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EL BARRIO ISLOTE DE ARECIBO

^ül Barrio Islote de Arecibo queda en el llano

entre el área conocido como el Caño Tiburones y la costa norte. La carretera Núm. 681 atraviesa

la comunidad entre Barceloneta y Arecibo, pasando muy cerca de la playa rocosa y pinto resca, un área donde ciertamente vivió una

población de indios tainos.

El corazón de Islote consiste de unas 850

cuerdas de terrenos donde viven alrededor de 50 familias. Entrar en esta área desde la carretera es como montarse en una máquina de tiempo, ate rrizando en un año más temprano de este siglo. Algunos de los caminos son pavimentados, otros

sólo consisten de tierra arenosa.

La entrada a la casa de Don Daniel Reyes es así. Es necesario ir bien despacio por el camino estrecho. Al pasar por un pequeño palmai, el camino atraviesa un área de pasto verde, parte del llano fértil que se extiende por toda la costa norte de Puerto Rico desde Fajardo hasta Aguadilla. Las montañas de la Cordillera Cen tral se ven en el trasfondo, completando una

escena de belleza ideal.

Esta área es adyacente al Caño Tiburones, un pantano que fue reclamado para el uso de la agri cultura a principio del siglo. A través de las reformas de tenencia de las tierras de los años 40, estas cuerdas se hicieron disponibles para el cultivo de la caña y para la crianza del ganado. Los residentes mayores del Barrio Islote traba

Las tenencias de los terrenos de las familias de Islote es en gran medida por herencia. O sea, que la mayoría de las personas afectadas por la expropiación y la amenaza del desahucio no compró sus terrenos sino que los heredó. Así fue

que las autoridades del gobierno encontraron un engaño perfecto para ejecutar la expropiación de

la tierra de un gran número de personas sin que ellas tuvieran recurso legal alguno y consecuente mente, sin pagarles de acuerdo al valor de sus

fincas.

El orden de expropiación de las 850 cuerdas que se hizo en el 1974 en el Barrio Islote todavía está vigente. Por causa de un proyecto nefasto que no se hizo, hoy en día los vecinos del Barrio Islote están expuestos a la posibilidad de un

desahucio en cualquier momento.

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Centro de pago de los obreros de ¡a caño en Islote.

La Planta Nuclear

Barrio Islote desgraciado te dejaste embabucar

con la Planta Nuclear

al norte de nuestro Barrio. Los magnates que han causado

ese lamentable daño ya tendrán su desengaño cuando el Pueblo los repudie. Negroni, usted no lo dude no hay mal que dure cien años.

Esas plantas venenosas en un país tan pequeño por un caprichoso empeño de Negroni y comparsa con sus teorías falsas de vanidosos engaños.

Ellos conocen el daño que nos han proporcionado pero no tengan cuidado no hay mal que dure cien años.

No es sólo el Señor Negroni

ahora también es Moscosa Ese sí que es un buen mozo que tiene muchos galones. Pero yo creo que sus dones los usa para hacer daño a este indefenso rebañó del cual se han apoderado pero no tengan cuidado no hay mal que dure cien años.

Como la serpiente astuta que engañó a Eva en el huerto así son los tipos'diestros

que engañan con sus astucias. Pero no tendrán excusas cuando provoquen los daños de esas plantas y el uranio que usan de materia prima. Gracias a Dios que en la vida no hay mal que dure cien años.

Por; Leopoldo Román

Vecino de Islote

BONUS: El Mal Que Dura 140 Años

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D asconocido para muchos puertorriqueños hoy, en

la década del 60 Puerto Rico fue un conejillo de indias para los científicos de la energía nuclear. En el pueblo de Rincón, uno de los pueblos costeros con más potencial para el desarrollo turístico, se estableció en el año 1961 un reactor nuclear. Este representaba la primera prueba mundial de una tecnología nuclear, el "sobrecalientamiento integral del vapor..." Cinco años más tarde, el proyecto se descontinuó, debido a los peligrosos acci dentes que ocurrían dentro del complejo experimental.

