Usos y estrategias de discurso incluyente no binario

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COLECTIVO CASTALIA

Kaleb Avila Sánchez | Cristal Yeseidy Cepeda Ruiz | Arges Mancebo del Castillo Sánchez

Mucho se habla sobre el discurso (lenguaje) inclusivo/ incluyente, pero ¿realmente sabemos a qué se refiere?, ¿conocemos cómo y cuándo se emplea?, ¿o si es usado exclusivamente por/para referirse/dirigirse a personas de la diversidad sexual y de género?, y por cierto ¿qué es una persona no binaria? Esta y otras dudas podrán aclararse en estas páginas.

Afortunadamente hay muchas guías con perspectiva no sexista y feminista. Sin embargo, muy poco se ha estudiado la comunicación con personas no binarias, por ello hicimos este trabajo. Se trata de un documento interdisciplinario que ofrece una mirada al discurso inclusivo/incluyente no binario desde la lingüística, la comunicación y la psicología social. Además, a través de sus recomendaciones, este libro presenta las voces y vivencias de personas de la comunidad de la diversidad, así como de quienes les acompañan y apoyan.

Este manual es dos manuales (y muchos más) a la vez…

Primero, podrás acceder al ‘Manual Amigable’, una versión sencilla y resumida en la que conocerás aspectos relacionados con la sexualidad, el género y el lenguaje, así como algunas estrategias comunicativas que esperamos te ayuden a hacer un mejor uso del discurso incluyente.

Segundo, hallarás el ‘Manual especializado’, un documento diseñado para quienes gusten profundizar sus conocimientos sobre la diversidad sexo-genérica y el lenguaje; allí dispondrás de definiciones mucho más detalladas, tablas comparativas y estrategias comunicativas de corte morfológico, sintáctico, léxico y sociopragmático en tres versiones: no inclusiva, inclusiva binaria e inclusiva no binaria y/o neutra.

Primera edición 2023

Colectivo Castalia colectivo.castalia@gmail.com Facebook @colectivocastalia

Coordinador

Arges Mancebo del Castillo Sánchez

Autoría

Kaleb Avila Sánchez

Cristal Yeseidy Cepeda Ruiz

Arges Mancebo del Castillo Sánchez

Diseño editorial

José María Gatica

Derechos reservados.

Obra registrada ante INDAUTOR. Todos los derechos reservados conforme a la ley.

Queda prohibida la reproducción parcial o total de este material por cualquier medio, en forma idéntica, modificada o extractada. Impreso en México.

Agradecimientos

Colectivo Castalia, agrupación independiente, agradece el patrocinio de Arturo Imaz e Hilda Sánchez, quienes creyeron en este proyecto e hicieron posible la elaboración y publicación de este manual.

Nuestra casa, Somos Voces, uno de los centros culturales LGBTTTIQ+ más importantes de Latinoamérica, espacio que nos brindó todas las facilidades para llevar a cabo las actividades que dieron vida a este documento.

Nuestres hermanes Resistencia No binarix colaboraron activamente en los grupos focales que nos permitieron recabar la información necesaria para este manual.

Y por supuesto, agradecemos a cada persona que contribuyó con entusiasmo y valentía con su testimonio en las múltiples actividades que implementamos para la creación de este material de consulta (conversatorios, cuestionarios diagnósticos, entrevistas, etc.).

Índice Prefacio 03 Manual Amigable 05 Manual Especializado 20 Colaboraciones 70 Semblanza de participantes del Colectivo Castalia 71 Fuentes bibliográficas 74

Prefacio

Colectivo Castalia es un esfuerzo comunitario por crear alternativas culturales para las pluralidades trans*1 y no binarias, además, busca plantear opciones de formación y sensibilización para personas aliadas, con el firme propósito de producir espacios de conocimiento, empatía y diálogo; por ello, consideramos que será siempre necesario fomentar la visibilización de las realidades que nos acompañan a través de distintas estrategias.

El colectivo nació en 2021, fue creado por y para personas trans* y aliadas, con el objeto de trabajar particularmente en el ámbito cultural, porque sabemos que desde allí se pueden erradicar las violencias. En diciembre de 2021 publicamos el libro Memorias de la diversidad, enlazando mentes y sentires, producto del taller con el mismo nombre; en el libro se reúnen relatos, cuentos y poesía de 20 personas trans* y no binarias, así como sus personas aliadas, voces provenientes de distintos puntos de México.

Como parte de nuestra labor, consideramos importante analizar y actualizar lo que sabemos y creemos acerca del lenguaje y la lengua, por lo que hemos puesto al alcance de

1 Utilizaremos el concepto trans* (con asterisco), como un término paraguas que puede englobar distintas experiencias: travesti, transgénero, transexual, así como diversas representaciones, expresiones e identidades que cuestionan también el binarismo de género.

2 Si bien es común referirse a este tópico bajo la etiqueta de ‘lenguaje’, hemos decidido en estas páginas utilizar el concepto ‘discurso’, que como podrás ver en la sección de glosario/diccionario es más adecuado. Además, en este manual empleamos los términos ‘incluyente’ e ‘inclusivo’ como sinónimos, tal como se reporta en la bibliografía previa (véanse las referencias al final del documento).

3 A lo largo de este manual encontrarás los términos ‘neutro’ y ‘no binario’. Por un lado, en el apartado sobre género e identidad nos referiremos con ‘no binario’ a la dimensión identitaria de las personas; por otro lado, desde una perspectiva lingüística, usaremos la etiqueta ‘neutro/no binario’ al hablar de las diferentes funciones y usos de las estrategias discursivas incluyentes, pues reconocemos que estos recursos pueden emplearse para, uno, referirse/dirigirse exclusivamente a quienes se reconocen con el género no binario; y dos, neutralizar el género de las personas, ya conceptualizando de manera simultánea las identidades femeninas, masculinas y no binarias, ya omitiendo marcas gramaticales de género tradicionales como el femenino y el masculino (especialmente su uso como genérico).

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todas, todes y todos este manual de Usos y estrategias de discurso2 incluyente no binario3 , con el que podrás explorar y comprender la diversidad que nos rodea.

Este manual es dos manuales (y muchos más) a la vez… Encontrarás primero el ‘Manual Amigable’, que presenta de manera muy resumida y sencilla información básica sobre sexualidad, género y lenguaje, así como estrategias comunicativas globales que te ayudarán a hacer un mejor uso del discurso incluyente. Posteriormente encontrarás el ‘Manual Especializado’, un compendio detallado y con perfil más académico, con definiciones, ejemplos, especificaciones, tablas comparativas y referencias bibliográficas que serán (esperamos) una buena herramienta para profesionales de la comunicación y la lengua.

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Manual Amigable

Introducción 06

1. ¿Por qué hablamos como lo hacemos?, ¿podemos cambiar? 08

2. Glosario de conceptos básicos 11

A. Sexualidad y género 12

I. Sexo Corporalidad | Genitalidad-genitales | Persona intersex

II. Género

III. Identidad de género

Qué es ser cis | Qué es ser trans* | Qué es ser una persona no binaria

IV. Orientación sexual

Hetero | Lésbica | Gay | Bisexual | Pansexual | Asexual

V. Expresión de género

B. Factores sociales que afectan el discurso y la comunicación 14

I. Patriarcado

II. Sexismo

III. Machismo

IV. Androcentrismo

V. Heteronorma

VI. Cisnorma

VII. Binarismo

C. Lenguaje, lengua y discurso 15

I. Lenguaje

II. Lengua

III. Habla

IV. Discurso

Discurso sexista | Discurso no sexista | Discurso inclusivo/incluyente

Discurso inclusivo/representativo no binario

V. Género gramatical

Masculino genérico | Concordancia de género

3. Estrategias de comunicación e inclusión 18

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Introducción

Bienvenida/Bienvenide/Bienvenido

Este manual fue diseñado para que aquellas personas sin conocimiento previo sobre temas de sexualidad y género, así como aspectos lingüísticos avanzados, puedan comprender las nociones básicas que les permitan llevar a la práctica intercambios comunicativos respetuosos.

En este manual encontrarás herramientas muy sencillas, así como información que te hará cuestionar lo que creías conocer sobre la lengua española y sobre las personas.

¿Por qué es tan importante como hablamos y escribimos para el tema de los derechos humanos?

A lo largo de la historia, la lengua ha permitido nombrar la realidad, pero también ha servido para decirnos qué pensar sobre esa realidad, es en ese punto donde surge la oportunidad de sumar por el respeto para todas, todes y todos. Es urgente trabajar para una sociedad más empática y uno de los caminos consiste en aprender a tratarnos, hablarnos y escribirnos con el respeto que cualquier ser humano necesita.

Habrá personas que no se sientan representadas por las estrategias que incorporamos en estas páginas, y celebramos el que se sigan haciendo más propuestas para nombrar las diversas realidades de la humanidad.

*Este manual se ha elaborado a través de numerosas estrategias y procesos cruzados, específicamente en colectividades trans* y no binarias, por lo que ofrece una nueva óptica, situada en las experiencias disidentes.

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Hablemos de la resistencia a la existencia y el uso del discurso inclusivo

En el presente documento brindamos información avalada por profesionistas en psicología social, comunicación y lingüística, personas que han estudiado desde su especialidad el tema de la diversidad sexual y de género, así como del discurso inclusivo o incluyente.

Sabemos que hay mucha resistencia hacia el tema del discurso inclusivo, y es precisamente por eso que vimos la urgencia de realizar este trabajo. Revisemos brevemente algunas de las ideas recurrentes en contra de este tópico:

Deforma la lengua española, va contra las reglas gramaticales. Las lenguas (todas) se encuentran en constante cambio (por ejemplo, el español surgió de las modificaciones al latín), y el cambio obedece a las necesidades de quienes usan dicha lengua.

La discriminación no acabará con que usemos el discurso inclusivo. Es verdad que por sí solo el discurso inclusivo no erradicará las múltiples violencias a las que se ven sometidas las personas de sectores vulnerados históricamente, pero es una herramienta poderosa para ir generando cambios culturales en la percepción del público general, en especial sobre aspectos como la “normalidad” de grupos de la diversidad de sexo y género.

Es un capricho de unas cuantas personas. Para empezar, un capricho es un antojo pasajero, sin embargo, los esfuerzos de las colectividades feministas y de la diversidad sexual y de género para lograr respeto a nivel social han llevado décadas de lucha. Además, solo por dar un ejemplo, respecto a la cantidad de personas que necesitan y exigen un trato respetuoso, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía

[INEGI] en su Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de

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Género [ENDISEG] (2021) reporta que 909 mil personas mayores de 15 años se asumen con una identidad de género diversa.

Cada uno de los puntos que señalamos anteriormente tiene explicación dentro de este manual.

¿Alguna vez has meditado acerca de la forma en la que hablamos?

Vale la pena regresar al origen de la lengua, su razón de ser. Este sistema (inventado) tiene como propósito central la comunicación entre humanos, es decir, transmitir información (expresarla) y recibirla (interpretarla). Gracias a un sistema tan complejo como una lengua, podemos manifestar lo que pensamos, sentimos y necesitamos, así podemos enterarnos de lo que piensa, siente y necesita otra persona. La comunicación nos ha permitido crear comunidades y civilizaciones, nos facilita traspasar la barrera de nuestro propio yo y nuestras circunstancias particulares.

Pero el sistema de la lengua por sí solo no realiza la comunicación, es solo una herramienta que requiere de las personas y su interacción para ejecutarse; algo vital en cualquier comunicación humana es el respeto y la empatía, pongamos un ejemplo: una persona desconocida te hace una observación sobre tu trabajo, una crítica constructiva, pero lo hace gritando y usando groserías. ¿Cómo lo tomarías?

Lo más probable es que no pongas atención al mensaje central, sino al tono de voz de la persona, a las groserías que te dice y

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¿Por qué hablamos como lo hacemos?, ¿podemos cambiar?
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a toda su actitud agresiva. El flujo de comunicación, de hecho, no se llevaría a cabo, porque tú tomarías una postura defensiva, existiría una barrera inmediata entre ambas personas. Es aquí donde se hace evidente la necesidad de manifestar respeto a la contraparte (para que nos escuche), mientras que la empatía nos permite escuchar. Es este ir y venir de información sobre quiénes somos y quién es la otra persona lo que realmente constituye la comunicación.

El respeto y la empatía son fundamentales para entender la importancia del uso del discurso inclusivo no binario, cuando una persona pide que se le trate empleando terminaciones en –e (como en ‘compañere’) o sin indicar marcas de género (por ejemplo, evitando tratamientos gramaticalmente femeninos ‘amiga’ o masculinos ‘amigo’) y decidimos no hacerlo, el primer mensaje que le damos a esa persona es que no la respetamos, le estamos diciendo que no nos interesa lo que necesita, que de hecho no estamos de acuerdo con quién es y preferiríamos que no fuera… que no existiera. Piensa por un momento cómo te sentirías si recibieras ese mensaje de otra persona.

