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Optimismo A Pesar del Drama: La Historia de mi Vida

Por Ana Laura Aldana Zelaya – Quinto Bachillerato – Primer Lugar

El tiempo me ha enseñado muchas cosas, he vivido situaciones que no le desearía a nadie. He llegado a comparar mi vida con la idea del infierno, pero, aunque nadie debería experimentar tanto sufrimiento como lo fue mi exilio y la vida que hizo que me despegara de Chile, jamás cambiaría algo de mi vida. El dolor me ha dado múltiples lecciones, ser resiliente ante un mundo dirigido al placer del hombre ha sido una de las tantas.

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Mi nombre completo es Isabel Angélica Allende Llona, nací en Lima el 2 de agosto de 1942. Soy hija de un divorcio, mi madre era Francisca Llona Barros, hija de un ex-secretario de la embajada de Chile en Perú y mi padre era Tomás Allende Pesce hermano de Salvador Allende, quien fue presidente de Chile y razón de mi vida de exilio luego de ver perecer al país gracias al suceso que le quitó la democracia a nuestra nación: el Golpe Militar.

Antes de todo el alboroto que el mal manejo de la política en Chile hizo explotar, tenía una vida bastante normal, si así se considera vivir mudándose cada tantos años. Viví con mi madre y mis hermanos en Chile de 1946 a 1953, para ese último año, mi madre se casó con Ramón Huidobro Domínguez (Tío Ramón) y gracias a su trabajo nos mudamos a Bolivia, estudié en una escuela estadounidense en La Paz. Luego vivimos en el Líbano y asistí a un colegio privado inglés.

Regresé a Chile en 1959, ya tenía edad de trabajar y tuve la maravillosa oportunidad de hacerlo en la ONU para la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Ahí pude pasar temporadas en Europa, fue una época de nuevas experiencias que terminó en 1965. Para 1967 ya tenía un nuevo proyecto con viento en popa, fui parte en la redacción de la revista Paula y redacté artículos como nunca antes.

La verdad, es que, aunque siempre se me enseñó y trató de educar para ser una “señora”, nunca mehabía pasadopor la mentecasarme; sin embargo, por presiónsocial lo hice. Cuatro años después de mi regreso a Chile, contraje matrimonio con Miguel Frías y tuve dos hijos:

Paula (1963-1992) y Nicolás (1967), ambos nacieron en Santiago. Para el 11 de septiembre de 1973 nuestras vidas cambiaron drásticamente, hubo un golpe de estado.

Con la llegada de la dictadura y la muerte de mi tío, todos tuvimos consecuencias, la multiplicación de gente muerta o escondida por la violencia de la época, la existencia de campos de concentración y la represión que se sentía en el aire y se veía y escuchaba en las calles, era irrefutable. Sabía que todo aquello venía para quedarse por largo rato; tomamos una gran decisión y huimos en 1975. El exilio fue en Venezuela hasta 1987.

En 1982 publiqué “La Casa de los Espíritus”, mi primera obra, sacada del manuscrito de una carta a mi abuelo moribundo. Esta se convirtió en una de mis obras más estudiadas, fue también en esta época que mi matrimonio llegó a su fin (1987). En 1988 me casé con Willie Gordon, nos divorciamos en 2015. Mi relación con la figura masculina, así como los hombres en mis libros, se han visto afectados por la experiencia de mi padre ausente.

En 1987 llegué a E.E.U.U, aún vivía con mi esposo y fue entonces cuando publiqué la novela “Eva Luna”. Para 1988 voté por el plebiscito que hizo admitir que Augusto Pinochet le entregara el mando a Patricio Aylwin, entrando a un período histórico conocido como “Transición a la Democracia”. En 1990 publiqué “Cuentos de Eva Luna” y recibí el Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral por el nuevo presidente.

En 1992 muere mi hija y tan doloroso suceso me impulsó a escribir un libro que lleva su nombre y relata el dolor a través del suspenso a lo largo de la narración de mis memorias. En 2004 me hacen miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras y en 2010 Chile me entrega el Premio Nacional de Literatura. He recibido tanto y no creo que jamás pueda igualar con gratitud todo lo que se me ha dado.

“El Cuaderno de Maya (2011)”,” El Juego de Ripper (2013)” y “Más Allá del invierno (2017)”, son algunos de mis escritos. Con “Mujeres del Alma Mía (2020)”, di a conocer abiertamente que el feminismo es una lucha y que todos los que quieran participar, deberían ser incluidos. Conozco a Estados Unidos y sé que existe todo tipo de discriminación, siempre me ha parecido injusto cómo al país hecho de inmigrantes no les importa su población.

En 2020 di muchas entrevistas y siempre respondí con sinceridad y mi opinión jamás ha sido influenciada por nadie, desde los 5 años soy feminista y me enorgullezco de serlo, la guerra que las mujeres vivimos contra las injusticias de una sociedad que tiene odio, división, xenofobia, supremacía blanca, toxicidad, dolor y riesgo; una sociedad que castiga a quien es diferente y que ve a la mujer como débil, debe contrarrestarse con valentía y alegría.

Mi última obra es “Violeta (2022)”, una historia con devastadores desengaños amorosos, romance, altibajos económicos, la lucha por la igualdad de género, la caída de tiranos y dos pandemias. Relata la enfermedad de la gripe española en el Siglo XX y la pandemia del

2020. Actualmente, tengo 80 años y he dado toda mi vida por mi carrera y mis hijos, no he sido perfecta, pero sé que lo que hago lo hago con pasión y eso no tiene precio.

Como escribí en un principio, mi historia ha sido llena de sufrimiento, pero como se puede leer en el desarrollo de estos párrafos, también he tenido mucha alegría. Mis vivencias no han hecho más que ayudarme a llegar a tener la influencia en este mundo, que con los cambios que he presentado, me da la certeza de que vamos a un mejor futuro y a una mejor realidad. Mi consejo a las juventudes es mirar la vida con optimismo y nunca darse por vencidos.

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