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Fábula Inspirada en Gabriela Mistral
La niña escritora
Gabriela Mistral era una niña nacida en Chile, que le encantaba escribir y soñaba con ser una gran escritora. Era una niña humilde y de escasos recursos. Sus compañeros de escuela se burlaban de ella porque no creían que lograría ser una gran escritora, pero ella nunca los escuchó. Cuando Gabriela estaba inspirada iba a un árbol mágico, que tenía un agujero en el que la llevaba a un mundo mágico y de fantasía. Ella iba ahí a escribir cuentos. Gabriela no iba sola a ese lugar, a ella la acompañaba su inseparable ardilla llamada Mariana. Gabriela buscaba siempre a su ardilla para que le diera consejos, pues Mariana, la ardilla, era muy sabia. Un día Gabriela le estaba contando como sus compañeros se burlaban de ella y Mariana, le dio un consejo que Gabriela jamás olvidaría. Le dijo: Nunca hagas caso a las burlas de los demás, tú sigue tus sueños porque la única que puede ponerles límite a tus sueños eres tú. Luego de escuchar eso, Gabriela se sintió más inspirada que nunca. Gabriela empezó a escribir cuentos y novelas solo para ella, pero no dejaba de soñar con que algún día sus novelas y cuentos al aire saldrían. Pasaron los años y Gabriela seguía firme con su sueño, poco a poco Gabriela empezó a hacerse más famosa. En el pueblo sus compañeros no dejaban de burlarse, a pesar de que cada vez Gabriela era más conocida por sus escritos. En todo este proceso Mariana, la ardilla, nunca la dejó sola. Un día llegó la gran oportunidad de Gabriela, pues el concurso de Letras de Oro se llevaría a cabo en su pueblo; sin pensarlo Gabriela escogió una de sus obras y la envió al concurso. Para fortuna de Gabriela su obra salió premiada y fue publicada en todo el país. Gracias a sus novelas, Gabriela tuvo la oportunidad de viajar a otros países y ganar muchos premios. Feliz por todo lo que había logrado recordó lo que su amiga ardilla le decía constantemente, que solo uno le puede poner límites a sus sueños.
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Moraleja: Nunca hagas caso a las burlas de los demás, tú sigue tus sueños porque la única persona que puede ponerles límites a tus sueños eres tú.
Juan diego Álvarez Herrarte – Segundo Básico – Primer Lugar
La conejita escritora
En un pequeño pueblo, vivía una conejita llamada Gabriela Mistral, ella soñaba con ser una gran escritora famosa. Ese sueño comenzó cuando Gabriela escribía sus sentimientos y vio que le apasionaba escribir historias. Ella se entretenía mucho escribiendo y pasaba horas haciéndolo. A Gabriela también le gustaba leer, eso le ayudaba a crear nuevas historias. La conejita Gabriela le contó sobre su pasión a su madre, ella la apoyó en todo, le compró cuadernos para que ella escribiera, a su madre le gustaba leer las historias de su hija, le parecían super entretenidas e interesantes. Pasó el tiempo y ella siguió escribiendo, Gabriela siempre les mostraba sus historias a sus amigas y sus amigas también la apoyaban y a veces le daban ideas. ella siguió con su sueño en mente y sabía que lo iba a lograr. Un día como cualquier otro, cuando ella llegó a la escuela, vio que su cuaderno no estaba, lo buscó y lo buscó por todos lados hasta que volteó a ver atrás y uno de sus compañeros se estaba riendo de sus historias. Ella se sintió tan apenada y decidió irse a su casa a llorar. Pasó llorando toda la tarde y su madre se acercó a preguntarle qué había pasado, Gabriela le contó lo sucedido y la madre le dijo que no se sintiera así, que en el mundo se iba a topar con muchos seres que solo querrían bajar la autoestima, pero es cuestión de cada uno dejarse bajarla o no y que siguiera con sus sueños. Al día siguiente, Gabriela regresó a la escuela y su compañero seguía molestándola con lo que había leído en su cuaderno: Pedro el lobo, le hacía bullying y no se cansaba de molestarla, ella decidió no hacerle caso y seguir su vida.

