sv/ docs/fotobiosfera_seguridad_15-path-alta
9.FIAES [Fondo de la Iniciativa para las Américas]. 2015. Conservación de tortugas marinas.
Sección Especial, Quelonia. Fotobiosfera,
El Salvador al natural, p. 16-27. https:// issuu.com/fiaes_sv/docs/fotobiosfera_ seguridad_15-path-alta
10. Joma S. 2018. El FIAES, un modelo de trabajo efectivo, Entrevista. Revista Mejor Ambiente,
Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador, noviembre, p.6-10. [Citado 5 de noviembre de 2019]. Disponible en: https://issuu.com/ fiaes5/docs/fiaes_2018_pdf_entregable
11.Herrera Serrano NO. 2016. Estado de Conservación de la tortuga baule (Dermochelys coriacea) en El Salvador. Rev.
COMUN. Cient. Tecnol. Vol.2, No. 1, junio, p. 72-80.