No se trata únicamente del acto violento, desde el inicio no habría comunicación más allá de la falta de respeto; si pretendemos entablar una conversación, si necesitamos algo de esa persona, queda de inmediato cancelada cualquier apertura o cooperación del otro lado.

¿Qué pasa cuando hablamos con una persona desconocida y decidimos en cuestión de segundos si es un hombre o una mujer?

En este caso lo que ocurre es que evaluamos los rasgos físicos característicos de la persona y los catalogamos en algún sexo (hembra/macho o bien mujer/hombre), y esperamos siempre que su expresión de género (cómo se viste, cómo se peina, su postura, etc.) concuerde con lo establecido por nuestra cultura para cada rol de género (femenino/masculino). Con esa información “a simple vista” determinamos si la persona es

09 Manual Amigable

hombre o mujer (sin considerar otra posibilidad) y asumimos además de su identidad, su genitalidad y orientación sexual. Este procedimiento aprendido ya no es pertinente, porque, aun sin querer, podemos caer en una falta de respeto hacia las personas. Para fines comunicativos, lo recomendado es no hacer estas suposiciones y al dialogar con las personas no emplear marcas gramaticales de género (daremos muchas alternativas para lograr esto), también, si el contexto lo permite, podemos preguntar ¿cómo me dirijo a ti/usted?, ¿cuáles son tus/sus pronombres?

En resumen, antes de conocer las estrategias lingüísticas, es fundamental poseer una actitud de respeto y empatía hacia cualquier persona, partiendo de esto, todo será mucho más fácil.

A continuación presentaremos algunos conceptos muy básicos sobre sexualidad y género, debido a que hemos detectado una amplia desinformación sobre estos temas. Estas nociones tienen mucho que ver con cómo concebimos el mundo y, por ende, con cómo tratamos a las personas.

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Glosario de conceptos básicos

Ilustración 1

Expresión de género

Fuente/Ilustración Colectivo Castalia

Identidad de género

Orientación sexo-afectiva

Sexo

Genitalidad

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11 Manual Amigable

A. Sexualidad y género

I. Sexo: tiene muchos significados, pero en este manual nos referimos a las características físicas relacionadas a la reproducción humana (genitales, gónadas, cromosomas sexuales). Tradicionalmente se habla de dos sexos (masculino/ femenino, hombre/mujer), pero hoy sabemos que hay muchas variantes (por ejemplo, personas intersex).

Corporalidad: se refiere al cuerpo humano. Hay una variedad muy amplia de cuerpos y cada cual es válido.

Genitalidad-genitales: se trata de la zona tangible de la sexualidad y hace referencia a los órganos reproductivos. Existe una diversidad de genitalidades en la especie humana que no ha sido hablada ni aceptada, pero siempre ha estado presente.

Persona intersex: aquella que nace con características sexuales (físicas) que no se ajustan a lo esperado por la cultura (hombre/mujer). Hasta el siglo pasado se les denominaba “hermafroditas”, pero actualmente se considera un término erróneo y peyorativo.

II. Género: es una categoría social, es decir, la inventamos en cada sociedad. El género suele dictar lo que es aceptado como masculino o femenino en una comunidad.

II. Identidad de género: remite a cómo se percibe una persona en particular sobre su propio género, cómo se siente, qué categoría de las disponibles en su cultura le acomoda mejor. Actualmente han “nacido” nuevas categorías porque las anteriores (hombre/mujer) eran insuficientes.

Qué es ser cis: es una persona que está de acuerdo con el género que se le asignó al nacer.

Qué es ser trans*: designa a quienes sienten una identidad de

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género diferente a la asignada al nacer. Las personas trans* pueden o no hacer algo para modificar su aspecto físico (arreglo personal, hormonación, cirugía) o situación jurídica de identidad (cambio de nombre y/o género en documentos legales).

Qué es ser una persona no binaria: aquella que no se identifica con ninguno de los géneros tradicionalmente reconocidos (hombre/mujer). Existen distintas variedades dentro de lo no binario y cada una es válida.

IV. Orientación sexual: se refiere a la capacidad que tenemos de sentir deseo sexual y sentimientos románticos hacia otra persona. A continuación, enumeramos algunas formas de orientación:

Hetero: atracción sexual, erótica y afectiva por personas del género opuesto al propio.

Lésbica: se trata de mujeres que sienten atracción sexual, erótica y afectiva por otras mujeres.

Gay: define a aquellos hombres que sienten atracción sexual, erótica y afectiva hacia otros hombres.

Bisexual: consiste en la capacidad de establecer vínculos sexuales, afectivos y eróticos con hombres o mujeres.

Pansexual: capacidad de establecer vínculos con otras personas independientemente de su sexo, género, identidad de género o expresión sexo-genérica.

Asexual: se define de esta manera a quienes no sienten atracción erótica hacia otras personas; sin embargo, pueden llegar a vincularse de manera romántica o afectiva. Aunque alguien sea asexual, no quiere decir que no tenga libido o no pueda sentir excitación.

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En general, la orientación sexual se determina a través de la identidad de género propia.

La identidad de género y la orientación sexual no son dependientes una de la otra. Por ejemplo, una mujer trans* que siente atracción por otras mujeres, sería entonces una mujer lesbiana; un hombre trans* que siente atracción tanto por mujeres como por hombres, sería un hombre bisexual, etc.

V. Expresión de género: es la manera en la que una persona manifiesta su identidad de género: forma de vestir, hablar, moverse, peinarse etc. No quiere decir que una persona que se asume dentro de lo femenino deba forzosamente ajustarse a lo que la sociedad espera, cada expresión de género es válida y no debe ser motivo de discriminación.

B.

Factores sociales que afectan el discurso y la comunicación

I. Patriarcado: sistema de estructuras y prácticas sociales que brinda poder a los varones y margina a cualquier persona que no encaje en esta categoría.

II. Sexismo: tipo de discriminación que margina a las personas a partir de su sexo.

III. Machismo: conductas y prácticas violentas que parten del supuesto de que los varones son superiores a otros géneros.

IV. Androcentrismo: interpretación del mundo a partir únicamente de la visión masculina.

V. Heteronorma: interpretación de la realidad a partir de la creencia de una única forma válida de relación humana: la heterosexual. Como consecuencia se discrimina cualquier

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otra variante de relación sexo-afectiva.

VI. Cisnorma: sistema de creencias y prácticas discriminatorias basadas en la idea de que solo existen dos sexos y dos géneros (hombre/mujer, femenino/masculino) que deben estar alineados. Todo lo que no encaje en lo que la tradición dicta que debe ser un hombre o mujer, es marginado.

VII. Binarismo: hace referencia a una visión única de la realidad comprendida como polos opuestos femenino/ masculino, bueno/malo, sin admitir ninguna posibilidad media.

C. Lenguaje, lengua y discurso

I. Lenguaje: capacidad para comunicarse a través de un código (verbal o no verbal), cualquiera que este sea. El código puede consistir en sonidos, gestos, imágenes, colores, grafías, etc., es inventado y se acuerda a nivel colectivo.

II. Lengua: se refiere a lo que entendemos cotidianamente por idioma. Es un tipo particular de código que se organiza y nos permite expresar e interpretar mensajes. Cualquier lengua es una invención acordada colectivamente y está en constante cambio.

III. Habla: empleo de una lengua por alguien en particular; remite a las características únicas de la ejecución individual (pronunciación, vocabulario, etc.) e incluye aquellas diferencias que se deben a factores como la región donde se vive, la edad, educación de las personas, el contexto de uso, etc.

IV. Discurso: remite a los usos contextualizados de una lengua, a través de textos (orales, escritos, visuales, etc.) por medio de los cuales se comparte un conjunto de ideas que manifiestan una postura personal o social, un sistema

15 Manual Amigable

de creencias, etc. Es en este nivel donde suele operar la discriminación de todo tipo.

Discurso sexista: comunicación que discrimina a otras personas por su sexo y/o género.

Discurso no sexista: es aquel que fomenta la igualdad entre la amplia diversidad de géneros, sexos, etc. Procura no reproducir estereotipos ligados a cuestiones corporales o de roles de género.

Discurso inclusivo/incluyente: además de presentar relaciones simétricas y respetuosas, este tipo de discurso busca visibilizar a las mujeres y personas de las disidencias sexo-genéricas en los usos verbales y no verbales de una lengua.

Discurso inclusivo/representativo no binario: busca nombrar, visibilizar e involucrar discursiva (y socialmente) a las personas cuyas identidades no se ajustan a los estándares binarios tradicionales (femenino/masculino, hombre/mujer). Este tipo de discurso evita asumir el género, el sexo y la identidad de género de las personas y, por lo tanto, tratarles a partir de esas suposiciones.

V. Género

gramatical: ten en cuenta que este concepto no es igual al género de una persona. Muchas palabras en español tienen género gramatical, por ejemplo, los sustantivos (‘mesa’, ‘oruga’, ‘profesora’, etc.), pero esto no implica que todas estas palabras tengan identidad de género. Por ejemplo, si decimos “el librero es pequeño”, el género gramatical de esta expresión es masculino, y en ese sentido, el sustantivo ‘librero’ tendrá que concordar con otras palabras que también estén en masculino (como el adjetivo ‘pequeño’), pero esto no significa que el librero es similar a un hombre.

Lo que ocurre cuando estas palabras se refieren a una persona (como los términos ocupacionales ‘doctor/a’, enfermero/a,

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etc.) es que sí están ligadas a su identidad de género. Es en este ámbito en el que para respetar la identidad de género de las personas, incluyendo de quienes no se vislumbran en el espectro binario, podemos hacer modificaciones como las propuestas en este manual.

Masculino genérico: consiste en el uso del masculino como género gramatical en construcciones plurales (por ejemplo, el término ‘amigos’ para referirse a un grupo integrado no solamente por varones), esta es la norma gramatical que opera en el español hasta ahora. Lo que cuestionan los manuales de discurso inclusivo, como este, es que muchas personas no se sienten identificadas mediante este procedimiento; por ejemplo, cuando en un grupo la mayoría son mujeres o personas no binarias no parece justo que se hable en masculino plural.

Aunque las normas de las gramáticas dicen que el masculino genérico ya incluye a toda persona, en realidad cada vez más hablantes consideran que se les discrimina con este procedimiento.

Concordancia de género: en español es necesario hacer que concuerden o sean congruentes las marcas de género y número entre los sustantivos (‘hijo/a/e’), adjetivos (‘atento/a/e’) y determinantes (‘el/la/le’) de una oración, por ejemplo:

Adecuado: Mi hijo es muy atento. Inadecuado: Mi hijo es muy atentas.

Por lo que debemos recordar cuidar esa concordancia en todos nuestros mensajes, independiente del género gramatical femenino, masculino o neutro/no binario que utilicemos.

17 Manual Amigable

Estrategias de comunicación e inclusión

A pesar de la creencia popular, el discurso inclusivo no consiste (necesariamente) en hablar todo el tiempo utilizando la –e, ni tampoco en tener que nombrar siempre el femenino, masculino y neutro/no binario cada vez que nos comunicamos. Las anteriores son solo algunas de las estrategias que podemos emplear; sin embargo, todo dependerá del contexto en el que nos encontremos.

En este manual amigable solo daremos algunos consejos para llevar a cabo una comunicación respetuosa y asertiva. A manera de resumen ofrecemos estas recomendaciones generales.

Evitar asumir el género de una persona y tratarle a partir de esa suposición. No importa cómo se vea, no debemos suponer y tampoco es adecuado preguntarle directamente sobre su identidad de género si no nos ha dado la confianza para ello.

Ligado a lo anterior, evitar expresiones con marcas de género gramatical en el discurso cotidiano, a menos que tengamos la seguridad sobre la identidad de género de las personas a quienes nos dirigimos o referimos, así como los pronombres que desean para que se les nombre. Al principio puede ser difícil pero es cuestión de costumbre, pronto encontrarás alternativas para no incluir estas marcas continuamente.

Si hay suficiente confianza con la persona a la que le hablamos, podemos preguntar respetuosamente “¿cómo me dirijo a ti/

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usted?”, “¿cuáles son tus/sus pronombres?”.

Si una persona ya te expresó que desea ser nombrada mediante el recurso no binario/neutro –e, recuerda que esta terminación solo la llevan palabras que se refieren a la persona en cuestión, como pronombres (‘elle’) o adjetivos (‘cansade’). Si tienes duda en qué caso debes poner la –e, piensa en las palabras que designan a personas y tienen versión femenina/masculina, solo en esos casos es pertinente usarla. Ejemplo: válido en ‘ella/él/ elle’, pero no en la palabra ‘tú’; sí en ‘cansada/cansado/cansade’ y no en el término ‘feliz’.

Si te diriges a un público compuesto por personas de varias identidades de género puedes triplicar las palabras que así lo requieran (‘ciudadanas, ciudadanos y ciudadanes’), pero ¡procura no excederte!, puedes combinar este recurso con otros, como utilizar palabras que se refieran a grupos (‘toda la ciudadanía’).

Tratar con el mismo respeto a todas, todos y todes. Más que frases aprendidas, necesitamos ver sinceramente con respeto a cualquier persona, nuestros prejuicios siempre se van a manifestar en nuestro discurso.