Un día, Gabriela ib a por los pasillos de su escuela, cuando vio que unos tigres estaban lastimando a Pedro el lobo. Al principio pensó en ignorar lo que veía, pero recordó lo que su mamá le enseñó, que era siempre ayudar sin ver a quién, así que caminó hasta donde estaban los tigres y les dijo: déjenlo en paz, no ven que él es menor que ustedes. Los tigres se asombraron de ver que alguien tan pequeño como una conejita tuviera tanto carácter, así que soltaron a Pedro el lobo. Pedro, quedó asombrado y apenado de lo que acababa de pasar. Vio a Gabriela y se fue del pasillo. A los días siguientes, Pedro el lobo, se acercó a Gabriela y le preguntó que por qué lo había ayudado si él siempre se burlaba de ella; La conejita Gabriela, le dijo que ayudar a los demás era algo que sus papás le habían enseñado y que no importaba si esa persona había sido mala con ella o no. Pedro el lobo, agradeció lo que había hecho por él y le prometió que jamás volvería a molestarla. Al cabo de unos años la conejita Gabriela logró su sueño, ella se convirtió en una reconocida escritora.
Moraleja: Nunca debes hacerle daño a los demás, tú no sabes cuando esas personas te pueden ayudar.
Alejandra Sofia Barrillas Ramírez – Segundo Básico
– Segundo Lugar
Gabriela Mistral
Había una vez en un hermoso pueblo de Chile, vivía una niña llamada Gabriela Mistral, desde pequeña, demostró una gran pasión por la literatura y escritura, tanto que en un futuro trabajaría como colaboradora en publicaciones literarias. En aquel pueblo en donde vivía llamado Vicuña, alejado del centro, había un campo el cual Gabriela amaba, ella iba a ese campo y siempre que iba llevaba una manta y una libreta, ella se acostaba encima de la manta y miraba el cielo, luego comenzaba a escribir, ella se sentía bien en ese lugar, mientras ella escribía alguien la llamo, ella reconoció de inmediato la voz, era su amiga la mariquita. ¡-Gabriela, Gabriela!! Gabi!!!-decía la mariquita desesperada
- ¿Qué pasa? dijo Gabriela
-La abuela!!!-dijo la mariquita
- ¿Qué pasa con ella?
-Está grave
- ¿Qué tiene…?
- ¡Ella…! ¡Está enferma…! ¡Vamos!
Gabriela se paró lo más rápido que pudo, recogió sus cosas y se fueron, como dije antes, el campo no estaba cerca del centro del pueblo, pero tampoco la casa de Gabriela, ellas llegaron corriendo, su padre estaba saliendo, le preguntaron qué pasó y él le dijo que iría al centro del pueblo por una medicina el centro estaba a 30 minutos de la casa de Gabriela, así que todo dependía de eso…la medicina. Al final hubo un cambio, se llevarían a la abuela de Gabriela al médico del centro ahí tendría, mejores cuidados. Pasó el tiempo, la familia estaba atenta a la recuperación de la abuela, para Gabriela la abuela era muy importante, ella la apoyaba e inspiraba a seguir con sus sueños, de repente un día llega un mensajero que decía venir del centro, justo iba llegando Gabriela del campo, al ver al mensajero supo que era algo sobre su abuela.
-la señora, ha fallecido…
- ¿Qué? dijo Gabriela
Toda la familia empezó, Gabriela seguía asimilando la información que le acababan de dar… Su abuela había fallecido, la persona que la apoyaba en sus sueños la había dejado… Corrió hacía el campo y grito fuertemente el nombre de su amiga la mariquita, Mary, Mary, ven por favor. Mary la mariquita Salió de su casa y volando llego hacia Gabriela. Mary se posó en su hombro y lloro con ella toda la tarde. Al caer la noche, Mary acompaño a Gabriela a casa, desconsolada Gabriela se fue a su cuarto y decidió regalar sus libretas y no seguir escribiendo. Mary, le aconsejo que no lo hiciera, que se recordara que a su abuela le encantaba que ella escribiera y que el sueño de la abuela era verla triunfar como escritora. En ese momento Gabriela decidió que iba a esforzarse por cumplir sus sueños y el de abuela y que todos sus logros serían para ella… Su abuela.
Ya habían pasado algunos años desde la muerte de la abuela y Gabriela todavía se acordaba de aquel día tan triste, ese mismo día fue el comienzo de su carrera.
Moraleja: Nunca te dejes vencer, lucha por tus sueños y los alcanzarás.
Liza Natalia Alvarez Cifuentes – Segundo Básico – Tercer Lugar