El reactor fue construido a un costo de $45 millones, con franquicia de la Comisión de Energía Atómica y administrado por la Autoridad de las Fuentes Fluviales de Puerto Rico, hoy la Autoridad de Energía Eléctrica.

Desde el principio, el peligro de este proyecto fue evidente. Un trabajador de la planta entrevistado por el periódico Claridad en el 1972, declaró que en esa planta

"continuamente sonaban los timbres de alarma". Según un reportaje publicado en los Estados Unidos (pero no aquO en el 1967, la radiación en los alrededores de la planta llegó a contaminar la leche de las vacas que pastoreaban allí. Sin embargo, oficiales de la AFF nega ron en declaraciones a la prensa que hubiera radiación que afectara la comunidad de Rincón.

Varios accidentes peligrosos y frecuentes escapes de radiación ocurrieron dentro de la planta, pero no fue hasta el 1966 que sucedieron una serie de incidentes que

causaron el cierre de la instalación. Según los informes de la AFF, en las fechas del 14, 15 y 17 de octubre y el 1ro de noviembre del 1966, ocurrieron unos accidentes en los cuales se inundó la planta., escapando tanta radia ción que los trabajadores tuvieron que utilizar máscaras de gases. Aún así, registraron radioactividad en su pelo,

manos y ropa.

En el 1968 la planta se cerró definitivamente. El proceso de desmantelarla y disponer de los desperdicios duró hasta el 1970. Oficiales de la AEE, para disminuir la magnitud del peligro frente al público, declararon que la Autoridad tenía planes para convertir el área del reac tor en lo que ellos llamaban un "centro de exhibición de la tecnología nuclear..." Alegaron que el cierre de la planta se debía a razones económicas, que la Comisión de Energía Atómica le cedió el equipo a la AFF para

establecer un "museo de Bonus". En un artículo del periódico El Imparcial del 1972 se informó que "la AFF se propone reabrir el museo al público próxima mente y los guardias que hay allí asignados son parte de la protección corriente de las propiedades de la

AFF..."

Los guardias todavía se encuentran allí, pero el pro puesto "museo" no se ha realizado. La planta nuclear de Rincón está totalmente sellada con una capa gruesa de cemento, para contener la radiación concentrada por dentro. Según expertos científicos, esa radioactividad se

mantendrá a niveles de intensidad peligrosa por unos

140 años más.

Existen fuertes sospechas de que la presencia del reactor causó un aumento significativo en el cáncer en Rincón durante la década del 60. Entre el 1962 y el 1970 se cuadruplicaron, los casos de muerte por causa de cáncer en aquel pueblo. La mayoría de estas muertes en 1970 fueron por causa de tumores en las vías respira toria, en los pulmones, el esófago, la lengua, la laringe, la

epiglotis, etc.

En el 1972, el entonces Secretario de Salud, el Dr. Colón Yordán negó que el cáncer en Rincón fuera más alto que en otros pueblos ~a pesar de las estadís ticas- declarando a la prensa que "..Jos casos de cáncer de Rincón no son exclusivos de ese pueblo, sino que ocurren en todos los países donde aumenta la esperanza de vida entre los habitantes." El aumento de cáncer en Rincón en esa década se debía al fumar y el beber, alegó.

Si ésto no fuera suficiente, también descubrieron que la planta fue construida sobre una falla sísmica mayor que cruza la isla de Puerto Rico. Claro, que no ha

habido terremotos en Puerto Rico desde hace mucho tiempo. Pero, ¿garantizarán los científicos que no ocu rrirá ningún disturbio en la tierra, aún menor, que no causará que el sello de la planta de Rincón se rompa, dejando que escape la radiación al ambiente, dentro de los próximos 140 años? ¿Qué les espera a nuestros hijos y nietos...?

