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Memorias del confi namiento

Memorias del confinamiento

Fundación ADIEM *

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Angustia, miedo, ansiedad, soledad, retos, superación, cooperación, conexión. Todas estas palabras fueron apareciendo en la mente del día a día de nosotros/as, los usuarios/as de Adiem, en los tres meses que duró el confinamiento domiciliario que vivimos a principios del año 2020. A las adversidades que ya encontramos habitualmente en nuestras vidas de pronto se le sumó una situación inimaginable, algo de ciencia ficción, una realidad no contemplada que combatimos a nivel personal como cualquier ciudadano/a y con el apoyo de la Fundación Adiem, esta vez de una manera diferente, aprendiendo nuevas habilidades.

La incertidumbre o la dureza de estar obligado a permanecer en casa o la pregunta recurrente “¿cuándo va a terminar esto?” fueron los primeros enemigos que tuvimos que derrotar junto, en algunos casos, a la soledad, la incomprensión de por qué la gente incumplía las normas, ansiedad, no poder asistir al psiquiatra o servicios sociales con la habitualidad anterior… Sin embargo, también encontramos salvavidas a los que agarrarnos como la escritura, la lectura, la música, colorear mandalas, actividades manuales, ganchillo, mejorar en la cocina o darle una vuelta a la imaginación.

Fue también un punto clave la atención que tuvimos en Adiem, las nuevas tecnologías jugaron un papel importante, nos conectamos a través del móvil u ordenadores para día a día intentar continuar con el apoyo y aprendizaje en el que estábamos sumergidos, no perder todo el trabajo anterior, todos esos avances y estabilización no podían caer en saco roto…

Se continuó con talleres como manejo de ansiedad y estrés, educación para la salud, mejora de habilidades sociales y por supuesto, aprendizaje del uso de las nuevas tecnologías, nuestra conexión con el entorno en esos tres meses tan raros. Pensamos en qué cosas poner en estas memorias y dos de las cuestiones más importantes que nos surgieron fueron: qué hemos aprendido de todo esto y qué le dirías a tu “yo” del inicio del confinamiento. Ser positivo, tener paciencia y quitar dramatismo a algunos de nuestros problemas anteriores a la pandemia han sido algunos de los valores que hemos potenciado, además de la evidente esperanza de que todo esto volverá a la esperada normalidad.

En este sentido hemos valorado la vida que llevábamos antes. A veces hemos sido felices sin saberlo, nos hemos dado cuenta de quién es la gente realmente importante, la más cercana. Este tiempo nos ha ayudado a conocernos mejor como personas, a evolucionar. Y, por supuesto, no podemos dejar de lado esos aprendizajes más prácticos, como mejorar en la cocina y tareas domésticas, leer sobre historia de España, incluso cortarnos el pelo nosotros/as mismos/as.

Ahora que hemos continuado físicamente con nuestro trabajo personal diario en Adiem, nos hemos dado cuenta de lo importante que es esto para organizarnos y conectarnos en ocasiones con el resto, para sentirnos bien con nosotros/as y con nuestro entorno. Esperamos que a partir de ahora, el 2021 nos devuelva la normalidad pero, eso sí, sin olvidar lo aprendido, sin olvidar lo afortunados/as que somos.

*La Fundación ADIEM es una entidad sin ánimo de lucro, cuyo objetivo principal es la integración social de las personas con problemas de salud mental, diversidad funcional o en situación de dependencia.

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