El amor y el interés (1909)

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EL .AMOR Y EL l TRADUCIDA INGLI'S .. euesta• V (SAN JUAN. P. -.an• MPCA•TIL na PVUTO ·1909
/ . . EL ' AMOR, Y EL lNTERtS / • • ·. J

EL AMOR Y EL INTERÉS

CAPITULO l. •"

Úna'.ala en una eombrúa Cll88 de una obscura ca.11.,. de Landres; inequívocamente <il salón de una Cll88. de huésped"'!. "

Una jovoo oentad11 al piano, un Erard oo alquiler, e:i:uminando una pieza de músi<>a PU<!6taeo el atri! ·y bostezando sin ""'ªto algt1Do, sin que por esto infrinja ninguna regla de cortesía, puesto que se sola . · El aposento es la sala de la casa .número 33 de Ja calle, de Cerlet;on, y la joven '\Ul& servidora de ustedes. Me 1l11mo Lfa, es decir, Rosalía Somers Scott, y J1e v&nitlo á Lonclres con el propósito de tomar d.,. <'fmto.

Esta 111111íinna he dado unn lección y he repetido tanto 1R piPzR. aburrida mortahnente1 tanto del ver9<> como dP la n\úsica.

Y sin i'mbnrgo, me he rnclto á sentar 8] 1Ji8DO, COO o\¡:jeto de machacarla más autcs de que ee haga más ob&curo.

I ' J

U11 alda!Jonazo en Ja puerta de la calle, pero un aldA· •3-tazo dedo con fuerza , llega á mis old08 Le oigo á trft. i-. del melan00lico gemido de mi voz, y á través dd -..pañamiento.

Dijo el iDBtrumento y corro á la vent.DL

OOva Deane me lut. prometido hecer que on la .._iga en lugar de ir á eaea de 108 Roll<lltona, en Berkeley t

Espero que 8E8 Oliva por més que e61o liega med,j& hora .., me eeparé de ella.

He p&H&do una tarde tan e8bípid& en ....., eombrio apo-to, que he ..tado á punto de ·{ mi p.,._ coo mi tlo Toblaa, y i&nsarme por .,... callai ·de Dioe.

PONJ,ue el tlo Toblaa """" muy comicto el que 811ga por 't. malíia.nes á dar mi '1ecei6n; pero ÍJ'me BOia, de pueo, ll"JI' Ja tarde , lo encuentra pecaminoeo.

Supongo que conooo, 6 presmne c,.;ooer Londreo mejor ....,yo.

rPobre y querido tlo Tob!aa !

111 carrunje parado en ia puerta no .. el de l<>1t n..oe.

Ni es Oliva Deaoe la que llUbe Ju eiicaleru. 1 Me retiro <le la ventana terriblemente docepcionada.,

'

-(7)-

Oliva "- muy llltll ao viniendo ; ao eabe ellÚI dmoladt0 me .__tro en eota y ...tu.ta de hnárp&. dee, euin int.erminablftl ..., 1118 tard y illlll vel&du.

No puede compl'l!Dder la eoledad '!" la ""8ta m&n· llÍÓn de Dexter Sqnare, llena de hemranoe y IHmnamé.

Pero podla cumplir •la& promeeaa que haee.

Y pi""80 •reñirla acremente 1DBÍÍfWa cU:&Udo noe vcam"8 en la claae oo canto , y decirla que no personifica '1lll irle.U de Ja 611listad.

Pero ai no es Oliva, 'quién será.! El coche ee ha ·ido; pero la puerta no ha eido abierta aún; y yo pego lae nariece al criet&l para ...,udriñar las .,&ie1"81, ooultae en parte por le. barandilla de hierro. Uu joven estt. ..pemdo, con paci-ia 6 impaciento, puea . aada en él• me indica su estado ' de ánimo, haeta que la cnaaa de Mire. Wanchope ee digna b&ja:r y abrir el ...trecho port6n.

Evidentemente '°'1tenta qiledalee en ila CM&, puee illeva m UD& mano una ancha maleta de enero negro, y ea la otra, algo que P"""""' un cuadro, dentro de 1Ul& ca.ja de madera.

•Nada puedo ver de su penoona, e100pto un abrigo negro y un &ncho llOmbrero del miemo color, y ..,.,.. mano engwwtada, Ja que eoetiene la maleta. ·Me pregunto á mi miama qoién podr(i 110r.

Diflcilmente un viajante, como eoepeché al principio, as! oomo tampoco el hijo de Mre. Wancbope, puee éste tiene UD08 oooe eñ08 y no oreo que haya crecido tanto en un mes que f'lta Qniúa eea pane nte de 1118 d08 &0lteroi1'18 que la criada llama "l• gabinetes", eomo me Jlamará i mi "la eal&", 8'\l· JNllllO- on.mdo hable de mi á JOB demás. Poedo distinguir las

-(6)• oste 6n ejecuto el preludio concien....i-t.e, T a.a. """1Í1lllll0: J' 1 r • ,,. ' 1 El diee que no le amo, El <lioo que no !JO quiero, Y con eu nave parti6 Dejándome en dllllCl0ll800lo. ¡ Brisa que impnlsae su baro->, Diie! . ... . . '' .· '
J

, 1 ¡ (

-(81iniciales G. B. sobre la \apa de la caja; pero esto no me dice nada.

Abandono ol balcón y entra la criadM, eoa tocl06 ios adminirnlOf< para preparar el té; pero m&ldita la gana que tengo de tonrnr el té .90Ja. &iento jurk ú Ja mesita y mr abstraigo por completo

-¡ Pareees h1 imagen de Ja mtclitatit)n !

V11<'lvo h1 rA.be::a. 'Oliwt. De1111e en el nmbrn1. ron sus lentes de oro inonfladOR sobrC 1tt nnriz y riéndOAe de mí. -:-j Ma11L persuun !-es Hti Dónde has ef;ta<lo to. da ltt tarde!

-J.;n R.-Oll es tonl:\ ... . mA-má no ha. qnericlo dispensanne ln Pero he conseguirlo 1¡ut'I me dejura aquí dr pll.'«> p.nra rasa. y FrderiC"o ''P ndrñ por mí . ú lns cio<>o ):_mf'dia.

¡ rlorit y !

Es una Pt'f'r11ich1d de go<>r en 1Tltgo H<'nfnr i1 Oli\'a en mi siH611: y la. obJigo á ' ll1 C ec quite el <'rlrnrte unfl rién<lome-I'ero Pn 0111111 10 te he \•isto. he perdido toda la cólera.

- Tr rPpito flllf' no ha <>u lpn. mín. T..1í11 ¡ lQamá quC'ríii qll<'. fuese ; y nclem{1s. te 111Ht irn-itnc·i1ln vea<l1íos el \'iernrs 111 baile de ·RoLi es tons ro n nosotras. ¡:-<o serú divertido' ·" -¿Pero si no tengo aquí traje de vcqtir, querida O!i"ª ! -P11M <lP <'tH"iRr por nno. {¡ mC"nos <111e no quif'ras hacértelo nuevo.

-¡Oh .... cnl'iaré por el traje que estrené en Hatchelsl...

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-(gl-

No 1111llam"" murl10 de ia caaa rectoral, por eso extrañará que nada mú t.enga uno.

-BU<>no ..• .lo que y9 quiero es que vengaa y t.e anim.. 'llD poco. .

-No eé lo que dirá la tla R-Ol!ll. Yo he venido á tomar lecciones de canto.

-Nada puede decir yendo con nosotras. Es una verguenza que te metas en caaa comó nna vieja . . . . mami 88Í lo dice.

-Sí, si yo fJ<'Se una belclad, li causar ei6n .... Pero yo no soy una .... e.un al contrario. Y a.Qemás es tarde "sai·r "'1 mtmdo" áloe ti1n años.

·

-Eleonora se presentan\ el año que vieoo y entonae verá con tres .. . . -dijo Oliva pensativa. Petra ..tá comprometida . -i Oh, sí, Petra está comprometida.! ¡Y yo voy á retiral"me á la vida privada y defende r el ascetismo 1-replici Oliva l"iendo , y to.;;'ando la taza de tté de mis manos.-No puedo felicitart e por Ja elegancia detu servicio de té, Lía. IQué feillo es 1 -¡Pues fíjate en el tapete de la mesital--dije yo ' señal ándolo.-¡ No es extra! -¡F.xtra enrsi !--<>on1Mt6 Olivn exnminAndolo.- ¡Por qué no Jo h ia chimenea y te uno coroo el quo y,. le estoy eoncluyenclo 4 Eleonora. T -Nn tcnJ?'O f?AllfH.:I clr hnr er lnbores. y n<l!lmfüt eso sería. i11c;;11ltnr ;í !\frs. tnr cte C'hrn sn9 m:moq. f lo snron ••.1. ¡ Drh rq cmrntr11rte mHv "rlfl ec'1'1[ por Jn 110c·he, nñncli1, PC'ha nd o una ml!.'1dn. rflrll'.for.

\ •

-(19)-

-¡Muy sola! ¡En mi vida me be sentido t&n oola, querida .ala!

¡Y enton ces por qué estás aquí, ridícula eriatara f -¡Oh, porque no quiero darl e á la tía Rosa la satiof..,_ eióo de venne entrar en ea.cw. apenas tranBCurrido un mes! Me diría por Ot'utésima · vez que -aun no sé ni lo que .Wero.

-¡Por qué no te vif'ne-s á casa f -¡ Y eotnr la miood del <lia. haciendo escalas para ·ilaleitacióri y }a de tu familia! Much86 gra.ciRS, querida. He Y<lnido á estudiar canto . no á div ertirme; be y quiero proseguir hasta 'CjUe pueda. No e..toy del todo mal, .fbera de In soledad . ... y Jaa llecci<>nes de canto son unl\ .-i diversión.

-; Qué tal Ja 111ueva pieza f -Áun me suena en los oídos .... creo que me pel"!legillrá toda la vida ,---00ntesté mirando el !Piano. -¡Ah ! Una noticia que se me olvidaba, Oliva. Teoem"9 .., buesped en Ja casa. -; Un hn..,ped f --Sí. Llegó hará unos veinf.e :ininutoe, una aegra y una ca.ja de medera. -¡Quién esf -No le eooozco. Jlfrs. Wanchope nunca nO. há habledo a. Dijo que e6lo vivían en ea.sa esaii doe señoraa, de edwl ....iura, d el gabinete. -Vamos .. . . es que no <!Blarla eotoneee en C888. --01Jeer.. TÓ Oliva riendo.-¡ Cómo es, Líaf ¡Joven ó viejo! ¡Rnbio -ó morenof -Con segnrid&d no puedo decírtelo -'. : . pero ·me p&l'<IC• 4flle e8 moreno y joven. . -¡Por qué no ,,. Jo prewnnt86 á Mariana f

·(11)-

-no ha entrado aqui desde que él vino

-Llámala y la interrogaremos,-ilugirió Oivla coo animación.

Oliva tiene menos juicio que yo, á pegar de rentes .

-No hay nooesirJad d e csperar,-añadió,tirando del cordón d e la campanilla .

A los c uatro minutos hizo llfarian"& su aparición.

-¡ I.jlamalia ustcJ, señorita f-preguntó con estúpida calma.

-Sí, sí .... r ,1n t cst6 Oliva adela.ntándoee.-llfi111 l!.osali'8 neeesita quo er he usted carbón 811 fuego .

Mariana añadió dos ó tres carbones, sospesá.ndolos anta. .

Quiéµ ee el caballero q110 acaba de llegar f-pregnntlgravemente para disimular. "sotabaooo" ,-"<'<llilestó Mariana, dándole al soplillo .para ootiva.M fuego.

:....¡Cómo se llallll8 Oliva sin pestañe&r. -He olvidado su n1>mbre . t-foootraa le llamamos e! conde.

-¡Á<laSO lo Mf

-Oh, no . ... tan conde <!Orno yo. Pero es tan mol'eno y con tal aÍ<ll! de extranjero y 1BD pobre, que le bemol! pnesb el conde. Pero no vayan ustedes á creer ... _..,.. orgullOl!O como un diablo , y no le debería á nadie un céntimo.

-¡Cómo, entonces, sabe usted que es pobre f-dijo Oliva con interés.

-Nat1ja1m-cnte, no viviría fin el enarto piso si tuviese nmcho din ero . . . . y todo su deseo es vivir junto á lss nubM . ·

-¡Por qu é eee de!leo 1 ¡ -¡Es un pintor!- contestó Mariana con tal aire de com-'

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¡M.;¡iiln. cnsi d<' c1Mp1-ceio. que Oliva y no quisimOR mirarnw pare no Mltar el trapo.

-¡Un fotógrafo. qui1,ásl-preguntó Oli1•a, bnriéndóse la inocente.

-Oh . no .... !,intor. pintor. Y tr!1b11jn hit'n p0('0 1 por más t1ue la seí1ora Je diga si fnem laborioso. se haría una reputneión. A V(."(>efi empieza á trabajar co bnrío; per'1 en seguida se ransa.. Y tiene una patulea de amigos ociosos que ,·ienen á distraerlo mucho ganaría. ei no viniesrn.

-¡Y dónde ha esta_do todos estos díaa !-pregunté yo, pensimdo en lo tía Rosa.

-Tomando •puntes en E""ocia 6 por •hí.--<'ontest.ó )fa:i·inno.-¡ Pnedo llevarme el servicio, señorita f · Habiendo eon t<'Stado afirmetivamente , Mariana abandonó al sala. y Olivn se echó á Teir como una loca. -¡ Qt;é dir!Í tu tÍR Rosa !-exclamó deleitlid•. - -Roolrnentc.-<:ontesté yo m!Ís aeria,-no puedo decí:1rfo. Bspero qu<> no lo ssbrH dnrnnte ·IOR próximos .quincs días. que eR el tiPmfKl: qm.• l1 e de pt"rmanecer aquí.

-De todos modos, tú no le verá•.-dijo Oliv•.-á menos qne no os en l•s es<alerAs. lo cnnl no es probable. Y 'CD cuanto á su.e;; nmigos. que 1'frs. W1rnehope 'fldvt>rtirÁ. fl1ll" no traiga mientrns tú vivas aqut.

-No me Importan RUS amigos ni ann él. S6lo piemm que l:t tía. v11 {1 ,:?n1ñir más que nnn<'i. Dí. Oliva. 'no te gnstarÍR ver odio 1 -)fnrho. ¡ Tr11rñ l'<'t rnto." Lín ! ¡ Q.11Í' ¡\Tflrin •i le picliera que ¡)i11tnc;;f' t"I mín ! Q11ii;;iern <'Ótn-O llama. -La.e;; ini<·in1M: cl P In raj a (>r80 G. n. -¡ G. R. 1 F,•drrieo oonoce 6 mnrhoe pintores. Le pregunt.arr. por 1-.::tt. parce·•' que p] pobre "sotnhnnro'' no hn dr muy

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-(13)-

fam11110,-ad...,rtí yo riendo, removiendo el fuego.-Pront• noo quedaremoo á obeeuras, pero no me guata encender el fuego tao remprano • _ . __ porque reaulta la velad. Interminable.

-En efecto ... t;dol Dime, Lía, ¡de qué color es to v.. -Azul, querida mla ...• un azul delicado. _:_¡ GIUl8 6 grana.d>na 1

-ni una cosa ni otra, seda y crepé. ¡Oh, es un vestidttmuy decente! Ful lo bastante derrochadora para sel o á Mme. Garoupe.

-Entonces todo va bien,-dijo Oliva con evideot.e B&tiafaeción.-Quisiera eoeargarl<i mi ropa á Mme. G• ,roupe.

Y prooeguimoe modas y telas, olvidando • ''sotabanco ,'.

Y t"nto, que <l\].•ndo llegó Feclerico Deane, no DOll acoronmoe de interrogarle aecrca del pintor G. B. Fetleriro deseaba que le concediese el primer vals d•l viernes. y como .bailaba mal , deeeab' reservt1nne par.a lJlt he.rmano Gustavo , que seguramente me invitaria, y queYailaba mn.v bien.

-¡De qné color es •u traje de usted, miss Scott 1-me preguntó Fedei-ico. -Azul .... <1zul <elest.e.

-"¡Teniendo el color del cielo, puooe ¡,. confian1.a dtt Dioo no ser deseada Federico aentimentalmente. -VÍlmnno.q; 1legarcmos t11rde fL en.cm. Despf<l rle. T.ín: yn li'Pnrlr{ljq 'ffom 1)0 dr mniproSPAr viernM por lf: nl'N·hP... \di6ci;, 1")11r1·i<ln R(lnérclAte <l e pirli1•nclo 111 n •qfirlo . )í11iinna nn"ii \'<'remos en eJnc;e. Iln"lta. muilnnn.

1·1111 l1or11 111í1o;;; lnrc],., miPnfnt .;; tnnrnho mi soJitnrin C' nrui-

.,jla, ol Voe<lll á Ja Pan.e de e.fuera, 1" VOll de Mra. W01DCbope ' la de un deaconocido, y luego una riea natnral y fJ'llllC&.

Contemplo mi puerta .,.,,.,,W., el gl'l!Dde y ailenei_, apo-1.o, y sentándome en mi Silfón junto al fuego , voy á tra!tar de p1111&r Ja vel&da con ayuda de un plato d e p- y .lliorendnl8, y una novela de Oetavio Feuillet.

1Qué solita'ria parece aquella eataocia 1 Envidio á las gentes que tieoen con quién hablar ; en"ridio á Mrs. W aocbope; éllvidio aun á Mariana.

La risa de et\tl joven me ofende; yo, que no tengo nadi • ...- me baga Teir .

Y sin e mbargo, d ebe estar tan sólo como yo, all4 en lo ialto rl c la casa. -.

Las noches Je h!111 de pal'eCel' tan largas y pemdu COlllO 4•1 . qu \iíl ,\otee o.; me haya comido loe poetrdl . le .. b•jarha -.Jenu¡, ermar el r.aguán y salir á Ja calle, e&ntuaandu -tre diente. como si estuviese oontento.

Ea muy bueoo eer hombre, piellllO eon alguna """artrllr&, 9'8Clinluulnme m la butaca y extendiendo la mano para eoger uua almendra. ·

¡<lnAo ;pl41Celltero eerla ecbanie á la t;alle, ir al teatro, • á charlar con algún amigo! · ·

Pero no . .. . es """"'8ter estar aqul, leyendo un libró 4ae eé de memorie., y comieado ]MN8 y almendras -¡Qui én ha •alido!-le p,....t.1 i Mariana, cuando -wino á quitar la mesa.

El cond e. -;Sale tod88 las nocbte! -Caai toda8 al teatro, 6 no Ñ donde &IA noche que .¡ baile. -;Al baile! )

-81. Eataba muy guapo. La aeiíon. ee lo ha dicho haee 1111 rato.

ir.tic> rp05, 1o que Je habSa beeho rei?.

¡ Qné ria tan juvenil y descuide.da 1

Aun 1'080naba en mis oldoe. '

Para olvidarla, dejé el libro, y me eneammé al piano. · U.ne pjeza musical estaba en la silla inmediata; abril a y la puse en el atril.

Era una pieza ' titulada "Doe cani.inoe", una de be que méa moe han gustado. y toqué el preludio vagu.'mente

Tiempo deepuée, me be preguntado qué me indujo á cant&r .la oanción aq'uell& noche. Y llegu' •ta el último vereo:

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"¡ Seré ! Nos &mlll'°"• y 'l!Ji-.bazgo. el destitlo Un camino le eeñal:a, Y á mi, nn opuesto camino. " .

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CAPITULO TI.

-Suba. usted conmigo y le s u í1ltimo cmidrn. -¡ Pt'l'O quizás no leguste que yo lo ven . llfrs . Wanchope !

-No lo eebrá. Ni siquiera sabe <1ne nRted es tá en la ea.u . Jo misruo ,--dije . defendi éndo me (ltD mis trinche1"'"'.

F.8Utha yo tcrminam;lo mi desayuno. laR nu eve, y '1lll rayo gJariHJ <l"l d e marzo se filtrab11 en e l a ¡>Of¡e nto . b111iando d (> hilm e nt.e el vetusto 'lllobiliario.

f;n clu e ün rstflbn se nt ff da er1 fr ente m11iia1rn 111 r ha preg nnt1td o f.l i hnhín rrdido la sn ln . -tlij o In

ce8. Verdad "" que padie es auable cuando lo imitan,afiadió, par.. atenuar su acusaci6n,-y la gente d • mal geuio saele ser, gen-erlmeote, l,a mejor.

Este joven de ton mal earácter, cuyo nombre es GeN1rd:• Boster, no quedaria muy contento sl nos oy1>1e.

Pero ha salido de casa hace dos horas, aegú11 me dice Mra. W t:t nchope, y" no ha.y t emor d e que nos oiga..

-Venga usted y ve rá su est udio , mi"" Lía Jamás habrá usted vist<> ti enda d e b11ratil as semejante. ¡Y por nada del , mundo se do!tlrnría d e In cosa más insignific nnta.!

-¡ l'('ro pu ede volver y enco ntra rnos escu driñando eu .. eo"8a, l\Crs . W 1 Si tiene ese ge nio, figúrese usto <l como se pondrá.

-Se h>L ido á K ens ingt on , y no volv er á ha.ta las cuotro¡¡y vuelva tiene que llamar. Eso n os d aría tip npo. -Bueno, me asomaré nada m ás H la pue rt a,--dij e , podiPndn "º mí lt:t que e l temor . -Vamos. en tre v usted.-di,jo la du e ña . em pujándome,. d e• pués de abrir la puerta.-Verá usted tm sota banco comO' n o se lo hubi ese figurnd o nun c a . Eu efecto , aquel.la guardilla, muy grande. habla sidQ, tr1tnsformnda CJJ un bien tlfumbrado

t1·i11n u. ri é ncl°"'r

11e 'l!H'

Muc h os li en7.os. unoo em,pe?.a doo y otros ya conc luidos. co lgabim de ·1118 paredes; e n un ri11 c6n un it1aniqul de m•- ' d c ra s e-rvía de p erc ha ; en otro una erma-du.ra soprotaba.. una c1'hnide..v así todo. l En medio del aposeuto , en el ca ball ete. veíase un c undna. n o terrninOOol co n los co lores aun frescos¡ ua sombrío , pero es piéncJido Jl iRaje de rcul C.Ñ>(> ( O.

My i11 rtif.1t a; p e ro Ft dmi ré grandemente 11qurl 1iC"nro¡ • 11 el ''.rtí• l ico •ello que brotaba .de tod a la c01n:p1)!.liri1)n.

E sl• c nacl ro lo ha comenzado en E scocia,-me dijo /

'• ,. -(•6)-f
pn
f'11 lmosmf'nt'('.-fie
Ít 1111 s••iio r n el" {' flnd , d1•l (•11 111po. F. s t o l<' im¡l c dírr+ prr(tnlltil --¡ í'11 1í11to tif'111p11 N IÍ1 <'n <'ll"'R. 'Y nnr hop PT \ ",•1 ·i'1 11 11 1. --1·u11fr•"t/1 ,·•.,.fa lr11111mr11ll' :· 1 1 11 ,·111·i:i.:; \' P· , •.• ,_ )1 ;1r.• 1]0 11i1 n111· ,, hri... ¡11'(]¡¡ ;11p1ín I'" u11n· '1nn¡....,f f' .V r1· pl'Tlt· 1..,n l 1· '''1 l'.•"• .. 11 r>111 ·í l1 •r 11.1 "'''11 11 • ! 111 i..., I n!I J . i

,.....m@p<:,-Y qoo debe ser c.- bu&D8. 1Cuánto :.U. .Jé valdria trabajar eon aaiduidad. Le he dicho qu•. --8 duida, por allá Je ha distraldo alguns cara bonita, y· ha contataOo que no .... que no se ocupa de eeo ... ., ¡Vea ustecil.i' ee ridiculo 1 En ñn, si él no se ocupa de elles, .eflu ei que deben ooupal'Se de él. ¡ Tiene un08 prooioeos -0P.!

-¡De wras !-pregunté, fascinada por el cuedro qne te,.¡. delante.

-1 Y tanto! Mil veoo¡ Je h1l dicho que Dios no se loe ha dado para .bien de sn e.hÍlA. P8l'O él se rle y me pregunta -ai d.-i que ine sirva oo.' alguna cosa. Me compone ·13s gafas, :7 el otro día retocó ef retrato del pobre Wancbope, deján4ole como nue'fo.

-¡Qué es, pues, lo que no 1)uede baeer !-le pregunté.

Lo máa impott&Dte, trf1Lt&r de ganar dinero,-<lODteetÓ 1Jln. Wan<!hope, m1oviendo 11' CBbem y ech1111do un1' mirada ..- ioroo euyo.-Mire usted todos ...toe cuadroe que h&y por la paredes .... todos sin correluir, por:que e& canea de ell<>s 7 .-ita ocuparee de algo nuevo. Su defecto es la flalta de constancia. " ... .,.,,

-1 Un oearáeter infeliz !-pene'1, preguntándome si algu- . .... mnjer podrla entregar eu corazón 'á · tan mcoll8Úlllt.e .eri&tnra. .

-Le enseñaré á U!!ted su retrato. si quiére Mra. Wancbbpe, deteniéndoee füuite á l& puerta de '1lllA bitooi6n interior.-Tiene el Afbnm sobre la mesa tooedor .... y conocerá u•ted á alguno de sus llJIÚgoe. Rehusé deeididamoote.

Une cosa examfoar Bll'l cuadros, y otn el meteane q IM interioridadOll de un '1boa · •"" • ..,.. )fe pregunté si M?B. Wencbope 110 baria lo mJuao con ti

De.de hoy fo dejaré gnvdado, paN que no entretenga i nadie á 'mio expleuu.

En momento Mra. Wancbope penetra en el tocador 110 oé á qué, y . me deja eola.

Mis mfradas se fijan en un bucarillo, en el cual languidece una cemlia. ,

Un Pll88miento digno de Oliva Deane eroza por mi mente. ·

. Se apodera de mi sér un elltraño impulso; el de cambiar la oomelia por e lmaoo de violetas que nevo en el pecho.

Nadie me ve; conozco que 1>bro mal; pero Ja tentación es máe fuerte que yo, y UD eegoodo despuée la camelia -ba en mi y lae violetas en el búoe.ro.

. -Supongo que y& ao habrá UBted vieto todo, miss Lia,dJCe "!'1Lnchope, ealiendo del t.ooador, y con el delantal lleno de e&J88 de cigarros, vookis.-H.át¡>ame neted el favor d11 Cel'l'IU' la puerta. puee tengo ' ocupadaii las manoa . ..&l cerrar la pu<!'r'ta, mi concieuci& me acua6. Pero era dem11&i&do tarde.

Lo no podla deshacerse; y coo la ·et1m11lia en la maoo, baJé lae EllC&le?'88, riéndome de mí misma. Y .del penaamjooto de Mra. Wancbope Jl6ra -tar na cun0&1dad eobre mi pereoD'& en el joven pintor. -¡De dónde habrá eooado esto !--Oljeme cuando eaqué ' ilnz •la 1lor en mi aposento, l1ill minuto l:a haya dado y qni"'8 ia tenga en máe ....tnnaci?n. marchita como está, que todas 188 violetae del mundo. Si '"' 1181, 1qué de bendiciones no oohará sobre el ladrón f JQl¡¡¡o tratifá mie pob"'"' viole1JaBI Si npmbergo, creo que la ha. l'U88 veo una ,vara de hilo arrollado al tallo. Si la tuVJeae aprecio, habria pnest.o agua en el búcaro ., est..ba eeco. . '

..... J
/ •

Sea como J'uese. metí la. flor en una bombonera, y gua.rd6 rn mi ropl•ro, eon un ''ago sentimiento de que en tiem· po fut11ro tendría «¡ue sacarla.

Lr había hurtarlo esto. ·es cierto: y si por uzttr se tlM t· ubrío. me vería prN·isadn á devolve:rlu, 11mH1ue sólo se trut flf.iC de UIHl ('01". sentí t·ulpHble al el ropero.

¡Qué diría Baxter si llegas!' í1 sjjl>t>r esto!

t PP11l-l11rí11. Nrn rstzón, que yo ekLi11rnl>11 lo tt,lr por<1ne él • 111 hnhiu 111.<·i<lo 111H1 noche en e l o.hil ¡yo. que ni nnn siquiera lo c•ouoeín 1 ·

¡Y mí tí• lW••I

SrgurHmente diría. easo de saberlo. que había perdido en. 1C'ramentP c.iJ sentirlo.

Pero no sP lo diré, ni á ni aun á Oliva Deane . .

ll11a cnbez.a loca como es, no Ja creo cnpaz de cambiar flores con un d esconocido.

PcnsAndo clel asunto bHjo nspecto. mis mf'jilhu.pn'iieron C'mno el fuego. y á Oios que ,·ioletR.'i ';C' anteR do que él bts viese, Jus vriolctas 8e agostau pronto fuern <lel 11gun: mniiann e.l\tanln 'arrugadas y negFas, fii co ntinfüm Pn el bú ca ro AOOO.

1 Al pon er me el •brigo r>•ra diríginne á C8"8. de mi profe. Rorn, me pregunté Ri e ra tan guapo <':orno Mrs. Wanchopo lo < l t'S<' ríhín. y si •e c uidob• tan poco de las mujeres como (>\ esrgurnbn; tomP p1qwlt'1-I y me IR11C'é ii la <'filie. oh'id111uln por <'Onrpl<'to ni 1h11 P,..prcl dt>l eobthmwo.

-i Rert< eqfíipid11 ( n e olvidado por comrl•fo pregnntnrle H arl"irrn <lt• G. R.-'T11P

<>ln 1.1P -V<'r<1A<l

l""ln ele Petra, no tiene

cabeza

-(21)-

--ad Uama l}dl'Udo Bat.er. &ta maña.na me lo ha di· cho Mrs. eorojeaielldo un ·poco al re-cuerdo del pintor p&in.jist.&, y su familia ea -·es decir de sn &milia,,e6lo le queda.¡,. abuela, no sé si 'paterna Ó..-na, qu.1 vive en Edimborge. Y •• orgulloso oomo un .,._¡iol. y pobre como una rat&. Oliva. se echó á reir, miÑndom<! A trav6s de lfUS lentes . -No vayas Lía. . ...

"El pobre pínlor Y UD& -i-in& el!& .. . . "

-No hal c uidado de que me enamore, <iespu'6 de 111. deseripción de Mrs. Wanelwpe,-re¡>l íquf. ri endo también.'

y ,luego le conté I& ftltnltag ema de mi digna r•trona, pintá.n<lome como una anciaie. lugareñi.... Estia.ba tenta.da á rebtRTl& el 'epÍ<!Od io de hL• \'iol eta'; pero las pa.labNts de Oliva me retrajeron, -No le he dicho á mmá naa palabra de todo esto.-dijo, moviendo su 'blonda '1a lmbieru gustado . ... y die seguro, vamos, casi seguro. e8<'ribiría. {1 la. tin llfrs. Wnn Ql10pe "" Ita. est..Uo ·co1-recUL <ti docir lllll' ·6lo tenia señoras en la. casa. Xo <túe h1. el')f,3. tenga mul'l1:.1 importancie, y.a lo sabemOS" .... sólo que mamít. f\11 tierto. modo -encn rgadu tuy&, aan cuaudo uo r1uierJts 1·h·il' 1·oa nosotros - Iré ••! cua nto .., rulebre ln boda do -Bueno .... espero <fu e \'1!ml1-iis.

-¡V tú vemlrús luego.;. Ja root01 :a Oliva ' -Q u1rrida mía. por nada de mlm1d o dejaría yo do estar eu Woqdhay Manor el 1l ¡}el priµimo ,iuuio. Y yo tendría un '1erclai]e:ro N i no

" -(20)-
... . . ...... .. ........... ......... .... .........
ilijo Oli,·a it ln Mli1l11 <lrt
ft1lf'I romo no fH' hnhln <'TI C'8RR más que de 111
una
para. nada. /

-(22)-

¡Rccuerel88 el die de mi el año """"'10, Y lo f!ll'e disfrutam"" con los niños de Ja <lllCoola ! Era la ,primera vez que me ayuda"-i en mis '-'ae parroquiales, y conJesaate qne te habí113 diftrtido mucho.

rn n c ho .. . _ viéndot.e \!! papel de madre superiora. Y desp116e, aquel querido y delicioso cura .... uqnc-1 t¡m• tioo e nn .nombre romántico . . ..

El rc\rc rr'l'1do Jaciflto del BOeque,-la. interrumpí, rién. rlome al r..C uc rdo del coqueteo de Oliva con él.-¡ Ali! ¡Te gu.s U.l l a IHlt 'Vtl r ie m que te ha <laclo MB<laHle Cron .. liel in T

1111 u pwt'.-<.'. onl.tstó Oliva t'ncogiéndose de hom . bros. ¡ Y g>'nit1<'illo me gorrtn la tnl mad<1.mc Cronhcliii ! ¡Verdad, Lia Y -Es muy oove ra . Pem eooficsa, OliWI, qúe eres temible- meuf e fWr('zosa.

-Querida n1ia, yo no vay á caea de oll)ldame á aprender . . . . my por J>M&l' 101 ralio.

uo de'- <ll!)erar que te lleve en pal ma.e; .

-Ni ganas. En cambio .mai.ra tu voz . ...-Crey6 que ..,... una prineiliimta. -Bueno .. _.la IWlmbniote. No.., muy expansiva . cxecpto cuando critica, que entoooe.i ee t1'llllBflgnro . pem pu<'do aeegm-arle 'IU8 tu "Serenata" la lleo6 de eorprc110. f,ia, "" '"'" que no1:6dedi<1U<11 "'1 teatro. ¡Si 1• 01- la tia a-1 Pnee t""" <ro• libe. Cnmhelin '!• dedieae al W..fJ'o. -Puede J>ei1•ar como guste_ -¡ Sabm allá qoe i- MBtejante ,-oz T - Cunl d'1 •·n !a. igl l"'ia.

