¡JAG SAMÉAJ!
¿HICISTE TU CHECK UP ANUAL? E
n esta ocasión me permito compartir con nuestros socios y lectores, este artículo que escribí y publiqué hace algunos años, pero que hoy me parece particularmente relevante. Desde que inició la pandemia del COVID-19, a principios del 2020, todos y cada uno de los seres humanos nos enfrentamos a una emergencia sanitaria sin precedentes en la memoria reciente. Hemos vivido en un estado perpetuo de alerta por detectar síntomas de un posible contagio, y hemos aprendido sobre temas que quizás nos eran un tanto ajenos: inmunidad colectiva, anticuerpos, tecnología de vacunación, mutación viral, propagación epidemiológica, entre otros. Ya sea portando el cubrebocas, manteniendo distanciamiento social, o desinfectando superficies y espacios, hemos pasado ya casi dos años inmersos en un ambiente de gran sensibilidad por diversos aspectos de salud. Por todo ello, me parece que el presente artículo les puede resultar interesante y oportuno. En él, hago un paralelismo entre la salud física y la salud espiritual, con la finalidad de extraer algunas reflexiones para los Yamim Noraim, las Fiestas Mayores. Y es que el paralelismo está presente en diversos aspectos: desde los hábitos cotidianos que uno puede (y debe) asumir para mantener la salud, la prevención de malestares, la detección puntual de problemas subyacentes, y la importancia de cumplir con los tratamientos para curar estos problemas. Todos estos asuntos pueden trasladarse de lo físico y fisiológico… a lo espiritual y moral. Y por supuesto, el tema del chequeo anual como metáfora para entender la solemnidad y trascendencia de Rosh Hashaná y Yom Kipur. Desde que inicia el mes de Elul, los judíos entramos en un proceso de introspección y evaluación, lo cual puede influir en nuestro “diagnóstico”, nuestro
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veredicto, para iniciar el nuevo año. Nuestras conversaciones actuales -ya sea en la sobremesa o en pláticas con amigos- suelen irse hacia temas de vacunas, pruebas de detección, pruebas de anticuerpos, etc. “¿Cuánto dura mi inmunidad si ya me dio COVID-19?” “¿Qué tan efectiva es tal o cual inoculación?” “¿Qué tan peligrosa es la nueva variante?” Son los temas de hoy. Pero también aquí podemos encontrar una analogía con la parte religiosa. Podemos hablar de inmunidad espiritual y de qué tan protegidos estamos ante los peligros y las tentaciones del medio ambiente. Podemos entender la Torá, la educación y los valores, como una especie de “vacuna” para ayudarnos a neutralizar influencias destructivas. Y podemos mantener los ojos bien puestos en el horizonte para identificar nuevos peligros que pudieran llegar a amenazar nuestra continuidad como judíos. En conclusión, creo que este artículo es más vigente que nunca, y es por eso que hoy lo reproducimos nuevamente, en vísperas de Rosh Hashaná 5782. La experiencia de la pandemia nos ofrece una oportunidad para releerlo con otros ojos a cuando originalmente se publicó. Que tengamos un año repleto de salud -física y espiritual-, que Hashem cure a todos los enfermos, y que nos aleje de todo mal. Que solo veamos alegrías y bendiciones, y que seamos inscritos en el Libro de la Vida. ¡Tizku Leshanim Rabot Neimot VeTovot! ¡Shaná Tová Umetuká!
RAB. ABRAHAM TOBAL Rabino Principal Sociedad de Beneficencia Alianza Monte Sinai