MANATI: El Bote Que No Se Hundió

ilJa táiúná'Tortü^uefo, WanntC

''Fíjese, en esos momentos todos nosotros vimos que el problema era de que había que orientar a la comunidad, que había que organizamos por el bien de

todos. Todos estamos en el mismo bote. Nos hundimos todos o nos salvamos todos..."

Nos sentamos en unas sillas bajitas, de esas que usan

los niños, en la biblioteca de la escuela primaria Jesús T. Kñeiro en el pueblo de Manatí. Hablaba Nitza Ramírez, quien ocupa la posición de bibliotecaria hacen veinti cinco años. En el medio de esa energía muy particular que genera la presencia de los niños, ella contaba su experiencia como parte de un grupo que se organizó en el pueblo en contra de la planta nuclear propuesta para la Laguna Tortuguero en el 1967.

Al empezar nuestra conversación señaló que el pri mer problema fue el hecho de que las autoridades perti nentes intentaron imponer el proyecto sobre la comuni dad. Le preguntamos cómo fue que ella se enteró de estos planes.

"Mira," dice, "eso fue una cuestión incidental. En la casa de la alcaldía, iba a ver unas vistas públicas a las 10 de la mañana. Como esta biblioteca está cerca, alguien llamó para ver si les facilitábamos una pantalla. Yo le dije que sí, y yo misma se la Uevé. Otro compañero maestro me acompañó.*

"Cuando llegamos, habían algunas otras personas allí. Alguien me dijo, 'Oye,¿tú vienes para las vistas públicas?' Le dije que yo no sabía nada. Dijo, 'Sí, que van a poner aquí una planta termonuclear...' Entonces, yo me quedé también para ver cómo era la cosa."

En Manatí en el año 1967, todavía no se sabía mucho de la energía nuclear. Un grupo de seis ciudada

nos que empezaron a reunirse no estuvieron muy preocu pados con la cuestión al principio. Uno de los miembros del grupo entrevistado, el Dr. Angel García explicó que el grupo comenzó a reunirse por la preocupación del hecho de que se le estaba prohibiendo a la gente el acceso a la playa, y al área de la Laguna Tortuguero.

La laguna y la playa que se extiende por la costa norte, es el área recreativa más aprov^-chada por la pobla

ción de Manatí. Un manatieño, el ex-senador Juan Dávila

Díaz le vendió esos terrenos a la Autoridad de las Fuen tes Fluviales para que se construyera la planta allí. Esto hubiera resultado en la total destrucción de la ecología de esta reserva, que es única en Puerto Rico.

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Antonia (Toñita) Vigo (izq.) y Nitza Ramírez conversando en la biblioteca de la Escuela Jesús T. Piñeiro en Manatí.

Fue después que el grupo empezó a estudiar sobre la energía nuclear, que comenzaron a sentir la necesidad de divulgar al pueblo la información sobre los peligros que una planta nuclear le traería a los residentes. Con este propósito, el círculo informal de estudio, se con

virtió en el corazón de un movimiento que envolvió a casi toda la comunidad que se manifestó en oposición a la planta nuclear.

Según el Dr. García, "Cuando nos enteramos aquí de lo que había sucedido en Rincón, inme

diatamente nos dimos cuenta de lo peligroso que sería para una comunidad tener una planta nuclear tan cerca. Pensamos que había que hacer algo."

"Hicimos un plan de trabajo para orientar la ciu dadanía y pedir a Ir Autoridad de las Fuentes Fluviales que dieran unas vistas públicas de noche, cuando la comunidad supiera de lo que estaba ventilando," co menta Nitza. "También, nos pusimos la tarea de buscar información sobre la energía nuclear. Nos dividimos el trabajo..."

Toñita Vigo es una trabajadora social que para aquel entonces se encontraba desempleada. A través de su participación en el Centro Cultural de Manatí, se enteró de los planes de la Autoridad de las Fuentes Fluviales y se unió al grupo.