--¡Jamáe be visto criatura mú rara! Otra en tu lugar eería .... ·

-No seria Rotialra Somera iotdrnmpi riendo. ' -En efecto. Y me guslias máe domo el'll8, querida mfa. ¡Ilils visto la última parte del "trouaie.au" de Petra! Un á'aje de :mafiana, estilo Luís XVI, de t>ol.a felpada color rubl, con adorQos color'l'OSa le obligorenKJll á qne ee lo pooga deepu{i¡¡ ele! desayuno. Le irá muy bien á Petra por máe que yo lo e ncnentro un r.idfoolo eetilo para traje el e mañana .. : . una griseta., ¡felpa rubí ooo adornos roea.!

Potra Doan e es una esbelta joven, morelli8\ de fo1'11lll.S eacul.turaloo y ojos uegroo.

OH oa del todo diferente, pcquefiita y carirredonda, blanca-Y eonroea.da , rubia cabellera y nooe ojos muy inteef bien 110 bonitos.

Usa lentes, no tan sólo por eer miope. sino para dieiwmlar la parte más t e ele so rostro.

-La "Serenata". de Gounod, me zumba en Joe ' oíd0ct 1 Lía,-me dijo c uando llegamos frent.e á la ele su ._;--me a elantar.li" para mí eola en cuanto acábemós de criticar el .iuevo traje de Petra.

J.

CAPITULO Ill

81111106 viernes por Ja noche; la noohe d e blail e d e R ollcstons.

No ·he visto ni oído 'llada "del conde" de.qc)e ayer; nad fo ha habl ado oo violetas, ni nadie me iba oowmdo d e hurto

No sé s i está en c..,_<;a ó no, ni s i ba "8tado d....ic e l mo"\'l1"nto del cambio.

I! ·· r,pi ;: or11po d a ent re utis JeccionCR do canto y á Dextcr Square.

Ahora, sentada ien mi sillón, m is peneamientoe vuelan hac ia Oüsflavo Drane.

El pobre Gustavo es un admirador mío; "dmirndor desde 1Hll'Ftrn niñez.

Y G11stavo no es feo bajo oitigún coocepl<>.

F..s nn hombrecito rubiu; pero .á mi •no me gUHtnn los rubiOR ni l os hombl'lleil06.

Pf'ro c rP<l r1ue me quiere y aun cuando yo n o xic nta. por M "l ia.fe<:tto, no me disgostario. tener un . dar. .)

-<25•-

Pero DO qllÍlft ,. l!Iel • la... -----\Soaim 711m ....__ ...._ _.,._. · Adem9, 70 cNO qm411-• m wnlleri&. vum- de loe ...... .- .... eolicitado, no-"' 6 Guatavo, J>MQue j..a. •.._...,...;a.o i eolicitanae, illaa por mi dinero 7 no ...- á . Si no t..- rica .,.._, m el amor; pero simdol.o no oreo en lo ,.. ......._ -¡ g,,cieodo la bujlm dlll ......,,., eeñorita t La vos de ;.1anmpi6 m; meditaci6n.. -¡Qué h0r& ..,,____ pnpalo ""8rez&ndo. -LM aiete y •media. ¡Me•el -..<Rtidot Voy áe:ict.eocler(o to0bre l.a e&m& Aba:ndono mi sil.Ión - ....,apaneia; la noche eo fria y dura; X: eiflo lá Mari .i-.to tDeailor donde &rde un • hert0090 fuego. -¡Por qué no lo ha ..-.fido llll'hed antes !-pregunto á Mariana. v -El oonde .... pidiendo la oom:ida. Tuve que servi rle. Como........., .. .. llega émwdo -os se le espera.

L06 hombres llOn 8llÍ • • • • ni clicen cnando se van ni c nando vic.nt'.n. Saqué e l traje de Ja aija. no qm>ri endo confiarlo á las Mr icrM de 108 ganehudus.WO..de Mariana ; y un nuevo,.,.. mo de mi1! qnerid88 vioi.i. ele Woodh ny.

La H• Rosa me daba,,.,.,_ ....i;.,¡,.. e n Ja earh1 que vcnñt. en Ja caja: t1°" .....,_, y bacía por allá un frio cspantoeo.

v,..umc ron el erridoo o. y mientras daha la última mano, oí la vos "del cona" qoo Jlam>aba .á 1& pe'-. . . J

..

I 1 ..

111i corazón atió ¡Habrá deecnbierto el bio de la& fl<>res 1

Pero no; oigo el porta.. que da al fl&lir, y voo pasar áMrs. Wanc'hopesio la meooralte-m.t.

Me poniro 106 ¡mantas, el abanico, y eepero á que vengan por mf.

-¡ QUtrrida Mia, erE6 la muemcha más linda del fl&l6n 1

La ob!!Crvaci6n, c<lmO podrá IRlpllllenle , es de Oliva. As! se lo h e rli nho.-aiiade Guetavo, que ha bailad<> eo zurrigo el primer vale.

- ¡No digái• t onterías! ¡Quién flEIESe caballero qu e acaba d e entrar ahora f E s tábemoo pr6xim06 á una de IM puertos.

Gustavo y Oliva volvieron la cabem. . -¡Qué cabal le rof-preguntó Oliva afirmánlooc l <>1 Jen t C'!.

Oh . . . . ha pa...ido ya ••.. no l e podriís ver -entrr la gen t.,. -¿Por qué s u cu riosidad Gustavo-¡ Tenfa .1lgo d o uotable f -Bra notnhfP mentR gospo ttencil1ament.e. ¡Oh !-<lijo Gustavo.

- Co:z07.co m1m á todo el mu.udo.--<lij o Oliv a. echando nnu mirníl1\ le VPn.o;; y es caRi fH'gnM oue f f'I di<ra n ui t> n Cfl. Te v.eo animada. TAa; eepero flll" tl' rlin1 M.irá.q h1nto romo nnnlfieHU!.CJ - ¡Oh, .. . creo que el Y o "'" r•t ov eon aquel amjgo.--Oi.jo Oliv n in ilirondo rnll"1e. viqta ' MI última pareja.

- E s de lo mf.a «imp le .... no puedes figurarte qué objeto . d e divr,,.i6n. )

-Proelll'll no eervir tú de diwraiófi,--dijo GOBtavo 11&v-'9. · /

-¡Oh 1 N<> 808pecha qne me ...toy riendo de él. r.o.;')lomti...""" muy vanidoaoo; &nt;;. pedaarto todo, que creer qne nadie puede reiree de ellos. /

-¡ Qué. conocimieotoe más !.:.....i;jo Gnetavo con ma mind& de fratiemal i·rooía.

....J.Lo bastante para Pero 11111 ?iene el capitán Cathcart á ·invitarme . ¡ Rosalia. no pierdas un compás de . ..te.Jlelicioeo vals !

Diez inioutoe deapuée, me encuentro de nuevo junto á. Oliva, cata vez esperando qoo Federico me traiga un eor:i.ote. ! está el sujeto d e antes, Oliw...•• &qll<'I que hablo oon el coron el Rollestone.

-Sí; ya l e veo. A cae que no le CQllOllCO n; c reo le oonoaca cl ce p"ltán Cathcart. ¡Verdad que es muy guapo. J,!e. 1 He visto pocos hombree tan hermoaoe.

- Muy gnaspo, - contesté yo. obeenando al d esconooido.

-Le pregun ta ré á Catalina Rallcetons c6ruo. se llama dijo Oliva . • '

Y ee mareh6 eon su pareja

M dia oora d es pués ful invitada por un eeñor, c uyo nombre no rccnerdo, paro cl eignieotc vals, y mioentMl8 habhlba 11.istraidame nte coo el joven Rollestons, vi de pronto al desconocido qn e me contemplaba con eacndriñedoree ojoe. Bmpc.6/.el baile y eall coo mi paireja; terminado me ealii) GUBtavo al encuentro, ,- me dijo eeiíalando diecretameote : -; Eo aqnél sn hemoeo galán T

-Si,--00ntest.é-¡ Sabe neted c6mo se Dama!

--Gerardo Baxter .... un buen pintor, ei 00 fuera un PN'Oll080.

( •

6

-Tiene ftinti6n dca Podña • _...., 8Í pero DO quiere. Jüae '8cllledam Je-cho; yo le he Tiño '1la 6 VIII v-. U- poeo lla .'t1111hi> de llll& oc11111i6n ai&tica por Beeoeia. Pfll'O no t.ta hermCl8W'L

•:Pareeeme que Gustavo está un poco eeio.o; J111J9 no me preocupa en este momento. ,

¡De JSOdo que &t;i ee el huésped de Jfn. W anellope. el conde, ·el "sotabanco'', eomo diae lfariana i _,

¡Es uombroeo. i'Dcl'llible!

Evité el reato de lamiehe,-eaando illOOll8Ciente de que em objeto de un <!Úma por a parte.

Gustavo parecla inromodado por ,.; elw!z mi6n

Una ó dos vec... me ofreció cinco céntimos porque k ...,_ velaee lo que pensaba, que me .,.,roé mny bim ele hacer.

EL colmo llegó cuando vi á la dueña de Ja eaa ,.,._._ tanne al pintor, y ést.e, luego pedirme la m_,,... que em'Jle7Aba e n aquel momento.

Hubrera querido negarnne; pero no 8é qué impolllo me biw aceptar.

T omé su brazo, y al hacerlo , el coraz.óo me dió un ...&..

En el oí.al de en ·levita Jneía ¡un ramito de Tioletmi marclritas !

-La noche ha eido muy agradallle,--Oijo él, enando hohim01< dado un par de vueltaa por el eal6n.

- En e f ecto,-<c<J'Dteeté v&g't\lllente, miontrao el eoru6n me palpitaba con violencia

Los bailes de confianza son <mM placeo""""' (jUe b.de gran ' YCrdad 7 -Cierto ... .

DeaPQ61 á la violeUoi, no_ &Inri á mirarlae ya.

Y todo 9 m'UDdo poclia llnañao; tocio el 11111Ddo • !len ,por mano.

Pero .Quellu el'llD mil 'l'ialdaa; lo aabia instinti......, y me devauiiba par c¡aé lAll lucia sin Mllllr de qniéo eran.

-¡Sale bsted ' oon '--iaf_...,,, preguntó.

-¡Ah 1 ¡ Qi.iere U9tec1 'I"" demoe otra vue1ta 6 e& oieut.. usted eawiada f

-No estoy pensando en ' <¡ue ..., creerla una eom pañera ma;y di.ertid·a.

Dim<ie un par de vu&b8, y luego tomam<Je asiento.

Mr. .paxter pa..,.la ""8 ine\inac¡o á hablar que á bail.,r.

-¡Ama á las vicletast-pregnntó, mirmdo ·lBB qu e .lucia e n m1 pecho.

Un rubor c ulpable hañ6 mis mejillas, cuando hubiera da.do un mundo por eritarlo. · -Mueho,-<oontesté _, -..nlidad--Creo que le guotai. ii todo el mundo.

Y á mi como regla ll'""'"sl,-obse rv6 él sonrrendo. -Se conoce; aun enllNie no oea más que e n cee pobre :ramitO.

usted l!llllD&l'le pobre, ámenos que ... . , -• Qoél riendo.-Pero no es generoso que oAocl tl t•s pr<..., ie mJS violetw..

No lo °"· en e fecto. llllllero que n•ted me pe'T'donar6,it • . co u ro nciepe ia de ci- aquel "ii. menoe" tenla • sntido.

-->Ciertamente. No lillY ..ti?o .par perd6n. Decia ......a.

• ¡ .' · -(28)-
)

I

Ja verdad al cali6car mis YiDUtu como pobres lo marchitM; ¡las han tratado •IQ' ...i, pohl'es floral _,Cómo asl f-pregunÍi, 1-iéndome ,Ja inocente . -Verá usted,--<!Ontestó, núrando intenciooadamente, no en mi rostro, sioo eo las llOll!ll,--.i presente de nna señora ¡¡ quien no conozco. Y ,.; no tu hubiese descobiel!to á tiempo, babTían muerto por fdta de agua. -¡De veras T-aclamé con calma, mirando á. otra parte. -Fu é mncha su bondad .... es decir, para mí , no para la.• violetoR, ¡ verdadT :_:_Eso dcp•nde del motivo,--00otesté, preguntándom•l si rulgo.

-No oodío. tener m¡Íe q• un mtttivo. -¡Cuól!

-En fin ,-cli .io sé Ri podré decirle il U8lcd lo que ni enc;;o. · -1Picnsa w;ted n>al do Cll.a T-ilxclamé. sonrojiuldom c d e 011f'VO. 1

-Si rwnsnrn maJ. ¡.llevaría eus violetas T -Ouiu\,¡ rlla no d"""ara que Wlted supiese de <1611<1" ·J>rocedínn. -P ohtlihlemente. -f Y <f ice n<tNI nur no hl conoce! -•ro In rono7''º: fJ<i d N' ir. no l• conoet'n . -¡ De rondo &hora! .' - Ahom si. -l rñmo f:(' 11fa m·1 f })J ninvi6 la <'Rlw?A. -¡ .inZ{<'n 11.tr<l cnnnT- de responderá lllll pre«untaf 1 .,w.. f. nn !-i n <>niro dB nliYto. No ilr-i-. 1• ¡ hn d"bc relacionarme en el asunto. ' ¡ Otii74' ,o-,p<>ehc do la más ioven le laa "gabinete. I" M"ariaua ore h:t diehn que a8cionadas ¡ IM Oors. J

-;-(31)-

-No .arece comlderaci9n dit n bre-ae. · . •' _9Dé riá¡rdoae. · -Porque ea imploopio de. una aeDora 11iniarle Oores ' nn ann siendo oonocidoa. ' · · · -r... mujeres eoñ . oÍltedea '!'11.f 111VeM18 IJllas con ....

-No tan 8'!veros como loe oon slgunn amarirura:-1 Usted' cree que . la Blujer que le ha enviado ó dejado esas Oores ea digna de su reepeto T · •· -Lo eroo enteramenteq:--me con viveza.-No veo aquí'sino ÚnÍI. g.ran bondad, cierta mezcla d o trav eY ella creia que yo no lo &abria jamáR, estoy >egurn de eoo: · A mis ojos 880maron lágrimas de mortificadón viendo 'lll resultado de mi locura .

1e.doto odiaba aquellas miserables violetas, cómo d esea ba que ee-Jrubiesen podrido bajo los á:OOles d e Woodhay . y no veo irá tentarme d e no modo t1111 estúpido!

-Parece tomulo uated mny á nechos,-<lijo Jlfr. Baxter, · qne me miraba atentamente.-Siento mucho haberle b ... hlldo á uatcd de. .,,rn;. 'Quiere usted qno reanudemos In mazurca Y-.No: muchas graeiftll . No pieoso baiJar mlÍI! es ta """""e.

-Mi• Scott,-ilijo el jonn, habhnllo ooo gravedl!d en este momento.-la pido á natod mil perdones. Me averIP""llO de mí mismo .por haberle hablado de Jo que debfa ten<t """reto; do no haber tomado la ooea con Ja importan.,;. l'lc que era digna. Lsa violetas fueron dejadas en broma , y yo IM he tomado co serio. Y no ten[,. derecho para ello; y ai nsted quiere que vuelvan á o propietario quiero expiar mi falta entregánd-Oeelaa á wrted.

-(30)-

) 1 ¡

-(3t)-

8ec6 « iramito de V'ioleta eoa aire de tenla. Je p.-nt6.

-He enesta mis de lo que puede uafA!d ftgmane,_..... di6. mirú>dotu ooo &Mor.

-No ereo qne .e niegne i d'liil'llel• i mted, qnim ..m. ra que f-,-dije ri&nlome, eon tan ribito eambio de llumor, qne El me miró d-rt11do.

-lLo cree ll8ted alllf-me pngnntó eim maieclal

-¡No lee creo de tanto nlor para .... 1 .,--Para mi aon de ineetimable preeio, ms,...hita y todo.

-Pues coneérvlll .. nsled,-dije ton ,._ táod<RDe de que GDBt11Vo nos obeernba, y las violet.aa de Mr. Baxter, eería más chocante que dleñ8B y devolvéreelas, que fué lo que hiee .-('<meérveJ-. y olvide i h Joca que 188 ba puesto en 8UB !DJllloe.

-l Y WJted quiere d... irla on c perdooe mi neeia p.-.n•·ióo teregivereando su int.Pneión f -Si puede peNlonarse á Rí misma, lOOl1NI no bari ex . tensivo •n perdón ha.•t• u..ted !-le conteoté.-Por mi parie, n eo qu e Je será diñril nemon•ree. -¡ F.n qno\ .pued e aeusal"!!Cf-me dijo, minín.i... eon ('Íerln sonriAA, que me disirostó pcr lo qne ton!s de bteneionMla .

No creo flUC se TflTIV 8CVNLrmeote,-repliqoé con eon ciprtn if PiJihr""'dll inRO!cnriB, oon cual me • pi1recla r ecobrar mi -Seria diferente, por ejPmr1o , ncfrd fnnn .... -li n pobre pintor irt.ermnrpi6, Ain echar c•n -w<>n rnto mi nf,.nqivn. 01 11 "11 lo bobiera inten1.ado ella á pensnr qne :vo crn sn it?nBl. hubiera .-lo l1n<'1•r <"OSA. á <-rrrr nnP yo -podfa freeoentar la mici•nn cuv·it>tlflil 011P fr Pror11t11 Stt'\ ojos rrlam.pa.gurn han.

-(33)-

Nunca le hubiera ereldo -.- _.

-P.rollablemente, no; .,_., la-m6a por eáta misma liaete de bombl'Qll. ·

-Aei me lo figuro. Yo pmeriria-......, nna liberW OOll, un igual, que no con un iuferiar,-d.ijo eüma, Jl"l'9 .con una i.n.&xi6n de voz, 'flDe Ben6 de nbi&.

-Fué •una liberbad,_.....,ti, -..ojlndome ,,.,r ....,.... 'l'ez.-Tiene usted mzón catilleiudolo 1111i. _ •• fué n.na iaperdonable Hbertad.

-No ·he dieho eso. Lo 6oico qneria decir, era que p 110 tendría en eucnta el ..-go de la i qui<'n quisiera hll!lel'le una jugarreta • . ..•• ni m'8 ni -os.

-¡Yo no Je he hecho á nated ninguna jugarrelai--'cl lam é indign'Sd&.

-¡ Ustad !-exclamó, eambiindme B1l apraión .Je elilera en otra de.JIOrpres&.-¡ Pero si yono ja ..,.., i 11.-1 ! JWa.. moe liablando de otra •perac-.

¡Oh, sí, do otra persoll1l!-tlonYine, alejindome con aire desdeñoso que tanto k habla molestado- poco antni.De una persona que ha podido olTidarae de si mismo 2-1& el 'Pllnto de darle á nst.ed pie ·JNU'& qne la inBnltue.

El tcnín todavla en 'laa ......,.., el Nmito de violeta...

Al volvenle la espalda, dejliio eacr, y to coo rabi.a.

Me inspiró más JA.tima Ja alf_b,. de Mrs. Rollqn e el ramo, el cu al me habla propon:ionado d.....,.;.,,Je diS8(-1 s to para qu e me imrpi..., oln ...a que odio.

-lAq ui estás, Liaf Te henM bmre8do por tudna .--_ J.fmná quiere irse á casa.

01 iva corrió hacia mí sin oaliento; Gnstavn oeslaha delnír,. sombrío como una noche tempt"3tuosa.

J •

-Estoy dispne&ta,-dije, sin echar una mJrada al l'intor.

-¡Has reñido con tu hel'lllOllO cabaHero, Lla T -¡Reñir eon él, OüTal

-Tiooes así. ... eara como de haber regañad<>.

-Me <admira que lln. Bolleatooe in.;,ite á ciertas per..11on1L• ii su casa . Eee hombre ... ia men<>r ce.ntidad de cat.lle'ro 1>osible.

Oliva se fWhú Á ni:r, mirindome.

·--'-1 Ay ! ¡ Yu veo que habéis regañado !-<lijo moviend<> .. eabczu.-Lia, me tomo que te ena.Dll0r&'Ó8 de Mr. Ga. rnrdo 13ax1.el".

\

CAPITULO IV

.

Durante dos dlos, aun para mí misma. ignoré Ja existencia de Gerardo Baxter.

No mencioné su nombre ni á Mm. WanehO'pc .ni á ].fo. 1iana, .n_i me io mencimaron.

Imagino que <lStá en la casa; imagin<> haberl e oído algu- . nas veces ]Jumar ú la <puerta de. la calle; pero no me h e OlllOmado, ni he ofd<> el sonid<> de so voz.

Estudio mucho, poes he prometido á madamc Cronhelin cantar en su concierto, y'Oliva. me ha dejado ln novela ''Una prueba.'', de modo que no me eobra.mucl10 tiempo. Paso üa mañana en casa do mi profesora, y con trecue neia almuerzo con fos Deane, regreaand<> á 0088 pasada.• llL• cuatro de la tarde. 1

El tiemi>o es frío y desagradable, con un Tiento del esto qoelmrojece ;narices y <>joe, y me hacen muy placenteras mi ehimeooa y mi butaca. danmte la.a Telad88, que ooo moy, f'Ort88 ahora, anochece muy tempran<>

Una. tarde, tres ldíaa del baile, ol llamar á lo. puerta, y 'Pensé sin vaeiftu- qoe era Oliva. la que llamaba.; hU>iéodoo prometido bajar iM1 pronto como viniese por mí,

'· ¡ 1 -(34)-
/ ... , . -( 35) -

co¡i el abrigo y el llOlllbrero, y !MQ6 JM _..._ pea IÜrDKl oon eflL

Pero en lugar de Oliva, flllCODtrime eon un bamln, 411111 "l verme, ae ar:riJa6 á Ja pared pala dejarme ...-.

Le ·reooooci al momento como él me recoooci6 i mi indlldmbleIÍiente.

Yo pué por su lado sin minu'1e.

Pero u.t&nt.áneamente me censuré tan olvido de mi m.. ma, cualquieM que fuese su ofeosa; pero al volverme, obseryé que miraba hacia eu frente, haciendo de mi tanto º,"" ' como si no .estuviera 1presente. ·

1 Todo el incidente no dur6 dos segundos, habla pasado l <1 n1 es lde que me diese r.uenta de 1o ocurrido.

Salí á la estrecha y som'bria calle, en demanda de Oliva, á •la qu e suponía ver llegar anteo de alcanzar Ja eoqnin11, · y durante el corto trayecto me fui preguntando d MP. U. rardo Baxter me habla tratado c on desd eu , e ra yo la culpabl e de t 1 falta.

Y o bahía obrado con imperdonable graieris, miiuilil.. bl eme nte; p ero si le hubi eoe saludad o, ¡m e hubiera ól d e: vue tl o el sa ludo !

Mu cho r n to llesp u és qu e hub e e ncontrado á Oliva es ta ie u esti6n me lu é importunando, y me siguió hasta de 111mr. C ronhelin. ' ·

Por Ju prim e ra ve z me aburri ó la <le músjea • In .melodía d el ' 1 Faust ' ' y las c ndenc iAA do Rossini no tavie 1 ron oara mi inte r és ninguno; Jllft dam c C ronh c lin me avisó dos ó t .... vrres con ac ritud qu e "antaba fuera de tono.

Y h Mta qu e no estuv e en 1a sala d e loe DclLDc, ex811Jina:tcl o los nn evoo prese ntes d e boda, hcohoo á Petra, no ru.e ví libre d el obsc.'!Or pensami ento.

Tom é e l breve partido d e no darle por el gneto á Mr. Baxter, a un c uan"do DOS vi ése mos <1tra vez,. como si yo r)

-(37)-

realmente la ''CMDpMina'',- fmlmi&.,.. - ''F-tor paiaajista", Oliva...._ C01>ti•p._..,. Aqueija noche, 1IÜtlntns aiaha com.iendB, ...,tri In. Wanchope á pregll!IÚlme <id' tal me haltia oparecic1e " puding" que habla lleelMI ..... J!lll{, .8biendo oque .eia 1IOi plato favorito d<Bde I& niña, .- adrertir c¡ae MI'!!. Wa.nchope habla Dio de llaft!ll Woodhq vida de mis padres. ·

Dei "puding" la eonvmmeión uJ1ó i oi- -• & la carestia d e todo en Loodmi, y de cómo llll pva complacer á 8118 huée¡>edee. ·

-Hago tddo cuanto puedo,-- conteat.ó,-mpecillllt e p or el :pobre joven del lllltabiuJeo. Ot.m cualquiera ao .. c nidaHa d e 8Í 8u bistek era bneno ó ma\o; pero ye> me 1om.. tanto interés po rea comida,.,........,¡ fuera para. ostlld. Na t en g o co rsa'\¡) para tratl:r mal i. un hntlsped po"l.ue no Üt>n e din ero. Muc has veces ·le f>MgD mliis d e lo .que pagit.. __ _ si n qu e é l lo 8epa . i Qui zás c oma sobras de mi - ese joven, que oaó d ec inoo que me obabía tomado UlllL rtbetta.i dejando su cuarto un ramo de.violeta!

E st e pe nsan i iesto me llenó do gozo; me llenó de una ae nsnc ión d e triunfo de la qne un hombre se hubiera a.verg onzllldo.

-S é qu e el pobro muchacho está muy a1nmulo algunas v ecea.-<i ontinuó Mrs. Wanchope .-EI no lo conftlllllña ni atm J>jlM salvar su vida; pero nOllOl.ras, llaa palronM, toclc> lo ve 1Aos. Y me inspiran mis esoe que Ron capM:es d e mo rirse d e hambre .U. abrir la boca, que loe pobra ._ qu e Je piden á una un pedazo de pan .

¡Y s iendo tan 'Pobre, me he atrevido¡¡ ofr nrl erh •! lli coocieooia me acuaa por liabo!cle tra111iJo tan d <..,. or-

·I • 1 ' -(,36)-

tésmcnte esta 1j1aiiana. por baberle hablado tan la otra noche en el baile:

Sin eluda le inspiraban interés las violetas. pues de otro modp no las hubiera llevado, marchitas como estaba.o; y sin le ofendí tanto, qoe las ooñó al sucio y las pisoteó.

E8toy nvergonzada y airada, con un vago incomprensible scnti111iento de habl>r pemido In trnnquilidad.

.Si le vnelvÓ lÍ ver. obraré de diferente modo, aun cuando hecho el qu e comicn?Al á odinrlc por ltaberme puesto en sitnueí{rn ele eomet.er incorreccionee.

Prrn In Jlrirntiira Y<'T. que nos vimos tomó el desquite; me yol\•ió IH rspaldn. •in duda crt'yendo que lo haría yo si :ulf'lnntnhu.

Entraba yo cuando él aata, y se desvió. haciendo inlttiles mis bu enos propósitos.

F.s. pues, él el que J1a puesto fin ¡¡ nuestras Tclac!ona .

Como t'S de .,uponC'r. rne sentí mortifi ca da , pensando qtfe él quizi1<; i111agi1rnse qnt:\ yo deseaba qu e nuestrn presenlaciíon en R.ollestons quedase sin efecto. .

p 1• 1•0 11 ,, w·" 111 i ·voluntad; quería saludarle Íl la primer a y ia dec.'epeión me disgustó mucho. •

Unranf t· m 1:-i º" n11ina 110 le encontr? C'n CaJtl eton Stree t , ni e n otra parle. y cuando Mrs. Wanchope me dijo q 1w ¡w 1 111H111" l"'fl 1·11-.;a nuíq tiemvo de co.r.st mnbre, y que pint oha n.t\i<l11n111f'ufe. gradualmente olvidl! su Tudcza y mi 'flr l'lpiv l01 ·ura. wrtiP ndom e de tleno cn lOA preparativos para el eon" iPrlo de lfme. Cronbclin, <tUe debi& celebr&l'llC el Yo ch·hín cantar clos piezaa, oJ aria de las JOJ.&S, ael J«Faust ". y "Junto al rfo", de lJlumentJi'll. _ /

-(39)-

La elección era de Mma Cronhelin; pero las dos piezas eran B11tiguas conocidas mi&S.

El -a¡yudante herr von Konig, me 8CODllejó que estu:diBBe eaalqnier otra. cosa para e8IK> de Un ''encore;'' pero le con"'testé riendo que era de mal agnero preparar un uezicorei' de antemano. ·

Un día antes del concierto, Eleonora y Oliva Deane, vinioron por mí para Uevarune con ellas á casa de Mrs. Ro'll<Btons

No se trataba de un 111>rao, sino de visitar á las hijos de la casa.

Iban éstas á un bail e de trajes á primeros de abril, y nos entretuvimos examinando dibujos y modelos d e trajes 113\ cionales y de fantasía. sentadas en el vBBto y hermoso salón. con sns bn:lcones r eple tos de plantos, cinco ó seis muchachas, con la Yaliosa asistencia de Federico Dcane y Coome Rostellon'\<, tan hábil;;. como nosotras en indumentaria femenil.

O&talina , Cosme y yo cstábamo8 examinando un tr•.i e alsaciano . y yo dooia cuán linilnmente senfaria Tn cofia el e terciopelo n eg ro e n lo. dorada cabeza de Oliva , cuando noovas figuras penetra.ron en el eal6n, á quienC!!. dada.g. Jo eemiobscu'ridad del aposento y mi poca atención, tomé por .Taimé Rollcston y su cuiiado, el capitán Kingl ey; IÍ Jaim e 1c vi ciertamente . •

Ambos se encanrinnron el grupo que es taba ,junto al b&loón Oliva , y Petra, y Susana RoHcstons, y no pcnenh• yafcn clloa, cuando-Cosme dijo de pl'onto

-Este Bl'tista pniliera hacerte un dibujo, Catalina .... lligo original. Cualquier cosa original sería mucho mús intere&ant.e que todos eses antignoe tra.jes nacionales Gerar00, ¡110 podría usteil inventar algo m'8 nueTO qno uno camJX..'Si11a ó una cantinera f ..

)' 1 ,1 1 1 1 ' . - ' -. '·

, .

Levanté la .cabema en cuanto of "Getvdo.

Mr. Baxter se acerc6 lent&mente; al Uepr eatneM lano de Catalina, y me mir6 entre curioao 'Y ftCiate.

Mii ...taba ila ansiada oportunidad, 'I .U,. embuogo, extraña perversión me hir.o volver la cabeM en otra ctinoo ción, afectando no verle.

-No tengo gran facilidad para las ilgmae,-<lijo llr. Baxter sin detenerse ni ap.-r eo1'p,_, cólera 6 embaque puedo prescindo de ellas en mia cuadros Esto no obstante, puedo <dar idea de algnn111 careetaree, y usted · jmaginar el traje que pueden lucir ó inventarlo.

-1 Oh, sí !-uclamó Cata.Una, booiéndole sitio en. la otoman a, y sin observar que él y yo, á quien ha visto blülar juntos, no nos hemos SB"ludado.-F.so será delici;.,., ••••• ¿verdad , Lía!

-Sí,--<l<>ntesto brevemente, volviéndom'e á C0111ne Rofü.rtons, que, sin embargo, <>11mcba á Mr. Baxter 1 no mf. por tomar nna tlooci6n de la notable JJannal1 W ooJ.ly ,-dijo Mr. Baxter riéndose, en tanto que 11c S-Ontabll en el sitio que Catalina le habla hecho.-¡ Sabe U.8lC<l fo que dice en su abra, impresa en 1681 y citada 1JOr Curios Lamb! .... "Déjese á 1118 mujen!ll P,geniOllll!I trat ar, c uando emprendan algo. de emprenderia rectament e. J'rimero q ue creen, y después véase Jo que del asunto digan ip.• hombres inteligentes. Jmn'iis he repri.scntado nna liistoriu é un simple peneona.jc, sin enterat'IJJJe antes t. estudiar sus húbitos y su fieooomia. El que quiera r&pn'J1Cntnr

•• Júpite r , debe ll evar riza.(la cabellera negnL, t6.nica de 'Púrpura galonea.da de oro . y senta...., en un trono ilorado, con nubes amarH1ent88 sobre Ja cabeza."

-1,Pcro como se informaba esa buena oeñora !-pregunt•5 C•talina. ri e n'do.

-Eso es lo que me be preguntado mochas vecea,....,.,,;t..

-(41)-

16 l:ferardo Buter io que ""' hace ..,_.. tnr deliei080 el tibro. &Por qo6 no acudir á i111 opoetaa por .. .. MaUcl HnBer, por ejempio.

As! charlaban y relan, en, tanto yo, eon el álham. ..OO... mis examin&ba <loe dibujos en eilenelo.

DI! pronto Catalina levmrt.6Be Para ir en h08C& de ua libro al ertremo del sal6n, y Cosme hizo Jo mismo para treer otro; 'Y por un momento n111 qneda.oo• 11'>1111 en la otomana.

- Hlibleme usted,- dijo él Bíibitamente, IDc.Jinimdooe hacie ml.-¡ Por qué no quiere uat.ed hablarme f

Pero yo clavé los ojos eu IOB dibujos, como si me fuera la vida si apar.taba Ja villfl&.

\ -¡Qué •he hecho ya para que me t;:,.te uated as[ f

Aun cuando hubieae ·querido contestarle, ya no me er" p08ible. ·

. Catalina '1legaba con ·UD tomo de Tennyson en la mano, y C08llle con un magnifico Dante, ilustrado por Gustavo Doré . ·

Examina.ron los grabados, W-iendo los trajee , e.n tanto que yo, indudablemente, <debía hacer mal tercio con mi extemporánea sociedad.

-¡De manera qu e tu guapo oabaJJero asiste al concierto de Mlldame Cronbelin !-!JI• dijo -Oliva, camino de Ca.. Jeton Street.