Si es de tu interés conocer a detalle los casos específicos, así como las aplicaciones concretas de cada recurso o tienes alguna duda, puedes recurrir al manual especializado que te presentamos a continuación.

19 Manual Amigable

Manual Especializado

Introducción 22

1. ¿Por qué hablamos como lo hacemos?, ¿podemos cambiar? 22

2. Glosario de conceptos básicos 29

A. Sexualidad y género 29

I. Sexo Corporalidad | Genitalidad | Persona intersex

II. Género

III. Identidad de género Qué es ser cis (género) | Qué es ser trans* Qué es ser una persona no binaria

IV. Orientación sexual

Hetero | Lésbica | Gay | Bisexual | Pansexual | Asexual Antrosexualidad | Androsexualidad | Ginesexualidad

V. Expresión de género

B. Factores sociales que afectan el discurso y la comunicación 34

I. Patriarcado

II. Sexismo

III. Machismo

IV. Androcentrismo

V. Heteronorma

VI. Cisnorma

VII. Binarismo

C. Lenguaje, lengua y discurso 36

I. Lenguaje

II. Lengua

III. Habla

IV. Discurso

Discurso sexista | Discurso no sexista | Discurso inclusivo/incluyente Discurso inclusivo/representativo no binario

V. Género gramatical

Masculino genérico | Concordancia de género

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3. Estrategias de comunicación e inclusión 43

A. Para comenzar… propuestas pragmáticas y sociales 45

B. El masculino genérico 47

C. Los sustantivos ‘mujer’ y ‘hombre’ 50

D. Los sustantivos ‘persona’, ‘gente’, ‘infancia’, etc. 51

E. Los adjetivos 51

F. Los artículos 52

G. Desdoblar/triplicar 53

H. Las profesiones y oficios 53

I. Los tratamientos y referenciales 54

J. Los gentilicios 58

K. Los duales aparentes 59

L. Los pronombres personales 59

M. Los posesivos, indefinidos y relativos 60

N. Las construcciones oracionales 61

O. Las barras, los paréntesis y el símbolo de arroba 62

P. El morfema no binario/neutro –e 62

4. Violencia sistémica/violencia estructural 67

5. Marcos jurídicos de protección a personas LGBTTTIQ+ 68

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Introducción

Bienvenida/Bienvenide/Bienvenido

El presente manual de discurso inclusivo no binario4 tiene como fin brindar herramientas para una comunicación efectiva y respetuosa. Se reunieron conceptos y estrategias desde la comunicación, la lingüística y la psicología, dirigidas a un público especializado en estas áreas o similares. Este documento contiene ejemplos puntuales, así como referencias bibliográficas pertinentes.

Pareciera que al discutir sobre el discurso inclusivo muchas personas, entre ellas las que trabajan de manera profesional temas relacionados con el lenguaje y la comunicación, olvidan el fin último de nuestra lengua: comunicarnos.

Ello implica contemplar primero a quienes usan un sistema lingüístico, y después al propio sistema; sin embargo, con frecuencia se intenta preservar la lengua (aunque ella misma es cambiante) antes que proteger los derechos de las personas, e incluso, la propia eficiencia comunicativa de dicho sistema lingüístico.

4 A lo largo de este manual encontrarás los términos ‘neutro’ y ‘no binario’. Por un lado, en el apartado sobre género e identidad nos referiremos con ‘no binario’ a la dimensión identitaria de las personas; por otro lado, desde una perspectiva lingüística, usaremos la etiqueta ‘neutro/no binario’ al hablar de las diferentes funciones y usos de las estrategias discursivas incluyentes, pues reconocemos que estos recursos pueden emplearse para, uno, referirse/dirigirse exclusivamente a quienes se reconocen con el género no binario; y dos, neutralizar el género de las personas, ya conceptualizando de manera simultánea las identidades femeninas, masculinas y no binarias, ya omitiendo marcas gramaticales de género tradicionales como el femenino y el masculino (especialmente su uso como genérico).

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¿Por qué hablamos como lo hacemos?, ¿podemos cambiar?
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En ese sentido, debemos reconocer que la comunicación no puede llevarse a cabo cuando de entrada una de las partes involucradas percibe una falta de respeto. Aunque no sea intencionada, la desinformación y la poca empatía hacia realidades que no conocemos, pueden llevarnos a una conducta que será percibida como descortés o violenta.

Este comportamiento descortés incluye nuestra expresión verbal, y el discurso incluyente no binario tiene el propósito de facilitar una comunicación más respetuosa y, por ende, eficaz. El principal factor para llevar a cabo esta comunicación asertiva es la empatía; antes de las estrategias lingüísticas aquí propuestas, es indispensable sensibilizarnos con realidades como las de personas trans*5 y no binarias, para así partir del hecho primario de que tratamos de comunicarnos con otro ser humano que merece respeto.

¿Qué pasa cuando hablamos con alguien a quien desconocemos y decidimos en cuestión de segundos si es un hombre o una mujer? No es posible saber “a simple vista” con qué pronombres debemos tratar a una persona, no importa cuál sea su expresión de género. Aunque suponer la identidad de género de quienes nos rodean es una conducta aprendida, no es un procedimiento pertinente, pues nos orienta a caer en estereotipos y en posibles faltas de respeto. Lo más recomendable en situaciones de poco o nulo conocimiento es no incluir marcas de género en nuestro discurso (más adelante daremos muchas alternativas para lograr esto), o bien, si el contexto lo permite, podemos preguntarle a la contraparte ¿cómo me dirijo a ti/usted?, ¿cuáles son tus/sus pronombres?

23 Manual Especializado
5 Utilizamos el concepto trans* (con asterisco) como un término paraguas para englobar distintas experiencias: travesti, transgénero, transexual, y diversas representaciones, expresiones e identidades que cuestionan el binarismo de género.

Hablemos de la resistencia a la existencia y el uso del discurso inclusivo

Existe mucha resistencia contra el discurso inclusivo, no obstante, suele estar sustentada en desinformación y prejuicios; esa es justamente la razón para realizar este manual, pues vimos la necesidad de brindar información interdisciplinaria sobre el tema.

Este trabajo fue realizado por profesionales en psicología social, comunicación y lingüística que pertenecen a la comunidad trans* y sus aliadas/os/es. Asimismo, recopilamos información fuera y dentro de la comunidad LGBTTTIQ+ a través de cuestionarios diagnósticos y diversos encuentros académicos y de difusión; además, mediante grupos focales se consultó a las comunidades trans* y no binarias para obtener un panorama amplio de sus necesidades reales de comunicación.

A continuación hablemos de algunos de los puntos más frecuentes para resistirse al uso del discurso inclusivo:

Deforma la lengua española, va contra las reglas gramaticales

Las lenguas varían constantemente, todos los días alternan diferentes palabras, sonidos y expresiones que usamos para decir ‘casi lo mismo’. Estas posibilidades dependen de condiciones geográficas (algo está ‘chido’ en el centro de México, pero está ‘chévere’ en Bogotá), generacionales (véase cómo en varios países hispanohablantes se ustedea (o trata de ‘usted’) a las personas mayores, mientras que se tutea a las jóvenes), estilísticas (en contextos formales es más frecuente pronunciar ‘entonces’, mientras que en situaciones informales se escuchan las variantes ‘tonces’ y ‘tons’) y temporales (compara tu español con el usado en el siglo XII en el siguiente

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fragmento del Poema del Mio Cid: “[...] burgeses y burgesas, por las finiestras sone, plorando de los ojos, tanto avien el dolore [...]).

La variación puede potencialmente generar cambios y estos son frecuentes en las lenguas. Los sistemas lingüísticos cambian porque como instrumentos de la comunicación humana se adaptan o pierden su utilidad:

El problema es cuando los cambios son contemporáneos a nosotros. Ahí surge el pequeño normativista que llevamos dentro y nos escandalizamos por todo, criticamos todo y esperamos encontrarnos con alguien que se dedique a estudiar las lenguas para corroborar que tenemos razón y que está mal que las lenguas cambien. (Mare, 2018, p. 78).

Hay cambios que pasan desapercibidos por la mayoría (la pluralización de ‘haber’, por ejemplo: ‘habían carros’, versus ‘había carros’), otros son más visibles (el cada vez más frecuente uso de ‘tú’ en comunidades en las que predominaba ‘usted’) y unos más causan ruido y hasta incomodidad (como es el caso del morfema no binario/neutro –e que implica concordancia entre sustantivos, adjetivos y determinantes: ‘les compañeres artistes’). Esta sensación de desazón se debe a que, uno, el cambio se manifiesta en componentes gramaticales de las lenguas (fenómenos que afectan directamente a la morfología y sintaxis), dos, son inducidos de manera intencional por les, las y los hablantes, y tres, porque se asocian o son promovidos por grupos históricamente minorizados: “Claramente, es un cambio inducido por una minoría (por motivos políticos) y no un cambio invisible adoptado por la masa hablante (sin motivos políticos)” (Sayago, 2019, p. 9).

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La discriminación no acabará con que usemos el discurso inclusivo

Una de las críticas frecuentes sobre el discurso inclusivo consiste en señalar que cambiar intencionalmente ciertas estructuras de la lengua no beneficia en nada al cambio social, y en particular, que no disminuye o combate la discriminación.

Quienes esgrimen esta crítica suelen ejemplificar su opinión con actos discriminatorios directos: la disparidad de salarios para mujeres y hombres que desempeñan la misma labor, la mayor presencia masculina en cargos gerenciales, políticos, etc., entre otros. Sin embargo, también encontramos otras acciones discriminatorias que pasan desapercibidas para muchas personas, como la no visibilización de la diversidad humana en espacios legales, administrativos, educativos, sanitarios, publicitarios, así como el uso de etiquetas que violentan la integridad, dignidad y reputación de las personas, y finalmente, el rechazo a la presencia ajena, acto que se manifiesta a través de estrategias comunes como negar el derecho a los nombres y pronombres escogidos.

Instituciones de alto prestigio social como la Real Academia Española [en adelante RAE] consideran que las actitudes discriminatorias por cuestiones de género “No se corrigen mejorando la gramática, sino erradicando prejuicios culturales por medio de la educación” (Real Academia Española [RAE], 2020, p. 33). No obstante, esta afirmación es cuestionable, pues ignora que es por medio de la lengua que se reflexionan, cuestionan, expresan y reproducen los valores culturales, así como las normas de comportamiento que compartimos en nuestras comunidades. Puntualmente, la educación de la que habla la RAE, se socializa a través de la lengua y el discurso verbal y no verbal, por ello es prudente:

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[...] promover la reflexión sobre los cambios en la lengua para que [les,] las y los hablantes pensemos en lo que decimos y en cómo lo decimos, de modo que así se generen cambios en las perspectivas que, a su vez, tendrán consecuencias materiales en la acción humana y en la realidad. (Castro, 2008, p. 2).

Más allá, nuestra experiencia dentro y con la comunidad LGBTTTIQ+ nos indica que el cambio social que tanto se niega, ya está ocurriendo y es percibido en el ambiente familiar, profesional y laboral de nuestres colaboradores: hay un poco más de apertura al diálogo y respeto por la presencia de personas de la diversidad, por ejemplo, sus contactos les apelan poco a poco a través de sus nombres y pronombres escogidos, y cada vez es más frecuente encontrar espacios de discusión en los que al hablar de discurso inclusivo se hace referencia o se escuchan las experiencias de mujeres, personas trans* y no binarias.

Esta visibilización sí que es un logro social para un sector de la población que durante siglos tuvo que ocultarse para proteger, no solo su intimidad, sino su integridad física y hasta su vida.

Es un capricho de unas cuantas personas

Primero, el discurso inclusivo no es una moda pasajera, sino que surge dentro de los debates del feminismo de los años sesenta y setenta, y los manuales, así como las normativas con perspectiva de género son algunos de sus resultados.

Por un lado, las guías en español pueden rastrearse desde finales de los años noventa (véanse Alario, Bengoechea, Lledó y Vargas (1995) y Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO] (s/f)). Estos materiales tienen un auge en la década del 2000 en España y

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se encuentran fácilmente en la actualidad en varios formatos (físico, electrónico, podcast, infografías, etc.).

Por otro lado, la preocupación por un discurso que represente e incluya a todas las personas en igualdad de condiciones, se encuentra en varias sugerencias y normativas internacionales (véase la ‘Recomendación General número 23’ de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer), así como nacionales (Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación (2015), entre otras).

Segundo, quienes abogan por un discurso libre de prejuicios no son necesariamente una minoría de la población; más bien, un acto de discriminación frecuente consiste en minimizar su presencia, derechos, voces y luchas, esgrimiendo para ello criterios políticos, económicos, religiosos, biológicos, etc. Véase como, por ejemplo, la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género [ENDISEG] del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI, 2021), reporta un total de 909 mil personas mayores de 15 años que se reconocen con una identidad de género diversa.

Cada uno de los puntos que hemos descrito hasta el momento se explicarán con más detalle dentro de este manual.