"Habían dos personas desempleadas que nos comprometimos a buscar información. Uno se dedicó a averiguar en las agencias sobre los planes que habían. Y yo, en la biblioteca, buscaba revistas y tomaba notas de una serie de reportajes sobre qué era ésto de las

plantas nucleares..."

La energía de este pequeño grupo tuvo un efecto multiplicador en, el pueblo. Los miembros visitaron a todos los grupos cívicos y políticos, llevándoles charlas de lo que aprendían en sus discusiones sobre los peli

gros de las plantas nucleares. Pidieron a estos grupos que tomaran una posición sobre el asunto y que depusieran

en las nuevas vistas a celebrarse.

Usaron todos los medios a su alcance para informar a la ciudadanía y envolverla en la oposición a la planta. Además de hojas sueltas que se repartieron y las reunio nes con las distintas agrupaciones cívicas, fueron a la radio. El Dr. García recordó su experiencia con la

emisora WMNT.

"Yo sacaba tiempo de mi trabajo para participar en eso. Iba por las mañanas a la radio y por las tardes también. Le Íbamos explicando al pueblo por qué nos oponíamos."

"...el cfrcuio informal de estudio se convirtió en el corazón de un movimiento que envolvió a casi toda

la comunidad..."

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"Ahora, tenemos razón, ¿ve? Y es bien. Gracias a Dios que tuvimos aquella oportunidad."

"Le demostramos que esa planta termonuclear no beneficiaba en nada al pueblo de Manatí. Iban a dañar el acuífero, utilizando las aguas de la única laguna de agua dulce que hay en todo Puerto Rico, para enfriar el reactor. Y se emplearían solo 10 o 15 personas, personal técnico que vendrían desde los Estados Unidos. Además, Fuentes Fluviales decía que tendría que subir el costo de la luz una vez que esa planta nuclear estuviese traba jando."

El éxito de los esfuerzos del grupo en educar a la gente fue considerable. Tanto así, que los pocos residen

tes de Manatí, cuyos intereses personales les motivaron a apoyar tal proyecto, no encontraron medios convincen tes para empujar esos intereses. Trataban de desacreditar y dividir a la gente tildándolas de "subversivos" y de

"comunistas". También, a los miembros del grupo orga nizador le llegaron unos anónimos t.-m desagradables que en una ocasión, buscaron la ayuda de un sacerdote

católico.

Según Nitza, el sacerdote les dijo, "Esto quizás, viene por parte de otras personas de la comunidad para que ustedes se desanimen y no continúen en la labor. Pero, ustedes sigan, están en una lucha justa y cristiana que es la de defender una comunidad de unas cosas que

puedan traer un futuro incierto."

La experiencia de enfrentar a la adversidad tuvo el efecto opuesto al que los que apoyaban la planta que rían. En lugar de dividirse, el grupo se unió más.

El proceso organizativo dio fruto en las nuevas vistas públicas que se celebraron una noche en el Centro Cultu ral Enrique Soria de Manatí. La gente llenó el local hasta

las ventanas. Las ponencias y las discusiones fueron tan tas que las vistas se extendieron hasta las dos de la

mañana sin que el salón se vaciara en ningún momento.

Al fin, el proyecto de hacer una planta nuclear en la Laguna Tortuguero se derrotó. Frente a la oposición en Manatí los ingenieros nucleares de la Autoridad de las

Fuentes Fluviales retiraron sus planes. Pero antes de eso, a través de sus esfuerzos continuos de investigación, los organizadores comunales de Manatí se enteraron de unas vistas públicas que se celebraron una mañana en el pue blo de Aguirre, sobre una planta nuclear que se propu siera para construirse frente a la Bahía de Jobos, en la

costa sur...

"A veces," dice Nitza Ramirez. "me viene una de las personas que estuvieron en las vistas públicas y me dice, 'Ffjate, ustedes aquella vez nos salvaron de eso aquí...'

Alíora, tenemos razón, Y es bien. Gracias a Dios que tuvimos aquella oportunidad.