-¡ Cómo 'lo sabes !-lo dije con indiferencia. Jo ha dicho él. Va con les Rollertons. Me Un&.. gino le 1111.ce el amor á Catalina ·!ce he visto mor juntitoe mirando loe dibujos ile Doré.

La observooión no me "f!'l'8d6; me mol'C8t6 toda la n<>ehe, 111ientrM repasaba lllÍ8 piezu, cuando me aenté junto al fuego, en .iooto que lela bis eai:tae de WOO<!luu' y Fat-

-(40)-
¡.

-(.p)-tende, con mis pies l'lll "l tra.._i;o, y "Una prueba" sobl"l las rodillns.

Ba.ncr estuvo en su estudio tilda la velada; debí!\ haber dejarlo la p·nrrta aliierta, pues le oía Íl intervalos cantusar un estribillo.

Puse m{ts utenci6n. y 1l!l6 de iaa veces que él cantó mí1s iÍm'JlhO; pudo Ni tender]& letra.

Era. una nntij'!na canción coque un .amante se queja de que su nurncla Ir lmya y no qiriera hablarle.

Cundo terminó no pude con tenor la risa.

.1Sé lo '1 ne pensando ;tli can·ci6n oes una. repeticii)n <le s1N palabras de la tarde.

"TiúhlPlll" 1I,or qué no <¡uieN' UFtted ltnblarmeT"

Mi espiri tn de inPorrq:?ible travCRnrn me impulsó á sentarme ni f'h1110 ." 1·ard_¡rr algo que pudiera tomarse como . una pt•ro las dcsasbrOS8$ consecuencias de mi. primrr11-.'.!.!•''.. 1·1 .•-. tbba.n demasiado recientes pnrn animnrme í1 la '"U 1 ,'1'1 '\

E'i ta., ,. 1· 1 «one:irrto de }!adam e Cronhelin. es decir, el e nna f.1 'I' 'J"t' til•nr: mús de uconversnzion e" que de ronrit1r1 0 · t'it'C·uf antes mezclados con el auditorio c unndo 110 son 1·1•pl "rn" drn¡ .·n ln rpllltaforrna levantocla en un extremo ll 1•l 1;·1lii11 cl1111dc C'rtin instalados la orquesta y pia 11 o clr . .r un Yago rumor de voces sP deja oir entrl? • Nmto 'V C"'Bnto. <livrrtim'OR. pues A()rnOR nmigo.c; auditorio y 11t1i Jo1 t U!t . ." lHltJ f>llll. OclO milchM de las discfpulas (le <l flUl" C ron hPlin 1'Ttn !ffilo toman part<' ""loe; roros, ln_q com'Plnrt· ..-11l1r

-(43)-

del programa, y cuando la he cautado, y cuando herr Ton Kooig me ha cumplimentado por lo que le place llamar l;i gracia de mi fraseo, y Hama "eolesti.&l" á mi voz, me ...,Y-al lado de 1118 Rostellons, á quienes veo jwito á la araña que proyecta 'lllla foz deslumbradora en la 88la.

Poro antes de que pueda Negar bllllta eU118, se me aparece Oerardo Baxter, y me ofrece el braoo.

-Pcrmitame usted qne Ja abra paso,--dioo sonrienclo,'Y pcrmftame que la felicite 'PDr su i<1discutible triunfo. -¡Oh, no me adule uetedl-<lOOtesto riéndom e . -¡Qué ironía -en ese 11 mted"!

-Porque 110 me parece natural en usted eso ele 1ison.ia• y cnmplimientOI!.

-Una vez la l1i oe un oom:plimient.o y usted lo intcrprct<Í 1nal ,--dijo can mfü; gravedad.-Qoizás pucfü1 enrontrnr "1ro camino pnrn. atraerme su favor. 1No me ha p erOonado asted aun JlOr mi estupidczf -IIace -$ª tiempo,-le con<testé con franquer.a.-Pero olvidemos esa tontería •por la qne me siento e :y euyo r ecuerdo me arverguenza.

-Estoy di•puesto ií olvidar todo cuanto t1'!cd <¡ni e•a que no TOOU erdc,-mc contestó con vivc1.a.

Y luego, en luga:r de oneontnrrne junto Íl la fá111ilitt Rol·lcs ton s. vime sep tuda eerca do un mnectón d o plnn-ta s e.xóticn.q, c011 ?.fr. Baxter detnís de mí, ambos escuc hando Ít una joven que canta ba con m.agniflCa voz de contntlto, e r "Rayo do lunn ".

Eeeucbéla conl'o cu sneñ<>¡.

Sé, <tne cst..1 nllí. ú mi Jndo, y .que soy feliz , <"On una (' X tr&ñl. é inenarrable sensación de felieidod , que no podría analizn:r aunque quisiera.

-¡J.Je gusta á usted esa V1":f-me preguntó .ul termi llllr&e la pi01,a

:mtfo nn ,Púl>lico nu.mn1'090 y sPll'cto, si puede ·llnw or;r ní1bliro tnn t'Seogida reunión. Mi 11 Aria ele lns .joyas 11 cst6 ootre los primero¡:¡ nÚIJleros )

-Es 1111& hermosiaima contralto. .He gmta im. lll -...que eu escuela de emto. ¡No le parece á Dllted 'q1le vale mú aquella que &ita.

-Si. He oldo decir que ae dedica el. t.eatn. y que iri á Italia para

-También lo he oldo. Y 'hace biom. Una vos ,eomo la cuya no qneda:r en la obeeurid.ad.

-O como I& de ost.ed,-oi-..6 con Porque me ·han didho .que usted tambilin ae dedie& al 'Quién podía 00.irle aquello f

La ·idea me divirtió tanto, que eo me ap-..é i ....te de su error. ,

-Y si fuera "81,--dije rienooo,-,no cree noited que haría bien en utilizar 'llll talento que la enaeñanza ha m&·jorado f

-Fii uo tiene usted otro medio de Vida .... •i. -¡ Xo aprueba usted el que siga la profesión del tcatro f -:'<o qiúiera que se dedicase URted á el!L -P;iro se puede hacer, y ... .

-Espero que UBted no lo será,-mo intorrompi6 con más pasión de la que el asunto mereeia.-Lo ruego i Dios qu e aparto ese pensamiento de eu cabeza. -¡Poro si fnera preciso haoorlo !-dije.-¡ Si el pan ec>tidiaoo dependiese de ello! -¡No puede usted dar leecionee ú otra eualqmer ..-! Enseñar ií. otras jóven es .... -Pero imllgioese u.oted C80 de dar leecioncs . .. . reventándose dctrú., de un, tropel de moohachu hiilgum¡, como le p&sa lL 'Madame Cronhelin, cuando ae puede dmlmnbrar i aa público desde la escena, piaanklo fiorea J jo,y-. · J

-(45)-

-Eso ee joat&mmne fo que cletesto,--me dijo acr&mente.-Eeo ee io que joven ........... si yo tuvieee pod..aobre ella .... permitirla que me;-. ¡Qué penuria mte1 de un homber .... que la 1111'!'88 á usted , por ejemplo •... qué peoai.rfa usted de él viéndole tranquilo oomo loe otros apuntaban 8118 gemelos y diaeotían sus encantoa f -Si eran a.labanzaa, no m-eo que habría mucho m.al en ello.

:_Eao es lo de niMos. Si yo fueae su n10rido 6 su herm&no, iprtYferiria verla en el ataúd que en semejante degradación. ·

-¡Qué d!Jieioao cgolsmo 1--<!Iclemé, riéndome. -; Oh, todl>& somoe egoistu !--replic6 mistcr Baxtcr. Y como empezara la obeñma del "Tannhauser", nos rfOimos en la irrlpoeibilidad de mntinuar hablando de momento.

!Me obsernmdo el corro d ond e estaban mis amigos . Ol;va en un rincón flirt.ando con Jaim e Rollestollf!, Petra t ranq u ila"1ente •e nl•da j1>11to á •m Catalina mi r'..w1dome con frecuencia.

Oreo que cmnbi-a ría de flitio muy ÍL gusto eonm·igo, y pienso si lns sos p ec has de Oliva eobre e lla y Baxtcr serán ciertas.

Qui71lff Catalina hayn entregado su cora1Jin á este amigo d e s u hermn no, aun crnmdo, eegyn Wanchope, M.r. llnxt r r no se c¡1ida d e ·l &CJ mujeres.

Mo1 dl"J<'onciortn la pcroislentc atención de C11talina, 'Y me allmira qu e ninguno de m;B amill'l" ·ha.ya dicho á Butor quién soy yo; tcnrüna la obertura, Y me levanto, .pues "Junto al río" viene..' continuaeXio.

_,Y estudia ulf.8cl .mtlior-- IJll'l!gllDfa milfei: ter, ofreciéndome de nucv1 el ·brazo. ·

1 1

-Sí.-Ie oooñmdo.-J!lopero que lllto no le enfudará á usted.

-No; Mrs. le diri á wrted que nunca he sido tan Jabonoso como ahora..

-Me &legro algo imlpulsivamente.--Si yo tuYiesr •n ta.lento, eiertam.ente no lo dejaría improductiw.

-Piew.:;o trabajar ,.in dl!lllC&DaO,--dijo viYamente,-Antes nie cnillaba muy poco de conquietarme ó no un nombre. ¡Pero u.lh1ra·.- · 1í!

CAPITULO Y

1ABi, pnes, cree que pao el tiempo golpeando este des· graciado in•trumento con el exclusivo objeto de ganarme ia vida!-me dije riendo, sentada al piana, en la i;alR de Mrs. Wanchopc, &' siguiente dia de la "soiree" de Mme. Cll'ee nna pobre . estudiante, una como é l, obligada á gan.a.rm.e el pan con mi trabajo, á meno!¡. de no dejarme mllrir de hambre J Qué gracia tiene é'Sto, y eómo se 'VR ú reir Oliva! ¡Y cómo se herizarían los rebclloe de la tía Rosa si supiese que s11 sobrina Rosalia Somera Scott de Woodllay había sido tomada por una pobre lugareña, alojada en tma casa de huéspedes con ob,jeto el» cstudir música ¡>ar!' dedicarse al teatro 1 i<J.uánto n08 vamos á reir OliTa y yo!

Pero mi' alegría desaparece de repente. ' Oljva envía una effquelita parlicipándome que Eleonorii ticnl1''la fiebre eecarlatina y quo debo 'abetenennc de por su caaa.

Ella y su J1ermana ya la han paoado y no hoy temor: pero Mn. Deane no quiere expooenne; ni auo aiquiehl.

1 .1¡ " ...... J 1 ¡ ' '"""-
' ) -(47).. ,.

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l

oá Oliva en cllae de euto, p- 111 madre no quime qae J'leve el contagio i ning{m Udo.

iLa noticia JM m.rusta Bktlo, no e6lo por mf, 8ÍDo par Eleonora y 1a familia.

Le contesto á Oliva, y había decidí& no aalir -eque11a mañana, enando veo entrar 6 Ada Bolleetona que "tiene i invitarme á Jl8881" el dia en'Berkeley Street, _.,enci6udome después de alguna discoai6n.

Durante 1111 cinco 6 aeia sigQjmtea díaa, pué, Cllli todo ·mi-tiempo con 108 Bolleet<ma. ' 1.;,•i'-fltllll

La caaa de Berkeley Street era Dl1Q' agradable¡ aimapn llena de visit88, gente inteligente, .artistas, poeta!, pinto. Tes y literatos de amll<Js sexoe.

No noe faltaben asnntoe de entretenimiento, entre kJe . 'Proparativoa para el halle de trajes, , la MíÚ!liea, 'PUes en el aslón el 'Piano no descansaba un m!llllt!nto, siempre que hiibi e<;e auditorio.

Allí ví con frecuencia á Mr. Baxtcr; ·puedo decir que {L diario.

No ""'º que trabajllS<\ con .gran ahinco, á mnooe que "" pintu11e de noche ¡ pues siempre le vela con .Jaime Bolles1.ons, fwnando en es eetudfo .de éste, ó matlaodo con n..,_ otras en la sala:

S ·e <1u cd6 á comer algunas veces¡ lo sé 'PO"}ue cuando se • emprií a ban en hacerme quedar, se quedaba él _también.

tMc d11bnn broma sobre til, 'J)Or eupuesto, 1118 jóvon"" necesitan pooo para bromear sobre est&8 eoeae, y Je lla111abao mi hcnuoso paladio .

Pero yo mariposeaba con él aun cuaddo 61 proenl'811C estar siemp r e fa. mi a1rededor, y oo ces.me de miranne. .

Yo tenia que irmeil casa el 2 de abril, para Tañer i 1-/

-(491dree por el .,.....;,mio de hta, 6 IWllCll qne :no se qlm.., por·la enfermedad de m-a, -Olr..a, 1¡ue, me .mllla ami ..._ ¡,. días, me comuieii en una de sna cartaa qne ir i Brighton tan proo1.o eomo Eleooora pud;.. ....,_ .., cmrioo, y ne aeria impooible que el CM&mieuto er-..e alli.

La peawpeet>va de ver i Wllllilhq no me llenaba 11• fraooa Wrta.

Algo 'babia il.... • 1111 deetello 188 destarta1aolas habitaeion.., dé Mn,. lJ.... ape, UD algo que no babia eonocido maca en mi hennana fina .. _ . Jlero que me hll<li& muy feliz, aun cuando no plldi.., el por <iné ·do eeta f<>lieidad . . 'il t \ Un _ dia los Rollestom me llevuon visitar el estudio do un 'PLDtor, de cuyoo clllLdnJo habla oido hahlar ; un artista •1ue iba con frecuencia f. Berkeley Street , y que, desaliñado, desgreñado 'f descuidado C'Om<> era, había llegado li. ser •l hombre del d ia.

Al subir las eSCJ1 leras para el estudio, nos encontrarnos L'<>D lma joven una pobremente vestida¡ "P ero con un rrelro de tan extraordinaria •1ue me dcslumbr6 por M>m:pleta No .creí jamli.a que l:n rot.1:.ro lmmuno •pucliesc ser '8.11 pcrfeet.o, y Mrs . Roll c,,..oos, . t ambifai impre• im111 dn, •liabló • l e e lla al pintor famoso -¡A h , sí , dijo éRfe , de.iando á un }ndo fa p:1lcta. y lM piat..'t!r: 1--cs una pobre r:rtl>f'h::trbo \.lllU me sirve ele mod e lo ... . se Hnma 1311lnca' Su ma.drP e nna desgraciada, siempre "'"ndigan do .... y •iLm¡>n bebiendo. Mire usted ao re. troto .... sí, es una cara Volvió un lienm que -.talla de cara Ji lu pared .y vimos á la joTen de Ja eacalerr..

'f. .
-(48)-

Durante nn gran rato eshrfimoo adl'.llirando tanta delicadeza.

Aquella noche los RollestoDB iasistieron en enviarme el earn1aje para que fuese a comer con ellos. . .

A no ir, teníu que pasar una velada solitaria, Y sm embargo, fnl con r t•n 11irmmc>ia. pues tenia un montón_ de carta; do Woodbuy y Yatt eud en. reeibidaa '1'qu ella maDADa , Y " 'llts <1uc no lrnbla ronte,•tn<!o.

Fcro la tentación de pasar una 11ocbe agradable era y ''n ñn. á lsa siete de la noche me encontraba e n ca..,n tfo nmig:os, y como de costumbre, a.l1f cstahn illr. Rnxt cr.

-PJ'\•o;;umo onr 1H1 rrnbnju lL')tec.l ya dij e Pn l' I transc·urso ele ln Yt•lacla.

-l4Jn efof>fo .... <'reo eme estos 4íaA l os dos h emos siclo poco .clili!!enh•s.-eontest 6me con su Crnn en. 80nrisa . n strd .... aquí todos los <lías, de morlo .... que no he tenido tit'101no para eqtudiar.

_y vo c•rrH!O 111tní todo-s los días , d e modo .. . .que no mClo <rueda ii t•mpo pnra pi-ut.ar.

-Puro. 'cómo un nornbre si no trnl uijn t Y riendo . .;_¡ Oh! No 1r1) f'orrP g-ran prisa el un nornbrC'. ifp oírle. que jsm'8 lo haga u.<..1lecl. -l l11whni.i: !!TBPiR"' ! _(Jmrro <l"'4'.•1r • .que e!íp·cro que !411 l"Ot uo eee. jaruás daJ dnmi11 :,, 1ríi'hliffl.

_. y "<'tÍl 1lt' mí entonces !-objeté coo cómica gravccllld. p,.rniifR nc:f Pd H. hombre qne tra.b&je para ust ed,-diju apresnradarnenlo, ruborizado como nna aoncc)

••

Ha.-Deje DBl.cd que algún hombre conquiste gloria .... per mited Mori la cabeza gravemente, fijos mis ojoe en ol exterior."

)$atábamos junto á un b&lcón abierto, en uno de los ex ti¡emoe del piano, en el extremo opuesto, donde un famí tico, amigo de Cosme, interpretaba la "Siofonia f.Í.ntú.stica" de Berliot:

-M:iiis Scott, ¡usted cree que ol hombre que pu eda se 1· su esposo , In permitiría sa l ir á Jus tablasf -No ho pensado cu ello.

-Miss Seott .... ¡quiere usted casarse conmigo ! La mo cogi6 tan de sorpresa, qu e de momento no pude formarme idea.

\ ¡quiere usted ser mi mujer, y dcjanue el c110 de traba,iar ·para usted 1 , ·Mii:é cu l<> s ojos al qu e tan ansioso ae mostraba de tra . bajar par'ir mí , pero qu e no quería molestarse parn él. c'OTI esp""81-exclamé een enrnl sonrisa.-MP· 11aroee que hará usted mucho si ·

-Puedo vivir yo mismo. Es usted muy ' amarga¡ creo que ln causa á usted 11lacer el demostrarme .... si.

-Perdóneme oste'd, -dije, tendiéndole Ja. numo, ni verle t•n lastimado.-Es muy de agradrcer el qu e <1uicrn usted ayudarme del único modo que lo está ponnitido .... -¡ Agrodeerr !-exclamó apasionadameate, tomando I• · mano qnc le otreeia, y depositando en ella un nr¡licnte b 1>so.-,; Agrad ece r e l qu e yo lll ame eon toda Ja tu erza de m f almjl.!

--¡Pero si usted no me conQCc sino de l'lrntro día(dJjje, retirando mi mano con frialdad.-¡ Qué sllbc usted d• mlf

-eé que la amo .... que la amo desde la rprim ers noeh c·

l. ,! J1 '.¡ 1

en que ...,. vim<is aqul. Creo que me -n; de "" ,,.., antes de verla, cuando Mn. Wanobope me di6 refenaeiM de nna señora de cierta edad,-y i aqu! ee ri6. Yo reeoeda:ba las violetas y contemplaba una eatioella en silencio.-&. Temoa pobrta, Lla,-continnó ;-pero amindonoa, arto eeria lo de menoa. Y yo trabajaré anluamente .... trabajaré día y noohe basta hacerme famoao .... animado •por tan dulce esperanza.

-¡ Pero cómo nos va á pontr de locos la pata l-1llje oonrfondo, y •pensando <m lo que diria al aalJer qai6n. . yo ·era.

-; Y eué nos importa la gente á noootro<i--aelam6 d.,,.. deñ08&mente.-Sieudo felices, poco nos hemos de preocupar de ole demés. Somos pobres loe dos, y si ·queremos unir nuestra pobreza, es asunto que no le importa á nadie. Lia, ¡no puede usted interesarse por mf un poco, y <poner su ·dulce mano entre las rnias T · ¡Podía yoT

¡Puedo yo!

Me apretó contra su cor,,.roa, y mo bcF6 nnasionadamen- • te, y yo. Rosalía Somers Scott , dt> Woodhay, 11111nettm.. con una docilidad que no ' hubiera creído posible ,u.ince dfaa Hntes.

-¡ Oh , ésta es una 1ocurn !-ex('Jn.mé <'on tnrdín. pnuleo<·ia; TJreciso es confcsnrlo--Estnmos IO<'OR Ri penBllmOB aeria1nente 1m moment(\ en este wmnto. Uirted no posoo nad8, y '00 echarse encima nnn cnrA-a corno yo ..•. Unll. 1m1j e r N1yo único mcdio de vidn nstrd rc-pnwba.

-¡Mi mujer no caotarR para comer el joven, irguiendo la cabeza.

-¡. C6mo pienso. usted, pues, vivirf - 'D e mi Rrte.

-Pero antes de ello tendria usted que !miliar. )

/

-(53)-

-Lucharé.

-¡Y ai oueumbe mt.edf _ . _

llimdo ..t.ed el pmmo de ia Yie19ia.

-El µ11ted m1JIY mil'indole en groa ojQB ;-pero w......- que no ""'''"' lláed. -Venceré.

-Pero me parece 'i mi que 1lllted ansW. mujor ..,..__ hrar con audaces que persuadir con ........., trabajos.

-¡No puedo ser CODft!lleiOnal !-exclamó, ponién<ll.c tanto 11Crio.-Tcngo idem propi&a aobre la eloociáa ..,_ 'asunto y manera de .i-rn.Had.o, y no quiero adoptar._ de DBdie. , -Pero sm ideaa 11uedm no oonwncer ,.¡ ·público. .' -<Si el pítblieo no anprende, peor para él . -Si, y entre tanto, mted y loo que dependan de llllel. pueden 100til'llC Se queda sileooioeo, miri.ndome 11agamente, hasta que pe-: fin dice: -La verdad acaba J10r U.ponerse. --Si .... <mando se le penÜgue Bin -¡Trabajaré por usliol1, Lía, y la victoria es mía! -¡Quiere usted tral>ajar para mi , Gc•1·m;lo ! In clinósc , y bes6 m;,, eab.eHos; nn tmli cn1e y apOBione""' bc!IO .

-Mient ras hay-ll un átomo vi11a en mí. -';Entonces le dift Jo que ha de hn ren;c ,-dijc éE dia en <1ne 11 st c•cl vcuc111.. un en.ailra. IJlOr eieo Jibrns, ei ..ieue mlod y mt• picle por diré : 11 Si" . -¡Merced á ba eien .-..., LíaJ _......,. un •poco.

..i

•' ,.

-No,-<!ontenéle sonriendo también ;-sino porque me probará que empieaa usted i -¡Y entonces se euará uled comnigo, Lf& 1 -Si.

-i No tar¡laré mucho en pintar ese '):uadro 1---<!xclamó alborozado.-iAdorada mía, no sabe usted cuán feliz me ha hecho!

Estaba pegado á aú, su bruo rodeando mi cintura, su ea.be1.a rccliuudu en a mlia, nuestros corarones palpitando 111 µJÚsono

·-1.Jía. -me gritarou desde el piaa-0 ,-veu, y eantari'1s aquel rou<16 ...•

• (l'uvequc obeuecer, y así tcnninó aquel idilio.

-Su tia de U&ted ha venido.

Estas fueron le" palabras con que me recibió Mariana al en trnr en caMa. . -¡Mi tía! ,Qué tía!

· -Su tía de allá . . . . IJegó hllC<l cosa de una horá y b sorprendió mucho uo e ncontrarhl á usted.

-+i P ero{, qué viene! ¡Ha ocurrido algof -Creeré r¡ue no. n;.,e que le ha escrito á u.sted y la de cía qu e la tuviesen habitación ¡>reparada, pues piensa perman ccc r uqui alg6n tiempo.

-¡ Pi emm permuueN•rT--repclí, rcc-ordando enton cos cartas <111\J no babfa abierto &Ú¡J.

A'i lo ha di c ho. Está:oo la•al·a vnpule•ndo &Ja &m!I -¡Por qué!

---C rt•o <¡n e todo <*llo ronsiste en ol 11 coude". Diee que llf,r•. Wun c hop e la.J1a '"'gaiiado al 880gurarla que tlólo había eeñorns en casa.

; Quién puede haber i!nt.endo ' Ja tia Rou. f J

-

-<ss>-

¡Y c/ífoo ""tará cuando se ha decidido ll tomar el camino!

-¡ Tfa Rosa!- exclamé con de ta m'8 inoceutc siento n,o haber eetado panr. recibirla, querida tia!

-SI, yo soy,-<lijo, después de plaotar un frío beso en mi nariz.--Cref que no habfu venido á Londres para ,pasnrias Y<>l .......fuera de c883. .

-¡Pero estaba con los Rollestons, tía; peraon88 mu,y r espetables!

-¡ Hum 1 ¡Y oómo has vuelt.o á eaaa 1

-En el carruaje . . . . oomo siempre.

-Te escribl ayer, ¡ac ha extraviado la carta.f -Que yo sepa, no, tía. \ -Eoo damuestra que no lees mis carta&.

-Tenía mucho. prisa esta mafrana. . . . me desayun é tarde y miedo de perder ta clase, Ecbé una ojeada tí . su carta; pero sin dnda olvidé lo que decla usted referente i eu. vnida.

Nada me dijo acerca del huésped de Mrs. Wanchop e; pera conocia tan bien como si me lo hubiera dieho, <1u e algún oficioso fo babia escrito sobre el particular.

SoBpecbé de Mrs. Dcane; pero no quise hacerl e -á la tía Rosa, ni ella dijo una palabra aquella noche. Parece qu e Mrs. Waucbope no tenía habitación pr e. p1'rad& para mi. En esta. cireun91:anciaa -Querida tia ; puede usted OCl1Jlar mi dorm itorio. T o do...,, iré en el oofá. Aunque bien penoado podría dorrn;r en ol cdarto tocador, si Mrs. Wancihope puedo prepararm e cnal quicr coea.

-Lo est.ll arreglando!. No me gusta e&& mujer, Ro.alfa. Tiene una lengua virulenta. ·

-:-l Conmigo siempre ha sido mny correcta, tia.!

-¡C..! Ja de¡jM hacer lo qne ella quien. allu quemado otra Cl08& qne carbón e.'°"'8 cte.de tu llepeat -Siempre he tenido na bnen fuego, tlL

-Pnea me sorprende. l!I carbón qne vde en no "" que carbonilla, y me parece que t6 .,.... i,m para exigir otra cosa. Y el té que me ha dado era ble . . . . perfectamente deteiitable.

-No fK11 mny inteligente en euesti6n de tée, tia n..a,...:. co"""8té bostezando.-Espero que me baya 1Jlted 1.rúdo .iA'Qll& gol<Jllina de W oodlray ••••

-Mida 'he traído. Mañana nos lllllnllimnoe ' •. ,_ .., ya basta y aun sobra de locura, y tu tlo eati mJJ,T ¡por haberte dado su COIUlelltim.iento.

-!Maiiana, tia Rooa!

-Ni una hora m8s tarde.

-¡ P<lro usted qu erní ver sigo de Londres, tiita'f

-No deseo ver nad&. Unicamente sientO no haber aabido mace tres s emanaa lo que eé ahora, y to ridlcula ,.._ hubiese terminado más pronto. ¡Lo que no puedo eomprmi!ee "" qu e tu tlo Tobiaa aaintieee á tal extravagancia!

¡Pabre tia Ros a l

¡Si eupi eaes d e Ja misa ll la medi a, tu.• lam e otaciooos no t e ndrían t é nnino !

•Ea mi p echo "m" t,;..,ifo " ....... J<.:: ahí 11. in c urrido e n error 6 en iJo que ella tildaria de t:" rror .

S i no hubi ese venido á "Londree . . .. 'bueno, mM -.ale DOI f)C HSUJ' CD Cíl O. -Me es ma t cri j\lm ente imposible salir mafiana. tia .•••, ee 1p rec iao qu e d iga á Mme. Cronbelin qne me ..-oy, y delie d""PC<lirme de mis amigos.

Eecn'bel cs . ... una esquela_Bine pera el - ·0

J

-(57)-

No quiero eecrib·.r. No puedo Mlir mañana ; pe..o si, si usted no quieni permanecer en Londrea.

-No quie ro dejarte, Lb. -Bmlno ; pues saldremos puado mañan&. tu tío me e nvía para que t e ll e vo i casa inmediatamooote 1 '

-No qui ero salir mañana,-n.petí obst inad a mente.

•Y nri títa. qu e me conoce de Mtigu o, creyó prudent e no ins ist i r.

Ea prce iso qu e vea á mi pfotor. E."8 ea Ja id ea que va g11. por mi

No puedo ma rcha rm e s in v erl e;¡ p ero cómo nr r cg larlof

Probabl em ente no le ve ril m añ an a e n casa d e los Rollestón s; y s i esto s u cedo, ten d ré q u e irme sin d ecirl e a d iós. ro no so ii é q ue f u ooe ta n b re \' e.

\ Yo sa bí a que nu es tro t ie mpo no RC.' rí a. muy d ur ad e ro ; p l'!-Espero q ue no RO en f adará nsted muchn, tín Rooa. ¡ A. h! L a cama es mu y c6moda.

t-s T vdo esto me tlei:t1• 11r1!,lablr y anlipíLti r o e n sumo grado . • -No l o CS tanto. ,Y se lo ri·,, f)l"t .!TM:1do tnrn.-JH> clescl.c> <111 c aRisto á lns clf' m 1ulnm c· t íu Ro:ilt. hu fa. d e,jím dosc e11rr Pn unn Nilln. - ].;o mo.ior R<'rii i r ú In rnolHl tL E 11 clc•11 d o la hu j í11 y b1 p r t'<'c d o rn In al <> ohn.

A mí me han instn lndo u u ·cntrP c>n el rnurto tO<.'ado r ; pem : rntt.,; <h· ir1 11 <> ú Ja cama, m e sie n to junto nl mo r ibundo fw..,.. llº y •ob r e IO!! nco nteeimicn t tos del dín.

A IV siin1icnle mnñ nn a., f n í ii casa de madame C ronhelütl y Jn ,Ji, fü1tle•lon$.

B stmi si 111"ieron m uch o m i r-Of}{' l) tina mnrclm ; A d a sobre'l to<lo.

1Mr. B axter no estaba alli, ni nadie le nombró. ·

1 ). 1 ) .1 1 1 ' i1 ' 1
1 • •

Regresé i Carletmt Stftet i la hora de almorair. cuando 108 Rollestons insistieron para que me quedase, .Y at punto que termmiíbamos, entró Mariana con unt tarJeta 41ue me entregó. . -¡De quién ..,f-pregnot6 m1 tia con. l"CCelo. . . -Del caballero de arriba,--conteet6 Mariana con mal1c1011& expresión . -¡C6mo!-excllilaa Ja tía ROiia, d1?jando caer el cuchillo en el col 111'1 de la sorpresa. . -Dígal<' umed que pase,-dije con calma.-Tía Rosn, le preseotn ú u.•ted á mi lilDÍgo Mr. Baxter. Mr. Baxter, tía Rosu. · ., d · Gernrclo ·y mi tía hace una ligera 111chnac1011 e cabeza. T¡riílanl"" lo-• oios. á través de las gafas, eomo los d e sn gto MCLff. cnsndo "" irrita. . - Ilo t enido e l Pf"Dtimjento de 01r qu e usted Rf> marchab R.-<li.io Gernrclo Ba:rler, tomando . -Sf,_., outc.,,1.é riéodome,-uü licencia !Ja ternnnado.

La tía R,ooa •• bastante sorda. . Pnrn qne oiga diKtintament.e hay <¡ue habl&rla. deapac10 y cos a 'tne no necesaria en el _m_omento. -¡ Qnizf18 habre sido demaaiado atrl!Y1do 1'101eodo á ·in ':r-tlice él soariendo.

_ Huh icra sentido mucho mnrclrnnuc sin decirle ad iw. l , ín. An1c cnauclo '!

. pennt<' usted que lu de vez en - Oh. no .... (•reo ·qao oo, - r'Mpou·do apreeurndnmente.- n-0 1podrh¡. 4Qntcstarle. _ 1 Pn Q <'Ó7nil t°O"'! á. Tivir sin verla. ni sebtr de n<l cd? . . -- F• w·••!·i " tlll t' t.r<J jJeje usted , -digo i;;onr1codo; pero c:o u lú.i(rI.... .!.-. J. lcl.'1 ojClft.

-(59)-

-Pienso trabajar. He sido muy d88preocupado, Lía .... no aafJe usted lo que hay en mi sér de bohemio .... pero el pe-;ento de en amor me a,oimará, querida mia , pue.• empiem á odiar todo cuanto desagrada á usted.

Hay algo en eata franca• confesión que me entristece. ¡Sei6 el aOl()r suficiente para hacer aemejante cambio!

Si m olvida, ¡no vol vera á sn antigua vida T --Oerardo, ¡me promete usted decla.ríinnelo francamente el dia que UBted me olvide f '-¡Olvida.ria, Lía. f

-Si usted m e olvida, prométam e decírmelo inmediatamente.

-L-0 prom e to ; pero eso .no es pOAible, ado;.oo,n mía. No lw .amado nnncn , ni amaré más que á usted.

\. La tía Rosa nos contempla mnda por fo sorpresa y lo mdignacióo .

¡De -qué estamos c uchicheando B'qncl joven dM<'onocid n. yo 1

.Hacemos general ila conversación, y vein t e minutos d r;; . . pués 'ae despide Q.;rardo. · ·

-Atllóe,-diee tendiéndome la ma•o, después ae llab e r & mi tía.-¡ Es cruel el despedirse de e•r modo J Mis ojoe csfJÍÍn llenM de lágrimas, y temo llamo r la a l ención de la tia Roea.

Pero líeta no nos mira -¡ A'di6e !-digo maqnin&lmlmte .

Y aaí noe aeparamCB, él para volver á awt oo •••eluíd ocr f•uadroe, mie.tnrae yo, em'p&q_ueto slgnn&Q Jágl'it11u en rni rnal#ta: llUl prim"r"" dtlllde qoe era niño.

l .., . l . J -(58)-
· )

l. 1

C.A/PITULO VI

- E n fin, Lía , euant.o más te considero, mlís.., aferro 6: fa id ea d e qu e eres In c riatura más extraordinaria del mu ndo.

