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SAPERE AUDE
C lara Campoamor
Por Carmen Castro Manzanares, abogada
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En el año en que el que se cumple el 90.º aniversario de la aprobación del derecho a votar de las mujeres en España, resulta especialmente pertinente acercarnos a una de las figuras más relevantes en la consecución de dicho logro: la abogada Clara Campoamor. Nacida en 1888, el fallecimiento de su padre la obligó a trabajar desde muy joven para ayudar en la economía familiar. A los 21 años obtuvo una plaza como funcionaria de Correos y Telégrafos, y posteriormente otra de profesora de taquigrafía en las Escuelas Adultas de Madrid. No fue hasta pasada la treintena cuando inició sus estudios de Derecho, licenciándose con 36 años y
ALGUNOS hITOS DE LA hISTORIA DEL SUFRAGIO FEMENINO
uEn 1883 Nueva Zelanda reconoció a las mujeres mayores de 21 años el derecho al sufragio activo. Tuvieron que pasar 33 años para que se les reconociera también el derecho a ser elegidas.
uEl primer país del mundo que consagró el derecho al sufragio tanto activo como pasivo de las mujeres fue Finlandia, que en 1902 reconoció el derecho al sufragio universal.
uArabia Saudí ha sido el último país en reconocer los derechos de sufragio activo y pasivo a las mujeres: lo hizo en 2015 y, en la práctica, es un derecho limitado por las múltiples restricciones de derechos que sufren las mujeres en el país.
convirtiéndose en una de las pocas abogadas españolas de la época (fue, tras Victoria Kent, la segunda mujer en incorporarse al Colegio de Abogados de Madrid, y la primera mujer abogada en actuar ante el Tribunal Supremo). Tras la proclamación de la Segunda República en 1931, Campoamor fue elegida diputada por el Partido Radical de Alejandro Lerroux en las elecciones a Cortes Constituyentes que se celebraron ese mismo año, y formó parte del equipo que elaboró el proyecto de nueva Constitución. Entre sus propuestas destacó su férrea defensa del principio de igualdad y no discriminación a todos los niveles: Campoamor se posicionó a favor del divorcio y de la igualdad jurídica de los hijos e hijas nacidos fuera y dentro del matrimonio, y también luchó en defensa del sufragio activo femenino (en España sí se reconocía el derecho al sufragio pasivo femenino, que fue precisamente lo que le permitió a
Noticia sobre la intervención de Campoamor en las Cortes. / Fuente BNE
Campoamor ser diputada, pero no se reconocía a las mujeres el derecho al sufragio activo).
La mayor parte de los miembros del parlamento de ideología más progresista se oponían a que las mujeres pudieran votar por considerar que estas lo harían muy influidas por su confesor y que, por tanto, si se les reconocía ese derecho votarían a la derecha. Entre quienes se oponían se incluía precisamente Victoria Kent, que había sido nombrada Directora General de Prisiones por el gobierno provisional presidido por AlcaláZamora unos meses antes y que ostentaba el acta de diputada por el Partido Radical Socialista. Campoamor y Kent protagonizaron un encendido debate que algunos medios emplearon para tratar de ridiculizar y desprestigiar a las mujeres. Tras una intervención en la que Campoamor pronunció la ya célebre frase de “yo solo he puesto la semilla, otras mujeres vendrán”, finalmente la votación resultó favorable a las tesis de esta y el sufragio femenino activo quedó aprobado. La filósofa Amelia Valcárcel, según se recoge en el documental de RTVE sobre Clara Campoamor Mujeres en la historia, consideraba que Campoamor, que abogaba por “el derecho de las mujeres a equivocarse”, hizo “una defensa del voto de las mujeres basada en principios y no en consecuencias”. Según Valcárcel, Campoamor argumentó —como lo hizo todo el sufragismo— desde bases iusnaturalistas, considerando que tener derechos políticos era un derecho natural, y que solo ostentando dichos derechos se sabría usar la libertad. Las mujeres españolas no ejercieron el derecho a voto hasta las elecciones de 1933, en las que Campoamor no renovó su acta de diputada. Lerroux la nombró entonces directora general de Beneficencia, cargo en el que permaneció aproximadamente un año. Después de los comicios de 1936 (año en el que Campoamor publicó Mi pecado mortal. El voto femenino y yo, donde recogió el relato en primera persona de sus luchas parlamentarias), las mujeres ya no pudieron ejercer su derecho al sufragio activo hasta el año 1977, una vez terminado el régimen franquista.
Al estallar la Guerra Civil, Campoamor se exilió primero en Lausana y después en Buenos Aires, para volver de nuevo a Lausana, donde falleció en 1972 dejándonos como legado esa semilla que, al germinar, permitió que las mujeres ejercieran su derecho a votar.
Bibliografía principal: • Fagoaga, C. y Saavedra P.: Clara Campoamor. La sufragista española. Instituto de la Mujer, Madrid, 2007. • Documental sobre Clara Campoamor en Mujeres en la Historia. Dir. Álvarez, M. T. (2003). RTVE, disponible en https://www. rtve.es/alacarta/videos/mujeres-en-la-historia/mujeres-historia-clara-campoamor/713371/