Daremos a continuación los conceptos básicos referentes a la sexualidad y el género, así como tópicos lingüísticos respecto al tema del discurso inclusivo.

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Glosario de conceptos básicos

A. Sexualidad y género

I. Sexo: dependiendo del entorno en el cual la ocupemos, la palabra ‘sexo’ puede remitir a distintos significados; sin embargo, para efectos de este manual, nos enfocaremos en el contexto del género y la sexualidad. En este sentido, sexo hace referencia al conjunto de características físicas y genéticas con las que cada corporalidad se configura al momento de la gestación y el nacimiento. Actualmente existen estándares de interpretación médica y social de las características sexuales, estas funcionan a través de modelos binarios (solamente contemplan dos formas de corporalidad: hembra/macho).

Corporalidad: el concepto hace referencia a los rasgos y categorías cercanas al cuerpo y visibiliza las características inherentes a cada persona. ¡Recuerda que todas las corporalidades son válidas y merecen las mismas garantías y protecciones del Estado!

Genitalidad: alude a las características corporales, específicamente genitales, con las que se configura el cuerpo de cada persona. Aunque usualmente se entiende desde una concepción binaria (pene o vulva), hoy sabemos que existen diversos tipos de genitalidades, que se manifiestan bajo condiciones de intersexualidad.

Personas Intersex: se trata de una condición física en la que existen algunas variaciones corporales de los rasgos sexuales típicos, por ejemplo, la forma de genitales y gónadas, los niveles hormonales, las características genéticas y cromosómicas

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que surgen durante el desarrollo embrionario y en el esquema binario, funcionan como instrumentos de diferenciación sexual.

II. Género: categoría de construcción cultural (que tradicionalmente opera de manera binaria), la cual a través de diferentes esquemas y modelos sociales configura las creencias de lo que significa ser hombre o ser mujer, la masculinidad o femineidad, sus características y formas de representación. Es importante tomar en cuenta que, por un lado, estos mandatos sociales sobre el género varían y se disponen dependiendo de la cultura y cosmovisión de cada lugar del planeta y, por otro lado, muchos de estos sistemas excluyen y marginan todas las representaciones de género que no encajan en los modelos binarios.

III. Identidad de género: puede resultar confuso en ocasiones lograr comprender por qué género e identidad de género no son conceptos análogos. En este sentido, es importante aclarar que la identidad de género hace alusión a una percepción individual/personal acerca del propio género, y que en algunas ocasiones puede estar relacionada, o no, al asignado socialmente o a la genitalidad de la persona.

Qué es ser cis (género): el prefijo cis quiere decir “en línea con”, en ese sentido, una persona cis es aquella que se siente identificada con los roles de género que se le asignan de manera social y que tienen una conexión directa con las características sexuales, corporales y genitales de la persona.

Qué es ser trans*: contrario al significado del prefijo cis, la palabra trans* quiere decir “a través de”. En este sentido, hablar de identidades trans* implica comprender que existen personas cuyas experiencias de vida (identidad de género)

NO están vinculadas a las genitalidades, ni a los roles de

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género asignados socialmente; de esta forma, las personas trans* formulan estrategias de autorrepresentación que les aproximan más a su identidad genérica. Estos procesos son muy variados y dependen de las necesidades y expectativas de cada quien. Las personas trans* pueden buscar o no acceder también a tratamientos hormonales y quirúrgicos. No importa la forma en que la persona decida realizar su transición, todas las formas son válidas y legítimas.

Qué es ser una persona no binaria: una vez comprendido el significado de binarismo (como una única lectura de la realidad, fundada en la idea de que solamente existen representaciones híper feminizadas o híper masculinizadas), podemos decir que una persona cuya identidad es no binaria construye los rasgos de género lejos de los estereotipos sociales clásicos, así que podría adoptar distintas marcas de género para crear uno propio. Estas manifestaciones de identidad pueden retomar o no las referencias sociales sobre lo que se comprende como masculino y femenino, puede combinarlas, rechazarlas o adaptarlas para expresar su propia identidad6. Es importante entender que esto no se debe a un capricho, una etapa o una confusión, sino a una experiencia interna psico-social compleja; ninguna identidad de género es una elección, lo que elige la persona es externar esa identidad o reprimirla.

IV. Orientación

sexual: capacidad personal de experimentar atracción sexual, romántica y afectiva por personas de género distinto al suyo, del mismo género o con identidades particulares de género (cis, trans* o no binarias). A continuación, enumeramos algunas formas de orientación:

6 La elección sobre el tratamiento dado discursivamente dependerá de la construcción identitaria individual. Una persona no binaria puede optar por estrategias neutras (‘güey’ / ‘amix’), binarias (‘amiga’/‘amigo’) o no binarias (‘amigue’), puede combinarlas o rechazarlas tan pronto estas coincidan con su identidad y su elección de representación social.

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Hetero: capacidad de sentir atracción sexual, erótica y afectiva por personas del género opuesto al propio.

Lésbica: se refiere a mujeres que sienten atracción sexual, erótica y afectiva por otras mujeres.

Gay: define a aquellos hombres que sienten atracción sexual, erótica y afectiva hacia otros hombres.

Bisexual: capacidad de establecer vínculos sexuales, afectivos y eróticos con hombres o mujeres.

Pansexual: se denomina así a quienes tienen la capacidad de establecer vínculos con otras personas independientemente de su sexo, género, identidad de género o expresión sexogenérica.

Asexual: se define de esta manera a quienes no sienten atracción erótica hacia otras personas; sin embargo, pueden llegar a vincularse de manera romántica o afectiva. Cabe resaltar que el hecho de que una persona sea asexual, no quiere decir que no tenga libido o no pueda sentir excitación.

Antrosexual: se trata de una orientación fluida y flexible. Quienes se autodenominan como antrosexuales construyen una dinámica sexo-afectiva en las que no importan el sexo o género de las personas con quienes se relacionan. A diferencia de la pansexualidad, dentro del imaginario de las personas antrosexuales NO existe el concepto de ‘orientación sexual’, por lo que tampoco buscan encajar dentro de otras categorías afectivas aquí expuestas.

Androsexualidad: aunque se puede categorizar de diferentes maneras, en estas líneas denominaremos como androsexual a

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quienes construyen sus atracciones particularmente dirigidas hacia varones únicamente, o hacia personas cuyas identidades y expresiones de género están más vinculadas a las figuras y estéticas masculinizadas.

Ginesexualidad: contraria a la androsexualidad, esta orientación está caracterizada por la construcción de vinculaciones direccionadas a mujeres únicamente, o hacia personas que poseen identidades y expresiones de género asociadas a figuras y estéticas feminizadas.

Las orientaciones sexo-afectivas enlistadas anteriormente constituyen solamente una pequeña muestra del vasto universo de posibilidades de vinculación. Existen tantas formas de relacionarse, como personas en el mundo.

En general, la orientación individual se determina a través de la identidad de género propia.

Aunque existe aún mucha confusión alrededor de la identidad de género y la orientación sexual, estas no son dependientes una de la otra. Por ejemplo, una mujer trans* que siente atracción por otras mujeres, sería entonces una mujer lesbiana; un hombre trans* que siente atracción tanto por mujeres como por hombres, sería un hombre bisexual.

V. Expresión de género: forma que tiene cada una, uno y une, de manifestar el propio género. Esta expresión puede incluir los gestos, manerismos, la forma de hablar, de vestir, de interactuar socialmente, e incluso, las modificaciones corporales.

Estas formas de expresión dependen de la identidad de cada persona, y muchas veces pueden ser asumidas o impuestas.

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¿Por qué la expresión de género no es igual a la identidad de género?

Si bien, podría resultar confusa la delgada línea entre la identidad de género y la expresión de género, es importante considerar que en ocasiones, la expresión de género no necesariamente está vinculada a la identidad de género. Usualmente estas expresiones se representan de forma binaria, y en función a las normas sociales dictadas. Todas las formas de expresar el género son válidas, y bajo ninguna circunstancia deberían utilizarse como instrumento de exclusión social, discriminación o violencia.

B. Factores sociales que afectan el discurso y la comunicación

I. Patriarcado: este término ha sido principalmente promovido y estudiado desde el feminismo. En el sentido literal, busca hacer referencia a las estructuras clásicas de gobierno (a distintas escalas). Es un sistema de estructuras y experiencias sociales dominadas por hombres, y que, de alguna manera, desencadenan prácticas de exclusión y discriminación hacia todas las personas que NO cumplan con las normas y pautas de cada espacio, institución o contexto. Estos castigos son usualmente aplicados a mujeres, personas adultas mayores, integrantes de la comunidad LGBTTTIQ+, etc.

II. Sexismo: puede definirse como el conjunto de acciones, prácticas y comportamientos, tales como los gestos, las representaciones visuales, escritas, habladas, etc., que se basan en la idea de que una persona es inferior debido a su sexo, ya sea en ámbitos públicos, privados, gubernamentales y sociales.

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III. Machismo: este concepto se usa para hacer referencia al conjunto de prácticas ejecutadas principalmente por hombres, quienes consciente o inconscientemente hacen uso de sus privilegios sociales, económicos, culturales y políticos para ejercer algún tipo de violencia.

IV. Androcentrismo: práctica que consiste en interpretar y entender el mundo únicamente desde el punto de vista masculino. Es importante comprender que centrar la realidad en la perspectiva androcentrista, no permite conocer ni comprender los entornos y ambientes del resto de la población.

V. Heteronorma: se trata de la interpretación de la realidad a través de un único sistema de relaciones humanas. En este sentido, se pretende atender exclusivamente las situaciones y necesidades de quienes se identifican como heterosexuales, descalificando e invalidando la experiencia de todas aquellas personas que se desenvuelven desde la disidencia. Gracias a los mecanismos de la heteronorma se nos enseña que la única forma válida de vivir y compartirnos es siendo personas cisgénero y heterosexuales.

VI. Cisnorma: sistema de “calificación” de cuerpos que se basa en una estructura binaria. Por medio de esta norma se contemplan y validan solamente aquellas corporalidades que se insertan en los ideales estéticos y funcionales, de lo que socialmente se dictamina adecuado para lo femenino y lo masculino. Los mecanismos de la cisnorma buscan alinear en la vivencia individual dimensiones tales como el sexo biológico, el rol de género social y la identidad de género. Usualmente los engranes vinculados a la cisnorma funcionan mecánicamente a la par con la heteronormatividad.

VII. Binarismo: hace referencia a una única forma de

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comprender la realidad, ubicada solamente en dos sitios opuestos y polares (hombre/mujer, masculino/femenino, correcto/incorrecto) y que, situándose en el contexto del género, resta la posibilidad de expresión y validez de experiencias de todas aquellas personas que salen de los márgenes sociales aceptados dentro del idealismo binarista.

C. Factores sociales que afectan el discurso y la comunicación

I. Lenguaje: capacidad para comunicarse a través de un código, cualquiera que este sea (verbal o no verbal) (Crystal, 2000, p. 332). El código puede consistir en sonidos, gestos, imágenes, colores, grafías, etc., es inventado y se acuerda a nivel colectivo. El lenguaje nos permite a las personas compartir, evaluar, discutir nuestro entorno, además, está detrás de actividades complejas como la construcción y el uso de herramientas, las movilizaciones y asentamiento de grupos humanos, así como de procesos mentales tales como la planeación de eventos futuros, el recuento de acciones pasadas, la abstracción, invención, entre otros (Escandell Vidal, Marrero Aguiar, Casado Fresnillo, Gutiérrez Rodríguez y RuizVa Palacios, 2009, p. 4).

II. Lengua: sistema de signos que nos sirve para comunicarnos a quienes pertenecemos a una comunidad. Cada signo representa una idea, concepto o entidad (piensa por ejemplo en el objeto flor y la palabra que utilizamos en español para nombrarla, es decir, el sustantivo ‘flor’), esta relación entre signo y entidad es aceptada colectivamente por quienes utilizan la lengua y no se basa en criterios “lógicos” o “naturales” (por ello el objeto flor recibe diferentes nombres dependiendo del idioma en el que nos situemos: rájná en mazahua, fleur en

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francés, hana en japonés, etc.).

Las lenguas no son estáticas, son afectadas por el paso del tiempo, así como factores geográficos, sociales y estilísticos. Piensa en la manera en la que hablan las personas mayores de tu entorno o quienes han nacido en otras zonas lejanas de tu país de origen, ¿crees que quienes hablamos español usamos las mismas estructuras? La variación y el cambio lingüístico son el resultado de la adaptación de estos sistemas a las necesidades comunicativas de las personas, por ejemplo, cuando consideramos que nuestro entorno no puede ser nombrado plenamente, ya porque no existe la palabra (frente a una invención tecnológica) o porque los signos existentes no expresan a plenitud nuestra realidad (véase el caso de las marcas de género tradicionales femenino/masculino) (Labov, 1996 y 2001; Meyerhoff, 2006).