¡ Ex t r ao rdi aar ia, Oli va T . -SI . . . . ¡pensar qu e estabas satisfeeba en aqneTlos obsc nr os y pob r cs apose n tos el e Oa rlc ton S t ree t teniendo Ne rn cjante <·asa !

¡ Yo rrn fr l iz en Carl et on ·S lreet!- con testo aoña 1l orumPnte.

-¡ Pcliz ! ¡ Porque estaba a llí tu p i n to r ! _ ,rtu m adre mr hizo u n fi nco 1m rvi c io 4!He r i bi é ndol c ii mi 1ío. Oliva.

· P ero á IJ\J\m á n o Je ']llncía el qu o cslu viCMs nlll ' "oln.

¡ 1onfC'rÍfl ! 80.v cln rña rl f' m i TlCrNOUa, Ol i vn , y THll'dO IHH' (' I' ('lHIJl l O JIU' pl H?',('jL H nsta muñnnn n o, q u erid a mín ,--oo otcst{, Oliv11 ri cndo.-De.<1dc mnñnmt ser á' libre, feliz é ind r pendionte.

-;-Y lo seré p r íictillam en tc, te lo WICgllro, ,.. pon d i.

J

P-""'bam<Je hacia Woodliq, de donde el bo.que ...., ....

l!ll tiMli>O ee propio de jhnio, un tiempo preei.., ; t'*9 ..U. bo.qóee eon un conjonto de foll,lje :r, de dWeo8brae, mia pradoe una nota 'de púrpura y oro. Entre W oodhay y la rect.oria se desliza un arroyuelo JI 4etr'8 de M, ee extiende un campo de heleeboe.

-1 Te ecoel'd.aa e iquiera de tu paiaajista, Lla f--me guntaba Oliva, mientrae ...travesábamos el lindero del "°9que, bañadaa &lternativ81!Dente por el sol y la sombra. -¡SI me cu erdo de él f-exclamo.

gra ndes amill'09, lo sé, aun c uando c reo que le h89 olvidado. Jaime Rolleetons 'bromea mucho sobre tl .. · • _ creo que él es1á eepantoesm ente enamorado d e ti, Lla, h,.._ ln(l8 9J1&rt e. ¡ -Jan..., Rollestoos es un gran l oeo. -1 Ya , ya lSé que no tie ne mnoeha forma,li dad . . . . p .. ro ya Abes que cuando Tino á Brigton por laa bodM de Petra, dijo que Gerardo Baner ee babia quedado OD la pW 'Y loe hoesoa, que trabajaba coao un negro y que quede conquistar un noiüre . ---SI. . . aat me 10 dijiete,-aeentí con indiferencia, aaa cuando lo recordase eomo ella. -Pero deede entonces ha caldo,-dijo OliTa aliánd... la bldnda cabellera.-Pobre ;ioven, creo que ei:perinwn6 alguna dcepei6n artiatiea. . . tenia que vender un cuadra Y e6lo le ofreclan ochenta librae, en fanto que 61 la apreciaba en eien/ y no qoerfa un céntimo menoe.

Una aguda pena traapaa6 mi eorasón como W. puñal. Esto e ra lo que yo me temía, la reacción deepnée de d ece pción cualquiera. ·

- D e seguro qu e lo s ientes, Lia,--dijo Oli va mirándome.-;¡

-(6o)-

l.

w-troo le llamibamoe tu novio ... pobre joven, que parellia tu.sombra. .

-Hablaa µ., 61 como oi se hubiese muerto, Oliva,-dije un éaoea-ente.

-Temo que haya caldo en el vicio, y ea peol' aun,- coutlllló Oliva sentencioeamente.-1.a otra noche me encontré Jaime Rolleatona, y me dijo que apenaa vela ya á Gerar.., Buter, que &!te no iba ya (& Berkeley Streel y que lemla - "" hubiese dado á la mala vida.

Oliva camina delante de mí y como el sendero es estrecho, tiene que mirar donde pone loe pié&, de modo que no vuel-.e la·eabeza.

Me alegro de que aai aea.

Si me miraae no dejaría de chocarla mi excesiva palide'-

-Es una lástima como comprenderás,--<JOntlnu6.-¡ Es &u joven y tan guapo! Catalina Rollestooa me ha diche ••. ya aabes que estuvo en Brighton un dia antes de marcharme ·yo ... que paa6 la otra mañana por su' lado, en Regent Street y.., le oprimió el corazón al ver lo mal ropado que iba. Me ijo que Je hubiese hablado aun, tan andrajoso, como iba; pero él paa6 BÍll mirarla. Supongo que conocería que n<> eataba 'para hablarle á una señora en la calle. -l Se aloja aun en Carleton Street !

-No lo sé. Jaime no sabe tampoco gran cosa sobre él. Diee que no le gustarla que el otro creye;,e que se metía en .. vida privada, pues es tan orgulloeo, que si le una comido, pensaría que era porque su 9Cmblante expresa hambre.

-¡De vera¡¡ es así !-prelinntó 80JJU1menle apenada.

-Veré.e ... está muy flaco,-respondi6 Oliva, riendo ligeramente.-Pero allá están cooatruyendo arcoe de triunfo .• jablns esto, Lia ! · )

-0f decir algo. Dan:moe la vuelta por el jardin. N<> deseo que ooe rodeen con un ejambre de abejas.

Aband.mando la alameda, abrl una pequeña verja abierta en la tapia, coronada de box y hiedra. _,No quieres que te vean, Lia t -Hoy no, si evitarlo .• Bastante mareo tendré mañana.

-Querida mia, hablaa de tu mayor edad como de une ...,. triste.

-Ea para mi un fastidio.

-lQuieres decir que Woodhay será en lo aucesivo un rtidio para ti ! -¡Oh, no l No pienao abandonar estoe lugares. -Asl lo creo,-replicó Oliva riendo.-, Y cuándo ven dréia á vivir aquí, Lia 1 -¡A vivir aquí 1-repetl diatralda.

. . . no haces más que repetir mis palabras desde que ealimoe de la rectoría. 'Cuándo vendrás á habitar la caoa solariega ! v

-No Jo sé . Pero creo que no aerá huta que el tlo Tobiaa no se retire, por viejo, de de sus funciones rectorales. -¡Pero no puedes vivir aquí sin el tío Tob!aa 1 -¡Yo sola, Oliva! tener algunas señoraa de edad contigo .. . -Creo que con una 8(lbraría-dije encogiéndome d& hombr06 .

-Por de pronto yo sé de una . .. para más adelante . 'Pero no podrla la tia R-Oea vivir contigo 1 -No querrla dejar al tio. -Tuftio podía traer al reverendo Jacinto del Bosque para que fe reemplazase. -Imagino que el tío no querría .. . ademáa el reverend e> quiere establecerse en el pueblo . . . ¡has visto la linlla·gran

-(62)-

ja, oerca de la ig\OBia, precisamente en el uioo de la reet.oña r

¡Va 6 oaaane quizia Oliva eon gran interio.

-Ea probable, aun cuando no he oido hablar de tal 008L

-Espero que no se caaari,-d.ijo Oliva patéticamente. No me divertiría aquí lu mitad Hi no exietiese un reTerend• Jacinto del Bosque.

-¡Por <J.Ué, pues, le dU.te calabMJl8 al Yerano p ..ad•, querida mia T · .:_Oh, ¡comprenderás que estaba bien preparada para Pilo! Pero de todos modos , no quiero que se C8.1fft con n&· die.

-i Un deseo muy halagüeño para el reverendo 1 Pero ven y coge algllll&8 fresas , Oliva. Le he dic-ho lt Digg"" qne necesit.aremOR muchas freeas y mucha crema.

El anciano mayordomo, que esboba en Woodhay desde antes de nacer yo, se noo reunió en el vestíbulo.

-Buenaa tardes, Digges. ¡Dónde están laa fresaa y la -cremaf

-En la mesa, señorita,-me eonteat6, abriendo el comedor.

Un vasto y alto aposento, con techo arteoonado y guardapolvo de nogal, que le dan un aspecto algo llOlllbrio. · Pero el brillante ool de junio "" fiiltra por las vidrie.... • poUoromas y BllB deetelloo multicolores irillan el pavimentado pulimentado.

-Me admira CQmo lodao eatao majeatuOIOI abuel\ll tnyoo no te han legado mú diacreaiún, Li11, --0baerva Oliva eumina.ndo loo retratoa de famifü1.-Si lodoo eaoo gr&Tea y aeYeroa peraonajea me estuviesen acechando inceaantemente eón sua pintadoo ojoe, creo que serla un poco más rírida y más enYarada y más dignificada que tú en.... · J

-(651-

-Nuea- loo miro, conteaté Ínfl'enuamente, reelinándoma en la llilla, y mirando haeia elloa.-Somoe una familia .butante fea, Oliva no cabe duda. 1Esoe abueloo mioe espantoaamente feoo 1 • • -¡Supongo que no te contarás en el numero, Lia ,__ dijo, mirindome de 8081ayo. · _

-No aoy una beleza, querida mia. 1Fijate en el extraonlinario efecto que ese rayo azulado produce en el roatro de mi biaabuela 1 1No parece eomo si la hubisen disparado coa pólvora f!Ola 1 · -1 Mi querida Lía, si Digges te o:yese 1

-Me guardaré muy bien; además, et1 tan sordo eomo la tía Itosa. '

-Y después de todo, tu bU.abuela tiene tus mismos ojee.

-Puede ser. Y según he oido decir, era la cabeza m6a dura de su tiempo. Pero Oliva, ¡ acaao no puedes ya eoa laa fresas!

-Confieso que he quedado reducida á tan d eplorable tado, querida mía . .

Al contemplar la mesa, con su delicado servicio de cristal y plata , las tortas y las c remaa y los platoe ele fresas, sentía que se me oprimfa el cora?..6n al pensar en mi pintor. Quizás tenga habmre, cuando en mi casa sobra la ce>m.ida , cuando mi s criados tiran la comida.

ERte penaami ento me ll ena de amargura.

--Quiero ver cómo han adornado el salón donde van 8 bailarf-dijo Oliva, levantándose de la he oid<> decir qiÍe el d eco rado seria espléndido ... de garáneos y clacon orlas de verdura.

-Croo que sí.

TJía , trngo un clesPO de pegarte. -De lant e de mis nbudos, Oliva 1 r ' 'j

'1
' ..

-Delante de todo el mundo. ¡ Oh, Lla, no me acordaba de eM nota para la modista 1 La dejamoe en el abaco. de la -Serlt torUe para echarln al eorreo. á menos que no vaya A pedirle al tío Tobías qne se encargue de ella. -¡Quieres que vaya yo T -No, ciertamente. Si ha c\e ir alguien, seré yo. -¡Pero puedes em;ar á alguien ! -No la C'ncontrnrían. Nncln he de hacer ahoru; de modo qu<' si qnines Vl·r lo que han hec ho 108 eriadm C'n el rrntio ¡>twdPs ir al1í. en tanto que yo me encamino ú In y doy ln cartn ni tío 'robíns.

Este t11·1·'•1CIO <4º"''ino 1!_ Oliva, y ci nco minutos después, estoy el<' n11t•\'O en mi bosc¡ne. atruvt•Jjnuclo los somhrn!i y los claros sa pirando la d elic io:-;n. brisa d e In seh·a.

Caminaba lentHmente; el arroyuelo murmurador á mimano.. rlyr e<" lrn. ñ mi izc1ui erclu las abruptas rocns1 tapizadas de E"mnsgo y tle lw·lE"rhos.

lbn p{1nsnn<.lo en 0Prnrdo Buter y en t J ensueño qut? había h 1 nido durante mesC's.

¡Me habría oh·idaclo 1

:Es ta e ra la pre1111nta qne rluís me co nturbaba .

Si me hnbía olvidnclo, ¡'cómo ei; que no me lo había h ecl10 saber!

Me prometió hac erlo Así en la sombría sala de Carelton Street ; éstns Ineron sus últimas palabras a l despedirse demí.

No me h1tbía olvidndo, pues de otro modo ya lo sabria _yo ¡ es to me repetía una y otra vez¡ y con este pensamiento en mi co razón , al levan tar los ojoe vile delante de mi, an · drajoso, fla co y drmac raJo, Jo pié en el lindero.

-; Geraruo !-grité. .l.}.

Y •in embargo, permanecla mudo, m.irábdome como si yo fueoe un fantasma. ·

Pero era él el que parecfa una sombra de su sér primero. , -Gerardo, ¡de dónde sale usted! ¡qué viene usted á ha· ctr aquí T -Vengo él u Lóndrf>B ,-contCRtóme sin gran alfgrín en su rOfitro ¡-d e con objeto 'tl c verla H usted.

Algo en RUS maneras me impr $io nó , hdll11dou1e la 8Ullg re en lus venas. -¿ Virm1 u1o>tetl á deuirm r que n o me quiere yn J -No -«•o ntcstbm e de un v ivo ca rmín sus fht111•·.iilln:..: ;-j11m6H hubi ern ve.nido á d ec irla eso. Sentí urrn !Wmmei6n d e aLivio.

.."-pennH si hnÍlíu dudado d e él , y s in e mbnrgo, s u iji6n me oprimía e l pecho como 1mR mµO de hi<'rro. Pero si me nmn aun 1 todo lo demás importa poco. prometió decírme lo si ll egaba el caso

No la he olvidado á usted,-dijo casi fcrozmcuto ;-pero • •• j ojalá lo hQbie ra h echo! -¡S iente usted no hab erm e olvidado 1

-Si. . • Dios me es testigo. Todo me es indifer ente, siempre que usted no me hnya. olvidado. Despu és d e todo, ¡qué importa nada , si n os amamosT

-¡Si nos amamos !-r e pitió d evo rándome con la mirada. -Si u s t ed me ama,' Gerardo, puedo perdonarlo todo.

-He Juchado rndamente,-dijo con voz ronca y volviendo la cara ;-he luchado rudamente para ser digno d e US· ted, Lla.

-Sé Joao cuanto 11sted ha hcel10,-contcsté tiernamonte.-Lo sé todo, Gerardo . .. mé lo han di cho. Pero In empresa no e ra para mi . Fué un día desgra1•ia-

,\i . 1 1 'f ' 1. -(66)-
)

do aquel en que u.&ted empero i amarme ••• si ee que ama. z

-¡Le amo !-exclamé, levantando mi cabeza tanto oomo él ioclinalla la auya.-Le amaba, continuo amindole.

-¡Espero que no !-exclamó viva y apasionadamente, extendiendo las manoo como para rechazar mis palabras.No soy digno de usted ... no debe permitirse otro pe08&miento con uo miserable como yo.

-¡Pero si yo le amo á usted, Gerardo 1 ,-¡ Pero usted no eabe cuán bajo he deecendido 1

_:No tao bajo que no pueda yo levantarle con la ayuda del cielo.-dij e yo con el mismo tier noacento.-No prellm· da usted alejarme, Gerardo. Yo no seria mujer. si me apart..., de s u lado porque es infeliz .. si fuera usted venturooo no me preocuparía la mitad.

-Uated es un ángel,-exclarnó con .voz entrecortada, con el rootro aun desviado.

No había dado un paso pare ' acortar le distancia que noo separaba.

-U•ted debe l1abcr sufrido de8de que noo separamos,- • dije ec·hando una minadn compalliva l'D su demacrado rostro.

-¡Sufrido !-rep iti 6 con indesereptiblc entonnci6o.-Uía, si usted me anrn.ba ... c·omo diPr ... ¡ por q116 no Ke t•11Ró ll!it ed conmigo f , ParK uiioclir un uurvo pC'l'IO ul r1ut• grHvitn solH'e usted, Oorardo!

- ¡ [-e temía u•ted ít In pohrn'" f ¡Qué importaba, morir ite hitmbrt>, muriC'n<lo juntO!o! T PPro no hubicru ocurirdo rso . .. uRtPd me huhinru infunrlic1o vnlor parR J>t't"8e\'Prnr. i:;ido felic ·t>R, l.1íR . por q1w nOR nmKhamOR ; ¡ pt•ro e<iO i;Je ha. prrdido para Rif•mpri• ! · HuLluhu J u pri s u1 f•x1·ilt1do ; ¡u·ro t'lltPr a loc·u e ul'ia. )

A no por eeto, le liubi- erebio loco 6 embriagado.

P- no me petaba aquella espresi6n, aquel deeeepe....i. d.....00 ID ojoo.

-¡Pul cruel! exclamé, teadiendo mis manoo.-Mueita gente dirla que obre prudentemente; pero mi coramn diee que obre mal. Debí caaarme con UBted, 6 prohiba que penaase en mi.

Miróme atentamente; pero no estrechó mi mano.

-¡Qué hermooa está usted, Lía 1 Quisiera poderla pintar ií usted, con ese bosque por fondo ... ¡ loco de mí ! ¡con qui derecho pretendía yo h¡werla participe de una vida de pri.,.. riones y trabajO. f -Amándole, las privaciones no podían asustarme. Net debl dejarle luchar solo con la pobreza y la tentación. Fu6 cruel y egoista equivocación ... eeo hMe que me censurecien más que paeda censurar á usted. -Y sin embargo, si yo la amase á usted como debiera,dijo ansioso,-podía alegrarme de verla á usted aqui • feliz, en medio de cooas tan brillantes y hermosas. Y me utraña,-añadió con una risa glacinl,-que lleve usted IRl bondad h asta el punto d e hablar con un pobre harapiento, con un desdichado ' como yo.

-¡Le extraña á usted !-contesté con alguna frialdad.Veo que tiene usted un pobre concepto de mí, Mr. Ba:i:ter. -No esteba seguro de que usted me hubiese olvidado. Parecia usted quererme ten poco antes ... era yo quien la quería con delirio Me dije: ''Me despreciará no tendrfo ya máepe en mi". Y este pe088miento me hizo perder todo i.nterés ... No me importaba lo que pudiera ser d(' 'DÍ. • eomo no me importa ahora.

-Pero á mi sí.

-¡A usted rándome en lo sojoo,

.. con alguna curiosidad, _,

.; 'j • ··J '¡ -(61)-

., ...

-& Cu intas veeM le he de decir que le amo, Oerardo t --Pero me odiari 1l8ted deecle el dia de boy, Lla ... , -& Ha vnido 1l8ted con objeto de deeirme eso 1 -He venido porque me era preciso verla á usted otra ...,,._ ¡Sabe usted que hace tres roses que oo la veía 1 ¡A quien se lo contaba!

Pero me contenté con responder fríamente: -¡ Cúmo me ha encontrado usted!

-Sabía que residía usted aquí coo un tío. Usted me dijo qae era el rector <le t.'Hte pueblo. -¡Dónde reside usted, en Yattt•rulcn i

-En una posada de ese pueblo. Y hoy había saliclo 6 toDULr unos upuntl'H,-aiíadió. c:oo una triste sonriK&.-Me dÍjerou que h nbia sitioH muy lindol'I en W.o<lluty. PPro he pensado que l!lin permi!:IO del propietario no podría in sta lar mi caba ll ete.

-Pm•<lo ohtener ese permiso muy fúl'ihm.•nte. ·-1 L<• eonol'e u•ted 1 -Conozco aquí todo el mundo. · -Los apuntes no we co rr ro prisu. , he. vt>nit.lo por ]a á usted. TP...ngo <1ue dt•eirla ... algo qut• m>ccsnr10 que la diga ... ' -Y yo 1-intern1mpí con el corazón goZOKO,-también tengo algo qu• decirle, Gerardo. Pero tengo 1• 1 <'Kpricho ele -reeervarlo paro mañana .. ,entoneefi lo snhrá uKtl•<l. Si viPn, uMt.•d mailana aquí, lo sabrá un secreto.

-Entonces gnarrlaré lo mío parn malinna.-<'xelumó con Ja miHma ansia que un nitufrago se abalnn1.a Íl un marlt•ro,y ttt:ri un rnyo de luz en IWi tinichlM penKur In volveré H ver mañana. .

.......Si se Jlª"" usted por Woodhay, vcrú una fit••t• populnr. -No estoy para fiestas,--Contt!Htó con amarguru1 mirli.ll-«lo sus miserables ropas .

J

. '

-1 Ob 1 A1lf habri .de toda c1- de gente.

-¡Aun mendipo como yo! ¡Qué oeurre, pues!

-Se celebra la mayorla de edad del propietario de W oodlray. ¡No ha visto uateil loe arcoe de triunfo á lo largo del cllDlino del pueblo !

-.No; he venido á campo traviesa. Mi patrona me dijo tJUe era un -camino permitido, aun para 108 vagabundos como yo.

-Tengo la segurid•d de que la posadera no ha dicho una 1·0"8 tan descortés. ¡Qué hubiera usted hecho á no tropezar t•onmigoT

-Espiar la rectoría hasta verla á usted,-contestó con un dt••tello d1• •u antígua jovialidad. maneras me hubieran entri stecido, á no saber cuánto. 1·eirla a l siguiaoft' dia por su poca fe.

-Es preeiso que me vaya,-dije por fin, peo"8ndo qnc Oliva me cree ría perdida; pero le A. usted mafütnu. sin !Alta. · 4

-1;Vendré,-respoodi6, mirándome con ojoe tan tristes, que se me oprimió el corazón.-Mañana que le vea yo á UH t ed, Lía, y dese_ués ... el diluvio.

Pero no era éste el programa que yo p lanteaba o.1 con tinuar mi camjno hécia la rectoría.

.•

CAPITULO Vlf

-Lía, tienC8 un admirable poder de adaptación. -¡Qué quieres decir 1 -Que todo el dia no parece sino qu e has 011tado haciendo de madre superiora toda tu vida. 1

-¡Por qué un tropel de anciano sy de niños no han logrado ponerme nervi08& ' -Cul::L.Ddó rompió la JllÚsica , y cUOl!i empezaron Á vitorear, por poco se me 88ltan las lágrimas. Y tú, ftla como un témpano de hielo . ¡ Rin cambiar de color, mientrM yo temblaba como una hoja !

-¡No todas las mujeres son tan pevM como tf1 1 Olivo! •

El tio Tobías acababa de dar les graciRB, en mi nombre, por el discurso de felicitación que pronunció el apoderado, Mr! Pront, y por 111• deseos d• futura felicidad, mla y de mi casa , expreiados Pn su nombre- y pn f'I dfl IOA a.rrendn.ta- . rios y colonoa.

Y' siguen los gritos y vítores. ha•ta qu•, aprovechando no momento en que purdo desli1..arme ein ser vista ¡ por la espalda del jardin, y saliendo pór una puertecilla al bo&J

-(1.t)-

•u•, corro kaata el arroyuelo, y le veo reclinado enro..

-¡Geranio 1--«ritó llena de júbilo.-¡ Gerardo 1

El oe vuelve al eonido de mi vez.

-¡Por qué no ha venido usted á disfrutar de la alepfa genéral! ·

-No sentia deaeoo; mi corazón no está para aleg,,_,_ • me contestó bruscamente, mirándome.-¡ Y qué ruido ..._ ineoportabl• con sus gritoo y sus cantos 1 Y usted ... su,_. ¡¡o que estaría en medio de todoo.

Ron riendo;- exacttunente en medio.

-A•í par ece. ¡Por qué "" Ita vestido usted t....t.eprimor!

-Todo el mundo se pone lo mejorcito en días .,_

EntooceH he bien en no encontrarme con mia. andraj0&! v

-Gerardo,-dije, tomándole vivamente una mano ;-quíero deeirle á u.oted algo .. . algo que le poodrA contento. -Nada puede ponerme contento,--dijo, aoltando mi mane c:omo ei le quemase,-flino que éste quisiera ser el último dia de mi vida.

-Gera rdo, toda esta posesión es mía; por mí hacen todD "'"' ruido que le molesta á usted . ¡ W oodhay es mio. . . -, yo soy suya si usted quiere !

Jlliróme con aire extraviado. -Ge rardo , W oodhay es mio ... ¡lo oye usted 1 -¡ P°f qué no me lo dijo usted entoncC8 !-contestó leatt1rnente, poníéodoee encendido hasta las orejas. -Porque al principio ere! que usted lo sabría; y después, porque q11erla probarl e ... saber si me amaba usted por mi nllama.

-¡ Y osé pedirla á usted por esposa !-di jo, rPtrocedien.-

-(72)-

do.-No me sorprende que. me reb118&8e usted su amor, Lia. t\na glacial carcajada.-¡ No me admira que declinara Dldled mi magnánima oferta la noche de Berkeley Street 1 ¡ Díw mío , cuánto debe usted haberae reído de mí !-y volvióse co n -exp resión d e ira y msentimiento.

-No me he r e ído d e usted. Gerardo. ¡Oh Gerardo, me trata usted con poca generosidad!

--;No llore usted !-dijo sin mirarme. -¡ No llore usted si no quiere volverme loco!

- ¡ 'üRt<'rl es el me. vnt'lve lora! ¡Q u é lf' h e l1 í'é ho para que HCa mdcd tu ntlnro conmigo . .. tan cr1wJ Y...

-:--lJHtl'd n o hn lwcho nadn. Soy yo d qu e me he nrruina. do {"mí · 1 •

P Pro usted no arr uinarlo . Seremos fe li ctm; soy rica, t('lll(O una grnn fortuna-. Y ·todo es suyo, y mi ap rec io por el din ero es tnn só lo porque pu edo ofrecénielo.

-¡ Silrncio !-(>xelnmú, pintándosr en i:;u srmb lante una d l· Vt'rglic.DY.a y angustia.-No habl e u sted así. Lía; nncln puC'dl" tlSlt•d hacer , naM n; ea rlrmasindo todo ha conc lní clo pura mi.

-No es t11rde. No imrorta lo que usted hnyn he<'ho ; vo 1<' nmo á 1txlt.><l. y dispuPSto á casanne uAt C'1 l maiiuna mi smo1 s i usted quiere.

.-¡Escúcheme !-di j o, asiéndome por Ja muñccb con tanta vio1cnci11., qu e me hfao dnño.-Escúcherne u s t ed unos momentos. Yn l e h e dicho qu e he ve nido !t decirla algo, Lin, a lgo qnr me d11rlc mÍlS d ec ir , que á usted le doler ú esc u char - ¡Qui• C.'Sf-<lije alnrmucln, ante 1'1 t'CR plandor de sue n1•grOR ojos.

Algo qnr me hnri1 oclioso á sns oj os <le n H t e<l . -¡ Mr lru;tima w;ted la muñ eco !-mn nnur é. -¡Pob re !-exclam ó, y deteniéndose, In besó.

-(75)-

-¡Lía , no es terrible que yo, qne darla mi vida por usted, llegue á hacerla daño ! '

-¡ N oha llido mucha e068 !-dije sonriendo, á traYés de mis infantiles lágrim88 .

-¡ Y efJ necesario qu e la haga daiio ! Lía , siénte.e us t ed aquf, y e11cuchsrá mi hi s toria . .. no seré muy largo.

Obedeci en sileneio, y él com.!nzó como Hi rt>annd Mt' una relación inte rrumpida .

-Y aal p erdl todo interés, Lht. No me impo r·tahn lo qu e 1mdicse se r clcmí. El cuadro que mr hohíe ele hn <·t' r fnmo:,o, fué vendido por la mitad de s u precio, y trHt to el e e 11 co 11 t rar e l olvido donde tantos desg raoia d os Y8JJ ÍI lru!Wn rl o ... probé, y p erdi aquella poca dignidad que aun me <iU <• dalr a, y que era toda mi espe r anzo para a1ce n zarJa á uskd . -Si hnbi e ra usted t e nido paciencia ....

P ero n o la tuv e. ¡Y es mucho m{ts fúcil dt'.jars t! ir rorlan,_do d esde la eú• pid e. que no tre pará ell a! Un°" quio1·e <lias d es pu és de vendido mi c uadro , me morfo de hnmbrP e nnn a guárdilla de Ló odreB, avergonzado de Momar la t·ara por Car lefon St r ee t , coo m me ave r gfümzo cfo a.qomnr1a an n hoy.

LAA ve r-<Ies joyaR susurrnba.n; el c risia1ino nrroyndo se quejaba W discurrir entre Jos gúijarros; y 1 á lnter\·a101ól, ll egaba á nuestros oidos no a rí1fagn de mír •iea traído por In brisa.

Yo no )rabiaba; le dejaba que relatase su hi •torin IÍ •u 1nanern, y c uando terminase, r e f e riria ln mí o.

-En la misma casa, vivía un a muj er ll a mada Blnncn . . . una desgrnc iado. y p endenci era cri atura, viuda d t' un Sfl r gcnto. D ooja qu e •u marido había sido un ca ball ero un cst mlian ul, calav era. que contrajo d eu das y sentó plaza. La to mé din ero preBtado. Me a uxiliaba con s u paga . . . pues dv otro modo hubiese muerto de flmbre , 6 hubiese t enido.

J

..

.

-(:¡6)-

que peprme un tiro . FAitaba demaaiado mal r e ropa para .. intentar bucarme una coloeaci6n decente. Habla vendido todo cuanto valla algo .. . hoasta un medall6n con l.. cabe11.. de mi madre . Aquella mujer tenla una bija . . . 1111& j.;;en á quien admiraba por su preci..a cara ... y determinó conquistarme .

Se detuvo, uon una amarga HOnriKH d e hnmillación y d"8dén.

Yo no d ec\a nada , ni una Himpl e pu.labra .

.:_;La madre conocía que yo e ra d e bu ena familia y la .uimaba. Yo Cl!laha fascinado. . . hec hizado por In. be1Je7,a d <' la muc lla<·ha . La vida no t P DÍH. iotc r los pura mí. . . p04'·o me importaba lo qu e me ocurrierH. Y ella eHtaba loca por mí. . . d e bo hace rla es tH ju s ti ci a, loen p or mí , miserabl e mendigo.

-¡ Y hated la amaba !-le preg untó con clllma. aun c uando e l dolor me dCl!trozaba el corazón e l momento en que me ncionó el n ombre Blanca, re <-o rdé la muchacha que vi en LondfCI! ; la jove n que aervía . d e mod elo al famooo pintor c uyo Cl!tudio fulmoo á visitar. • No ,-contcstóme con' naturalidad ,-no la amaba, Lía ... no h e amado má •mujer que á u•ted. Pero ol e caaé eon e lla .

- Ge rardo, ¡quiere usted permitirm e que le ayud e . . . d e la única manera que puedo!

Permaneciamoo frente á. frente , ambos pálidoo y con austeroe aemblantee.

Todo ha terminado; la miserable historia concluyó ya; l1a legado lo peor que podía ocurrirme. Y 'ai oír aquello me produjo UD aentimiento de opfCl!i6n y angustia casi iDHOportabl e, pan'C ía hab<orl c aliviado á él ; dCl!Cargado d e un horribl e ¡>CHO .

-(77}-

_,Me ofrece uated una limolna t-dijo.

Pero lo dijo con humildad.

Podla humillarle ; él me habla ofendido mucho mú.

-Le ofrezco á usted de mis aobrantee,-le contesté, .,..._ eando de ºcuán poco me ael"l'ÍriaD mis riqoezaa de alll en ... , lante.-Le pido como un favor que me permita prestada Di que i mi no me es neceeario . . . si ee usted tan bueno.

Usé la palabra "prCl!tar" como máa aoportable para lia. orgullo que la de "dar".

El me miró con una exprCl!ión mezcla de vergüenr.a 7 de . aentimiento .

-Lía,-exclamó apasionadamente.-¡ Es ci e rto . .. pullilli · serlo que usted s e intereae por UD deegraciado como yo f A mi vez r etroeedl, llena de indignación. -¡Y usted me pregunta á mi eso, Gero.rdo Butcr ••••

-Pero aun no hace media hora .... .. cinco minut.os, usW m e ha dic ho que me amaba,-dijo con destello d e trillllf• ' e n sus ojoo':'-¡ Puede una muj er amar un mo¡nento y odiarel siguiente f. -No,-conteeté con calma,.:_no pued e. Miróme en loo ojoo, y deevió la cara. -¡Y p enaár que la h e perdido á uated , Lia; lo que má amaba en el mundo 1 -¡'Silencio !-exclamé. casi vengativamente .-1 Reeuerde-uated á la desgraciada con quien se ha C88&do 1 No me haga usted que le desprecie .. . y m e d Cl!pr ecie.

¡Des p rec iarme !-exclamó con aqu ella amarga risa que e r a ,eor qu e un sollo zo .-¡ Me admiraría qu e pudi ese usted haelr ot r• coo u !

Le compo.d ezro {¡ us t ed : y si me p er mit e us t ed q ue le ay ud e . . co mo s i f uu r a u.s t ed mi he rm a no .. , qfü•daré

t
)

, '

Dl7 contenta. Y ahora es preciso que me Yaya; estariu llai!eándome.

-A recibir parabienes,-dijo amargamente,-en tanto que yo....

Jli corazón se oprimió, al conaiderar su desventurad& situación, su destrezada ropa.

Hubiera querido ofrecerle dinero; pero no me atreví.

-U,ted ha entristecido esos parsbienes,-con\Clltéle á mi vez con amargura.

Y comprendió, al mir.arme, que era cierto, pues olvidó ltl pena por la mía.

·-Yo no era digno de usted, Lia,-dijo con desgarrador acento.-He •ido justamente castigado, aun cuando el CllS· tigo sea mayor tle lo que puedo soportar.

-Usted es joven, Gerardo; aun hay mundo ante usted. Emprenda usted un nuevo derrotero. La carencia de mcdioe no será ya un obstáculo para usted. Sea usted famoso y yo ... seré su amiga.

Rechazó mi mano, inclinando ·el rostro; aquel hermoso TORtro siempre tan altivo.

-No me ofrezca usted. dinero, Lia; jamás lo de ma manos. Pero emnrenderé un nuevo de rrotero; trabajaré con ardor. y algún dia podremos ... ser arnogos.

Y estas fueron sus últimas palabras entonces.

