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Nuestro entorno estratégico
Actualmente los modelos educativos en México están centralizados y dominados por perspectivas convencionales que le restan valor a la diversidad de experiencias, espacios y saberes de su sociedad. Gracias a la labor realizada por sus institutos de investigación y sus programas de incidencia, la Ibero cuenta con el potencial para visibilizar la necesidad de una educación más inclusiva e intercultural, orientada por la necesidad de promover espacios que dignifiquen, aprovechen y potencien modelos alternativos de educación, especialmente para las poblaciones más marginadas de nuestro país.
De igual forma, entendemos nuestra labor docente y de investigación como motor de impulso y transformación de la realidad nacional en su contacto con los distintos sectores de la sociedad civil organizada, el sector privado y las instituciones del Estado. En especial, porque sabemos que gracias a ese contacto decenas de miles de nuestras y nuestros egresados dejan su huella en el mundo colaborando y ejerciendo su liderazgo en comunidades y organizaciones de todos los sectores. En este marco, un conjunto de macrotendencias está transformando el perfil de la educación superior a escala global. La innovación educativa es definida hoy por la exigencia de renovar modelos pedagógicos ya conocidos y, al mismo tiempo, por el llamado a prestar atención al impacto de un conjunto de innovaciones tecnológicas que forman parte del paisaje de la Cuarta Revolución Industrial (como sucede con el caso de la supercomputación, la inteligencia artificial y el uso de la realidad virtual o extendida en procesos de enseñanza y aprendizaje).²⁹
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En virtud de lo anterior, las necesidades del nuevo paisaje global exigen el desarrollo de habilidades steam —es decir, habilidades en materia de ciencia, tecnología, ingenierías, artes, matemáticas y ciencia de datos—.³⁰ Al mismo tiempo, quienes egresen de la Universidad Iberoamericana en el futuro deberán demostrar competencia en habilidades suaves centrales para el ejercicio de un liderazgo ético como la creatividad, el pensamiento crítico o la resolución de problemas complejos en entornos colaborativos.³¹ En cualquier caso, la educación superior deberá ofrecer competencias para el éxito en senderos profesionales que ya no estarán definidos por una progresión lineal. De ahí la creciente importancia de la educación continua para dar respuesta a itinerarios de aprendizaje permanentes.
En todos estos ámbitos, la Ibero debe colocarse a la vanguardia para permitir que su comunidad académica (y sus estudiantes en lo particular) pueda beneficiarse de las nuevas tenden-
31. Ignatius G.P. Gous, “Cultivating Curiosity to Support Self-Directed Learning by Means of a Three -Dimensional Questioning Strategy” en Op. cit., Global Initiatives and Higher Education in the Fourth Industrial Revolution, pp. 215–235. Cfr. con “Education, Skills and Learning” en Strategic Intelligence, World Economic Forum (2023).
29. Willem H. Oliver, “Global Initiatives within the 4IR, and the Role of Higher Education” en Op. cit., Global Initiatives and Higher Education in the Fourth Industrial Revolution, pp. 27–51
30. Adam Stroud y Lawrence Baines, “Inquiry, Investigative Processes, Art, and Writing in steam” en Myint W. Khine y Shaljan Areepattamannil (eds.), steam Education: Theory and Practice, Cham, Springer (2019), pp. 1–20. Cf. con "Education, Skills and Learning", Strategic Intelligence, World Economic Forum (2023) [en línea]. Disponible en https://intelligence.weforum.org/topics/ a1Gb0000000LPFfEAO
Horizonte estratégico 2023–2027
cias al potenciar la generación de conocimiento en términos éticos y sostenibles. Por ello, en la Ibero somos conscientes de la gran importancia de formar a las y los líderes que México necesita como personas conscientes, competentes, compasivas y colaborativas, comprometidas con la construcción de una sociedad más justa, solidaria, libre, incluyente, productiva y pacífica.
El desafío para la Ibero consiste en asegurar su viabilidad financiera al mismo tiempo que ejerce un liderazgo claro en materia de equidad educativa, ofrece un impulso responsable para el sector empresarial y consolida su lugar como una voz relevante en la esfera social.
Por otro lado, nuestra inserción en un entorno estratégico complejo también exige prestar atención a la competitividad de nuestra oferta educativa. En el marco de un escenario definido por una recuperación económica moderada a escala nacional y por ciclos inflacionarios alimentados por tensiones geopolíticas crecientes, el bienestar en México seguirá siendo afectado de modo negativo, pues se está generando una movilidad social descendente.³² Esto quiere decir que el promedio de gasto en educación estará definido por mayores restricciones en los próximos años. En el futuro inmediato, el desafío para la Ibero consiste en encontrar condiciones que permitan asegurar su viabilidad financiera y, al mismo tiempo, ejercer un liderazgo claro en materia de equidad educativa, impulsar de modo responsable el diálogo con el sector empresarial y consolidar su lugar como una voz relevante en la esfera social. Es decir, como una institución de educación superior capaz de incidir en la formulación e implementación de políticas públicas e iniciativas para el desarrollo económico, político, social, cultural, científico y tecnológico de México.