Finalmente, cabe resaltar que las lenguas como instrumentos de comunicación no poseen por sí mismas valoraciones positivas o negativas acerca de las personas y sus prácticas; en otras palabras, las lenguas no discriminan, no sobrevaloran, excluyen, aprecian, etc., sino que somos sus usuarias, usuaries y usuarios quienes expresamos nuestras percepciones e ideales a través de estas herramientas.

III. Habla: se refiere al uso de un sistema de signos (una lengua) por parte de una persona, en consecuencia, remite a todos aquellos rasgos que identifican a alguien en particular, la manera en la que pronuncia ciertos sonidos, el léxico que utiliza, el orden de las palabras al formar oraciones, etc. Quienes hablamos español reconocemos los sonidos y las normas gramaticales de este sistema comunicativo, pero cada quien aplica ese conocimiento de manera diferencial, a partir de su lugar de origen, edad, nivel educativo, etc.

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IV. Discurso: tradicionalmente se refiere a una estructura lingüística más amplia en extensión y alcance que la oración. El discurso se vincula también con el uso de un sistema lingüístico (verbal y no verbal) en contextos y con fines comunicativos específicos.

Es por ello que en estas páginas consideramos que este término es el más adecuado para definir el fenómeno que nos interesa, pues remite a las múltiples estrategias que son utilizadas para incluir, valorar y representar a las personas en condiciones de igualdad a través de discursos inclusivos/ representativos. En otras palabras, son los usos lingüísticos aceptados abierta o encubiertamente por la comunidad, y no el sistema o la lengua por sí misma, los que expresan contenidos negativos/positivos sobre las personas y sus comunidades, se trata pues de un reflejo del pensamiento humano que se cuela a través de empleos contextualizados.

Discurso sexista: usos lingüísticos que reproducen situaciones asimétricas o de desventaja. Es un tipo de discriminación indirecta que vulnera a las personas al legitimar y naturalizar la desigualdad como algo merecido por condiciones biológicas y sociales, por lo que atenta contra la autoestima, refuerza estereotipos, y faculta estigmas.

En culturas como la nuestra el discurso sexista se cuela en todas aquellas expresiones que valoran positivamente lo masculino e infravaloran lo femenino, las identidades no binarias y las fluidas. Los mecanismos más abiertos son los chistes y refranes, pero también hay sexismo discursivo en el tratamiento asimétrico (usamos el nominal general ‘señorita’, pero no ‘señorito’), en los falsos duales o términos que en el femenino tienen una carga negativa que no está presente en el masculino (‘zorro’/‘zorra’), en la crítica y mofa de

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comportamientos verbales que estereotipamos como propios de un sector de la población (la marca gramatical femenina en sustantivos normativamente masculinos como ‘cuerpa’, por ejemplo), así como en:

[...] los vacíos léxicos, las figuras retóricas, el orden de aparición de las palabras y en la referencia a las mujeres como categoría aparte, subordinada o dependiente en las ciencias, la historia y las artes, en las leyes y las religiones; en lo privado y lo público. (Guichard Bello, 2018, p. 9).

Discurso no sexista: es aquel que establece relaciones recíprocas, horizontales, solidarias entre las personas y las comunidades a las que estas pertenecen. El discurso no sexista no sobrevalora, ni infravalora a nadie por rasgos sociales, biológicos, geográficos, etc., evita la reproducción de roles (de género, por ejemplo) y estereotipos. En este manual integramos en este tema a las personas de la diversidad sexual y de género, a quienes se les violenta mediante el discurso por pertenecer a dichos sectores de la población.

Discurso inclusivo/incluyente: además de presentar relaciones simétricas y respetuosas, este tipo de discurso busca visibilizar a las mujeres y personas de las disidencias sexo-genéricas en los usos verbales y no verbales de una lengua. Frecuentemente encontramos manuales que privilegian una postura binaria (si bien en algunos de sus apartados hacen mención a la diversidad sexo-genérica): “evita generalizaciones del masculino para situaciones y actividades donde aparecen mujeres y hombres. Nombrar a las mujeres es hacerlas visibles” (Comisión Nacional de los Derechos Humanos [CNDH], 2016, p. 8). No obstante, en años recientes hay cada vez más posturas no binarias de la inclusión discursiva:

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Implica un uso no excluyente del lenguaje que pretende fomentar una imagen y trato equitativo y no estereotipado de las personas a las que se dirige o refiere sobre todo vinculado a la diversidad de género y las mujeres. (Universidad Nacional del Mar del Plata, s/f, p.10).

Discurso inclusivo/representativo no binario: busca nombrar, visibilizar e involucrar discursiva (y socialmente) a las personas cuyas identidades no se ajustan a los estándares binarios tradicionales (femenino/masculino, hombre/mujer). Este tipo de discurso evita adjudicar anticipadamente el género gramatical, el sexo biológico y la identidad de género a las personas en su rol de hablantes y oyentes, emplea opciones neutras y no binarias (‘todes’, ‘todxs’), sin marca gramatical de género (‘quien/quienes’) o triplicadas (‘aliado, aliade, aliada’) y personaliza el género en documentos cerrados (cuando se conoce a quién va dirigido el mensaje).

V. Género gramatical: propiedad de las lenguas que se manifiesta de manera particular (el alemán, por ejemplo, posee además del femenino (‘die zeitung’) y el masculino (‘der regen’), género gramatical neutro (‘das bier’); mientras que el japonés y el inglés no tienen marcaciones de género en los sustantivos (‘sensei’, ‘teacher’) y adjetivos (‘kakoii’, ‘beautiful’), pero sí hacen distinciones en los pronombres de tercera persona (‘kanojo/ kare’, ‘she/he’).

En español los sustantivos (‘niño/a’), adjetivos (‘respetuoso/a’), determinantes (‘la’, ‘el’) y algunos pronombres (‘nosotras/ os’) poseen una marca gramatical que permite clasificarlos tradicionalmente en femeninos o masculinos, pero carece de: “formas neutras especiales en la flexión del adjetivo; sólo el artículo [lo], el pronombre personal de tercera persona [ello],

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los demostrativos [esto, eso, aquello]” (RAE, 2013; en Guichard Bello, 2018, p. 44).

En el caso de los objetos, el género gramatical es una noción arbitraria, es decir, los sustantivos ‘flor’, ‘guerra’, ‘sopa’ en español son femeninos, mientras que ‘cemento’, ‘huarache’ y ‘refresco’ son nominales masculinos, pero nada en su naturaleza nos indica que estos referentes deban cumplir con los roles femenino/masculino, tal como socio-culturalmente los hemos concebido (véase por ejemplo como en alemán el sustantivo ‘sonne’ es femenino y ‘mond’ es masculino, en tanto que sus versiones españolas ‘sol’ y ‘luna’ son masculina y femenina respectivamente).

No obstante, al hablar de entidades humanas esta relación no siempre es arbitraria: “cuando revisamos las terminaciones de las palabras que designan a las personas, el género coincide en su mayoría con el sexo” (Guichard Bello, 2018, p. 45), es allí donde debemos procurar adecuar el contenido de nuestro mensaje para representar, visibilizar y nombrar a las personas tal como estas desean y merecen. Una posibilidad impulsada y empleada con regularidad por la comunidad LGBTTTIQ+, específicamente por personas fuera del espectro binario, consiste en la incorporación de una marca morfológica para el neutro/no binario (–e, –x, –@).7 Al respecto se ha pronunciado con firmeza la RAE, quien considera, entre muchas otras opiniones negativas, que es un recurso “[...] innecesario, pues el masculino ya es inclusivo cuando el referente es inespecífico” (RAE, 2020, p. 74).

Hay que resaltar, además, que a pesar de la fuerte asociación en el español entre la terminación –a con el femenino y –o

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7 Quienes han colaborado con la creación de este manual emplean con frecuencia y en diferentes contextos, sustantivos como ‘amigue’, ‘compañere’, ‘aliade’.

con el masculino, esta relación no es unívoca, por ejemplo, ‘idioma’ es un nominal masculino (‘el idioma perfecto’) y ‘foto’ femenino (‘la foto nueva’). Lo mismo ocurre con términos que se refieren a personas, véanse las profesiones ‘pianista’ y ‘piloto’ que son sustantivos con desinencia común en cuanto al género gramatical, es decir, que se desambiguan a partir del determinante que los acompaña (‘la/el pianista, por ejemplo).

Masculino genérico: uso de términos gramaticales masculinos en enunciados que involucran a toda la especie humana (particularmente en referencias plurales). La RAE afirma que el masculino: “[…] posee un valor genérico que neutraliza la diferencia entre sexos [...] desde el punto de vista referencial, el masculino genérico puede denotar tanto a hombres como a mujeres, a animales machos como a animales hembras” (RAE, 2020, pp. 50, 51), además, considera dos valores para el género masculino, uno genérico, como el de arriba y uno específico, que remite a individuos particulares (varones/machos) y por ello señala que:

En algunos ámbitos se ha difundido la idea de que el masculino genérico es una herencia del patriarcado. Su uso es lesivo para la mujer, por lo que se ha de evitar en el discurso. Sin embargo, esta tesis carece de fundamento. El masculino genérico es anterior al masculino específico y su génesis no se halla relacionada con el androcentrismo lingüístico. (RAE, 2020, p. 51).

No obstante, esta idea de inclusión, sostenida continuamente por la RAE (2020, p. 61), es cuestionada en todos los manuales que hemos consultado, pues genera, ambigüedad informativa (Guichard Bello, 2018, p. 52), contribuye a la generalización de discursos que ubican a los varones en papeles principales:

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[...] se crea una idea muy concreta de quienes son los héroes, quienes los investigadores y quienes los violentos. Sobre todo si hablamos de temas que se han adjudicado a los hombres o que son valores supuestamente masculinos. (ONUMujeres, 2016, p. 90)

Además, muchas identidades, entre ellas mujeres, personas trans*, no binarias y agénero se sienten excluidas con el masculino genérico.8

Concordancia de género: se refiere a la relación que mantienen sustantivos, adjetivos y determinantes entre sí, y al empleo concertado de las marcas gramaticales de género del elemento nuclear (‘un libro pesado’ [masculino] y ‘la médica rápida’ [femenino]). En el discurso inclusivo/representativo nos interesamos específicamente en aquellos casos en los que las palabras designan a entidades humanas, en este caso, los sustantivos, adjetivos y determinantes deben concordar entre sí respecto a la realidad sexo-genérica de la persona a la que nos referimos: ‘las arquitectas’, ‘los arquitectos’, ‘les arquitectes’.

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Estrategias de comunicación e inclusión

A continuación compartimos algunas estrategias discursivas que hemos retomado, primero, de una revisión minuciosa de más de una docena de manuales para la inclusividad; segundo, de las colaboraciones de amigas, amigues y amigos de la

8 Obsérvese el siguiente fragmento tomado de un cuestionario diagnóstico realizado en el 2021. La respuesta pertenece a una persona de 73 años, residente de Baja California que se auto identifica como femenina: a. “No me gusta el uso de construcciones masculinas para nombrarme, no siento que me incluya o me represente [...]”.

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comunidad LGBTTTIQ+ y; tercero, de múltiples actividades realizadas por el Colectivo Castalia en las que detallamos las prácticas discursivas de nuestres/as colaboradores/as.

Ofrecemos ejemplos de usos no inclusivos que pueden expresar e interpretarse como discriminatorios, opciones inclusivas binarias, así como no binarias y/o neutras. No se trata de normas (a pesar de la manera en cómo están redactadas), sino de sugerencias que pueden ayudarte, si así lo consideras prudente, y que deben contemplar siempre el contexto comunicativo y social en el que participas.

Proponemos una distinción entre usos neutros y no binarios, esto debido a que para las personas que participaron en este proyecto existen intenciones, significados y referentes distintos entre uno y otro empleo.

Por un lado, las estrategias pueden utilizarse para neutralizar; esto se realiza al omitir en el discurso las marcas gramaticales de género ligadas a la identidad de género de las personas, o bien recurriendo a estrategias que para los/les/las hablantes implican la conjunción de identidades femeninas, masculinas y neutras (uno de los significados atribuidos al morfema –e según nuestros materiales).

Estos recursos son particularmente útiles cuando nos dirigimos a un público abierto y personas desconocidas de quienes no tenemos información que nos permita determinar su identidad de género y pronombres deseados.

Por otro lado, los usos no binarios se caracterizan por el empleo de una estrategia (generalmente el morfema –e) que puede o no remitir a la identidad de género no binaria de una persona (algunes hablantes que se identifican en el binarismo

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de género (femenino o masculino), también señalaron sentirse comodes con esta marca). Para nuestres colaboradores este recurso es una alusión clara y directa a un posicionamiento político a favor de lo no binario, un esfuerzo por visibilizar las vivencias y realidades de personas fuera del esquema tradicional de género, para llevarlas a la esfera pública con la intención de conquistar derechos y frenar la violencia sistémica hacia las disidencias de género.

Los recursos aquí consignados pueden servirte para reflexionar sobre tus prácticas comunicativas, mejorar tu interacción con otras, otres y otros, así como nombrarte a ti misma, misme, mismo.