-Te hemos es tado buscando por todos lados, Lia. Te • -n<lCesitan para que distribuyas loe premioe entre los muchar.tios vencedores en los ejercicios. ¡Has visto algún fantasma, Lia ! ¡ Estás blanca como la cera!

-Estr. mnreada,-dijo Oliva, echándome el brazo por el tall e y alejándome del 'alegre grupo.-¡ Quieres que repa,rla otro los premios. querida! Tu tio Tobías podfa eu• cargarse de ello.

J

-(19)-

-Qoiero hacerlo yo,-<!Xelamé febrilmente.-¡ Necesito haeer algo; estoy nervioaa 1

Oliva me condujo á caaa.

La excitación habla'sido demasiado grande ; decían ellos. Oliva me quitó el sombrero y me instaló en el sofá, y yo deacaneé cogida á su mano. '

La fiesta continuaba alegremente. Oia la música y la algazara.

-¡Ciérralo tode-!-dije débilmente .-C ierra la ventana, Oliva. Me lastiman esos gritos, y me molesta la luz del din. Y dame ese cuaderno de música; Mme. Gronhelin me espera para darme lección. ... \

'

•• . / 'f -(78)-

-(lo)-

CAPITULO VIII

¡Cuán l entamente se d esliza el r esplandor d el sol por la t e rraza ; cuán brillante aparece el jardín desd e mi obecuro aposento!

H e dormido, según creo; la luz es tá más baja qu e cuando Oliva me trajo aquí á desc&ll88r, cuando aali6 con Mr. Lock hart á echar una partida de l onnis antes d el almu erzo.

El tibio aire de agosto pen etra á través de la ventana; s ie nto so balsámico soplo en la mejilla.

Mi soU está junto á la ventana qne Oliva ha cerrado. • ,

P e ro á través de loe peqneñoe cristales puedo ve r las Hor es balanceándose al rayo d el sol , mi pavo real posado sobre la balaustrada de la terraza, más allá la masa obscura del posqu e, sobre el fondo de la rojiza montaña, cuya cúspide es tá coronada d e nubes blanquecinas.

Y me abstraj e. . . no sé cuánto tiempo, cuando me sacó d e mi abstracción la d e mi primo Ron a ldo Scott.

Ronaldo es un hombre d e rostro flaco y moreno , lacio y neg ro bi go te; un rostro casi seve ro, como el de loe que ven· ·1•u en ur du us l ue hos .

El tio Tobías me d ijo, cua nd o que R ona ldo \'e uía ;i CIL!la,

-(81)que era UD hombre laboriooo T que pronto llegarla ' la c6apide. ..

Recuerdo perfectamente haber oido hablar de su ida 6 la India, ain capital y sin grandes medioe, bacla coea de dae añoe, teiliendo que desempeñar para comer los más ollcioL ·

Parecia coea dura qÚe no heredado más qn& el titulo; pero no ' estaba vinculado, y mi padre e6le me tuvo .. m1 presente.

Y o babia pensado muchas veces en mi primo sir Ronaldo, preguntándome cómo sería y hasta soñando que me casaba con él para e nmendar el daño que inocenteme nte le habla ltecho.

he redero, por más que la fortuna que babia adquir\do ea lu India fuese tan grande como la mia.

Estás despi e rta , Rosalía !-dijo, entrando en el apesento con un pe riódico en la mano .-Esp e ro que estan. d el todo r epuesta, prima .

Ahora las 00888 variaban; pero me prome tl nombrarle mi '

- ¡ Oh, sí , gracias! ¡He d ormido mucho rato 1 - No sé. . . dormlas hará media hora, que entré á no • qué COl!ll , Y mi "8 D ea nc me dijo que no hici e ra rnldo para no despe rtarte.

-Has jugado al tonnis 1 -Si; pero luego querfa lee r el Times, y por eso . .. -¡Ha terminado Oliva d e jugar t -Creo que no. Eché una mirada á In mesa dond e Digges había puesto el se rvicio del t é.

Q""'i e ra qu e vini ese á t omar el té con noso tros. - ¡Voy é llamarl a 1

No; ella vendrá cuando conrh1ya . -Sentirás mu r.ho l a fa lta d e Oliva,- mc d ijo mi pri mo.- .

)
.......

Otin se va mañana, pues Eleonora no se siente bien, 1 han .-iado por ella.

"""-Si,--<:anteeté con lágrimas en loe ojos, la echaré mn7 Jlemenoe.

-¡No marchas tú también pronto!

-Desean que les acompañe Íl Monte-Cario; pero no sien· te grandes deseos. ,

-Temo que no eD<.."Uentree esto muy aburrido en in.. Tierno. .

--Jamús mP aburriré -en Woorlhay ,-dijc mirando á tra· ·Vdt de lOI! eristales.-Nunea he vivido aqul, es decir, desde que tengo uso de l'IUlÓll; pero por lo poco que he residido -.w, t'Omprendo que es el lugar que más c'8timo en el .-do.

-Es una hermosa posesión ,-dijo sigujendo mi mirada ,qme deleitaría á todo el mundo.

Le miré en el roetro; pero está perfectamente natural: - uy alll odio ni éovidia.

Habla de Woodhay como si hablase d e cualqui er otra ..... t .

-Creo que todo el mundo ama lo suyo; difícilrneote"Se p-'e aborrecer el lugar donde se ha nacido.

-Muy pocoe,-asiotió.-Por bien que se encuentre uno •la India 6 en las colonias, el deseo es regresar 11 á casa". :Ne hay uno entre ciento que se avenga á morir en s ucio edranjero.

-1 Ni aun los chinoe !-observé riendo.

-Ni aun loe coolles de Ja casta inferior. Pero se que. a.a eon Ja gana; cuando un chino sale de su patria, ra. :ra YeZ vuelve.

-¡De veras !-dij e interés • Ke había incorporado en el aoU., en tanto que Ronald<> d e pie junto al balcón

.,-Estoy como si fuera á ocurrirme algo,-ob&ervé aoñado_niiiidte.-Dirfa que presiento uA. tempestad, ai el cielo 110 .enuviera tan puro. 'Haces predicciones, primo naldoT -

.LNo de las que imaginas,- me contestó con ,grave aonriaa.

"

-¡No ha presentido usted Duo.ca algún suceso 1 . -Con fruecueocia. Pero no á consecuencia d e una depresión del e8píritu.

..,-La d e presión d el espíritu no es un •igno seguro d e infortunio. Recuerdas lo que dice Shak eis peure :11 Contra Ja mala s uerte, los hombres oponen la alegría ."

!..:. co mo dic en las mujeres á los niños cuando se rí e n 1nucho. . . . qu e pronto DorarÍlo, aiiadi ó él cn cog iéndoso d e hombros. .

\ Ese es un caso diiereote.

- No te creo tao contenta para que puedas t emer una. desvapturivras exceso d al eg ría .

Le miré descontenta.

Loe n egros ojoe Jle mi primo parecían r eirse de mí y esto no me agradaba. · -¡Me creerás cuando oigamoe algunas mafa noticia 1

-C reo que d ebi é ramoe dar un paseo á caballo, RoeaHa . Un buen galope por los pradoe dará al traste co n tus prcseotimientoe.

- Estoy tan ca nsa da qu e no •i coto drseo alguno de mon· tar.

Y de nu evo dirigí mis miradas 'al jardín co n indi ferencia. I

No sé lo qne Ronaldo Scott peoaará d e oú Comprendo qu e mi falta de interés en todo Je sorprende un tanto; no d ebe pod e r maginar por qué no me siento más.

..
) _,

¡ozoea ante DlÍI booqoea, DlÍI pradoa, DlÍI caballoa, DlÍI perros y mi hermOBB mansión aolariega.

Ciertamente he estado enferma; pero ahora me aieato .

La gente dice que mi enfermedad me ha camWado mucho; mí roatro está sombrío y ha.y nubes en DlÍI ojoo .

.Nadie sabe lo que sufro, aun cuando á t-Odo esto no hara mencionado nunca el nombre de Gerordo Ba.xtcr.

Me sorprende que contra mi volunllld, le tenga siempre -e n mi p ensamiento •

óo •é d e él desd o lo ta.rde en qu e uos despedimoo, ni Oliva tampoco . ,

Desd e la moiiana en que me co ntó lo que sabía d e él, no J1a vuelto H. nombrarlo.

Cr eo qu e no soapecha nada , que oo Rabo que yo le !'11'ª' ha ; pero, si hubiese oido d ec ir algo d e él, habría venido á co ntárm elo. . .

Rooaldo Sco tt ha sido para mí ta.o bueno como un liermano durante <'HtELB seics semamui d u e u formeda d; ¡seis !1C· manas, lo que yo c reía hor88 I

El y Oliva me tratan como unu niña mimada; ·á veceH" pienso c¡u c me jw.ga 9uulqni l'r cQfJu menos una persona Jigra dablo. ,

-Primo d e pronto sin volver la cabeza, ti enes novia aquí eo Inglaterra! -¡Q ué m pregunta.a, prima! ¡Y por qu é! Porqu e deseo saberlo.

-Pero yo puedo desear el que 110 sepas que no I& tengo.

-¡ Luego no la tien01< f -¡Me tienl'J! alguna ío ma no ! -¡S upongo q ue hahr{u, venido ií rru¡a rt e ! · ., y p()r qné SU [lODC."fi 1 • •• 1 )

-(85)-

-; E,. un "yankee en esto de devolver p"'8unta por ,..._ gunta 1 Porque cUUldo loa indianoa vienen i lngla.tena.. es pa.ra generalmente. • -Pne. 10 aoy une excepción.

-¡Por qO.S la tienes en otra wirte ! _..Ad -Porque no he veniclD con tal propósito, prima.. -¡ Pallbra de honor!

-P&labra de honor,-repitió riéndooe.-Pero, prima, j.. máa hubiera creido que e ras ca.samentera. -¡ Dioa me libre 1 Pero conozco muchas lindaa modil.chaa .... Eleonora Deane, Ada y Catalina Rolleston, sin ir má9 lejoa.

-¡Por qué te d ejas á tu intima!

-¡Te gusta Oliva !-dije, mirándole con c urioaidad.

-¡O te gusta á ti demasiado para verla ta.o mal emfll-. <la OOnmigo!

-Pienso que por lo que toca á Oliva has hec ho tarde, • dije moviendo-la cabeza.

-¡Me aconsejas qu e no me ponga frente á LockhartJp regunt6me él sonri endo. -Verás. . . creo que Oliva le quiere. . . llll poco. Pen u:1 tan casquivana ... que aborrece en nna hora lo que amaba con pasión.

-Entonces, s i qui er e hoy á Lockhart, hay probabilidadea de que quiera á mi mañana.

T endria gran placer en que tú y Oliva 08 quisiérais,11ije soñadoramente.-Es la amiga que más qui e ro. -E nton ces á mí me quieres a lgo, puesto que la deseas paramif

-Roslílfa, ¡me c'S tim•s lo lmstnntc para inter<'SUrle por mi futuro!

Como decías tú hace un mom ento . . . porque quería. sabe rlo .

¡ , ·11 : , t 1 ., 1 -(1.t)-

-¡ Oómo pueáes hacerme una pregunta tan tonta 1

-Naturalmente que el. Ereo el únieo primo que len· p .. .. no es lo mismo que si tuviera media docena 6 quizás medio centenar, como tantos otros.

-Y concentrRB en mí todo el cariño qu e tendrías á esa Jnedia docena, 6 quizás á ese medio centenar.

No con testé. '-

-Rosalía1 no h e venido á 1nglaterra á buMCar novia ... ai á c888rni e . ¡ P Pro ereei; tú qu e podrí88 intcreeart@ por dli lo ba.Htante ¿mel a ndo t'I th: m¡lo para darmr novia y CRpon "!

Vol v í la cah t>za !«Jrpr c ndida.

· Su s g rav es ojos miraron en los mios sin petitañear .

No, con lo mi•ma grave dad adoptada por él, ain pon e rm e amarilla ni encamada.-Jamáe podré intereurm e por nadi e, Ronaldo . . . he decidido no caaarme. Esta finca pudo habe r sitl ll tu ya ... lo será á mi JllUerte.

-iA tu m1wrteT- preg unt6m e con imombro.-P ero no MbcH , niña , qu e ROY mucho mAs que tú ... T Úi er. más Y c uando no se tiene ap ego á la vida , la dife r en cia es aun más pequ eña

-¡ Qu e no le ti en es apego á la vida ! Debe se r una fan. t.aHía qu e se t e ha me tido en la cahr1.tt. .. consec uencia d e: tu larga enfe rmed a d . -No es fantasía .. . r nanto mejor eAtoy , mayor es mi convicci ón d e qu e In vida es digna , de aer defendida.

P er o t (1 ti en es motivos para gor.ar d e la vidn . .. p osee!! 1'.Uanto un co ra 1,ún p u ed e desear . ; Lo p oee ía 1

No le contes t é-¡ mis ojos Re fijaban <' D Ja ha.' ncra d e nu bes qu e ib• tomando on tinte rosado á loe rayOR Jel sol po ni e nt e. , H.osulín , ¡ qul li r es p Prmitirm c qu e pnlebP á ha certe fe

lis 1 ¡ Quiereo p'rohar á amarme un poco 1 Te amo. . . te amo desde el primer momento en que vi tu roetro. ¡No c.- qne podia hacerte feli1, amándote como te amo 1

No lo crel uf ni por un momento.

Un año- antes esto me hubiera convenido grand emente para 'aquel arreglo.

,

.Aai iha Wodhay al hombre que ll evaba el título d e la fa . milia. ,¡

Pero año antes yo no amaba 11 nadie.

Ahora mi corazón yacia enterrado allá entre d cés ped y loa helechos, y ente rrados con él toda es peranza , todo placer y todo deseo. · 1 -Siento mucho qu e me ames, primo Ronaldo . Y me extraña ,-añadí con ligera sonriaa ,-aabi endo lo desag r a dabl e que •oy.

- ¡Puedo hace rte una pregunta, Rosalia ! \ Conocia la pregunta ane!B de qu e le mir88e . -Sí, contesté l entamente .-Cheo qu e ti en es uu d e rech o 'á ello . __. . No qui ero ap elar á ningún d erec ho ; si no quie res no m e contestes.

B..eno ; 88Í lo haré

Roealía, ¡-es qu e acaso amarás á otro hombre 1 La pregunta estaba hecha con tanta calma y tanta correeci6n, qu e no podía molestarme. Y mi reopuesta asumió loo miamos cáractéres. -Sí, primo Ronaldo. He amado á un hom)>re tanto, que Ki tú bie"'8 ' c ien veces me jor, mil veces máa digno, no podría amarte co mo á él. qui e ro preguntar su nombre. ¡Pe ro podría se r qu e """ Hombre no te correspondiese, R-Oll&lia 1

¡Oh, e[ m e amaba!

¡Ha mu e rto 1 .,,

1 t ' ,. • -(86)-
J --

-(18)-

-No,--conteeté oon extraña sonrisa¡ ea casado.

Durante un momento, Ronaldo Soott guardó mortal silencio.

Y o no oeaba mirarle; pero podia imaginar su asombro, su disgu.ato quizás; su silencio podia significar amb88 C0881l.

-¡ Pobre niña !-dijo por último.

Y eu acento era tan sólo compB&ivo.

-¡Pobre niña !-repitió.

Continué sin mirarle, y creo que él tampoco me mira.

Pero doe grandes Úlgl'Ím88 resbalan por mis mejillas. quiero conturbarte más, querida mia.-JamlÍB te hubiera preguntado nada, á aaber . cuál era la reilpneeta. l'cro me he convencido de que no puedes amar á 011die.

Tan sólo lágrimas ,;,,n mi respuesta.

-Siempre tendrlÍB en mí un buen amigo, ROllalla ... , re.cuerda esto. .

-Sí,-respondlle vagamente, sin S011pechllr cuán pronto tendría que poner á prueba aquella aomietad ;-lo tendré presente.

Besó con gr11vedad mi mano, desapB&ionadamente, y salió del aposento un momento antes <1uc entraran Oliva y Mr. J..ookhart. ·

0 dia rio 0 no. trse hoy nada intert'Sante,-<lijo Oliva r t>Cog iendo el Times del suelo.

-¡ No !-preguntóle dietr11idamentc.

Digo ... de lo que á mi me intcre&11. ¡Pero ealht ! ¡qué e·• esto!

Y comenzó ,¡ 1eer ton c uriORidfl,1 , su rOHtro de unll expr<->Kióo pcnmm.

-¡ Quú cosa más horihl C' !--dijo por snhíns c111e .. ¡ uésg racindo de G<·rardo Bnxter era eaMndo!

-Sí,---<>ontesté eulurosamente, sin volver la cabeza: j

-No qWaiera tener que decirte lo que ocurre. . . te U.. preeionaria aun cuando no hubieses conocido al deBYea&urado joven.

ocurre !-dije mirándola' fijamente, y eorpren• da al ver la palidez que cubria eu semblante.

-Pues ha sido detenido anteayer; acusado de haber

nado á su mujer.

J •
. _ ...J 1 t }· '$e ".... • ·J· ,.

CAPITULO IX

Oth;n Or11n r sr lrn mRrchado Íl Londres CRta mañana , y Rooalc.Jn Scott dt>Kpués de almor1.1u·; la CHHa parece solitaria y desierta.

Pero yo no pi enli O en la nllsencia d e mi amiga Di de mi ¡trimo, e n es te momento. en qu e, se ntad». junto á la ventana, -tengo e l Tini es en lns manos .

vt'O {1 Gel'n rdo en s u calabozo, aherrojado, d ema crado ; rl llODlbrr íl f'fUÍ cn amo ron toda la fuer1.a el e mi obstinado corv.6u; e l hom hrc c uy a d e bilidad d e carúc t c r ha hech o "" deogrn c ia y la mia. .

Creo todo r uanto ha dicho ante e l magistrado que le tom ó declarac·ic)n, á pesnr de 'abrÚmadoras pru ebas ex istrn contra él ¡ tanto, qu e no había máR camino qu e decretar m1 pri¡.;¡i ón y Re fialar el j\li cio por juratioEt pura e l próximo <k'lubre.

El rHiuto 1 l r la d ee l11ración ante el ju ez vien e casi Integro " " e l p c rfocl o, y he peMdo cada evidencia y cada respuesta.

T mi con eh1 fi ión , visto y re6exfonadodo todo, es qu e el in reJU Ge rurd o l'S tnn jllO<' C" ntc co mo yo dt•J criown qu e se Je i mputa .

Tl'llB 8011181181 anteo ·del crimen en que Geranio Baxtcr iué preoo como pl'll811Dto autor del homicidio en la peraona de fBpoo&, en 23 de julio, au suegra, Eliea Wbite, llamada la Blanco, fué á visitar á so hija, según su declaración. El causado abri61e la Pl!t,rta , y la dijo que su hija hahía .alido á comprar algo en una de las calles inmediat&fi. Volvióee á 0888' enteramente tr11J1quila , con idea d e ir de nuevo al anochecer, pero algunas ocupaciones se lo ijnpidif'ron, y cuando fué á la siguiente mafiana, sorprendióle oir decir á au yerno que su hija no estaba en casa.

Ni en eata ni en la ocasión anterior, Ja invitó fl qu e JH\tiU · ra, sino qu e hablaron junto á la

La dijo qu e su hija 1>1taba perfectam ente bien, y qu e n o htrdaría e n vo lv e r ; pero no Ja dijo si qu ería esperarla.

Las man e ras de Gerardo Baxter la parecieron cx traii as y mahulladoraH; pero co mo nun ca había s ido muy amablt•, (2¡to no la sor prendi ó.

No lenía la seguridad d e qu e le hubi ese d ic ho la verdad en ltta dos veces, pero DO tuvo recelos, y DO quiso hace r averi. guacio n es en la Vl!ci ndad.

Respondi éndo al juez, di jo que loo pisos eran muy pobres. ·

Gerardo Baxte r era pintor, y no siempre podía vend e r s us cuadros; pero habla hec ho algunas copias y c r e ía que no cst.han del todo· d es provistoa .

No carccian de lo mR.• DL'Cesario.

Co ntinu ó dici endo qu e prumron mu c hos di.,; ant rs .do qu r vo lviese á casa de su hija , casi ofendida con ésta por su tar •lnnza en ir á vU.itarla á ella, pues te nia la eostumbr r de i r ft HU 088& JlOr las noches, cuando su marido Ro.lía.

El matrilnonio no se ll evaba bien.

Su hija e ra muy joven y ligera de carácter, y Gerard<>

' ' 1, ¡'
J ,1
. . '•

l:laxter estaba amargado por el infortunio y h1 pobreza y últimamente se babia dado á la bebida, no con exceso, pe,..; máo de lo que era prudente; era injusto much&B veces con su mujer.

La deelaración de llí!'H. Elisa era tan imparcial , que produjo honda impresión en el ánimo de loo jueces.

Durante una semana no supo nade de su hija, ni fué i\ su caas.

Esto se lo reprochó despué8 á ttí mhu11a 1 pero tenia qu o ganarse también la vida trabajando , y tenia huéopedes á <1uitin cuidar.

Fué al terminar la semana y encontró cerrada la pu e rta · metióee en C888 de un vecino, la esposa de un alemá'n qne to' caba el violín en un teatro. . . no recordabá en cuál, y &ita Je dijo que extrañaba mucho que le preguntaee por su hi. .ia, habiéndola dicho Mr. Baxter se habí• marehado al rampo á estar una temporada con UDCNI parientes. No la habían vísto ni oído cn la caas desde el 22 de julio; MrH. White la.vió el 21.

Mrs . White resolvió esperar qu e lleg11Se su y e rno ; pe ro • nun cuando estuvo dos horas en casa d e Ja v ec in a, Buter no llegaba.

Entre tanto la mujer d el violinista , 111 .... le dijo lo qu e sabíu; <1u e durante tres diux l\ Ir. Bnxlc r los dt•· <"Ía que •u muj er había Halido . c ua ndo le preguntaban ¡¡or ella , .V que ni c uarto fué cuando m1rni fcs t(1 qu e estaba en el c•mpo. ·

L08 verinON 110 f.I ORpec• baban nada.

White, t'n de c1uc no llt·l(uhn , st' fuó á su casn.

Rlisa, AU hija se llamaba. Eüsa también , te rtia paricotefi t• n el Kent ; y aun c uando la sorprendia qu e se hubiese ido .a llú, no encontró la especie inverosímil y abrumada · por )

(931-

•u• propiCNI quobraderoo de cabeza, no pellllÓ en el oaunle hoata pasada la primera qincena de agooto.

Aquí tuvo que suspende rse la declaración un buen rato, pues la Wlltigo se mCN1tró muy abatida.

La mi•ma tard e del 15 de agoeto un policíu se prcsent61·n su casa, para lle varla al d epóhito. de cadáveres.

Un cuerpo h&bia sido encontrado Hotando en el rio, pa:óximo á Blackfria!'H Bridge; dió la coincidencia de que i. viese Mr. Uaag, el violinista, y r econoció el cuerpo de Mm. l.!axter , y "" enviaba en busca d e 111 madre pura la precia& 1d entiflcaci6 u, no habiendo sido encontrado el marido

lllrs. Whi te no tuvo ninguna dfl eultnd en reconocer á au hija en aquel cadáv er , á pesar del mucho tiempo que babi& estado en el agua , tres semanas, según la certificación del médico legal

El rostro estaba enteramente desfigurado por la acci6n del agua; pew la hermooísima cabellera d e un rubio en cen dido, loe finísimoe dientes, la edad y estatura d e la joven, el anillo nupcial c u el dedo, todo e ra evi d e nte.

Las ropas era n pobres y no tenínn marca , un vestido de éusimir neg ro, co rpiiio neg ro, y un pequ e iio medallón eonte.nicnclo cabello, que 1\f 1'8. Whitc reconoció inm t>diatamcnte, pues ella •e lo habln r egu lado ú su hija; el cu bello era d e su padre .

Los ITaag reco ooc ieroo los vestidos¡ pero no l"l'(·ordabm ilt'I medallón.

Mr. Rang fu é llumud o y co rrobo ró todos los cxt r om08 aducid<; por Mrs. Whit e.

f<.:J preso se obsti nab a en g ua rd a r s il e ncio ú las pregunlall He le dirigian, guardando cas i todo el intcrogato ri CJ un so mbrio có ntin entc que produjo pésimo efec to en loo ces.

¡ 11 ' .

Todo esto le!, ...tudiando

llo ardía <'ti

palabra,

En cl cuerpo de la ''íctima no hahía señalC8 de 'Viole'ncia, aun cuando t•ra difícil encontrurl-081

e l cHtndo de d t'H compo."!il•i6n dl'I cadúva

Se i-mponín <1ue liaxtt!r habín precipitado á su mujer en el rio la no<'he dt•I 22 de julio, el mismo día en que Mra. llaag Je o,vt1 amenaMr tt JiJliiut clr muerte.

Yo c r t'O q111 • Grrardo HnxtPr t"l-i inoc1.mte d1•l (•rimt<n cprn se 11> itnp11t;1.

No he pr<•gunt11do :-;11 opiuiúo ni 1í 111i tio ni i1 lton ;1Jd o: no Jw 1c·nido hw;t11nte t•or1fi:1nz11 t•n 111í rni1u11n purn hnt't't' 1•s.1as pr11g11nf11s.

·l'Pro tlurnot r t> I a h11rn•1·zo. Olivn pr<•guntó 111 tia 1'ohías lo ttuc t·n•í11 e.le Üt•rardo. y l- 1 lt • ha 1·ontCKtacio <111c• IP jn?.f{n.,.án, probahlPmPntr lt • t•oco ntrarHu cu lpuhJ • .'r' M4'1'á condenad o á muerte .

La 1·11l¡uihilidnd s1•rfo flil'ilnwnte proh:ulH, y si :tlg urm 11t1·nw111tt- ¡ p<'rn no la s t'U o pini ón d e l tio Tohím;. / ·-1 1 i 11 Hoio.;11, lllt ' \ 'O.V ií Lo11drt-s. . -¡ A Li'1111 ln-:;!- r1·pitil'1 la tin Hosn. mirlmclomt• <•st 111 u•ú.c•ta por "'""i111a 111• NUS gnfas. -Hí. T1·ngo algnnOR

P t•ro mi qucridn H.()!.;nJín. aun no 1•stí1s fut>rte pa.ra ponrrt c rn t'Rmino. . . . • l\Ii <1111•ritla tíu. t'fo; p1 ·1·ci&'l111e1lt<! lo c1ue n e('t'ff ito ... 111it"DDn ' r11l'it•thul. lfl· tcl egrafin<lo ií )fr. Wa11l'hopt•. IJlll'H ttne n1 e tenga c1is1n11·sto alojarnirnto. -¡ línH tc•IP¡!Tnfimlo ÍI 1\.1r. Wu.n <·hopt• ! ¡ f'ieu¡.;Wi vo lv erá ruetc rte t'll aqw•IJ:i honihh.• t·t1s11. . . sola 1 dond l' hnbía 4.ll• ir. tin RO'ia T /

-(95)-

-¡Pues á """" d• Oliva, 6 con loo; Rollt'HtonK !

-Loe RollCRtoDs están PD Dinamar<"u ¡ y DO quiero cog1•r llDM calenturas en De.xter SqunrP. ·-¡No había ptill.Sllclo en eso!

-Ni ·yo t e ngo miedo á ealeotur11s,-npr•'H11rt!mf• H nit'tmtur :....:prro prdi••ro irá <.:urleton StrC'Pt por muehas razom>s. -¡. vas, voy co nti go,--d ijq mi tia f'On decisió11. -¿ Y dejarit us ted al tio con su neuralgiu f )li <JHPricla tia , Ir f\.'olt'guru qu e sab r é gunrd11rme bil'll. -¡ T e lll•vn rás {1 Nnnncttc , pot· s upu es to f -No haré tal cosa,-conh'S tó inm edintem1•ote.

Mi nueva doncclh1 es 1rno pt>saclillu pura mi. Si In vi1•j1.1 J\IHrgaritn no .t>Ktuv i rn;" bm achacosn , no trD<lría dos · nqu clln li.udH francos11 á 111i lado .

Pe ro qu\•ridn min , ¿es cosa inm;tnda qut· unn jov1·n d •· po."l ic ión vaya Íl rt•s idir sola ee n Lonclrt'!i I

No es pree i80 tJlle se t!Dtere nadiP. .\frs. Wancho¡w 1•1-1 un n antígua nmiga , y probnbl••niente mi vinj(• 80 10 rlurnr it doi; t> treH ttinH. Si durn más por 011nlq11i e r n1.ar1 ush•d ve nir ... s i c¡uit•r t• y el tio Tohíns está mejor.

A In tia Hosn no lt· gustnha el bajo uiugún cone1•pto.

muy tl'stnruda , Y tod os 1R e ulpa porque te he mOM mimado dl•masintlo. ¡Tu J)Ohre pndrc no d e hió morirse tan pronto! -'- Hubi era s ido igunl. 111imndH ú no. li11 H0N1t. ¿ 811h1• dónrlr vive mi primo Ronaldo. l' n IJOndrl>s T La tio. Rosa di6 UD utr{L'i . l•m·nudulizudn; l11s st'I' le subieron {1 In frcntf'. ¿leaso iríai1 a l hot t• I doudt• vi\'c sir Honuldo, ú visil ...rle! - l'.:)i l t lll'cc:i ito. :iÍ. tia. Sit•ru1n·1• l'Joi bueno ¡saber dón<lt

J 1 1 .•1 j. i'-(94)-
cada
y creo que el fa-
mi cerebro.
dado
r.

-(1)6)viven loe amigos .

-Vive en el hotel donde para tu tío •iempre que va á Londres. Pero espero, Rosalla.

-No haré nada que no sea corrc>cto. Mi querida tia, quede usted tranqwla; y me parece que pued e UHted ftar en la caballeroeidad de nucotro pariente.

-Sir Ronaldo es un cumplido caballero. ¡Qué va á decir de esta calaverada tuya , Rotialín f ¡ ( 'rc'CR que nproba1·á el que vayas sola como un hongo á Londres f -La opinión de Ronaldo Scott H.l' Ott•a de mis 1u·tOR. tio· ne 1lera mí poca importancia,---dije, encogiéndome de ho111 · bro8 .-Que apru ebe ó desapruebe me importu muy ¡}<><·o. Voy á Lól\di ·cs por asuntos , que nadie pucdll llevar á caoo Nino yo . Si prefiere tomarlo ú mal, l'n """º dr• qu• fues.. á verle, eso no me haría mella.

Yo quisie ra que lo de Hir Rooaldo tuviera para tí im · · portancia,-dijo la tia Rosa con ciertu inte nción .-EH un hombre serio, un verdadero caballero, y te nprecht muc ho , lWRalía; pidió p e rmiso ÍI tu tio pura pedirte p e ro supongo que le habrás rechazado como á tanlOl!i otros. Qu erida tia &ol:Ul,-cOnteBtélc gruv eme ntc,-usted uo cstin1ar mús á Robaldo qtw l o t•stimo yo; y lo l¡ll c ho dicho Jm sido lo mH s s ua vC' pO'lihlt•.

¡Pe ro por qu é d ooín<clo, d l's pui·• d1• toci o ! ·-Porque n ó le amo pn1 ·a l'U'r su es pO:in. ],n tía uOsa 8L1Hpiri>.

! Uubi e ra tanto placr.r c•l 1:oufinrrnr e n uuwo!i <l e un hom urc tal como lfon a ldo Seott ! -No d r.8'*' J> ero, s i110 qu e ('Qll río 1. ·11 l(Ul algún diu rt•Hexio uarías y t e t>asm·\í."' é l,--d ij o rntc n t ionndam cnte, l e· va ntú.nd ose <le In mcsa.-Tu tio 11obíus morirít fl•liz s i te d i!· ,illKe' casada con uo homhr r de KU confitwZH "I ·i J

-(97)-

-Tiene nated butaote mala cara anu,-me dijo JIJL W311chope, mirándome f. la Ju del gaa en 10 destartalada aala- No ae _ lo hari el 80mbrero; pero parece usted die9 añoo m'8 vieja desde el día en que salió de aqul.

Eetaa palabras no 800 muy ltaJantes; pero 800 vel'llDraa.

Al examinarme en la vetusta luna sobre la chimenea, M pude menoe que reconocer la exactitud de lo dicho por .lfr. , Wanchope.

La buená mujer me sirve el té, en tanto que yo me qnite el sombrero y la manteleta.

-¡No es una. cosa terrible la que Je pl\9& al pobre Mr. Baxter f--0bserva de pronto.-En mi vida he experiment.do 80rpresa mayor que cuando le! la noticia en los peri6dieoe._ Y un muchacho tai¡ joven; aun cuando según dieeia, ella era también nna niña.

-¡Usted cree que es él !-pregunté sin volver la cabea -, . haciendo lo plláible para que el tono de mi voz fuese natural

¡ O 1 ¡ Todo el mundo lo cree 1 -¡Cómo pueden saber! ....

¡Pero nadi e s ino él podía ten er in te rés en tal cosa 1 -Eso no prn eb a nada - Sí; pe ro le oyeron amena?.arla. ¡Y c uantas Re dicen por ahí! Y yo creo que ella e ra muy poco 'co• n para las prácticas d e la vida. E sos pintores la habían ec hado & peder haci énd ola servir d e mod elo. El otro día encontré su retrato en el es tudio d e Mr. Ila x t cr ... cla rnd o en la pared.

Un d "' t ello de algo parecido ú los ce los con tr a la difunta, posó por mi corazón, al pe nsami ento d e aquel r e trato ola.vado en la pared.

¡Pero qué derecho tenla yo á sentir celoa de aquella d.,._ grsciada que habla sido au eepoea !

1 • • •

,.