Como parte de la obra educativa de la Compañía de Jesús, en la Universidad Iberoamericana daremos prioridad a la necesidad de plantear soluciones que permitan atajar las múltiples asimetrías (sociales, políticas, educativas y epistémicas, entre otras) que padecen los sectores marginados de la sociedad, así como la injusticia y violencia que prevalecen en el presente. En particular, debemos trabajar para generar alternativas a favor de la sustentabilidad ambiental, el combate a la violencia de género, el cuidado de nuestra Casa Común y el desencanto de la sociedad mexicana con los procesos que garantizan la vigencia de la democracia en nuestro país. Así, el conocimiento generado en la Ibero debe servir para incidir en la transformación de la realidad social al contribuir a la construcción de una sociedad de derechos genuinamente democrática.
32. Esto es especialmente evidente cuando se consideran los efectos de la última pandemia sobre el tejido social y el acceso la educación superior. Al respecto consúltese covid-19 y educación superior: De los efectos inmediatos al día después, París, unesco/Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (2020), pp. 15–32; Informe de la Encuesta Nacional covid-19: La Comunidad Estudiantil ante la Emergencia Sanitaria, Ciudad de México, Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (2022), pp. 18–29, 95–97
Nuevos horizontes que se iluminan
En contraposición a los tres ocasos planteados a escala global, y en respuesta a los retos que enfrenta México en su ámbito interno, en la Ibero vislumbramos luces para dar forma a ese horizonte de expectativas que debe orientar nuestra marcha hacia el futuro. No concebimos el futuro como algo ya establecido, sino como una nueva realidad que será construida mediante la colaboración de nuestra comunidad dentro y fuera de nuestras aulas.
Para iluminar los nuevos horizontes que necesitamos para construir el futuro, en la Ibero apostaremos durante los próximos años por la generación de un ecosistema universitario de innovación concebido para permitir que las soluciones propuestas sean el fruto de un intenso intercambio entre nuestra comunidad académica, el Estado, la sociedad civil organizada, y el sector privado nacional e internacional.
Las circunstancias del presente exigen que seamos capaces de adelantarnos a nuestro tiempo. Como lo ha señalado nuestro Rector en diversas ocasiones, enfrentamos retos complejos, urgentes y críticos.³³ Desde esta perspectiva, los desafíos actuales de nuestra civilización —como la emergencia climática, la pérdida de la biodiversidad, el aumento de la desigualdad social y la inseguridad alimentaria, las migraciones masivas, los impactos no deseados de las tecnologías emergentes, el retorno de la guerra y las disputas geopolíticas o el auge de los autoritarismos y la difusión de la posverdad, entre otros muchos fenómenos de enorme complejidad— se perfilan como los problemas perversos a los que esta Casa debe dar respuesta en el futuro inmediato.³⁴ Para que nuestras respuestas sean sólidas, debemos afianzarnos como una universidad de investigación; es decir, como una institución de educación superior capaz de generar conocimiento basado en evidencia, respaldada por una lectura reflexiva de los procesos políticos y sociales, el uso del pensamiento crítico y la aplicación de estándares éticos rigurosos.
Para iluminar los nuevos horizontes que necesitamos para construir el futuro, en la Ibero apostaremos durante los próximos años por la generación de un ecosistema universitario de innovación concebido para permitir que las soluciones propuestas sean el fruto de un intenso intercambio entre nuestra comunidad académica, el Estado, la sociedad civil organizada y el sector privado nacional e internacional. Dicho intercambio también debe incluir a quienes hasta ahora han sido excluidos de este debate. Asumimos que una de nuestras tareas centrales será consolidar espacios de colaboración para que un
33. Arriaga Valenzuela, Op. cit., pp. 5–7
34. La expresión “problema perverso” (wicked problem) fue acuñado originalmente por Horst W. J. Rittel y Melvin M. Webber en la década de 1970. Al respecto consúltese Brian W. Head, Wicked Problems in Public Policy, Cham, Palgrave MacMillan (2022), pp. 21–60. Para aproximarse al modo en que la Compañía de Jesús se ha servido de esta conceptualización véase, por ejemplo, Camilo Arciniegas Pradilla, Jose Bento da Silva y Juliane Reinecke, “Wicked Problems and New Ways of Organizing: How Fe y Alegria Confronted Changing Manifestations of Poverty” en Ali Aslan Gümüsay et al., Organizing for Societal Grand Challenges, Londres, Emerald Publishing (2022), pp. 93–114 amplio número de personas e instituciones compartan e intercambien experiencias creativas en la búsqueda de objetivos comunes.