A. Para comenzar… propuestas pragmáticas y sociales

Evitar refranes, chistes y demás expresiones que menoscaben a las personas por factores biológicos, físicos, sexo-genéricos, etc.

Debatir el binarismo sexo-genérico y la heterosexualidad como comportamiento univoco. No dar por sentado que la heterosexualidad y el binarismo de sexo-género (hombre/ mujer, femenino/masculino) es lo “normal” y lo único que “debe ser”.

No minimizar la violencia por cuestiones de género, por ejemplo, al emplear expresiones como ‘crimen pasional’, ‘pleito/riña/disputa matrimonial o de pareja’, ‘enajenamiento/ enceguecimiento por celos’, entre otras.

Representar visualmente a las personas en condiciones de igualdad y respeto.

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Citar y ejemplificar datos que visibilicen a todas las personas de manera equilibrada.

No usar expresiones que reproduzcan y afiancen estereotipos sociales binarios, por ejemplo, al vincular la rudeza, la autonomía, el éxito y la toma de decisiones como comportamientos exclusivamente masculinos y la indirección, el recato, las tareas de cuidado y la sexualidad con actitudes únicamente femeninas:

Versión no inclusiva: Las niñas lucirán coquetas y tiernas y los niños valientes y seguros.

Versión inclusiva binaria: Los y las niñas lucirán felices.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Las infancias lucirán felices. Les niñes lucirán felices.

Evitar construcciones que agrupen a las mujeres y a personas de la diversidad sexual con objetos y animales, o que las presenten como categoría diferente a la de los varones cisgénero:

Versión no inclusiva Hablaremos con dos mujeres y tres ingenieros.

Versión inclusiva binaria Hablaremos con dos sociólogas y tres ingenieros.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra Hablaremos con cinco especialistas, dos en sociología y tres en ingeniería.

No retratar a personas socialmente discriminadas con papeles secundarios y pasivos:

Versión no inclusiva: El abogado asistió acompañado de la jueza.

Versión inclusiva binaria:

Asistieron la jueza y el abogado.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Asistieron profesionales en derecho y ciencias jurídicas.

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No presentar a las personas en relaciones de subordinación o pertenencia asimétrica:

Versión no inclusiva: La señora/esposa del señor Granados.

Versión inclusiva binaria: La señora Ruiz y el señor Granados.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: La familia Ruiz-Granados.

Utilizar el género gramatical femenino, no binario/neutro y masculino para nombrarse de acuerdo al sexo y género auto percibidos:

Versión no inclusiva: Uno no es pendejo…

Versión inclusiva binaria: Una no es pendeja…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Une no es pendeje…

Personalizar el enunciado cuando conocemos a quién va dirigido (documentos cerrados). Preguntar u omitir marcaciones gramaticales de género si desconocemos la identidad de género de la persona:

Versión no inclusiva: Hacemos un llamado al gerente general.

Versión inclusiva binaria:

Hacemos un llamado a la gerente general: Beatriz Pinzón.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Hacemos un llamado a la gerencia. Hacemos un llamado a le gerente.

B. El masculino genérico

Evitar construcciones en las que se emplea el masculino como genérico en sustantivos (‘ciudadanos’, ‘alumnos’, ‘amigos’, etc.), adjetivos (‘educados’, ‘agresivos’, etc.) y determinantes (‘el’,

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Manual Especializado

‘estos’ etc.):

Versión no inclusiva: Los empleados nuevos deben…

Versión inclusiva binaria: Los y las empleadas nuevas deben…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: El personal debe…

Evitar construcciones en las que primero se utiliza el masculino genérico y luego se especifica el femenino o el no binario/ neutro (‘salto semántico’):

Versión no inclusiva: Se bonificará a los clientes. Y también a las clientas.

Versión inclusiva binaria: Se bonificará a los y las clientas.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Se bonificará a la clientela.

El género gramatical masculino puede reemplazarse en enunciados de alcance general, para esto se pueden utilizar las siguientes clases de sustantivos: a. epicenos: aquellos que independiente de su género gramatical, atañen a entidades animadas sin hacer distinción sexo-genérica –‘persona’, ‘prójimo’, etc.–; b. de desinencia común: presentan una sola forma y se desambiguan mediante modificadores como adjetivos y determinantes –la/el ‘estudiante’, la/el ‘astronauta’, etc.–;

c. colectivos: refieren a grupos humanos –‘población’, ‘niñez’, etc.–; y

d. los que designan cargos y lugares –‘coordinación’, ‘dirección’, ‘jefatura’, ‘presidencia’–:

Versión no inclusiva:

Los estudiantes deberán…

Versión inclusiva binaria: Los/las estudiantes deberán…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: El estudiantado deberá…

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Cuadro 1.

Desinencia común (el/la) Agente, astronauta, pianista, psiquiatra, periodista, estudiante, profesional, especialista, joven, testigo.

Colectivos

Epicenos

Heterónimos

Alumnado, gente, ejército, grupo, equipo, pareja, público, profesorado, multitud, clientela, población, niñez, ciudadanía, personal, electorado, juventud, humanidad, infancia.

Femeninos: Persona, criatura, víctima.

Masculinos: Ídolo, prójimo, personaje, ser.

*Algunos epicenos desambiguan la identidad sexogenérica del referente con los determinantes (‘el rehén’/‘la rehén’) o la terminación del sustantivo (‘bebe’/‘beba’).

Mujer, hombre, padre, madre, xadre, yerno, nuera.

Fuente: Elaboración propia, basado en Bosque y Demonte (1999), Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española [RAE-ASALE] (2009), Guichard Bello (2018) y RAE-ASALE (2020).

Algunos sustantivos según la relación Género gramatical y sexo-género

En documentos abiertos (cuando no sabemos a quién va dirigido el mensaje o cuando se trata de comunicados generales) utilizar sustantivos femeninos, masculinos y no binarios/neutros heterónomos (aquellos que poseen raíces diferentes para indicar el sexo-género de la persona: ‘padre’, ‘madre’, ‘xadre’, etc.):

Versión no inclusiva: Los padres son importantes…

Versión inclusiva binaria: Las madres y los padres son importantes…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Madres, padres y xadres son importantes…

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Manual Especializado

C. Los sustantivos ‘mujer’ y ‘hombre’

Evitar los sustantivos ‘hombre’ y ‘niño’ como términos genéricos:

Versión no inclusiva: Los derechos de los niños.

Versión inclusiva binaria: Los derechos de los niños y las niñas.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Los derechos de la infancia.

No usar el sustantivo ‘mujer’ en singular para retratar eventos generales; utilizar la forma plural ‘mujeres’:

Versión no inclusiva: La mujer de hoy es…

Versión inclusiva binaria: Las mujeres de hoy son…

No emplear el sustantivo ‘mujer’ antecediendo a un adjetivo femenino, acompañado de profesiones o como reemplazo del apellido o nombre de la persona:

Versión no inclusiva: La mujer ingeniero trabajó…

Versión inclusiva binaria: La ingeniera trabajó…

Puede aclararse la identidad sexo-genérica de las personas al agregar términos como ‘mujeres’, ‘hombres/varones’, ‘personas agénero’, ‘trans*’, etc.:

Versión no inclusiva: Trabajaremos con los estudiantes.

Versión inclusiva binaria: Trabajaremos con los estudiantes, tanto mujeres como hombres.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Trabajaremos con el estudiantado.

Trabajaremos con los/las/les estudiantes.

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D. Los sustantivos ‘persona’, ‘gente’, ‘infancia’, etc.

Anteponer los sustantivos ‘persona(s)’, ‘personal’, ‘gente’, ‘comunidad’, ‘niñez’, etc., a la denominación plural masculina:

Versión no inclusiva: Denunciante.

Versión inclusiva binaria: El/la denunciante.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Persona que denuncia. Le denunciante.

E. Los adjetivos

Parafrasear y reemplazar el adjetivo masculino y femenino por otra construcción sin carga de género:

Versión no inclusiva: Azul, José y Luna son talentosos.

Versión inclusiva binaria: Azul, José y Luna son talentosas(os).

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Azul, José y Luna tienen talento.

Al recurrir a un adjetivo para describir a un grupo de personas, utilizar el género gramatical que coincide con la identidad sexo-genérica de la mayoría:

Versión no inclusiva: Azul, José y Luna son talentosos.

Versión inclusiva binaria: Azul, José y Luna son talentosas.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Azul, José y Luna son talentoses.

Reemplazar el adjetivo masculino por la combinación

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Manual Especializado

‘sustantivo + preposición + sustantivo’:

Versión no inclusiva: Indocumentado.

Versión inclusiva binaria: Indocumentado/a.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Persona sin documentación.

F. Los artículos

Omitir el artículo que acompaña a los sustantivos que no marcan por sí solos género gramatical como los de desinencia común (‘estudiante’), y aquellos que no distinguen el sexo y/o género de la persona como los epicenos (‘víctima’):

Versión no inclusiva: Los especialistas afirman que…

Versión inclusiva binaria: Las/los especialistas afirman que…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Especialistas afirman que…

Omitir el artículo que acompaña a un adjetivo que no marca género por sí solo:

Versión no inclusiva:

Participarán los diferentes especialistas.

Versión inclusiva binaria: Participarán los/las diferentes especialistas.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Participarán diferentes especialistas.

No usar el artículo acompañando el apellido de la persona (especialmente de mujeres) como términos referenciales:

Versión no inclusiva: La Trevi.

Versión inclusiva binaria: Gloria Trevi.

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G. Desdoblar/triplicar

Explicitar el género femenino, masculino y neutro/no binario de sustantivos, adjetivos y determinantes (acompañar de otras estrategias para evitar el cansancio y la repetición):

Versión no inclusiva: Los aliados de la comunidad…

Versión inclusiva binaria: Los aliados y las aliadas de la comunidad…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Aliadas, aliados y aliades de la comunidad…

Alternar el género gramatical en textos orales y escritos en los que se desdobla/triplica; cuidar la concordancia con el último elemento de la construcción:

Versión no inclusiva: Los aliados y las aliadas adultos.

Versión inclusiva binaria: Los y las aliadas adultas.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Los aliados, las aliadas y les aliades adultes.

H. Las profesiones y oficios

En comunicaciones cerradas (cuando conocemos a las personas y su identidad sexo-genérica) emplear cargos y títulos profesionales en femenino, masculino o neutro/no binario según corresponda:

Versión no inclusiva: Los médicos.

Versión inclusiva binaria: Los y las médicas.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Les mediques.

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Manual Especializado

Feminizar, masculinizar y neutralizar profesiones y oficios (véanse ejemplos en Guichard Bello, 2018):

Versión no inclusiva: La velador.

Versión inclusiva binaria: La veladora.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: La persona veladora. Le veladore.

Evitar ejemplos que promuevan estereotipos de género asociados a profesiones:

Versión no inclusiva: Enfermeras y médicos invitan a…

Versión inclusiva binaria: Enfermeras(os) y médicas(os) invitan a…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Personal del sector salud invita a…

I. Los tratamientos y referenciales

Omitir tratamientos que no poseen un término análogo en el femenino, masculino y no binario/neutro o aquellos que poseen valores diferenciales.9

Versión no inclusiva: Presentamos a la señorita y al señor.

Versión inclusiva binaria: Presentamos a la señora y al señor.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Presentamos a Azul S., y Mar A. Presentamos a les señores.

Evitar términos asimétricos y no recíprocos, es decir, aquellos

9 Véase como en el español hablado en México se usa el término ‘señorita’ para referirse y dirigirse a mujeres jóvenes y adultas desconocidas y/o solteras; en tanto que no existe en esta variedad una fórmula análoga para hablar del estado civil de los varones.

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que se utilizan de manera diferente con las personas según su identidad sexo-genérica, y que, por lo tanto, expresan distintos valores de respeto, jerarquía, autoridad, etc.:

Versión no inclusiva: Hablaremos con el médico y la señorita.

Versión inclusiva binaria: Hablaremos con el médico y la ingeniera.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Hablaremos con especialistas en medicina e ingeniería.

No usar el diminutivo en términos referenciales y de tratamiento: Versión no inclusiva: Indito/a.

Versión inclusiva binaria: Los y las indígenas.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: La comunidad indígena.

Omitir términos que se refieren peyorativamente a personas y grupos históricamente discriminados (véanse los cuadros 2 y 3).

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Manual Especializado

Cuadro 2.