-; Le ha visto uted deide que uli6 de 1111 cua, lln Wancbopef

-Una ó dos veces eolamente. 01 decir que Íe babia casa do y lo s enil mucho, sabiendo la clase de mujer que en ella. En el pobre muchacho mucho de bueno; pcn era inconstante como el mar; jamás pcrsistla en una reso lución. Arriba hay mis de veinte cuadros, ninguno termi. nado. Si fu esen buenos. loa venderla para cobrarme •LJ .truos ; pero sólo sirven para echarlos al fuego.

-Quisi era qu e los dejase 1'Jl cd examinar. A1ra . Wanchope. No -1n e importarla comprale y si Mr.. -reclamas e algún dia, le darla pcrm1Bo á usted para mdicar. Je que yo loa tengo. ' !

-Pu ede us ted verlos tanto como guste, miss Lla. El mtudio es t á Jo mismo que lo dejó . . . ni aun la alcoba se ha •tilizado des de entonces, Usted comprenderá que le debo algún mirami ento , después de conocido tanto tiem · ' po; y creía que volve ría á casa el dia menos pensado, hasta , ,.ue oi d ec ir que se babia casado.

Despu és d e t omar el t é,Alrs. W ancho pe me precedió caea· leru arriba .

Tan pronto como entramos en la guardilla llena de polvo, Jl[n. Wun chop e se acercó á la mesa y tomando algo de eohre eUa, dijo : . Aquí es t l• la otografía . .. Y la limpiaba co nsu blanco delantal.

Un lindo 'rostro, ¡verdad T Conozco más de un hombre que perd ería s u vida por una cara como és!f. ,Pero qué ti ene que ver la cara con todo ceo T-precunté vagamente.

-Verá usted, se dice que Mr. Baxter era celooo. Ella era lipra de cascos y algunos pintorco estaban retratándola, que i Mr. Gerardo le eentaba muy bien. Sobre •lio

-(99\-

-eataban diaputando la mallana del dia en que tUYo lugar el uimen.

1 ' ' 1

Yo examinaba el retrato i la lua de la bujia quo lira. Wancliope llevaba en la mano. u!"m':.iro precioeo, hechiee[O, dnlce é inocente como el de

-Quiero guardármelo por algún tiempo, Mrs. Wanchope . 'Me lo permite usted T lfro. Wanchopc asintió.

El retrato de Elisa Baxtcr oe vendía en todao tu ticndu: pero ella no tenla ningún interéa en oonaervarlo.

J

CAPITULO X.

Al siguiente dia quebranté todas las reglas de correcci6n de la tia Roea, tomando un coche de punto y encaminándome al hotel donde residía sir Ronoldo Scott.

-Ronaldo,-le dije en mi franca ·manera,-vengo é. reclamar una promesa que me hiciste.

-Me alegro mucho, Rosalía,-contestóme, permanecien· do de pié á la otra parte de la mesa.

Pero yo no había querido tomar nsiento pretextando que -¡Recuerdas lo promesa, primo! el carruaje me esperaba.-No he olvidado nada,-me respondió con ligern son risa.

-N eces ito qu e me consiga• uno entrevist1t ' con ese .••• Gera rclo Boxt cr .... acusado de hnbcr dudo muerte {l. su mn· j er .

Uonaldo S co tt pareP. ió profundam ente sorprenclido, -¡ Pa ra tí (1 para mí Y-dijo mirúnd ome con atención , Para mí. Pu edes estar presente, como es natural; ta lo •preferiría. La entrevista no durará más allá de cinco minutos.

-(101)-

Ronaldo ..mvo buen rato lin conteetar.

Permaneela de pie, con una mano apoyada en la m- 7 mirimlome liempre con atención.

-¡ Creee qué podré.o hacer esto por mí, Uoo,aldo f -Lo probaré. ¡ Le conoclas f ,

-Era un amigo mio .... era y es.

-Yo diña "era",--0beervo Ron&ldo, encogiéndose di llombroe.

-Ye digo ' 1 es, ''-repetí con entereza;-Gerardo Buter a ua ami!O mio.

Ronaldo frunció el entrecejo .

-¡Puedo pre¡rnntarte cómo le conociste, Rosalia !

-Viviamoe en la misma caaa, aquí, <111 Londres ... en Jlo caaa de Carleton Street, donde resido ahora. ""''Pero cólbo 1....

Aqnl no puedo menoo de reirme ante la excesiva gra-. dad deau ·

Reenerdo el ramito de violetas; pero de ea to no le qW.. · hablar á Ronaldo.

-No puedo imaginar cómo hiciste 811 conocimiento, n.c-.. Ua. Aún Yivieodo cincuenta años en la misma casa, no co-. prendo el cómo de esa autad.

-¡Oh, era una peniona deente! Le vi en 0trossitioa .••• en BOCiedad. Loo ºRolleoton8 le conocían . . . todoo loe <ilu taba al!L

-Ea. lo referente á 811 deeencia,-<lijo Rl>naldo oon frialdad,- CUflltión de criterio. Ulteriores acontecí. mienlol lian delflÓltl'ado que no una amistad dipa de una jOYen oomo tú. -¡Oh. . . d»tolribres aoontecimientos !

-Ana 111¡19Diéndo que 110 ·emtiesen Ese Baxter era nn pobre· r . . ·. ... no exactamente el réne,.

i . ' f' -(100)-
J ·1
·¡ .. .•

-(103)-

..,

amigo qoe debla eaeoger mia Scott • decir, m1 ...,_.

-No riñamos sobre este punto, Ronaldo. ConvengamOI m que tienes razón ; pero ea demaaiado tarde para enmcn· 1lar mi falta de 11rudcncia. Lo que yo necesito ea que me Jlrocures una entrevista con mi amigo ... aun cuando .a por un momento. . ,,J

-¡Para qué !-me preguntó mi primo secamente. -Tan sólo para hacerle una sencilla pregunta.

.He miró con expresión de dudl\.

Su rostro ec habla puesto pálido, tan pilido como el mio. . . -Quiero cumplir mi prom"8a, Rolllllla. Pero oeri i pesar ,;, un mejor criterio.

-Hucho mayor motivo de agradecimien1o entonoee. Si .el cumplir una promesa no cootaoe nada, au 11nmplimiento •ria tan valioso, &no te parece 1

Pero no me contestó la mano aun 10bre la meoa y to..ria mirándome como anteo. --Quedando esto unjado,-<l0ntino6,-te de1eo un felis .aía, primo.

-& D6nde vaa ahora 1 -A Carleton Street. · Voy f. eoeribirle f. Oliva que ..,.aiverme.

-Por ... por ver f. ese hombre es por lo qoe haa venido ¡Londres!

-;Pero qué ea tuyo, Roaalia, para qoe te lomeo tanto intr.M en sus asuntos 1 ' -No ea nada.

-¡ Fln tone ea por qué te meaclu en ona eneoti6n tan des· úrada. ·

-Porque ese hombre es. inocente y quiero probarlo. -Probarlo, pobre hija mla 1 ¡ C6mo podrú probarlo 1 ·,--Algo encontraré . . . ese hombre eo inocente.

Creo qoe mi primo imagina qoe mi mente no ae ha r&poeato a1m de la paaada enfermedad; me mira como ai penaue que mi eerebro está perturbado.

-N11 he estudiado el caso. 'Pero opino que ese hombre ea culpable. Si puedo procur.artc la entrevista, ¡d6nde be de ir á buscarte 1

-A Carleton Street. Si vienes alli saldré contigo. --Seguruneote será mañana.

-Entonccg mañana no me moveré de casa. Si hubiese há.J!melo saber del mismo modo.

-Aol lo haré. Espero que te cuidar&. también, Ro.salla. Te encuentro muy pálida.

--Oh, eatoy bien ... un poco fatigada del viaje.

M'e abriga6 en mi manteleta, temblando, por más que ea tuvi61bnos en agosto. ·

\..

Ronaldo me acompañó haata el carruaje, guardando un ci!enclo que no me atrevl á romper.

Cuaado ·el earrnaje partió no osé mirarle, en tanto qne '1 permanec'!á i la puerta.

Eatoy pemando en el que está en el hombre i quien amo tanto como el mundo parece odiar> i quien amo mú eada vez qoe desciende on eacal6n en Ja del deshonor.

lle visto 4 Gerardo Baxter en la priai6n.

Ronaldo Scott ha podido conseguirlo, y acompañ6me haata el ealaboro. ·

He oido la historia de labios de Gerardo; le he heeho la pregunta qoe qucria hacerle; la reapuesta ha eon firmaJQ !lli ereenciL

Gerardo Buter ea inoeente del horrible crimen qoe .. le imputa.

i ·1••.1 'fr. . .1 l 1, -(l(>Z)-
/

-(104)-

Creo cada patabra de la ütoria que me ha contadn, tanto eo1110 c- en mi vida.

No aabe de la muerte de IU deagraciada mujer mb que lo que sabe todo el mundo, -pto que él no ha intervénido .

La entreviata ha durado media hora: Ronaldo permaneció janto á la reja con los bl'U09 lll'Ulad'*·

Noa saludamoa •in pronunciar una palabra, con el- ...,._ hiante pálido y temblorosaB la8 manoa: doa miserabl• -..: .tan jóvenea, y sin embargo para quienes la felicidad pateee hab<ir desaparecido del mundo

Lo que Honaldo pensaría de la entrevi•ta no lo Mé; no -peDMé en él- dnraate lodo aq,uel rato. · · ' Gerardo me contó su desventurada historia en breves P"labras .

Lo que no quiao decir al juez en propia defeDI&, mé lo ·dijo á mí, no para que yo le juaticara ante el mnildo; panela c uidarse muy poco de esto, sine para justifltlanie ant• .mí.

-Salió de caaa el 22 de J olio, y d...ie entoneea no la. he ;, . vuelto á ver,-me dijo, deíeniéndoee en 11111 Se mareh6 airada porque la reñí por alguna cosa . . . y no volvió mée . ·'

-¡ Entoneea por qué obeervó usted con su madre aqu•lla extraña conducta f ¡Por qué forjar biatoriu para loo vecinos .. . sobre eartae y reeadOB ! -Me preguntaban y e ra necesario decirles algo. -¡Por qué no decir la verdad! · ' -Preferia decir que la habla muerto, á decir la verdad. -¡Por qué f-pregunté atónita.-Si no sabia nated nada -d e ella, ¡por qué dllr pábulo á una terrible 808pecha., que "'" hoy una prueba contra usted f -No tengo gran interés en la vida.

-Pero tampoco la beneficia nated á ella.

-(105)•

Reanudó de nuevo sua pueoe, y un sonrojo de cólera a pintó en BU roetro.

-Aquella era una criatura privada de sentido, una pc>bre idiota; y yo la be llevado al fu.al . . . 6 alli lo creo :lo menoa. ¡No debi tratar de razonar con ella como b..W. ra podido hacerlo con un sér entero de mente l Debiera Jia,. berla encerrado á pan y agua como un niño desobediente. La obaervación de Mr. Wanchope acerca de loa celos ftlvió á mi mente . ¡ Habria tenido eeloa de alguien ... de alguno de loa artiaWI que la retrataban f -Hubiera aido mucho mejor para uated decir la vero.d¡, -repetl.-Haher dicho qu e ae babia marchado .. . uated • · ..<1bil\. dónde.

-Pero yo lo sabia ó creia saberlo. Máa de una v.. babia amenazado con irse. . . con un amigo que tellia • Lóndrea. Y que por último babia cumplido su .....,. naza.

Ronaldo Scott ae movió impaciente en mom_ento, no le miré . Habla ido alli á eir la historia de Geranio· Baxter, y que ria oirla basta el final. .

-Pero eso era preciso que ae supiera tarde 6 temprano._ -¡Entonces yo me hubiera dado la muerte !-exclamó S. ramente.

-¡Y no la volvió uated á ver desde aquel dia f -Nunca más. -¡Cree uated,-preguntéle de una manera vaga,-qas ella ae h&J-a auioidado 1

-No lo creo. Era la criatura menoe capaz de una aemejante.

-¡Dónde vive .•• eae hombre que uated dice que eallllieol

J

-(1o6)-

-No Jo sé. Jamás he mencionado su nombre á nadie ..• -pto á ella. Conozco ahora que mis 808pechas eobre <l eran infundadas .. . le ví tan sólo cuando la policia vino i prenderme y me preguntó por qué Elisa no habla ido ya i continuar su retrato. Era una persona, aun cuandt á veces galanteaba á mi mujer ... pero esto lo haeian todos No la amaba y no tenía celos. . . pero la dije que si hacia u.na tontería, sería capaz de matarla ., -l No era feliz, Gerardo f -¡Feliz !-repitió desdeñosamente.-¡ Ni ella ni yo lo éra. , IDOB! .

_:_Quizás usted la diese mala vida, la hiriese el corazón ... -J El corazón! ¡ Si no tenla corazón; tan ignoranta r deapreocupada como una niña 1 Esto me proporeionabs mli deaazones cada dia.

-Debió usted .tener paciencia con ella. ¡ tan joven! . --Si que debl. Esto es lo que me mata ahora. Yo tengo la culpa de lo que ha hecho, 988· lo que quiel'I.; pero no que ha pu;,.to fin á BUS dias. Imagino que debió caer... al como. Lo único que sé es que deade el 22 de julio no la lle vuelto á ver, ni muerta· ni vi.va.

J!J.to fué en substancia lo que Gerardo Baxter me .dijo : Y eµando el carruaje partió de la triste y sombría mandije á :Ronaldo Scott, que sentado frente á mi, me 1llinba sile¡¡c:ioeamente.

-¡Qué crees ahora, Ronaldo f -Hucho de lo que creía antea,,-me conteat6 con bastante frialdad.

-& No . C"!'es verdadera l• lllstoria f -Parece bastante plauaible. Si el cuerpo de la joven no ....,ra sido enoontrado, me sentirla inclinado á datle eré ..._ Pero el hallazgo del cuerpo prueba que debió ser y si esto se relaciona con loe fal""" informes dados J

por él. . . él mismo confi- que eran forjad06. . . y sw; oe· loo de UD hombre cuyo nombre no ha querido decir , pare<'e evidenciar su eulpabilidad.

-¡Pero él no tenía celos febril.

-Difícilmente puedo creerlo. Debía amarla cuando se e.asó oon ella. Según parece, la vícti'ma era beliisima. . . á jur.gar por el retrato.

_,Cómo lo sabes!!

-Su retráto está en todos los escaparates.

Ronaldo Soott no es del todo comunicativo. Todo cntnto pude couacguir, fueron algunas respuestas reticentea qne me hul?iesen molestado á no estar mis pensamientos en otra parte.

quieres ir ahora 1-nie preguntó de pronto.¡ A caaa f -No. Vót á una eni:..vieta á Mre . White .

-Roealla, permlteme aeonaejane que no hagas semejante eoea. Tu no aabes quién ea mujer ni dónde puede 'Vivir. Tu tío se ofenderla justamente conmigo si yo te )>eni\itiese ir á semejantes sitios, donde pulula lo peor de 18' sociedad.

El tío Tqbias no tiene neceaidad de saberlo . Y si tú pien888 que tn respetabilidad puede padecer yendo á UD aeinejante lugar, qu,édate esperándome á la puerta. d'entro del coc he y yo entraré· sola

-Si tn vas, también iré yo seguramen\e,--conteet6me con sonrisa.-Al menos má&- segura irás oonmigo . Pero conste qué proteato con tod$8 mis menas de tode esto. Entonces P.,rmiteme que tranquilice tu eoDciencia, .yo Prometo no detenerm e mlis tiempo qne el n""""8rio en Taw Álley ... no me seduce la idea de recrearme mucho !:.ªte alli.

'• • I' ... .' l .•
• 1 e 1 •

Pero necesito ver á eaa Mra White, aun cuando no crea que coll8eg1lir6 mucha ooaa en pro de mi ca1111&.

Taw Alley no es un lugar tan repugnante como yo iaul,, ginaba.

Al extremo veíase una gran extensión de terreno cubierto de césped, donde jugaban loe niñoe, y donde, en largaa cuerdas 8081lenidas por estacas, se secaba ropa de todas formas . .Y colores.

Sencillamente una pequeña calle, con pequeñas casas; pe110 la madriguera que me pint6 en mi fantasla.

El ·coche paró á la entrada d la calle, y preguntóle á la primera mujer que vi en el umbral d una C88a, 188 señas de Mr. White.

-Yo aoy Mra. White,-oontestóme la mujer, eehándon:i. una rápida y astuta mirada.

.•

-¡(1091-

Tenla ._ o,¡. llllitollel, tell llaltones,. que á cada momea. to pedla lemeNe que al 1Uelo. Y yo ali . qwi IDI& mujer de ojcil saltones hablará mientrM h..,. ano que la eecuehe.

-Bien puede usted llamarle un triste asunto, señora. Mucluia personas vienen á verme y toaoe dicen lo mismo. -¡Era tan joven y \llD

-¡Realmente lo era 1 Como yo cuan<lo tenía su oo.d.. !'ero 188 penas la transforman á una. . . las pen88, IM privaeiones y un mal marido, echan á perder la cara lllÍlll herm-. ·

Ronaldo volvió la espalda y ' empezó á dar paseos por la. acera. l1rs. White, cuya delantal iba y venía de la cintura. á looz ojoe , oamjJió da' táctica.

.

Era una mujer de tez blanca y pelo roji..O; eompadecl al difunto Mr. White "que era un caballero" en cuanto vi ásu viuda.

-Soy amiga de Mr. Baxter ... su yerno . Y deseaba verla á usted para un asunto . . . Ronaldq Seott parecla espantado de mi temeridad. Pero no se atrevió á intervenir.

El semblante de aquella mujer cambió al oir el nombre de Gerardo Baxter.

Le odiaba, lo conocí al instante en su expresión; le odia.bi., DQ embargante la "imparcialidad" que le habla captado tanto favor del tribunal.

-He oído hablar de su hija,-dije, vacilando acerca del modo de entrar en una materia tan delicada con una extraña, aun euando ésta f11ese una mujer como Mn, White. -¡Pe mi hija f-oontestóme con viveza.-¡ Y sobre qu6 f -¡ Oh, sébre todo este triste asunto 1

La mujer se llevó el delantal á loe ojOL

J

-Era mi hija ÚDiCI\ • • • 11a única. Piense usted, señora, llÍ vieoe usted ,lo ,3U• máa quiere en el mundo ahogado ... el no eoino UD perro. 1Hay C0\188 que una DO puede olvidar aunque viviese- cien años! '

Miró Ronaldo al decir "lo que más quiere . usted ea el milndo." duda pensó q ne era mi marido.

-¡Y eetaba muy cambiada su bija 1-pregunt61o, ; no .. lo que me impulsó 1 hacer esta pregunta. De nuevo la mujer me miró eon expresión astuta, -Habla estado tres &emanas en el agua, señora ... flg6rese usted si estarla cambiada . -¡ Pe'f' la reconoció, sin .quedarle la menor duda T -Yo su madre, aefíora La hubiera reconocido tan sólo por el cabello . Una ma.ta de cabello ... paede usted lajierlo visto en loe. ntntoe . . . casi todo Loncb9 lo sabe. Loo pintores le admiraban au.o CQUl-do la tachaban de de'!"'8••.. , ·'

i 11 t. !
I

-¡Usted, 'naturalmente, rt>conoci6 i:JUS vt;"Stidoe. y reoor· daría ca4a detallll de ellOfl !

De nuevo J011 penetrantes ojos de l\fre. White me ezaminaron Bonaldo, volvióee, y la miró ÍI ella. • -Sería raro que no lo recordase, viéndola á cada mo"1D81lto.

-Verdaderamente hubiera sido r¡ro: .. ¡&Sí usted conoció sus ropas inmediatamente 1

-En el mismo momento en que puse mis ojos en ella. . -¡H&Bta el medalloncito que usted la dió ... el medallón ..,e contenía cabello de su padre!

-Eao sólo me hubiese servido para reconocerla, no hahteado otra e011B,-<111ever6 rtfrs. White, con un énf&Bis que pareció innecesario.

-La pobre E lisa no tenía much&B alhaj&B. . . él no la . -i>raba nada ... absolutamente nada. -¡Seria para usted un gol pe terrible el verla de aquel -Sol

Comenzó de nue.vo la maniobra del del antal ; pero miran- . "\lo por encima de la ori ll a con más intención de la que se .._paginaba con su profundo dol or.

-Figúrese usted qué golpéseria, señora; un gol pe del ..,e no me repondré en el resto de mi vida. creo que haya nadie más digno de lástima que la ' que ha perdido su hijo Ílnieo,-<lije eentenciOllB.....,..te.

Y puse medio soberano en la mano de Mre, White, y eché á andar seguida de Ronaldo.

No hablamos una pelabni hasta no estar en .el carruaje. :r bastante lejos de Taw Alley. 1 -l Y bien !-dije ·\ll'ª mirada anl!Íoe¡< en el roetro ..·ele mi compañero. · · · -. )

·'

(111)

-¡Harías un policía de primer orden, Rosaiía . -i Pero qué piensas, Ronaldo 1 -Pieruyi,¿ijo y reclinánd011e en su rincón,-que esa mujer no ha podido jurar nada. Asi pienso yo. ..... .. -Que el cuerpo encontrado no "" el de Elisa !\Vbite .... -Igual digo. -Y que r.fra. White ha jurado una falsedad. ,-Odia á sµ yerno y le llevará á la horca, si puede ... . . ¡Crees que esa mujer sabe dónde está su hija! '

1 No, no lo creo. Se. ha limitado á identificar el cadáver, ciendo que era el de su hija, para de en yerno ... o¡ue no debía eer muy bueno rlf con la madre ni con la hija. ' 11'"Y Gérardo B8'<ter éil inocente !-exclamé con acento de.triuñfo.-¡Y tú, á ser juez suyo; le á muerte! -SegÍln y a'ómo,-<lijo Ronaldo, aonriendo por Ja primera vez desde nueetra vieita á l a cárcel.-Si el cuerpo de l a joven hubieee eido encontrado, le creído culp$ble. Pero ahora aoy de opinión que ese cadáver no es el de la joven en cuestión. :Permanecí unoe momentOfl eilencioea, disfrutando de un de alivio. • La tensión de aquellos tree di&B se relajaba; empecé á respirar de nuevo.

-¡Y cómo encontrar áElisa Baxter !-dije yo por fin . -¡Ah 1 contestó mi primo ;-; esa• es la parte más difícil del aennf,. , ' . ,

PusimOfl aviaos en todos loe periódicOfl ó en casi todOll loe de Inglaterra. ·

El juez debió quedar muy sorprendido al vor aqnellos

'• l. l. .lf ,. 1 1: 1 1 h l. ., -(11b)-
1.
.f" I "·

1 ¡ t1 r .. j , ,. ..

.-;(11•)-

(.11,J)-

-"'o en que 11e pedla á Etia que vinieae á aalnr á ou. -ndo.

L& époea fijada pan el juiaio 11e aproximaba.

Ne iataté viaitar de DUffO á Gerudo Buter; pero Ronald9 la .,,.. 'ooa freeuenaia y panela lllllJ' inlel'l!ll&do por él; 1• io...., I y qne le cree inoeenle Que Ronaldo tomará parte activa cuando llegue el juicio, eotoy oegun.

Pero en tanto que la gente crea que e l euerpo de la infortullllda E1isa Buler yace en el pequeño cementerio, donde

,, . fué enterrada el 22 de Julio, no quedará •tiBfeeha huta / no tomar veng&DZll eo el maric1o.

L& Nagre de la vietima e1- jumtieia, y á ...._ .que DO pod-. p-.r Yha á 1DÍI& aa.tea .ief B<:de Octubre, Oerarllo jazpdo.á muerte. ' •

f!" C.APl'll'OLO XI ,.. . -

Al irioienle di&, en tanto que tomaba d en. Wlá ÜllplneWL . •

Bataba lloviendo ; pero esto me afeetaba poco d8'de e( m e"'º •n aue -!l'nia una ideL

El ella aa.lierior habla t9Crito f. mía tioe dicioíndolee que "* dia sigwente eeleri11 alli ... piles Ronaldo no •-ria de ti.. ba,jar, y en Woodhay ao lllfriria yo mú de lo .qae ...,... aqul.

Mi tren no sale huta Ju tree de la tarde; por coasipieúo tengo cinco horu f. mi dispoaicicÍn, pues aun no eoo lu di.... Doe horaa me baatan para dar cu.tnplimiento á 0 mi idea ••. hacer una viirita 1eneillamente

Si el resultado de la viirita (y ul lo deeeo con toda ,mi &. ma) , haee neeeaorio mi estancia en Londres por más tiem..-. le teleg""6aré al tio Toblu . Mi tia penaará que me he vnelto loea; fiero no hay otro remedio.

Algún dia lee din\ bido lo que esto 1igniflca, quiúa • lee oatilfaga; pero al menoe lee explicará mi eondúcta.

Para el ,,_ que voy f. dar no quiero la oompaiiÍa cta.. Jtouldo a.u.

.,

i.

1'111 incomodari mucho conmigo; pero ya le he moleñad1 tan te, y quizáa acierte yendo eola. • cui ueguro q111 91ri mejor.

'

llaag, que vive en la misma casa que loe Baxter, la m11jer qup reco11oció el cadáver y declaró tan cu contra de Gi!rardo, la última persona que vi6 en vida á Eliaa. No sé los ben e ficios que t.al visit.a podrán reportar.

Un extraño impulso me fuerza ll ello. Jrlrs. llaag ha corroborado la declaración de Mrs. White, '1 '10 cree que ést.a ha obrado con falaedad.

Terminado el desayuno, me vi•to, 'lf. jlDvfo i Mariana e11 de un coche

Deopués de una larga excuniión frente i )&.)lllM, 1 eneuentro en pn!8encla d e la mujer del violini.ob..

al reeonoeimiento del cadáver, la pregunté ai eabfa que Eliaa tuviese alguna amiga 6 C<lmpañera de su edad .

M:re. Ilaag no lo sabía; crcia l ll1rs. Buter muy pueril . alocada y muy vanidosa. .

Los pintores la habían echado á perde r; no que fu ese m•>la, sino ligera é inconstante; le-daba mu chos ifügustos á s u marido.

Este no le permitia que tuviese mucho trato con los veei n911; él era una p ersona .decente, y qu erie. que ella fues e lo mismo, pero la joven obcdecia ll so instinto.

.

.Be tamb.ién alemana, lo conosoo .. su aeento; una mujer e w alegre y poco inteligente, de redondoe ojoa azulee y ..i.etlos color cáñamo.

La habitación. m117 limpia y ventilada; cuandc!. i la paerta estaba coeiendo á m4quin&, pero dejó el trabajo, ofreMidome cortésmente una·silla.

1

Pero no quiae eentanoe'; la-dije que tenla mucha pllita, y ...., le agradecerfa..mu'lh.o que me dijese cuállto lllifa......., ... Baxtc r, y si me seria posible ver la habitación en que llabian vivido.

llovió cabeza; no ereia yo pudi- nr lah: el dueño tenia la llave; no habla oido alquilada dt!llde e ntonces; puee la gent.e sentla alguna repupancia 4 .,;vir en un lugar CO'!'O aquél.

Tod? esto dicho Cl!n puro aee11to alemAn.. M'e gustó aquella, de C<!ntóme sin vacilar, cuanto aabfa aeerca de loe BuWr. De.pué& de .habermo referido todas lee punto. referenta

_,Pero no t enia ninguna amiga, ni compañera t-im1is tf.-¡ No la oyó usted hablar de ninguna intima f . . . todu lu tien en varias, cuando menos una amiga. marido no la permitía tener amistad con nadie,repitió Mn!. Haag.-Ese !'r& el principal motivo do BD,11 rcyert&eJ una dé-las coeaa que le censurábamos i él; era frlo , cruel. .. dcm&8iado orgulloso . . Aqui \(ivfa una familia .. . una familia alemana. . . el padre tocaba el violoncello en el miB1110 teatro que mi marido. Eran muy desgraéiadoe'. . . el padre bebia demasiada cerveza ... la madre ninrió . .. le loo hij08, doe trabajaban . en el teatro ... 1y una uifü, «)"' eoja. 'Mrs. Buter le tomó gran cariño i la cojita, y 6úr. queria i Mn. B8'ter con Pero el pinto' pronto puIO Unnino t .,to,; y loe Raff se llUU'Charon, al poco tiempo, D1I sé á qué' parte, ni i qué otro t.eatro. 1Pobree oriaturas 1 -¡No eabe uated dónde vivirán ahora !-pregunté an-No. . . no lo sé. El padre era un pobre deegi:aciado , siempre lleno de cerveza. No comprendo cómo pod,ia con eervar ro pu4'1to en la orqu4'1ta. Era un buen mÍUlica ... eeo el; y esto caneaba aun má lútima. · -¡Qué edad tienla la oojita 1 - Diea 6 ence añoe, una eoaa uf; pero parecla una vi,..

/ .

l. 1 1 , 1 j ,,

8e q11ed6 aoja de - -'da al fmD de u teatro, ,. p.-ntando en una pantomima. ¡ Cémo amaba i lla. Bu· ter 1 Con todo IU coru6n.

1Bra necmario ue 70 encontrue i auella niña 1 -¡No puede uated darme ningún informe para que ,. pueda encontrar i familia t No me importa gutar di nero. . . tengo macho. ¡ Y darla cualquier ooea por enoon trar i - Diña 1

Mra. Haag me miró con aorpreoa por mi excitación. ·...:...Espere usted un momento,-me dijo, 1 dejindome • de su caa&, echó escaleraa abajo.

DeepuM de un buen rato volvió Mra. Haag. -He penaado que un vecino de ahl al lado podrla darme uoticiu de loa Raff. . . aon también alemanee. . . ella ap&nas habla el i.ngltlL Me ha dicho que vive en una plaxa U... mada Friagate Lane. lo sabe, porque un dia encontró 4 una de Isa muchaelau, 1 éota se lo dijo. -¡ Muchísimas gracias !-dije presurosa, de8lieando 11.D billete de banco en Isa manoe de la buena mujer, diciend• que era para el niño qu dormla n n cunita, y disponiéndJ>. tlitio,-<lijo la mujer deteniéndoee. ae 6. salir de la ca&L -Bapero que uated no se atreveri i ir IOla i -jllÍlle eitio,-dijo la mujer deteniéndome.

1Oh, no temo nada •.. 1 • precilO que 1-aelaa6,. peD.l&lldo en la tia Ron 1 en Ronaldo, pero lintiéndome e&mo un corcel 6. quien hunden la •puela.-No puedo d-. perdiciar un momento, pu• • cueatión de vida 6 maerte; de todoe modoe le agradeseo ID bondad, 1 quida alg-n clia pueda recompensarla.

El ·cochero cerr6 la porteouela eoa una expftllión ... oerraba "" discllr10.

-U cl.lllde.-6Dnt . •" . /

-Fripte Lane, n-mero nune.

DI Isa .eeiiu lo mú ripidanÍente poeible.

Fripte eati e11&i al extremo opu..to •.. ul al mlDIS parece por la expresión de la .,.ra que poue el coehero.

Pero se encarema al pescante tlin prouunciar una qaejir,, toma lu riendas 1 parte 6. un pal41"que noe promete llteali&aruóe en el camino.

Durante el camiuo tengo tiempo de aobra para co...nt..plenamente la situación.

Debe parecer incorrecto el que 70 .,.té de8empeiiam1Ja.. el papel de agente policiaco en un asunto tan dcaacredi....._ coma el de Baxter.

Esto7 de todo punte> conforme con la proteeta de mi .,.._ mo Ronaldo mi empreoa de élite dia llevari al colmo 1u clm9-¡Ndo pelO 70 lo arrieegaria cien, mil Veee8 por el m-. objeto.

Lo qae Pueda' haeer para aalvar al hombre que IUllD¡ amo 6. pesar ·de loe pe8&l'eB, lo haré ultando por encimA .,., todoe i. olllt4cala

' r

CAPITULO XII

Cuando por último, el carruaje, después de algnnaa para tia apra inquirir el camino, se detuvo frente al número nuo ...., ao pude menos de estremeeerme al obeervar. el aombrío ' mm.ro ispecto de aquel lugar. · .- · . Tan repugnante eta, que á la idea de saltar al pavim ento íaoagoso y lleno de basura.o, eotre ·&andai:Iiii .Q dasarrapados chicuelos, para quienes el aire libre y el agua parecía un lujo. ·

El aire es infecto, de todos 108 huecos penden ropas 08tentando mil remiendos, y aqul y acullá se veo montones do mrtos de pescados y de verduras.

Samás en mi vida habla visto eoea semejante, y mi primer • impulso fué ordenarle al cochenl que volviese grupas. '

Pero pienso en el hombre cuya vida está en peligro y Hito me presta nuevo valor.

Salto d el coche, y BSpirando una bocanada de aire, y dioimdolc al Cochero que me espere, atravieso el faagoao parimento, me dirijo á la puerta.aqul loa Rafff-pregnnto á uno do loe chiqui.: Jloe quo me nldean . · )

• -(119)-

eonteata butante eorteaia,--en el número noen ... 'piao, á la dereeluL

Al penétrar en el obscuro portal, miro yacilante la empinada y esttteha escalera, que aut>e entre d.ia paredes, la aola idea de cuyo contacto me revuelve el estómago, tan graaientaa y asqucr0888 están por el roce de ·los- inquilinos de aquel tenebnllO. caserón.

Pero ea por Gerardo; este pensamiento me anima para afrontar loe horrores de la escalera, y además, siento alegria al pensar que pronto habré dejado todo aquclló á mi eapal da.

La ascensión es larga y penosa.

A media escalera la oscuridad ce casi completa; pero por fin llego á un estrecho corredor donde veo tres puertas.

"Llamo al nueve y me contestan: ''¡Adelante!'' .