Para alcanzar este propósito necesitamos fortalecer nuestra vida interna. Desde el inicio de su gestión el Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S. J. estableció cinco ejes prioritarios para orientar la marcha de la Universidad Iberoamericana. Dichos ejes —a saber, (1) excelencia humana integral, (2) incidencia social, (3) internacionalización e interculturalidad, (4) fortalecimiento de la identidad ignaciana, (5) eficiencia y sostenibilidad— guardan relación con los propósitos estratégicos que aspiramos a alcanzar en el horizonte de los próximos años. Abrazar estas prioridades es trabajar a favor de la proyección de la Ibero como un actor relevante en la arena nacional y global. Al mismo tiempo, la consecución de esas prioridades depende de una serie de capacidades que la Ibero deberá consolidar en los próximos años. La evaluación de nuestro entorno estratégico sugiere que las respuestas que necesitamos para hacer frente a los desafíos del presente a escala nacional y global descansan en el fortalecimiento de los dominios sustantivos de nuestra vida universitaria.
El primero de esos dominios guarda relación con la necesidad de inspirar, atraer y formar a más de las mejores personas para el mundo. Para hacer frente a las contradicciones generadas por los ocasos globales a los que se hizo referencia previamente, necesitamos que nuestra matrícula crezca y se consolide. Esto permitirá formar en la excelencia humana integral a más personas que en un futuro tomarán las decisiones que se necesitan para transformar la realidad.
El segundo se refiere a la renovación de nuestra oferta académica. Ante los desafíos planteados por un paisaje sociotecnológico cambiante, en el que la agenda steam resulta prioritaria, la Ibero debe generar procesos que permitan actualizar su oferta académica de forma permanente. Necesitamos que esa oferta vincule el legado humanista que define a la Ibero con la exigencia de estudiar con rigor crítico las muchas dimensiones de la crisis civilizatoria a la que nos enfrentamos.
Por su parte, el tercer dominio se refiere a nuestro modelo universitario en sí. Frente a un entorno nacional definido por la erosión de las capacidades de los organismos públicos dedicados a la atención de la educación superior, la ciencia y la cultura, La Ibero debe plantearse el desafío de fortalecer un modelo propio que favorezca la generación y difusión del conocimiento. En el marco de la Cuarta Revolución Industrial, debemos consolidarnos como un ecosistema universitario de innovación abierto a enfoques inter- y transdisciplinarios bajo una lógica de cocreación tendiente a la horizontalidad. Para que esto suceda, la articulación de las funciones sustantivas de nuestra Universidad en materia de docencia, investigación y vinculación debe traducirse en innovación efectiva y en incidencia comprobable.
El cuarto dominio tiene que ver con la experiencia universitaria. El foco central de nuestro quehacer es formar a estudiantes como personas libres en la excelencia humana integral. Es decir, como partícipes de un ejercicio de entrega a las y los demás que aspira a cambiar la realidad. Para alcanzar este propósito será necesario consolidar una oferta de actividades formativas que permita preparar a las y los estudiantes de la Ibero en el desarrollo de aquellas habilidades suaves que son necesarias para ejercer un liderazgo efectivo en las sociedades del siglo xxi. En el marco de las aceleradas transformaciones tecnológicas que el mundo vive actualmente, esto también debe traducirse en la adopción de nuevas prácticas y herramientas favorables a potenciar las experiencias de aprendizaje y construcción colectiva del conocimiento.
Frente a un entorno estratégico definido por la existencia de problemas de enorme complejidad y por el desafío de hacer que la Universidad sea un espacio convocante para el cambio social, el gobierno de nuestra vida universitaria cobra hoy más relevancia que nunca. Por eso, la arquitectura institucional de la Ibero debe responder a las necesidades de adaptabilidad y resiliencia que derivan de un contexto cambiante tanto en lo nacional como en lo global.
Por último, es necesario señalar que las dimensiones de nuestra vida universitaria ya citadas deben descansar en una gobernanza universitaria sólida —el quinto de los dominios sustantivos referidos—. Frente a un entorno estratégico definido por la existencia de problemas de enorme complejidad y por el desafío de hacer que la Universidad sea un espacio convocante para el cambio social, el gobierno de nuestra vida universitaria cobra hoy más relevancia que nunca. Por eso, la arquitectura institucional de la Ibero debe responder a las necesidades de adaptabilidad y resiliencia que derivan de un contexto cambiante tanto en lo nacional como en lo global. Para formar a nuestras y nuestros estudiantes en la excelencia humana integral, primero debemos vivirla como comunidad universitaria.
Ante la diversidad que hoy nos constituye y pensando en aquella que queremos cultivar más adelante, saber hacia dónde vamos y cómo queremos llegar al futuro que aspiramos no es un asunto individual. Desde la perspectiva de la Universidad Iberoamericana, el desafío no consiste en poner el mundo al servicio de intereses o fines particulares, sino de crear dinámicas favorables a la generación de conocimiento para la consecución de un Bien Mayor. Como universidad confiada a la Compañía de Jesús, lo nuestro es la generación de esperanza: nuestro escenario de futuro se encuentra más allá de los límites que hoy levantan barreras y generan exclusiones, ahí donde nuevos horizontes se iluminan para avanzar en la construcción de un futuro mejor, más humano, solidario y justo.

La Ibero se concibe a sí misma como agente activo en la construcción del futuro. Las circunstancias del presente nos exigen que seamos una institución capaz de adelantarse a su tiempo.