Versión discriminatoria Versión inclusiva

Persona que sufre/padece/ está afectada/tiene capacidades diferentes, discapacitado/a, inválido/a, impedido/a, subnormal, paralítico/a, disminuido/a, minusválido/a, deficiente, especial

Sordomuda/o, sorda/o

Invidente, ciego/a

Sorda-ciega, sordo-ciego

Mutilado/a, cojo/a, mocho/a

Postrada/o en una silla de ruedas

Retrasado/a, deficiente, disminuido/a, anormal

Down, mongol, deficiente

Autista

Loquito/a, deficiente, trastornado/a, demente

Vieja/o, adulta/o en plenitud

Personita, menor

Persona de color

Persona con discapacidad

Persona con discapacidad auditiva

Persona con discapacidad visual

Persona con discapacidad múltiple

Persona con amputación

Persona con discapacidad física

Persona usuaria de una silla de ruedas

Persona que usa una silla de ruedas

Persona con discapacidad intelectual

Persona con neuro-divergencia

Neurodivergente

Persona con síndrome de Down

Persona con neuro-divergencia

Neurodivergente

Persona con autismo

Persona con neuro-divergencia

Neurodivergente

Persona con discapacidad psiquiátrica

Persona con neuro-divergencia

Neurodivergente

Persona (adulta) mayor

Niño/a/e, infancia, niñez, adolescencia

Afromexicana/o/e

Afrodescendiente

10 Actualmente existen diferentes posicionamientos con respecto al lenguaje adecuado para referirse/dirigirse a las neuro-diversidades, así como a las diversidades funcionales. Por ello, recomendamos consultar con las poblaciones correspondientes sobre los términos que consideran adecuados para su auto representación.

Algunos términos referenciales y de tratamiento discriminatorios e inclusivos10
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Versión discriminatoria Versión inclusiva

Indio/a

Minoría étnica

Ilegal

Bracera/o, mojada/o

Desplazado/a, refugiado/a

Pobre

Persona vulnerable

Grupos vulnerables

Indigente

Niño/a de la calle

Enana/o

Sidoso/a, enfermo/a de Sida

Trata de blancas

Prostituta/o

Sirviente/a, muchacho/a, chacho/a, gato/a

Achichincle

Pueblo indígena/originario

Comunidad indígena/originaria

Persona indígena Persona indocumentada

Migrante

Persona desplazada

Persona refugiada

Persona en situación de pobreza

Persona en situación de vulnerabilidad

Grupos de atención prioritaria

Persona en situación de calle

Infancia en situación de calle

Persona de talla baja

Persona con/que viven con VIH o Sida

Víctima de trata

Trabajador/a sexual

Trabajador/a del hogar

Ayudanta/e, asistenta/e

Fuente: Adaptado de Comisión Nacional de los Derechos Humanos [CNDH] (2016, p. 24); Campos (2020, p. 39, 40, 41); Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación [CONAPRED] (2007, p. 18) y Secretaría de la Función Pública (2020, p. 6).

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Manual Especializado

Raro/a

Maricón, joto, choto, puto, pájara, chuzca, mariposón, puñal, muerde almohadas

Persona de la comunidad diversa Persona de la población LGBTTTIQ+

Homosexual

Hombre gay Hombre no hegemónico Hombre disidente de género Hombres que aman hombres

Tortillera, levis, zapatona, safista, manflora, bollera

Indecisa/o, confundida/o, indefinida/o

Desviado/a

Hermafrodita, andrógina/o, tres sexos

Vestida, shemale, transgenerado

Fuente: Elaboración propia.

Lesbiana Mujer no hegemónica Mujer disidente de género Mujeres que aman a otras mujeres

Persona bisexual Pansexual

Persona género disidente

Persona intersexual Intersexual

Persona transfemenina Mujer trans*

J. Los gentilicios

Evitar el masculino genérico en gentilicios; añadir los sustantivos ‘comunidad’, ‘población’ y ‘pueblo’:

Versión no inclusiva: Los mexicanos reciben el año…

Versión inclusiva binaria: Los y las mexicanas reciben el año…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: El pueblo mexicano recibe el año…

Cuadro 3. Algunos términos discriminatorios e inclusivos para referirnos a otras personas según su diversidad sexogenérica
Versión discriminatoria Versión inclusiva
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K. Los duales aparentes

Omitir términos cuya designación en femenino posee una carga negativa no presente en su versión masculina, tales como ‘zorro/zorra’, ‘hombre público/mujer pública’, etc.

L. Los pronombres personales

Utilizar la segunda persona singular ‘usted’ o ‘tú’ y la plural ‘ustedes’:

Versión no inclusiva: Los aliados trabajan de la mano…

Versión inclusiva binaria: Los y las aliadas trabajan de la mano…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Ustedes que trabajan de la mano…

Omitir el pronombre “nosotros” de manera explícita y emplear solo el verbo conjugado:

Versión no inclusiva: Nosotros somos un grupo que trabaja…

Versión inclusiva binaria: Nosotros/as somos un grupo que trabaja…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Nosotres somos un grupo que trabaja…

Usar los pronombres de objeto ‘le’/‘les’ para evitar el masculino y femenino gramatical en construcciones como la siguiente:

Versión no inclusiva: ¿Los has visto?

Versión inclusiva binaria: ¿Los/las has visto?

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: ¿Les has visto?

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Manual Especializado

M. Los posesivos, indefinidos y relativos

Utilizar los pronombres indefinidos ‘alguien’, ‘cualquiera’, ‘quienquiera’, ‘nadie’ y los relativos ‘quien/quienes’ para reemplazar las expresiones ‘el/la’, ‘los/las’, ‘aquel/aquella’, ‘aquellos/aquellas’ + relativo (‘el que/cual’):

Versión no inclusiva: El que asista…

Versión inclusiva binaria: El/la que asista…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Quien asista…

Reemplazar el pronombre indefinido ‘uno’ por los indefinidos ‘alguien’, ‘cualquiera’, ‘quienquiera’, ‘nadie’; o mediante el sustantivo ‘persona’:

Versión no inclusiva: Cuando uno trabaja duro…

Versión inclusiva binaria: Cuando uno o una trabaja duro…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Cuando alguien trabaja duro…

Sustituir los pronombres posesivos ‘suyos’ y ‘tuyos’ por los adjetivos posesivos ‘su’ o ‘tú’ + sustantivo:

Versión no inclusiva: Aurora cuida a los suyos.

Versión inclusiva binaria: Aurora cuida a los suyos y a las suyas.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Aurora cuida a su familia.

Sustituir los términos ‘muchos’, ‘pocos’, por ‘la mayoría’, ‘la minoría’, ‘muchas personas’:

Versión no inclusiva: Muchos desconocen el valor de…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: La mayoría desconoce el valor de…

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Evitar el adjetivo indefinido ‘todo(s)’:

Versión no inclusiva: Todos los estudiantes asistieron…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: El estudiantado asistió…

N. Las construcciones oracionales Usar oraciones impersonales con ‘se’:

Versión no inclusiva: Los interesados deben adquirir sus boletos.

Versión inclusiva binaria: Los y las interesadas deben adquirir sus boletos.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Los boletos se deben adquirir…

Emplear oraciones con verbos en imperativo sin explicitar el sujeto:

Versión no inclusiva: Hazte socio de nuestro negocio.

Versión inclusiva binaria: Hazte socio/a de nuestro negocio.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Asóciate a nuestro negocio.

Usar verbos en infinitivo y gerundio sin explicitar el sujeto:

Versión no inclusiva: Los encargados deben presentar un caso…

Versión inclusiva binaria: Los/las encargadas deben presentar un caso…

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Presentar un caso…

Usar la voz activa para evitar participios pasivos en masculino: Versión no inclusiva: Los maestros han sido convocados.

Versión inclusiva binaria: La escuela convocó a maestros y maestras.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: La escuela convocó al profesorado.

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Manual Especializado

O. Las barras, los paréntesis y el símbolo de arroba

Debemos tener en cuenta que estas estrategias dificultan la lectura, especialmente, en aplicaciones y programas informáticos y, que por lo tanto, obligan a quien lee a incorporar una marca de género gramatical, por lo general canónica (–a/–o).

Se recomienda emplear las barras ‘/’ y paréntesis ‘()’ en formatos de trámites estandarizados, por falta de espacio en el documento, desconocimiento del sexo/género de la persona a/de quien escribimos, etc.:

Versión no inclusiva: Estimado usuario.

Versión inclusiva binaria: Estimado/a usuario/a.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Estimado/a/e usurario/a/e.

Utilizar el símbolo arroba ‘@’ y la equis ‘x’ especialmente en comunicaciones informales, personales y escritas.

P. El morfema no binario/neutro –e

El morfema neutro/no binario –e surge como respuesta al inconveniente formal que implica el uso de las barras ‘/’, paréntesis ‘()’, arroba ‘@’ y equis ‘x’ en la oralidad.

Se trata de una propuesta que cuestiona el binarismo sexogenérico a través de una pauta gramatical que para algunas personas representa más allá del femenino y el masculino del español. Hay que resaltar, no obstante, que la interpretación de este morfema difiere entre quienes lo usan (y así lo expresaron les colaboradores de este manual). Por un lado, encontramos a quienes consideran que –e es un morfema gramatical no binario, que se emplea exclusivamente para tratar/referirse a personas no binarias; por otro lado, hallamos a quienes opinan que la –e permite integrar el femenino, no binario y masculino en una única forma, neutralizando así el alcance del género gramatical.

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Los beneficios del empleo de esta terminación son varios: no produce inconvenientes de legibilidad y pronunciación, es una vocal a la par de los morfemas de género más salientes del español (–a para el femenino y –o para el masculino), supera el binarismo e incluye a las disidencias sexo-genéricas; además: “no afecta a la tan reclamada economía del lenguaje [y] es morfológicamente claro” (Universidad Nacional de Mar del Plata [UNMPl], s/f, p. 15).

Asimismo, es importante notar que desde hace varios años es usado ampliamente por integrantes de la comunidad LGBTTTIQ+ y quienes les apoyan, tanto en redes sociales, como en otros contextos, incluso en interacciones cotidianas y altamente formales (como trabajos académicos). Sin embargo, son pocos los manuales que sugieren o siquiera consideran el empleo de esta estrategia (véanse Centro Nacional Patagónico, Centro Científico Tecnológico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas [CCT CONICET/CEMPAT], 2020 y UNMPl, s/f; ambos de La Argentina).

A continuación ofrecemos algunas pautas y recomendaciones para el uso de –e como morfema neutro/no binario en el español. Nos hemos basado en las propuestas de tres materiales: Gómez (2016), Sayago (2019), y UNMPl (s/f), así como en la experiencia de quienes colaboraron en este proyecto. No pretendemos, al igual que con las demás estrategias de esta guía, normar e instruir sobre el uso ‘correcto’, sino ofrecer opciones que en todo caso pueden ser cuestionadas y refutadas.

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Manual Especializado

4. Propuesta de uso de –e como morfema neutro/no binario en español

Artículos definidos

Artículos indefinidos

Pronombres personales tónicos

Pronombres personales átonos

Pronombres/adjetivos demostrativos

Pronombres posesivos

Adjetivos posesivos

Pronombres/adjetivos indefinidos

Pronombres relativos

Pronombres/adjetivos interrogativos y exclamativos

Numerales

Cuadro

Este, ese, aquelle

Nuestre, vuestre

Míe, tuye, suye

Algune, misme, une, otre, ningune, poque, demasiade, muche, tante

Le cual, cuye

Quién, cuánte

Primere, segunde, tercere, etc.

Elles, nosotres, vosotres Les

Estes, eses, aquelles

Nuestres, vuestres

Míes, tuyes, suyes

Algunes, mismes, unes, otres, ningunes, todes, poques demasiades, muches, tantes

Quienes, les cuales, cuyes

Quiénes, cuántes

Primeres, segundes, terceres, etc.

Le Une
Elle Le
Unes
Les
Singular
Plural
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Fuente: Elaboración propia. Adaptado de Gómez (2016, p. 5); Sayago (2019, pp. 7-9) y UNMPl (s/f, pp. 16-17). Enriquecido con los aportes de les colaboradores de este proyecto.

Algunas observaciones sobre su uso

Con los sustantivos y adjetivos neutros/no binarios nos referimos o tratamos directamente a una persona no binaria, agénero o cuya identidad sexo-genérica desconocemos; de esta manera optamos por no asumir esta información de entrada. El no binario/neutro “se forma intercambiando la –a/–o de los femeninos y masculinos por una –e (como así también en plural, la –as/–os por la –es)” (Gómez, 2016, p. 5):

Versión no inclusiva: Azul es un alumno maravilloso.

Versión inclusiva binaria: Azul es un/a alumno/a maravilloso/a.

Versión inclusiva no binaria y/o neutra: Azul es une estudiante maravillose.

Los sustantivos colectivos (‘infancia’), así como los adjetivos que se usan indistintamente (‘diferente’, ‘feliz’, etc.) no deben modificarse.

Tampoco se modifican los sustantivos con desinencia común (‘artista’, ‘joven’), así como los epicenos; sin embargo, los adjetivos y artículos que acompañen a estos sustantivos deben concordar en femenino, no binario/neutro o masculino, según corresponda:

Femenino: La artista.

Masculino: El artista. No binario/neutro: Le artista.

Los sustantivos terminados en –e (‘estudiante’, ‘cliente’, etc.) no se modifican, pero concuerdan en género gramatical femenino, neutro/no binario o masculino con los adjetivos y determinantes que los acompañen:

Femenino:

Unas cuantas estudiantes.

Masculino:

Unos cuantos estudiantes.

No binario/neutro: Unes cuantes estudiantes.