Entro y qu edo agradabl emente eorprend.da ante el asco, por no decir pajcritud, que rcin°' en la guardlilla. Hay macetáe en la ventana, plantas trepadorBS adornan do las parelfes, un geráoco y un. caj ón con mu •gc>. ' Dos camas con moquistcro se ven al extremo d t!. la estancia; algunos grabados en color penden de 188 paredes ... . pero Cl!,nodo se abrió la puerta sólo me fijé. en una cosa .. . . en la muchacha que andaba por allí con ayuda de muletas, con un semblante inUlligcote aW!que envejecido, d e agudo• ojos negros y de eapso y corto

_,Se-cabello. llama usted Raff 1-la pregunté, impréi!iOoada ante aquellos ojos escudriñadores la niña caut.ament•.

-VCDP de parte de una amiga de utedcs ... .un. Haac.

_,su

-Deseaba verla á usted p orqnr usted conoció á una pcraona por la cuil esto¡¡ muy i11.tercaada. '

f·. ¡:, l. i h 1 I • -(tri)- ·
'•

l 11

-(1lo)- .

-a Qué penona 1 -Mn.. Buter. ¡No se aclHlda ooted de ella! -Si. -a Sabe 111ted dónde se encnentta ahora 7 -Ha muerto.

Mi coru6n palpitó.

El rostro de la muchacha aparecia indiferente, impulble, caal eetúpido.

-¡ Está usted segura de que ha muerto t '-1 Oh, enteramente aegurll'l Todo el mundo lo sabe. :_Puee yo sé que Yive. Fué un golpe abevido.

La muchacha me miró duramente, con brUICO cambio de expreei6n.

-Nadie sabe eao,-.inteetó intencionadamente.-¡ C6ee posible que lo sepa t

-Pensando que cuando una penona no ha muerto, m porque necesariamente eatl vivL . -; Pero no eabe todo el m¡mdo que Kn. Buter hA muerto! -¡Lo sabe UltedJ

La pregunta pareció aobreealtarla. -No sé nada de ..,,-dijo deepuéa de un momenllO. -,-Usted la quería mucho ... ¡no ea cierto 1

Loa negros ojoe brillaron un tanto¡ no e6 oon ligriU 6 nó. ·

-Y podía hacerla U8ted un gran -¡A mi no me la pega usted l-zclam6 la niña mali1D1&111ente.-Aun cuando aupiera algo no se lo diría. -¡l.e ha preguntado i uated alguien por ella 1 -No ... llllllGL &Por qú me bUlan de pnpatart J J

-(1:111)-

-rorque 9e qnÑ!an Ultelhl, y uted puede ..._ <¡ne otro cualquiera.

-Yo no eolaba alll cuando pllll6 la deagraeia,--dijo la .,¡. .fu!, dirigiéndo 1ua ojoe i la velltana y alavindoloe alli -86 eso. . Pero lli la necesitaba i usted, ella sabia ci-. enoontrarlL

Loe negros ojoe se fijaron en ml un momento, y .... TOlvieron á la ventana otra ves. •

-¡Y para qué habla de neceeitarme t -Para ayudarla, quizás. ¡Cómo se llama usted 1 -Elolaa.

-Elolaa, ¡si usted quisiera á una persona, no haría uaW cuánto eetuvieee en au mano para hacerla un favor 1 · La niña dió algunos paaoe por el ap;,..nto, con d.Nrus muletas; pero no me contestó, ni parecia tener in-. ción de ello.

-Soy amiga de Elisa Bazter. El neceeario que crea ted ·esto.

Elolaa volvió h.,¡. ml 1U1 negi;oe y brillantes ojos, miriadome de la calleza á loe piéa; pero continuando aile.nmu.

-El6!aa;4xclamé con impiuAencia,-¡ por qué hace -. ted ·esperar tanto tiempo t ¡Necesita usted algo, puedo .. car algo por usted t Soy rica, tengo mucho dinero. Sidice usted dónde estl Elisa Bazter, la daré mucho on, más que ha visto en au vida.

Era para ml una deeagradable tarea la de ofrecer Wá aquellf i¡.iña á quien no podía do admirar, por""" que pusiese i prueba mi paciencia.

Pero me guiaba un poderoso i_,,tivo, un objeto dperado; la salvaci6n de una vida cien veceo mb querida .,. ra.ml que la miL ·

-¡Y bien, Blolaat

,.., 1

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t. ,.
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!""'" . •• 11 Ja • ¡
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-(11.s)-

De pronto, ain ningb preúnbll.lq, 1e eoll6 á ll9rar ...._;,te, -; Vaya uated 1---f!Oµ<l,'!Ó,. con vehemencia.-'¡ No me b We uted más de ella;. 1º no neeeoito .de su dinero! ¡Ne .,..... que ESté usted aq,111; la odio f. usted 1 1 • -;No meiré huta qne nb me diga usted d6nde, eatf. Et;. • B&iqer !-dije con determinaci6u.-¡ He vcuido á eaberlo . :r no me iré como he venido 1 -Yo uo lo sé. Yo reco que si. -Le he dicho á usted que ha muerto . ._;.No ha muerto. Está usted mintiendo, Eloiaa. No deeeo dai'io ... Ri ella supiese para qué la busco, no le agradecería á usted su sileueio; usted la perjudica, y además dioe una falsedad.

La niña mir6me, conturbada su carita de vieja, oeeilando 1111 lágrimas en sus largas pestañas. .

Me duele roberle su se<Jreto á la fuerza; pero no hay otro medio para la verdad; ESta es mi únioa uxeusa.

-Puede usted tene r conflan•a en mi. Soy amiira de Eliaa.

Tomé una de las manecitas de la niña entre las mfae. -¡No la hará usted ningún daño .¡ 1e lo digo !-clamó ,orúltimo. '

-No, al contrario; le haré mucho bien.

Vacilaba aun, mientras yo apenas ?E11piraba, ahopda por la ansiedad .

-¡Tiene usted cara de buena !-me dijo con cierta inteneión.-No creo que la quiera n•ted hacer daño. No eé ionde EStá ahora; no me lo qniao decir para qne li me P""' pntaban .. . pero no hs muerto.

-i Y uo tiene usted idea de dónde podria eneontnrla tJJft!rUOtéle con el eora•.ón f'"lni••ntr .

-Sl . . . me pareee que podrla Wlteil verla ..ta noeha.

-1D6ndé1

La nombr6 Wl teatro que me era -Baila allí. Lleva otro 11t1mb"'- Wlted comprenckri ... pero no lo eé. . . no me lo ha diolao. • • '1 no tiene I• el pelo rubio. Viene á verme algunu v,eeee. 1Oh, espero qll8 no oe enf•de por haoorla de&cubierlD 1 ¡Si no perdc¡¡¡ase, qué ser!! de mi 1 · · Y de nuevo ac le llenaron loe ojos cl9 t6illj111&11.

lle laatim6 haber herido la conciencia de aquella niña ; pero no habla otro remedio. -No se enfadará con usted, Eloiea; lo ha hecho usted u! mayor servicio que criatura humana haya recibido ¡Sabe alguien su padre d e usted algo de e&o ! -Nadie más que yo,-<!outest6, moviendo la cabeza. -Es usted una buena muchacha. Yo quioiera tener una amiJuita como usted.

Pero estas fueron palabras imprudentCIJ, y sirvieron para ltacer más anergoe loe sollozos que saeudian aquel pobre •Qerpo.

.

-i-1 No llore usted, Eloiea 1 Seré también su amiga. Di game fo que puedo hacer por usted . he de ir en llegllida; pero volveré pronto, no la olvidaré f. usted. ¡ Quiue W>ted tomar ESto!

·

Y puse un soberano en la ;>alma de mi mano. Loe negros ojos eentellearou.

1 Para mí !-me preguntó ansiosamente. -Para usted.

Lo tmn6 presurosa, llin darme IM ·P"•i••· Tuve una d-pci6n; pero, ¡qu6 en lo que.,._,.... """°nt...J. en Frigate Lane! -i hará Ullted COD él ! -Debemos mucho alquijer,-eont.t.Sme la maeliaeha trWte acento..:....Papá no trae dinero. ·

/

Qoién cuida de la cua, Elolu. t

_,

-Yo, y Gretchen, y Eliaa. 1Oh, la cuidamos mUT bin

Pero el alquiler va subiendo mO.oho._,Y usted quol hace,-pregunttl 6. la valerosa ariatura.

--Cajas para cerillas. No pagan mucho . .. pero 7& ea al. go. En verano hago muohas; pero ahora loa dias son mUT cortoe.

Deooiendo las grasientaa eooalel'88, determinada á qua Eloisa Raff sea amiga mía.

,El dia obscurece más y más, y llueve copiosamente; el eoohoro permanece en el pescante envuelto en su impermea!Jle, demasiado furioao para molestarse en venir á abrirme Ja porte zuela.

Arrea el aballo en cuanto le doy la dirección , y me dej 0 •.aer sobre los almohadones.

¡Será posible que haya encontrado por fin á Eliaa Bextert

Paréceme extraño para ser cierto, que á veces dudo de loa informes de la cojita.

Mi corazón palpita con un sentimiento d e triunfo. Estoy contentísima de ser yo quien la haya encontrado; content.. de que Gerar<lo Baxter deba á ml su libertad.

Me pregunto, impaciente, lo que dirá Ronaldo Seott i todo esto.

Voy directamente en su busca para comunicarle lu admirables novedades.

QuizlÍS no me creerá al principio; no he visto en mi vida hombro de más calma.

Pero podemoe comprobar la verdad de lo dicho por Elolaa Raff; por mi par:te lo creo enteramente; verdad ee que yo &oy una mujer y no un indiano.

Cuando llego á 1a·puerta de la fonda, todu las luoes es tin y las camarera oruxan en varias direoci<>n .. por el agún.

J

-(125)- ' •

DICole al ooohero que me ,.pere, y pregunto 6. uno ele i. criadoe IÍ lir Ronaldo Seott est6. en caaa. Loo homb..,. miran dudosamente. :.._,Oyen ustedes t-exclam6 con impaeiencia.--Quiero ,... á lir &oaldo Seott. '

--Sir Ronaldo est6. . comiendo.

-Pero es necesario que le vea. Dele UBted mi tarjeta. El criado tomó la tarjeta; pero empezó á darla vuelta entre loa dedos. --Si quisiera UBted volver -empezó. -¡ Llolvele UBted esa tarjeta al momento 1 _,Y si se niega á r ecibi r ... ! -No se negará. El criado se aleja lentam ente; creo que cambia una .mift.. da ve impertinente inteligencia con 8U8 camaradas Pero Bonaldo no se hace esperar mucho tiempo; le ,... bajar las con semblante asombrado. Pero su expresió n me tien e sin cuidado ; lo que quería en. verle.

A no ser por los criados, me hubiese echado en sUB bra-. -Ronaldo , no hagas esa cara de espantado no oourn nada malo. Tan s61o vengo á decirte algo . .. sobre nuestro. asunto . Ronaldo frunció el entrecejo .

--Crel que marchabas hoy á W oodhay, Roaalia. -.A.si pensaba; pero no puedo irme ya. -Debieras irte á casa, querida 'quieres que te aoo• pañe á CJarleton Street 1 -Pero tu comida, Ronaldo . ... -No te preoeupes,-me contestó sonriendo.-Pero hagas eeto estar fuera de casa á estas horas. No ¡iuede permitir esto; estoy muy enfadado contigo.

'.

--¡!'ero Ronaldo, exclamé ansioaamente,-<IÍ te he de nreir eoea de 811Dl&,importaucia ! Yo he El patio ..u lleno de mmentes.

-Te acompañaré hasta Carleaton Street,-dijo Bcmllld• -toriamente obligándome i aubir al coche. lineto 'f'IÍtl. preauroeamente por BU abrigo y un minuto despus Bot

-Ronaldo, he encontrado {¡ Elisa Baxter. -¡Qué!

-Esto es, sé donde encontrarla.

·---; Oh !--<ixclama Ronaldo mucho menos excitado.-Eso ya eo diferente.

-Sí . .. pero estoy segura de qu e por esta vez la tenemos.

Y Je conté mis aventuras, la s que escuc h ó co n un sembJan1.e lleno de severidad.

Y cuando hubo terminado, en lugar d e felicitarme, me elijo meramente: ' -n...aJía , es necesario que me prom e tas no volver á hacer eooa igual en tu vida.

-¡O, Ronaldo, no me riñas; he obrado bien 1 -No; hlll! obrado mal,-r e pli có, y luego me en d erezó· una filípi ca, como yo, Rosalía Somers Scott de Woodbay, no habla sufrido en mi vida, porque no había nadi e cspaz de llaeerlo.

Y durante todo el tiempo que me estuvo sermoneando,- ' ,.; una tan gran desaprobación de mi conducta puede llamar.e eermonear,-no pude menos de apreciarlo en lo qu e valía. taa bravo , severo y tiemo á la vez, y cuán agradable debiéra 4111r, pensé, el que una mujer tuviera un hombre tal como Ronaldo Scott, por protector y por gula de su vida. y •apongo qu e esto& pe11811mientoo eran legibles en mi ..,.mblante, pues d e pronto Ronaldo, echándome una p.rofunda mirad a, sonrió ligeramente .

-Mucho me temo que no me l!lltés -uchando, Roealia. -Pensaba que es muy bonito en tl, primo Ronaldo, el ' adminilltrarme ese varapalo.

-Pero yo deaeo que pienses en el varapalo, no en mi -Y yo deseo decirme que siento mucho haber hecho lo , que bo:._hecho, pero no puedo, porque en realidad estoy contenta y agradecida por haber alcanzado tanto.

-P ero tambi én lo hubi e ras podido ha ce r conmigo, Roaalla.

-De eso no estoy seg ura .

-Pero yo sí.

-Y ahora, Ronaldo, es preciso que me acompañes Mta ... che á eec teatro.

-EsO sí qu e no lo haré, Roaalía.

'- -E ntonces t endré que ir sola .

-Tú no iris sola ni d e ningún modo. No es lugar á pro-¡ pósito pura {I ... es uno de los peores sitios de la capital, en donde no quisiera verte á tí, ni á nadi e á quien yo es tim e. -Ronaldo, yo no soy una niña.

-Hree una señora, Rosa.lía, y mi prima 1 y n ada ... na.da odria indu cirme á ll eva rte allí .

-¡Tan teIDJble lugar es !-pregunté "agamente, pensanao en la esposa d e Gerardo.

-No ea digno d e ninguna p ersooo d ecente. -Pero es menester en contrarla . . . no veo mús camino. Mañana enviaré un agente d e policía. -Pero mañana . ..

- ,-Si estll Ellita noche, también estará mañana. -¡Poro pu eden avisarla, y entonces!. -Puedo ir esta noch e, si lo dese8'1,!....repli c6 Ronaldo . mirando BU reloj.-Esta noch e quería ir con un amigo. á oir á Albaní; pero, para tranquilizarte, iré. en logar de la Op•ra . a ese teatro.

·r 1' • -(126)-
J

--:<128)-

-¡ Querido Ronaldo, si fueras tan bueno ! -Seré tan bneno,-me conteetó eonriendo i Cómo &rrade00rtelo, mi querido primo 1 . -No agradeci611domelo, 1lAiealfa.

Se aaomó al vidrio como si jamás hubiese vieto calles ilnminadaa, yo contemplaba so noble perfil, preguntándome•• no me tacharla de impertinente agufiestas.

Cuando menoe le babia aguado las distracciones de aquella noche.

. Estoy segura de que le molesta la ides de ir á ese testro, Jlistalado á un extremo de la ciudad.

_,Crees que la podrás reconocer, Ronaldo 1 -Supongo que sí, por la descripción que me has hecho y por sus retratos. '

-Yo la reconocería entre mil,-dije suspirando.

Pero Ronaldo es inaquisible, y no quise insistir. -¡Dices que ha cambiado el color de loe cabelloe 1 -Si. . . se lo tiñe, imagino. Eso la desfigurará mucho -Allí lo supongo. ·

Ouardamoe silencio hasta llegar á Carleton Street.

-Ten mucho cuidado en eeoe temibles lugares, Ronaldo, -le recomendé al despedirme de él.

-No te preocupes,-me contestó riendo.-En eitioe peores me he metido.

-¡Y cuando eabré de \í !

-Mañana temprano. ¡Supongo que por la tarde marcharás á casa!

-Eso dependerá de lo que tú hagas esta noche.

-Es necesario que te vayas á casa, Roealia · mañana te acompañaré hasta W oodhay. '

-Bien. Pero antes es necesario que me traigas · aqul á Gerardo Baxter.

Se inmutó un tanto y desvió la cara.

Miréle al ...plandor del fanl, embutido en ID pale'6, aombrero en la lllAllO.

Hay algo de noble en •te grave primo mio, algo -y frlo, qne oe recomienda á mi deacuidada fantaala, en otros penaamientoe. ,

-¡Buenas noches 1-me dijo fríamente.

-¡Buenas noches !-le contestó.

Y oe aleja.

Espero \IO haberle metido en algún peligro.

A media noche desperté peneando en ü y en Gerardo e-.. lor, y en lo qne la mañ11na podría brindar á ¡ni inquieto ruón y á mi aDBioea monte.

Mil terrones, innominadoe terrores y conjeturu craaa por mi mente.

¡Y si la cojita me hablá desorientado para prevmúrla luego'1 ·

Pero no; dominándolo todo, fiota el presentimiento de .mañana veré á -Gerardo Baxter libre.

,. •..
J
..

CAPITULO XIII

• _,Y bien, Konaldo t ·

Corrí á su encuentro, pálida y á -eneia ·de aqnelJa terrible noche de ansiedad. -La he encontrado, Roaalla. lle cubrí el roetro con '1ae manoo en un rapto de gratitUd 111 cielo.

-6 Y Gerardo Buter !

-Esta misma noche quedará libre. -; Nada sabe aun! -¡No l-<1ecamente.

Yo estaba junto á la mesa, una mano apoyada en eUa, 1to-1do á la otra parte, mirándome con singular intomdad. -4 La reconociste en aeguida t ' -No, enseguida no. Pero la vi d09Pué8. . . al ealir del ú!átro, y entonces la reconocf. -4 La hablaste! -SI. ---'¡Yeeaenet6!

¡ -Ni po00 ni mucho.

¡ i -4Pero intentaba dejar morir Íl RU n1&rido, Ronaldof J

-No. Al ul lo dijo.

-iYt61oCNs! .

-No ea 'mú que una locuela, una criatura sin pi- de jllieio. .lle eorprende que haya sido 1<! butante -ta para pegarle tamaño chasco á todo el mundo. Intentaba veng"'*' de m marido, me dijo. Este habla 808pechado de eUa -.a horribleo; pero aun así y todo, pensaba ir á reconciliarse con él; tampoco hubiese permitido que celebrase el juicio. . . siempre según eUa. Al principio pretendió no aaber nada de BD marido ... ni aun siquiera que le acusaban tiempode eu muerte; pero lf1 hice comprender bien pronto no trataba con u nimbécil. • -¡Y ha permitido que estuviese en la cárcel todo ese tie'mpo, sabiendo!

-Ella cree que tQdo esto ba sido una buena broma,-<iootest6 Ronaldd'encogiéndooe de repito que no tume ni pizca de j)lÍ\lio, y una limitada noción del bien y del mal . .. parece una chiquilla, yes la criatura más ignorante que pueda darse en el mundo. Jamás he visto cosa parecida ... la idea del cuerpo que fué identificado como seyo, parece haber sido manantial inagotable de entrcténimiento para ella. . . no podía hablar del asunto sin reinie . -¡Y sabe su madre! ...

-E lla no sabe nna palabra de su madre. Paréeeme que 110 puede Vl!r pintada á esa buena mujer. . . y esto no· oorpren1•me ·

-¡Y es tan bonita como dicen loe retratoo utobeando.

-Tiene un roetro hechrieero. -¡Te Afll8t6 !

-Indudablemente, irostará á cuantoa bombrco la •ean . ' Si tmapiré, Ronaldo Scott 110 debi6 verme.

'1 ¡ 1 • h ' ' -(1..0)-

-(132)-

_,Qué pielUIU hacer de Geranio Buter !-le prepllú deepuéB de una pauaa.

-Ahora me voy por la muchacha para llevarla al palacio de Justicia.

-; Si hubi- huido, Ronaldo 1 -¡Mi querida Roealia, tioneo de mi una idea mur pobre 1 He la precaución de hacer vigilar por la policla la e&11& donde ae hospeda. Pero no creo que tenga intención de huir.

-¡No ae sorprendió de que la hubi""es encontrado 1 :....:No me hizo muchaa preguntas, ni yo me c:a:pontaneé tampoco; mejor creo que la sorprendió no haber •ido encontrada antes.

-¡ PKueden imponerl!I algún correctivo!

-Creo que no. Es mur joven; r además dirá que DO sabía nada sobre la prisión de au marido.

· -Ronaldo,-dije titubeando de mievo ;-¡c rees quP esa joven ama á au marido!

-Me parece que aí.

No aé ai eata reapueata me agradó ó desagradó; pero me • llevé la mano al corazón. '

-¡ Po110 vete !-<l:&:clamé apreauradamente.-No perdamos un tiempo precioso; y cuando Gerardo Barler eaté en libertad, enviamelo aqui.

El rostro de Ronaldo ae obecureció; pero ae limitó á decir:

-¡Y nos iremos eata noche i Woodhay, Rosalia !

-En cuanto le haya visto.

Salió ienq que hablásemos mis; y me quedé prCR& de la ansiedad que ea de suponer.

Y paaó una hora, dos, trea .

Mn1 Waochope entró trayéndome el almuerzo, r ae lo -volvió i llevar intacto: llegó un tel.,..rama del tio Tobfaa !

-(133)-

dici6ndome que el carrua,je habla ido á la eotacl6n por m; y creo que ef earrua,je puede volver hoy á la eotación y t.eMr lo mismo; pueo ae hace ya tarde.

Empiezo á sentir que no puedo soportar eata terrible escitaci6n mental, cuando ae abre 'ta puerta vivamente, ae oierra del mismo modo, f al volverme ·Veo á Geranio But.r. de pié, á la entrada, mirándome.

Con una e:tlamación, le tiendo mis manos.

El adelanta dos paaoe, y asiéndolas, cae de rodill• l. mis piéa.

Durante un momento no podemos articular una palabra. El ha hundido su rostro en .mi falda y solloza deagarradoramente, mientras yo, asida á sus manos, tiemblo """"' un tercianario. Gerardo !-<ligo por último.-¡ Gerardo 1 Y él continúa sollozando como si tuviese destrozado el corazón. v -¡ Gerardo, me está usted matando! Todo concluyó querido; no se deje usted abatir por mí.

El levanta su llorosa y demacrada faz; una qu e no par.Ce ni aun la sombra de la que conocí hace unos meses: -t Usted me ha salvado la vida ... le darla á usted la gracias si pudiese hablar ... pero no puedo hablar! -No ttate usted·de darme las gracias, mi querido Gerardo,-dije, haciendo un violento. esfuerzo para cordinar 1u palabras.-Toda la ciilpa era mía, lo sé; pero ahora todo ha pasado.

· Miróllljl con empañados ojos, con labios que temblaban como loslmios.

-Y yo tenla interés en conaervar la vida. Hubiera sido mucho mejor para mí el morir. · -Pero es preciso que la vida tenga inter éspara tisted ¡ Por qué no hemos de tener interés en vivir, Geranio! BI. 1 f

j t ' h f.. . ·1 •• •

1111111100 se abre ante usted. . . es usted joven ¡loa cobardes • aólo desean.Ja muerte !·

No me contestó¡ continuaba arrodillado y mirándome llüadas lllS mejillas en llanto; y aun cuando yo hablase tan aaimoeamente, sentía flaquear mis piernas; mis manos bom frias como el hielo, á pesar de que mi rostro ardla.

-Usted marchará á Italia, Gerardo ¡ estudiarA usted en Roma y en Florencia¡ hará usted famoso su nombro y me hoarará á mí que soy su amiga . . Su m1t<'ilento brilló un poco ¡ pero muy poco.

.:_F., no puede ser. Soy poco como un mendigo , Lía ; y hoy doa veees pobre.

-Pt'ro yo Hoy ri ca, ¡olvida usted estoT

Movi ó In cabeza con aquel -gesto d e obstinación que l e .era pecu1iur.

-Pero escúc ham e. Cnando usted · •ea up gran artista, podrá pagárm elo todo , y con interesés, si usted quiere.

Sonrió d ébilm e nte al oir esto¡ y amboa sooreímoe y ooe miramos , bajando después la vista.

-¡Pero .!18ª desgraciada·criatura !-djio por último. ·-llfo encargaré de lela , Gerardo.

-¡Usted!

-Sí, yo. Vivirá conmigo en Woodhay , i:ni entras u sted wté en e l e xtranjero.

-¡Con usted, Lía! •

--Conmigo. Y cuando . usted gane mucho dinero , vendrá 1lllted por ella , d e ntroo de dos ó tres añoe, si trabaja usted · con constan cist.

Oerardo se est remeció, y aun de rodillas, todavía con mis manoe en las suyas, levantó loe ojoe. -,.¡M:a ha p erdonado usted, Lía! -Enteramente. ¡ Ojalá pudiese perdonarm e IÍ mi misma tan fácilment e 1

J

-(135)-

1nc1Ín6ae 7 me besó las manos apasionadamente , una detrás de otra. ..,...., Cómo puede usted dooirme q_ne viva ... cuando he perdido la única cooa que me alegraba la vida en el mundo! Contemplando aquel rootro envejecido, rooordaodo todo HU amor por mÍ, todo cn,.;.to había eufrido por este amor , una oleada de compasión se levantó en mi pecho. -¡Pobre Gerardo !-dije acariciando loe negroe ri1.oR qu e le caían sobre la frente.-¡ Pobre Gerardo ·, -¿Puede usted estimarme aun, Lía .. . un miserable como yo!

-¡Siempre le es timaré á usted,. Ge rardo . . . siempre! _,Có mo me apreció 11.Sted un dia, Lia ! I:or un momento vacilé, - clavadoe en mi semblan\e los hambrientos ojoe . -Co mo apzyciaría á un hermano Qu eri do si lo tuviese, Gerardo. Levantóoe, retirando las manoe. -, Es eso _,Letodo! parece á usted poco 1 _, Yusted puede limitar su afecto á un extremo como ese!

-Así lo espero, con el auxilio del cielo. -¡ Pues yo no puedo !--exclamó él rudamente. No pue do oofocar mi sentimiento de modo tan admirable; no puedo amarla á usted como ante un dia y como hermano al si guiente .¡ -Noeotr08 no podem08 ser más que amigoo, Gcrardo ¡' ¡wro siempre seré su mejor amiga . . . inquebrantabl e. -¡Y 70 qui ero amarla A usted,--exclam6 él apasionadaJt1f'.nte,-ta.Dto como dure mi vida Eso lo piensa usted ahora ,-...,pondi con calma , pero

1' -(134).

-(136)-

rebelado el corazón contra el amargo destino que aaf n08 11eparaba

-Lo pienao ahora y lo penaaré siempre. La amo á usted con todo mi corazón y toda mi alma; como no amaré á mu· jer alguna. ¡Es, pué&, extraño que yo no sienta ningún'interée por la vida 1

-¡Es neceeario que se vaya usted 1-le dije señalándole mi cabeza.-¡ Es necesario que marche usted al utranjero ! -¡Adorada mia, la he inHigido á ustted mucha pena, no parece usted su sombra con una contrición tan 1lpasionada como grande era su cólera de un momento an- , tes.-Me marcharé al extranjero, haré todo cuanto usted me diga. ¡ Oh, adorada mia I ¡no comprende usted cuánta es mi angustia teniendo que dejarla e nun dia como hoy 1 -Gerardo, si usted me ama , prométame obedecer lo que yo le mande.

-¡ Si la amo á usted, Lia ! -Debe usted marchar inmediatamente á Italia ... á Roma. Partirá usted mañana, le daré á usted un cheque contra mis banquer08. . . me lo pagará usted cuando regrese. Usted me l¡a infligido también sufrimient08, Gerardo; debe usted hacerme esta reparación. Es todo cuanto le pido, y quizás cuanto pueda pedirle. Usted se debe á su mujer. -No me hable usted de ella. -Pero es preciso hablar de ella. Esa joven le ama á us- , ted, Gerordo

-Peor para ella . -Sí, á menos que no se. haga usted digno de su amor. -¡De su amor, Lia ! -Es el único amor que le pertenece á usted honradamen te. Y es un precioso dón, Gerardo.

El se encogió de hombr08 con impaciencia. -Gtlrardo, ¡quiere usted hacer eso. por mí 1 J

J

---.\li usted me pidiéae la vida, se la darla sin vacilar -¡ y marcllari usted "" eeguida' -Tan pronto oomo usted quiera. No me preocopa lo,.... pueda ser de mí.

Querido Gerardo, no hablit usted así 1 f Se me d...U...,. el coruón oyéndole 1 -¡El mio está destrozado !replicó,' dejando caer la ....,.__ >.a sobre el pecho.

-Espero que oo,-dije forzando una pobre 'sonriaa. Después extendí el cheque para él con mano que t.eJllbJ.. ha; un cheque por cien libras esterlinas.

-Escríbame usted de Italia,-le dije.-Yo le cootestari para informarle sobre su mujer. Beeóme apasionadamente las manos, miróme fijamente un. buéo raio, y después, sin pronunciar una palabra, eali4 precipitadamente.

Yo hundí R>i rostro en el almohadón del sofá, y llon durante dos largas horas como si mi corazón se hiciese i pedazos .

Corrí1uuOt1 envueltos por la obscuridad, mi primo Ronalda y yo, llevados por el expreso, camino de casa.

Ronaldo está reclinado sobre loe almohadones, enfrente el sombrero flexible echado sobre loe ojos.

Estoy segura de que no duerme, á peasr de su inmovilidad, pues veo brillar sus ojos en la sombra; la lámpara qu<t pcnae sobre nuestras cabezas proyecta una luz raqultiea t

Hace dos horas que viajamos.

Transcurrida otra, llegaremos á la estación inmediata " Yattcoden, dond• noo ' espera el carruaje para oondueirn ... ; Woodhay .

......

• 1 • lt

-(138)-'

Apenas si en todo el .tra.yeeto hemoo Úhiado me.Íia dÓ..a de palabl'll8.

Bonaldo no parece muy inclinado á hablar, y yo me siento tlmiaoiado desgraciada para penaar en otra cooa que no 8Cll mi mieerill. muy abiertos loo ojoo que buscan impooiblee lon1ula!lzas.

-¿Te aburres, RoeaHa 1

La voz d e Ronaldo me sob,..,...ltó, dt••1m ét< ele llln largo wiJencio.

Casi. caxi ... ¿po r qu é me lo proguutus T Porqu e haces ca ra de aburrida.

¡Jlnii estado CHCudriñaodo mi <'n rtt f ... ligc r oare nto J e r eproch e.

).,orzosn mente se ve uno obtigado H. mirar al que tiene enfrente.

- Yo c r eí qu e lenÍH.K los oj08 ce rrados, dij e, r ecordando r.omo habín yo cxamniado t-0d.o cuanto era visible Qe s u TUBtro h a1· i1.1 unoi:J preguntá ndom e qué pensaría de mí. " ·

PuPs no Los ténía cer rndo!"I . ¡ t't\ lo que pre t P.ndíaR .saber ha ce un momento T -¿ Cuímdo !-d ije, aun c uando lo sabía pe r feeta mepte. -C uando me hacíafJ e l honor d e e xaminarme tan atentRmcntc

Trataba d e hace• lo qu e pem1abas Je mí, Ronaldo -¡Y lo sabes 1

-Creo que no. Tien es una de esas fisonomías en las qu e yo no 1>u eclo leer nada.

Moton ces t e ngo ventajas sobre tí.

¿Tú J.,.. en mi rootro 1 -Con muoha frecucncia,---eontcstó, sonri endo un poco.

- Pu es no t e envidio el estudio.-<?nqiéndome d e hombros. )

\

-(139)-

-No .. l&n 01Wpreciable. Rosalia, ¿te gu•tarfH l<llber lo que pienao de til

-Piensu que eoy una loca, 1M1g11r&JOente . . .

-En ese caso, no te gustará saberlo.

-Lo que me dijeras no podria eerme muy agradable,dije con forzada riaa.-Quieiera estar ya en Y1tt.tenden , R<>naldo . . . ¿y tú 1 -También, puesto qu e tú lo d eseas, Rosalía. ¡ tien e,¡ in umci6o de vplver á ver á ese amigo . . . Baxte r !

No. ¿Por qu é me lo pregootus 1 -Porqu e no es bu eno ni para t í, ni · pa ru é l.

Me e nfadaría si RÓnaldo no apareciese bm J.(1'11\1'. '1i nu llablase d el asunto con acento tan paternal.

-Se ha ido á Jtalia,-dije con voz eumi•a. -¿Y t e' h RS h ec ho cargo d e sn muj e r 1

-Si.

Ronuldo no t:x presa ni aprobacióri , ni demLprobaci (1n .

Me pregunto si no m e despreciará oi llo peil!larí1 qu e estoy haciendo l ocuras por un hombre qu e, d es pu és d e todo. Do ha d emostrado gran amor hacia mí. '

Casi tengo pena ,. . . casi si e nto haber Mido lo bRStnnte cobarde para no permitirle qu e m e dijese lo que p ensah•. de mi. ·

Pero t emía otra filipica , conociend o la ol>Mtimu.:i6u y locuTll de mi indi&eiplinado corazón_

-1-Rooaldo, has cumplido noblemente tu palabra,-dije. tendiéndole mi mano eoo irresistible impulso. Has sido pua ml un verdad e ro amigo, has s ufrid o ¡!M iente ment " toda. mis exigenci&H; no pienses d e mí muy mal . : .

El ee inclinó en la sombra para estrechar mi mano .

-Todoe milt eefuerr.oe han de ir dirigidos ii un solo objeto , Boealla,-eont...tóme ooo eslma, tijoo en mi su.s ser<>noo ojos_ en loe qu e \ll!ta vez puedo leer perfcctamDte .