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Manual Especializado

Para referirse en conjunto a las personas dedicadas a la crianza de infantes o menores de edad, se prefiere el uso del sustantivo heterónimo ‘xadres’ (que incluye una raíz léxica diferente a la del sustantivo masculino ‘padres’ y el femenino ‘madres’:

Femenino: Muchas madres.

Masculino: Muchos padres. No binario/neutro: Muches xadres.

Algunas precisiones ortográficas/fonológicas

A continuación ofrecemos algunas recomendaciones ortográficas/fonológicas sobre el uso de –e como morfema neutro/no binario (véase más al respecto en Gómez (2016) y Sayago (2019)).11

Los sustantivos y adjetivos cuya sílaba final inicia con la consonante ‘c’ en el femenino y masculino, pasan a ‘qu’ en el no binario/neutro:

Femenino: La médica simpática.

Masculino: El médico simpático. No binario/neutro: Le médique simpátique.

Los sustantivos y adjetivos cuya sílaba final inicia con la consonante ‘g’ en el femenino y masculino, pasan a ‘gu’ en el no binario:

Femenino: Nuestra amiga.

Masculino: Nuestro amigo. No binario/neutro: Nuestre amigue.

11 La formación de sustantivos irregulares no binarios/neutros requiere un estudio mucho más profundo. Por el momento, les colaboradores de este proyecto ofrecieron algunas opciones que no necesariamente se forman a partir del morfema –e: ‘princesa’/‘príncipe’/‘princ(x) y ‘poetiza’/‘poeta’/‘poet’.

66

Los sustantivos y adjetivos femeninos y masculinos cuya sílaba final es ‘gua’ y ‘guo’ forman el no binario con ‘güe’: no binario:

Femenino: Ambigua.

Masculino: Ambiguo. No binario/neutro: Ambigüe.

Los sustantivos y adjetivos cuya sílaba final inicia con la consonante ‘z’ en el femenino y masculino, pasan a ‘c’ en el no binario:

Femenino: Aeromoza.

Masculino: Aeromozo. No binario/neutro: Aeromoce.

Este término se utiliza para visibilizar aquellas acciones que, basadas en un proceso de estratificación o marginación social, generan mecánicas que dañan la satisfacción de las necesidades humanas básicas. Durante estos procesos pueden existir manifestaciones explícitas o no de violencia.

Usualmente sucede por confrontación o choque de ideales de diferentes grupos, que podrían colocarse como poblaciones mayoritarias o hegemónicas, contra colectividades minoritarias, disidentes o “subalternas”.

Se especifica como ‘estructural’ o ‘sistémica’, dado que la

67
4 Violencia sistémica/violencia estructural
Manual Especializado

repartición de bienes, derechos, o cuidados de los mismos, se dirigen únicamente a los grupos mayoritarios o hegemónicos. Normalmente estas exclusiones sociales se caracterizan en términos de género, etnia, clase y nacionalidad, entre otros.

Los niveles a través los cuales escala este tipo de violencia pueden ser: la familia, la escuela, el trabajo, los hospitales, las instituciones de gobierno, etc.

5

Marcos jurídicos de protección a personas LGBTTTIQ+

Una de las poblaciones más afectadas por los dispositivos de violencia estructural es la comunidad LGBTTTIQ+, y aunque actualmente no existen marcos normativos específicos, si hay una diversidad de lineamientos institucionales que procuran y protegen el cuidado y ejercicio de los derechos de la colectividad LGBTTTIQ+.

Algunas de las instituciones que pueden asistir a la protección de los derechos de personas LGBTTTIQ+ en México son:

Dirección general de diversidad sexual y derechos humanos (SIBISO)/Unidad de atención a la diversidad sexual (UNADIS)

Línea de no discriminación: 55 5658 1111

Atención urgente información: 55 2858 6265

Canalización y Contención: 55 4611 8811

Correo general de la UNADIS: unadis.atencion@gmail.com

INJUVE / Línea de atención psicológica 5553417488 68

Unidad de Salud Integral para Personas Trans* (USIPT)

Plan de San Luis y Manuel Carpio, Santo Tomás, Miguel Hidalgo. Lunes a viernes 8:00 a 15:00 horas

Agencia de Ministerio Público especializada en atención a población LGBTTTIQ+

5553458543 y 5553456577

Consejo para prevenir y eliminar la discriminación (COPRED)

5546008233 y 5553413910

Clínica especializada Condesa, unidad Condesa/Clínica especializada Condesa, unidad Iztapalapa

5555158311 y 5550381700

Centro Comunitario de Atención a la Diversidad Sexual Génova 30-H, colonia Juárez, Alcaldía Cuauhtémoc

Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México

55 5229 5600

https://cdhcm.org.mx

e-mail: cdhdf@cdhcm.org.mx

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Manual Especializado

Colaboraciones

Gracias al testimonio y participación entusiasta de varias personas de la comunidad trans* y no binaria, pudimos recabar los usos discursivos inclusivos no binarios que presentamos en estas páginas.

Las opiniones y críticas de estas personas son la base del manual que te ofrecemos y sus vivencias son la inspiración de nuestro trabajo.

Agradecemos especialmente a quienes se mencionan a continuación:

Alexis Ponce

Dafne Pineda

Diana Rubio

Einar Salcedo

Fer Andablo

Fidel Antonio Zepeda / fideGAYdancer

Ledbid Pérez

Mak César

Pablo Emilio Covarrubias

Resistencia No Binarix

Verónica Clemente Herrera

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Kaleb Avila

Hombre trans* originario de la Ciudad de México, recibió formación en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México [UNAM], orientándose a los estudios en psicología social y de género. Cuenta con más de siete años trabajando en temáticas de género y disidencias, especialmente como capacitador y sensibilizador sobre diversidad e inclusión.

En 2019 participó como tallerista en la iniciativa “Divertíteres; Títeres, diversidad y derechos humanos” a través del Colectivo Ahuehuete, impulsado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. En 2020 fue asesor de proyectos de los talleres “Radio Comunitaria LGBTTTIQ+ y Radionovela LGBT”, programas impulsados por dichas organizaciones.

Actualmente coordina el área de educación y profesionalización en Somos Voces, donde se encarga de diagnosticar, diseñar y ejecutar intervenciones socio-culturales en distintas escalas, grupos y organizaciones.

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Semblanza de participantes del Colectivo Castalia

Cristal Yeseidy Cepeda Ruiz

Aliada de la comunidad LGBTTTIQ+. Doctora en lingüística y maestra en lingüística hispánica por la Universidad Nacional Autónoma de México [UNAM]. Investigadora Nacional Nivel I (CONACyT, México).

Ha impartido cursos sobre gramática española, ortografía, redacción básica y especializada y actualmente es profesora titular de las asignaturas pragmática y sociolingüística en la Licenciatura en Lingüística de la Escuela Nacional de Antropología e Historia [ENAH]. Además, coordinó, asesoró y calificó la prueba de comunicación escrita Saber Pro (ECAES), examen que evalúa las competencias de quienes concluyen estudios de licenciatura (pregrado) en todo el territorio colombiano.

Es autora de diversos artículos académicos publicados en libros y revistas especializadas en temas que analizan la relación entre lengua, sociedad y contexto comunicativo. Además, ha participado en congresos, mesas temáticas, clases, conversatorios y encuentros no académicos con discusiones sobre lengua-género y discurso inclusivo no binario.

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Arges Mancebo del Castillo

Hombre trans*, licenciado en Comunicación, por la Universidad Autónoma de Baja California [UABC] y egresado de la licenciatura de Lengua y literatura hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México [UNAM].

Cuenta con gran experiencia en comunicación masiva a través de canales digitales. Es cofundador del Colectivo Castalia. Facilitador en el taller “Memorias de la diversidad, enlazando mentes y sentires”, y editor del libro que se deriva de este taller y que lleva el mismo título, proyecto financiado por el programa Colectivos Culturales Comunitarios de la Ciudad de México de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, convocatoria 2021.

Es parte del equipo del proyecto cultural Somos Voces, uno de los espacios más representativos para la cultura LGBTTTIQ+ en México.

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Fuentes bibliográficas

A. Manuales

Alario, C.; Bengoechea, M.; Lledó, E. & A. Vargas (1995). Nombra. La representación del femenino y el masculino en el lenguaje. Instituto de la Mujer.

Campos, B. M. del R. (2020).

Guía para el uso de lenguaje y comunicación incluyente, no sexista y accesible en textos y comunicados oficiales del TEPJF.

Ciudad de México: Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Centro Nacional Patagónico, Centro Científico Tecnológico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas [CCT CONICET-CENPAT]. (2020).

Guía de lenguaje inclusivo no sexista CCT CONICET-CENPAT.

Argentina: CCT CONICET-CENPAT.

Comisión Nacional de los Derechos Humanos [CNDH]. (2016).

Guía para el uso de un lenguaje incluyente y no sexista en la CNDH. Ciudad de México: Unidad de igualdad de género CNDH.

Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. (2007). 10 criterios básicos para eliminar el lenguaje sexista en la administración pública federal, Textos del caracol 1.

México: CONAPRED.

Guichard Bello, C. (2015).

Manual de comunicación no sexista. Hacia un lenguaje incluyente.

Ciudad de México: Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES).

ONUMUJERES. (2016).

Profundicemos en términos de género. Guía de terminología y uso de lenguaje no sexista para periodistas, comunicadores y comunicadores.

Guatemala: ONUMUJERES.

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Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO]. (s/f).

Recomendaciones para un uso no sexista del lenguaje.

Paris: Servicio de lenguas y Documentos UNESCO.

Reunión de Altas Autoridades sobre Derechos Humanos [RAADH] y Cancillerías del Mercado Común del Sur [MERCOSUR] y Estados asociados. (2018).

Manual pedagógico sobre el uso del lenguaje inclusivo y no sexista.

Montevideo: RAADH/MERCOSUR.

Secretaría de la Función Pública. (2020).

Prontuario para el uso de lenguaje incluyente y no sexista en la Función Pública.

México: Dirección General de Igualdad de Género.

Secretaría Distrital de Hacienda. (2015).

Guía para un lenguaje incluyente.

Colombia: Alcaldía Mayor de Bogotá.

Universidad Nacional de Mar del Plata (s/f: 2017-2021).

Guía para el uso de un lenguaje inclusivo en la Universidad del Mar del Plata.

Argentina: Universidad Nacional de Mar del Plata.

B. Otros documentos consultados

Benítez, M. S. E. (2018). Lenguaje sexista. VIII Encuentro de Mujeres Profesionistas de Coapa, 26 de noviembre de 2018 pp. 1-5. Bosque, I., y Demonte, V. (Coords.). (1999).

Gramática descriptiva de la lengua española..

España: Espasa Calpe.

Castro, V. O. (2008). Rebatiendo lo que otrOs dicen del lenguaje no sexista.

Festa da Palabra Silenciada, 24, pp. 1-10.

75

Crystal, D. (2000).

Diccionario de lingüística y fonética.

Barcelona: Octaedro.

Escandell Vidal, Ma. V., Marrero Aguiar, V., Casado Fresnillo, C., Gutiérrez Rodríguez, E., y Ruiz-Va Palacios, P. (2009).

El lenguaje humano.

Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces.

Fontenela, M. (2008).

Diccionario de estudios de género y feminismos.

Buenos Aires: Editorial Biblos.

Gómez, R. (2016).

Pequeño manifiesto sobre el género neutro en castellano. Primera edición.

https://linguaultrafinitio.files.wordpress.com/2016/04/pequec3b1omanifiesto-sobre-el-gc3a9nero-neutro-en-castellano.pdf. Consultado el 19-04-2022.

Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México [NEGI]. (2021).

Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género [ENDISEG]

México: Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México.

https://www.inegi.org.mx/investigacion/endiseg/2022/

Labov, W. (2001).

Principles of linguistic change. 2: Social factors. Blackwell Publishing.

Labov, W. (1996).

Principios del cambio lingüístico. 1: Factores internos. Gredos.

Mare, M. (2018). Sobre el cambio lingüístico. En M. Mare & F. Casares (eds.).

¡A lingüistiquearla! (pp. 77-100). EDUCO.

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Meyerhoff, M. (2006). Introducing sociolinguistics. Routledge.

Millet, K. (1995). Política sexual. Feminismos.

Madrid: Ediciones Cátedra.

Real Academia Española (RAE) (2020). Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas.

Madrid: Real Academia Española.

Real Academia Española (RAE) y Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) (2009). Nueva gramática de la lengua española.

Madrid: Espasa Libros.

Sayago, S. (2019). Apuntes sociolingüísticos sobre el lenguaje. REVCOM. Revista científica de la red de carreras de Comunicación Social, 9.

http://portal.amelica.org/ameli/jatsRepo/203/203879003/html/index. html.

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C. Referencias web

http://ciencia.unam.mx/leer/963/-sabes-que-es-la-intersexualidad-

https://www.conapred.org.mx/documentos_cedoc/Glosario_TDSyG_ WEB.pdf

https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/110501/ Declaraci_n_Universal_SPREAD_.pdf

https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/documentos/2019-10/ INFESP-LGBTI%20.pdf

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