Yo retiro la 111&110 riendo.

-"Yo te amo mucho máa que tú me amaa,"-repi&o con el poeta.

Y no hablamoe ID& palabra, huta que para el tren, y veo los farol .. de mi carruaje brillaudo eu la obecuridad, '1' á mi lae&To eoperando eu el andén; le pregunto ai en Y..itenden eatb todos buenos, y me contesta que un poco euidatlosoe, pues me esperaban en el otro tren

CAPITULO XIV

-¡No es una preeioea criatura, Oliva 1

Oliva echa una mirada al chiquitín coo roetro de qque ae agita en mi regaw, y al que estoy dando lrociada de besoe. ·

-Ciertamente es uo chiquitin hermoeo.

-¡Un chiqúitin hermoeo !-uclam6 con riente iodic-eión.-¡ Hablas de él como si fuese una mueatra de ailill presentada en una expoeicióo infantil .

Oliva est! sentada en una sillita baja junto á la vebtana Yo eo uno de los escalones de la terraza, teniendo eo hoazos, como he dicho, al sano y robusto bebé de doe añoa. El sol de septiembre alegra loe eampoe y alrededons dlt mi antigua mansión solariega, destacando los árboles cW · ' bosque sobre un cielo azul •y sin nubes; el sol di! eeptiemlin se recrea eo la sombreada terraza, eo los arenados lllOdeY en loe arriates de tlorea de mi bien cuidado jardlo, ipal que ee hace tres años, cuando mia 'enfennlsos ojaa no veliil eo lloe, oi n la luz del sol , ni en

1 , 'u j ¡ • -(140)-
J . •· .
_........_oro,-. ,

--'l lll., "' eotáa echalldo á perder, Lle !-exclamó Oliva --.ndo, complacida al propio tiempe.

-;•bario á perder! ,Verdad que ta,DO le echas á plll'der, Scott 1 l Verdad que no haris quedar mal á tu madrina 7 ¡ Cómo ai alguien pudiese echar á perder oemejante l>cndiei6n d e Dios, Oliva) 1La mitad de Isa cosas ricas que pudiera decir de él, oo se me ocurren por pobres! -¡Madrina guapal-<lijo Scotl, entre cien tarjajeos. . -:-; oli, deliciosa gorgoja !-<lltclamé riéndome y estimulándelc, besando su roeada beca, sus rubioe cabclloe, sus lindtoe rol.lizos, eo tanto que él trataba vaoameote de asir 1lll rizo, mis aretes hasta mi cort sus manee.itas inse· ..,.._-Si estuviese eo tu lugar, Oliva, oo me cansarla de .._..lo todo el dia.

-¡Y oo sé qué seria de Jacinto , de la vicaria y de la pa ft'llqllia en pleno, ·si me dedicaae á esa faena Oli.,..oon gazmoñería.

Yo tenia un deleite en mimar á mi ahijado, en parte porque es una criatura preciosa, pero principalmente porque ._ divierte oir Isa proteatae que Oliva formula aobre el

¡Se ha vuelto tan práctica desde que Cll8Ó eon Mr. Lock-

T- añoe hall hecho de la eaaquivana joven, la mú divertida matrona que baya aun pret.endido no ·aclonr á BU IUBrido, ni querer creer que BU• hijos 81111 1M eriatwu más -p«f.ectae del mundo. ,

-l Qué hará.a, pués, eon tua bijoo, el dia que 108 lenCU '1___..,a Oliva con BU preeieo tono, mirindome per elMlima .. ...Udor en que eeú bordando.

-Yo no tendré bijoo jamú. Seré una rica J vieja oolae_._, J Seott serlL mi hijo adoptivo J le dejan el W oodllaJ

,.

á

mi mu.ne, !!!!ÍJll' el ..,.nido Scott ... • Scott, Lookbart ScotL l m.07 bien , Oliva!

-SI . . . 11U"\gjl baatanlie bien,-<lOntestó Oliva sonriendo. -•Pero no e.- que llegará ' eee caso!

Espero que eso no p881lrá jamás -¡ Espe ras que tu hijo no eea d1 • W1.>oc.llut.v 1 Olivtt f

Espero qu e Woodbay sea dr algún hijo tuyo, Lí11. Yn h1111 hecho bsatante por Scott. -6 Porque le compré 110 feo serv icio d« plntn e l rliu del oauti.wl Oliva movió la cnbeza.

-Mi querida Lla , me caUBaría p cou e l pe ll881lli coto que pasaras la egoieta vida que te plantea. . Ahora iodo muy bien, mientraa eres joven y tien.. 10br:adoe amip. Pero imagina lo 101itaria que quedarlaa n ouanto fue ses baeiéndota-máo vieja, sin esposo ni hijes que te amasen y eoDJJOl-n. . . sin nadie eo el mundo qu e te tuvieoe real nit;ntl\ CJOriño, como una madre 6 una espooa P.Htán seguras a.-.i.. .

!'!i •uapiré, no oy6 Oliva por más qu e t enga un oído ......

mla, me he resignado con mi suerte hace ya aii!6n tiempo,-dije con indiferencia, mientras jugaba con loo aed- 1-les de Soott,-J deopués de todo, llO \fte pRreee una cou. tan lienlble la vWa de 1a solterona. -Pues JO piOMO que es una de las más terribles cOlllUl,replil!ó fJliva --...Ute,-una cooa muy tremenda.

-No llM oiempre lo milllllo, Oliva . Recuerdo _.... • ,....ia Ja idea del matrimonio, y querlas hace rte ddmlon de loo de1""hoo de la mujer y otras 008&8 por e l .....

-¡ Ob 1 Entonces na 1&bia JO lo que sé ahora,--coni...t6

1 ? < -(142)-
/ I
...

Oliva auavemente.-¡ Hu. visto .!guDa mujer q-Wlieado marido é hiJoa, deaeue haberee quedado aoltera, Lla f -¡Por qué trataa de ponerme en pugna con mi deatino, . Oliva malhumorada.-Hac.e ya mochó tiempo que veUJt diciendo que no quiero C8118J11M1. y no 11'º euaré. Péro entiendo aer ·feliz á mi manera. Soy. fOlia tan feliz como la mitad de las mujerea casadas que haya eÍl el mundo.

Oliva movió de nuevo 'la cabeza; pero esta vez m'8 significativamente.

-Ya quisiera que estuvieee aquí OiggeM con el té,-dijc bostezando.

-Es temp1'ltnO auD,--(\Onteat6 Oliva siu deja1· de mover J¡t aguja.

.:_No tan temprano,-Tcpliqué mirando mi reloj.-¡ Qué l1abrá muerto Ronaldol Hace ya mucho rato que no hé oído ningún tiro, ¡y tú 1 -¡Cualquiera oye nada con el eatrépito 'I"" nrmúi• tú y Scottl

-Me pareee que á esta& horaa Y!• .podía haberlo dejado,dije, no aludiendo al estrépido....'.:Salió de Cll8ll después del desayuno, hace siete horas, más qué menos.

-¡Tienes prisa en que vuelva, Lia 1 -Ninguna. Solamente que es asombroao pell88r c6ipo paaan laa horas 9in sentir. .

Oliva me miró, y la expresión de •u rostro me amoscó .u.n tanto.

-¡Puedo preguntar qué encuentras aquí de divertido 1la ·pregunté sulfurada.

-! Oh, nada 1 Solo que para nna solterona de vocación ... -Oliva, el final de todo esto será qne andemos á la greña.

-¡Dios me lihae !-exclamó Oliva con calma.-Por alli veo á sir R<>naldo qne regresa . j

- (145!-

Ya le babia visto anlea que ella hablase, cruxando el..,.. do lentamente, la eecopeta debajo del bruo Y 8UI pe119' husmeando . en torno 111110.

Llavaba una holpda blusa y groseras polainu de cu•... f . estaba muy guapo, ó al menos á mi me lo parecía.

Se acercó á la ventana.

-Justamente á hora de tomar el té, ll<>naldo.

-El té me preocupaba muy poco, Rosalla,-dijo riéndme, mientras dejaba la escopeta arrimada á la pared, vini...-.. Juego á sentai¡ae en otro escalón cerca de m1 ;-pero paeai.. ""i"tir {¡ la ceremonia como simple espectador. .

-¡Has hecho buena C&2&, ll<>naldol

-Lía esperaba que no la hiciese ll8ted,-salt6 Oliva licioaamente.

-¡Y por qué esperaba eso !-preguntó ll<>naldo, vol..-.. dooe'hacia mí.

-No la hagas caso; hoy está abeolutam•nte insoportallle, testé riendo-.y encogiéndome de hombros.

Digges ha traldo una meaita de laca, poniéndola de'ludl de mi, y deja sobre ella el servicio de té;· mia ftnu tazu '1 mantequeras de Sevrea, mis eucbarillaa, mia' tortas f&'tOritaa, apiladas en un lJlato, loa bizcochos caseros que _. le gustan á Oliva, y un cauaatillo de uvaa.

-¡Y qué hao hecho durante el día, Rosalía !-preguat.4-me Ronaldo con aparente indiferencia. ,

--Jardinear un poco y dar un paseo en coche con la tia nosa.

-¡Por qué no has venido á ren,nirte conmigo, com ome lo prometislf!!

-No rlé .

-Te estuve esp erando en el lindero del boaque ¡De veras!

...,-¡

Asl s como cumples tus promesas, Rosalia ! ,j

'\

l, l. . j.. \· l 1 ,, 1• I' r . : -(144)-

,

sihe hecho dos promeoas en mi vida.

.:_Mucho mejor, puesto que faltas á ella con tanta faciJimd_ --Quería ir, Ronaldo. o--¡ Y por qué no viniste!

A haber tenido alguna razói:t. ésta.. t"ra hin futil, que no c1ooeaba de!'Írsela; realmente por nado del mundo se la hubiera dicho á él ó ú <malquiera otm pf'rsonn.

Me bnbíu reunirlo t•on él durn11te aus e:tcul"8ioues cine.g'éticaK más de f;icn \'t•c1>s; pt•r•o últimamente me ha'cfa violenta trnturlc con lu f"rnterrtul fnmiliuridad c1ue hacía nuestras tan agradublei:; , tanto para el uno comb para el otro, ni mt•nos lo erro. d111·1mtc 1\qurllot1 tres uiios . ·

Cuando .6 (·ómo t..>Ste nurvo serl:imiento de timidez apareció en mi , me Vl'rÍa apurada pnru dt.."Cirlo.

RooaJdo sfomprl' me huhín tratodo como lt una hermana menor , e on dul ees y solfoitus man e rm• , e n las que nada había d e carácter amoroso.

Yo crt"O qu e su último intelecto d e galtmte fué e n e l tren, aquella no<'h e, hnl'ÍR niios 1 c mrndo nw acompañó á Woodhay.

_

No recuerdo una sililplt•- pnlabra 1 uno simple mirada que demostrar algo miis allfL del afec to que se puede tener á una primo. hermana.

Yo había olvidado aquello pnRado por co111plcto, quizíi! para mi era esto m{IS fácil que para él, y encontraba muy placentero el qu e Ronaldo ioterviniCffe en todas mis C'!f!88. en todas mis dificultades, aliviándome en gran manera del j)elO d e la administración de mis fio<'as, pues aun cuando no 'riña en el mismo. distrito, ni siquiera en la mi11ma comarca __..¡._ poset1i6n de Ron•ldo Balguharrie radica en EacociaTenla á Woodhay co n muéha frec uencia, y cuando 110 estaba nos t-scrfüíamos me nudo : ex tcnsoq co rtos, principal)

mente de negocios; pero cartas que yo pienao eran un gran placer pára ambos.

1- suyas lo el'llD para ml ; de eso esto7 oegura.

Durante aqnell.., tres añoe se mebicieron mú proposiciones de matrimonio de laa que puedo recordar.

Despedí á mis pretendientes Uno tras otl'o , sin remordimientos de conciencia , pues el más vanidoso de ellos no podia, jactarse del favor más minimo , ni podio pretextar razón alguna qu e hubi ese h ec ho experar una· favorahle acogida.

El único por llUien sentía algm11t simpatía, t•ra e l pohrt: Gustavo Dea n e.

Me disgustó mu cho tener que envinrl e con la s orejas gachas despu és d e todas sus s úplicas ; pe ro ni yo le hable. \Jado ett pe ranzas, ni mi meyor e n e migo podía d ecir qu e hu biese maripoileado con él.

Gustavav<e marchó al Cabo y ha vuelto ha ce mAs de uu uño; Oliva me da noticias d e él algunas veces.

Según ella, Gustavo está enamorado de la hija d e su e0ron el, una linda joven á qui en eonoci en Lopdres ; me alegraré qu e sea feliz.

Eleonora Dean e CllllÓ con Jaime Rollestons. Petra y su marido están en Ceylan. Ronaldo Scott no volvió más á la India .

Un pariente lejano, tercero ó cuarto primo de su madre, muy · viejo, murió antes de que termin111e el plazo que mi primo se hable 11jado para regresar á Calouta, dejándole la Pf808i6n de Balguharrie, una hermosa finca, en el norte de l:acoeia , la cuál él 'siempre había' esperado que fu es<> auya.

Yo no he es1.ado allá nunca ; pero he visto fotograífas del antiguo castillo, con su foso y puente levadiao, 1 lll/! agreste. y abruptas montañas destacándose en el fondo .

,, 1 1 J. ,. • . -- '

A veceo un desagradable pemamiento cruzaba mi ment. 1el de que Ronaldo puede Cll88ne cualquier die y que entonceo perderé un amigo.

Pero yo rechazo la idea con persistencia; cuando el infortunio ocurra, me sobrará tiempo para lamentarlo.

Entre tanto Ronaldo me pertenece.

El querido tío Tobiaa murió hac• dOR añot<, y d de entone"" la tia Rolla vive conmigo.

A la muerte de mi tío, los Lockhul't a>«:cndioron IÍ la reetoria

Es .muy placentero para mí tener ÍI. Oliva tan cerca, ap r.naa pa8a un dia ein que n08 veamos ; HU Seott es una cte mi!-1 mayoreo deliciaa.

Cuando estoy con el niño, nadie diría que yo soy aquella inabordable miso Somera Scott de Woodhay, aai al menOft me lo dice Oliva cuando interrumpe nu...iras · rl!gocijadaa algazaras.

Y soy baatante feliz, con una especie de felicidad negativa; me avengo á vivir, y tengo algún placer en la vida, sin el corazón, que enterré allá en el boeque el día en que fui declarada mayor de edad. ·

No he intentado revivirlo de nuevo , supongo qu e no po <lria aunque quisiera .

He amado y concluido con el amor, dí mi corazón á <fflrardo Baxter hace treo años y medio; si me quedaae algún trow de corazón que dar seria de él.

Muy hondo, lejos de las distracciones y cuidados de la vida, yace la memoria del jov én de negros oj011 , la memorill d el jov en d e negros ojos, la memoria de un hermoso y gallardo mance bo á qui en am é hac e años.

-¡No t eniaa tanta prisa por el t é, Lía !

La voz de Oliva me despertó á la r ealidad .

mny n crvjos a y exc.1ta.Ua. •.• ¡ ·, ,•·,·, hd, Lía! es d1

t•x trañ a r .

Cit•1tn1nrntr.

Y o tumbié n me : Hic.ot.o flervicJfia y ·l'.xt·itndu., ;u m t•.11nn<l11 trato di'

en el dia de ro: ui :w.a.

ll C' t''i l ncl o aprendiend o w • , H .'t' >Ílll dm·.1. 11l1 • l r1' ?:"1 uñm: . .Y me i.e1110, uh or a quf' :'v : , ntn r1· p c..... tiria , qLH' nir• fu lte el val or p:LnL l.L1

Si pudi t''it' Pviturmc tan dUI'Jt prnt'lnt Jn _pe!ro no purdo bn l'namcnt t'.

Y rlt•spul·s dH todo, c.s rurjo r lJ.U cr:!q l. :1:1 n c 1 ·í prw•ha hnbíu d e .r a.w.:•1.·J:ti·. ur.le_ ó t : _y u vccrs In con 1 ,., -d. ¡- :i· 1111p1· : l !-il'pu hasta clondc lll•gan m iH ÍU .: f' .. .,. n·· g:ir1n•ti:·:1 un monwoto d ebilidad '.'

-Hco ll, l llU Íe r cs irá llt!! r li ·!.· lu 1·::111p:m ,?b, h ermoso 1 ó nó, iré yo Aquí ti r li ¡i,•a y nlt! por un .llOmc nto •üY it. V t 1 in l! C:i dt• Rl.il"H.

L a encue ntro en e l lind o np. --1' • J 1Jll.' 1:i c!ti...,t:v.o; e l primer e.Jiu..

E stá delau lc d e l espejo. -¡E l isa!

St• \ 'O l vió e n r edondo a l oir in -j Admirfindmw., van i d r.ma.'

l•:It

l 1Hlil

·t ! 1. y

i. I' 't .' -(14&)-
J -¡ D tíade es tnrá ElisaT--dije en taJJH• W1P 1il7.wi y J c m ú."' C'ac harros. -Sup ongo tJ Ut! en sn euartu.. -¡P o bre mu c hacha !--dij e i -¡·n;r_ l• nrecl'
110
J !
au
, f •1 lit'1 ;'· , •• , r •·nmo una h · .\t , 1t1· ·itl11 1-lm..·a ,¡i.t: j·:·!'-11'• ¡ ¡ 1 1:111 1) h ,-, '1 T:•n • 61C' 1,¡-(IJ10Y.OR ru .. LJ" •

-(150)-

Acaricié sus cabclloe eon ternura. -;Pero qué criatura mú loca.., usted !-eontinué.-,NC> sabe usted que es usted nna loca 1 -¡No puedo remediarlo, Roealía oh, Rosalla ! 'Qué será de .mí si no me quiere .. . ai acaao quisiera á otra T -El no ba amado á nadie d...de que se separó de usted. querida mía. K _,Pero eómo lo sabe usted T - Lo •é. Y yo he venido para que salga usted lt tomar el t é. Séqu ese usted los ojos, y vámonos. enj ug ó los ojos obedientemente; es tan niña y tan variable d e humor como hace tres años.

En otrR." cosas ha mejorado mucho sobre su eér primero _ } 1 ísicam cn t e ha ganado en atractivos, en tanto que en HllS mnn eras, en sn educación y lenguaje, es tan diferente de lu m 11 •·h1u•lw qu e entró hace tres años en Woodhay, como In noche del dja lle pasado mu chas fatigas para 'hacer á la mujer de Ge- ,) rard o tan lwrmnsa dt' t'!>tpí ritu COt:(lO d e rostro, y el éxito htt l'l'<'O'TIJ>f'D,.:ado mi s <Jsfucrzos.

Elisn es linda como una flor y pura como ella; Ja yjei0il8 educaci ón d e Btl mfancia 'no ha logrado manchar la rutid ez de su alma . Signe s iendo un poco -.ersátil UD poco Toluntari011&, p ero co•migo siempre es obediente. Creo que lo • e rá para todo el que ame. 1T fi mí me qniere con exagerada pasión.

Si me amaria lo ruismo al saber que Geranio r.,; ........ 11• din. , es lo qu e no sé ¡ he cuidado d e que no YOJ>e ftJta ltifl-.iria ni por mi ni por nadie - ¡Qué haré s i me odime aun, Roaalia T , ,a:-;:\.nJ , qu.cr1da tnia T Bso no es l>OSi blc u•1.• ha a.umllo eo mo yo h• a mnHt á él, R osa líu . )

-'¡Pero mañana se enamorará de usted !-lu aseguré .arieado.

Ella sonrió también esto; urui' sonriaa del todo infantil .

-Si yo puruese siqwera pensarlo ...

--Querida mia, puede 1111ted estar segura. No t endrá mús ftlDedio en cuanto la vea. '

---¡Tan diferente soy de comp era entonces T

Los uules y ate rciopelados ojos me mhaban co n un•icdad; las nacaradas mejillas sonrojándose cada vez más . --Juatamente la üderencia que él podía desear, Entooees e rauatcd una nifia , querida mia; hoy es usted una muj e r, una mujer por todos conceptos , la vcrdadí'ra con¡pañera de un hombre

-¡Si yo puruese ayiidarle, Rosalia ! -Le podrá usted uyudar. ¡Vea usted cómo ha ido ndelan en su camino. . . el famoso nombre que ha hec ho 1 Y si esto ha hecho solo, 'qué no hará t e niendo qtü én le anime y le ameT Suspiró, 'l!'o ruo s i este cuadro la oprimiese bajo un p eso de felicidad .

_,Qué ha es tado usted haciendo · aquí toda lu tanh-. El.isa' -Mirarme al espejo,-eontcatóme en el ¡Qué criatura es usted riendo. _,Verdad que ea una niñada T ¡Pero ai ust ed , •upie11e, n.-ua ... I

-Ya lo 1é ... lo sé lodo, querida ruja. Esta vez faí yo la que liUSpiré, recordando á una jo\'en v...tida do &rul, con UD ramo do yjolotaa en el pecho. -Tamos á tomar el t é,-dijc echando A andar, seguida <Ir Elioa.

.Amo á la joven por Ge rardo; pero Dios sabe cuánto he aufrido viendo su croeiente hermosura, y p ell88ndo en el . '

, . í·

(1531 -

q111· In t·ciiiríi eutr<' KUS brazos , en el que bcslLní. llU.K labiOK, dt'ntro de poco , tanto que yo que<'laré olvidada. es ahora vago, como Ki mi ooruún cetu ' :rncm t er iado 1'.''ro s(• qu e t.>slno es únicamente una. tregua, que al mero de lu voz d e Gcrardo, tomarán d e nuevo vida, y m r lul'tu r al'im c:o ruo dt• costumbre. -¡ Jo sabré!--dice la joven, soñadoramente, t.m l:111to 11uc• a t1·11vcsa moo el corredor.-¡ Mañana. lo Habré! • i1 Olh•n y .Ronnlclo Scott ¡ RonalJo cou el codo 11.poyado en la. th: lu V<'nburn, mirando li ;tl' Ía lnx nubc:H, y Oliva mi l':rndo l'l s u cio ( '1•:..i1

r , c¡uiz{m,' menOR dn mí. Y H11 11a!do 1·xnmhu) í1 Btisn ton ttmtu c uriositlad a] 1 ·;11·11f)!-. 1í 111 vi·nt:mn. t.p 11· ''asi q1w ha.bín Niflo t•Jfa •·l ol.j1•!q d1 · In 1ouvN,..1wi{111 .

CAPITULO XV

-¡Oh, Resalía ! ¡por qué se h1I. pue..to wited oie "e•tidn t an feo! \ -¡Feo !-repetí echándole una qje&da.-¡l'roe ustwJ •I""' es feo, Elisa 1 -1 y Mdos ! Es el único vestido que nn 1.9. sienta á bi en , &salía .. . 1\lrs. Loeim.rt siempi·e ei;til dcscnnclo qu o a lguien lo robe, lo queme ó algo lll!i. . • -¡O h ! Oliva jamiís ha a.tmimdo mi gu(!W en vC>1l>r -Pe ro ese ·no le está á. usted b ien, Rollalía. -Querida mia, hace Jª algún tiemp o q ue no me oeupo de' cosas ;-lo cual no es cierto, pu es ,iu s hun ent.c .ñ c ht"c h o un es pec ial estudio d e qai fiaiúlt e -¡Y yo qu e ría qoe e&tt.niese o.Rted MO..Y l1 rrnosa.!-s n:r piró l a joven com;¡iderMndom.e E•tímdolo usted, ¡qué imporl1dou cml1>i1 J-1 De veras E!isa con ,•;lisa viHh· un pret.."1080 "ltesboo U>lor "l:l.-..,·c, r1n lJ, 1r 1l:u 1 , .... mia, h e emplca&lfl "° .,.:. 1..:. ...t=R 1:,1 fo-i{dta.. ,,

. •.¡ ¡, F t.' • • . ' :,. 1·
1·011 d t• hahlnr t'll cuanto nu• vit'ron, lo f: 11al vino fr. 1·01·1·ohornr s<m p ("c h w;: p rrn Oliva ticnr 1m1L t!.Xprctti1ío di' n:itur1d id a d tal , que puC'do haberme c'qnivO<!.'ldo , s 1¡111 · ti·· t(l( lo ¡lod rí no hahl n
) -

d e ustéd. ¡Croe usted que hubiese cesado en mis esfuer?.os, á menos ele no haber quedado contenta del resultado!

Sonríe al oir esto con sonrisa infantil.

-Parece usted una raia blanca,-la digo.-Pero es prec ciso que haya más color en csas mejillas, porque si no, su mnriclo ''ª í1 creer que la hemos matado uquí de hambre.

Y nn m.inuto después veo color en su rostro ¡ pero un color CJU l' :se en seguida; los profundos ojos azules pa. r:ecc n obscuros que nunca, tiemblan los encarnados labios. J1astu sus manos están temblorosas.

Darín c ualqui er cosa porque esto hubi ese terminado. ya. }li corazó n pul pita con fuerzo; un calor se me va y otro Yi cnc; eu•i •icnto haberle dicho á Digges que iluminas e la sn ln ; Pl'l'O quería qac Gcrardo .. viese á su mujer á la plena. lu z, para ((Lh ' su belleza le deslumbras e, pues co nozco que se cxn ltarít stt u t1 ís ti ca hnnginaci6n con ayucltL de mis cuidados y

Son lns iete y cuarto, á las ocho estarú aqui; he enviaíl o el earrnnje 11 la es tacióu para qu e l e traiga; esta noche se quedará rn Woodhay.

Ron nld o !1u es tado r U?.ando todo el din ; apenas hace cin co minutos <Jrt ú s 11hi ó ú su 1tnbitaci6n para n,mdurse d e liopa.

El tambi én paree<' cixc itado; no s é lo puede ocurrir]

Seguramente no debe tener celos el e ln es perada visita; hasta parece como si anhelo d p qu e hubiese llegado.

Sus maneras me cl<'SOrientan un poco, porqu e generalm ente PS grn\'e y d111'f10 de si mismo, indifrcnte á las ex t criorCR inl'lu eneias .qui· tienen el pod e r d e exci tarme 6 abatirm e {1 mí.

El 'i1°Jo Digg"s hu lt<.'C hO cuanto ha podido para· qu e la 1881:! apar,•z•·11 gmnde y <'Sp léndidam cn te alumbrada.

El !ut '{!'" 1 uei.:ndido l' O la chimeneu, refleja en todos los ; )

rincones y ' en el pavimento puJ¡.mentado; los candelabros centellean ll enos de bujías, repitiéndose en todos Jos espejOB-

• 1

He colocado á Elisa en el foco de luz sin qu e ella se haya dado cuenta, y yo estoy con ella ·esperando oir el de un móm ento á otro, moment qu e se hace mtol crable " mi pacie ncia.

-Uste<l se qu edarl1 aquí, en ¡ nto que yo salgo Íl recibirle, El.isa; tenga esto pr esent. e -¡Aquí. .. so la !-m e pregunta co n asustados ojos. -¡Querida mía, por un mome!1to ! Pero prométame us ted no mov erse: \ -¡Ni aun para ir 1:" puerta, l Wsll lía ! . -Sin moverse de este sitio para nada ... soy yo qm en debo darl e In bienvenida á Woodb ay; usted cb mprende ... -¡Oh , 1 ¡Pe ro no podría yo ir con usted 1 -No; qui ero yo ver lo antes ... por un momento ... -¡Pero no tarda r á usted mucho'!-me suplicó co n trémula sonrisa. < •

--Se Jo prometo lt usted, querida nüa .. . cosa de un minuto- . Ronaldo parece muy cuidadoso d e su toi! ettc nc¡uella 110cl10 ó qui z(lB 0 no d esee hallarse presen t e en los primeros mamentos d e la entrevista de los esposos.

La tia Rosa jamás hace su aparición h asta segundo av i , so qe la campana.

Úls ocho menos cinco, menos tr es .

Imagino oir rumor de un carruaje á lo lej os; pero él r eloj oscila con tanta fuerza qu e no estoy segura.

-¡Ya está ahi!-dijo El.isa, llcvlindose l a mano a l coraz611-¡Está UBtcd segura !

1 1 l ¡ 1 1 ' ¡,' l F '.¡I f 1' t ' f' • . •1. ' -(154)-

-¡Oh, enteramente segura!

-Entonces, quieta ... recnerde wrted lo qoe me laa...,.. metid<>,--<lije, y atravieso Ja aaJa lentamente, miraado i Jfüsa de reojo.

El cuadro es perfecto¡ to4a la luz parece concentrada en la hechic e ra figura situada enfrente de la puerta¡ eemeja mejor una visión que una criatura humana con ·aquel resplandor caye ndo de lleno sobre ou dorada cabea.. Lan1,ando un profundo suspiro, abro la puerta y me dirij o u l patio , IÍ tiempo que Gerardo Baxter, sale de las oomhras . -¡ Hi1•nv euido á Woodhay 1-lc itigo "°nriendo. Y t ermina e l temido momento.

-¡ Grn ciaR! ¡Mil graciaa !-me conte.c1ta con aquella voa: c¡ 111 · t'L'Clll.'r<l o tan bi en , y adelanta vivament e, el sombrero en_ un a ma no, t" Xt e ndida la otra para estrechar la mía ¡ n o es mi Gerardo , etrte hombre fornido , d e negra cal wllt·ru y lu en g a barba!

¡No t'S e l mancebo qu e yo roc u e rtlo , e l num ce ho <111 0 mi i111ug in ac i 6n había d e todoo l cm a tributos pOHibl es t :;eg u ram cnt e d e bo haberl e olvidado , ó é l ha ca mbi a d o ¡¡ÚBh' l'i osu n\fl' Dl t;, si es te pá lido y h c rm 080 v ii.¡itLLDt c es e l joven yo amé un dia ;'é l Gc rardo Baxtr ú <1uicn mi rica fan t11-,ín d otó d e una e te r n a juv en tud .

l•: I qu e t en go d elant e parece vi ej o pa m •U edad, huesa du. g Ufl J> ÍH i111 0. r eulmcnt e, con un n f'Np C.c i r Uc Rdlo extranjer o l' fl ¡.; us t:urcio n cs ; p ero no CH CKC jov 1.• n c illo ff. <1uien ·yo hui·c tn-s a ii os y m edi o, e l pohrc artis ta qu e me robú 1·11·orHzón en In casa d e hu ós ¡w d rK d e Mrti . y me lo cJ.•s tro1,ó <·n W oodh a y el dia d r mi ma y o r 0<lud. -: 11stt•d entrar a llí T- lt• < l igo r c t irHDdo la maoo t· iad; ,... , .cl,> t· u la c:.1bn.a la ptv•rta l11 · lo !-\a Ja.-Jie ti k ¡; J d tr:., 1·'t' (: l1

m :.i m rn t o.

J

¡ Eatá ella abl 7-pngwatóme cen cierta .amW!W><I . Sí. un momento, miráadome fijam ente. No sé lo qu e pelllUL?Íl de mi con cota kaje rolor m°""" qne Oliva quisie ra que me robaaen 6 que masen . ¡Supongo qu e me hahri usted Ólvidado!-dijo un lau l o grav e.

P o r compl c to ,-le contesté sonriend o cnriños anumtc ¡lo mi 1m1 0 qu e WJtcd lo mismo q m • usted m e ha ol widndo i mí.

RI lnovió la cabC?.a. por t oda 'P e ro y o lt: pm-te llllll m a no ' e n ln ets pa 1da, y l e i mpu lsé &ua.v e mt·n1' 1 hu.cía la pue rta. Co n ozco q ue ti ene ansia d l" en tr ur, y que s in tm h nrgo vr... .. ¡se r á po r comp asión oí mí? -E ntre uste d , le• d igo sonriendo, y l e hago ptL"Ul r , r{m do me e l t íl!°mp o p r ee.iso, tl e n mh os, p a r a. vt•r s u e. p r es ión de ncl mi rnci(Tl, q ue lu rl!o se utt. ml>in. en pN'Silm npn..,.ionn tl a, y o ir 1•\ grito \'lP Ui·1t>'ite tl e al <·n r T ''" HU"" brnzos . na te rm in a d o In (!O mida. una com1f!,, nlt•µrt• , f'O TII O hnrr. 11 111 c ho ti em po qu r n o Rl' b ahía ''TI Woc <ll rny . N i uun l m; 11 vinn g rn<l os sr.imh} un tl"H ,1 ... mif.C uh 1wlf11<\ 6 el Rt>l 1•1111w

' 1 -(156)-
::n
r OR tl"O d C'l nnl' i 1m o m ayo rd om o l'nr r " n b w.¡f1 1111c•s p n r u. h nt•1• 1·nos pom·r i;;p r ios; erro que m ulh• tliri µ-iÍ> 11nu Ki mp fo 1 ' 1i r1uhf . · A n o In t ia Rmm s<• r ió l n-t oyt'nd o fl\'f'Oh1r11R < l P G"' mrflo on r l f''l: f l"1TliPT0 1 11 111 rt• l nln\ut «Pl' eómit•n rrrwcd!h\ lo in1 mih1hl r1lah ín ' ·injncl o rnn <' h0. y nJ,ro n :t'i 1lf' f•'Ci·nrrfon rin:o. en ' 1

ciudades extranjeras ó m.-., eran sumamente divertidas, ó nos lo parecían, por su -ra de referirlas.

En cuanto á U.onaldo, jamia le babia visto· más contento que desde el preciso instante en que Gerardo entró en casa. Después d e comer, laa tnB mujeres paaamoa al ealón .

La tia U.osa se acomodó para descabezar on sueñedto en el sofá, y Elisa se sentó en on taburete á mis piés, el codo sobre mi rodilla y la mejilla apoyada en la mano, contemplando el fu ego con expresión de serena felicidad .

-Y bi en , Elisa,-dije por último,-¡ha deseansado Y• · eSe corazonci to f

-Yo cr eo qu e sí ,-eontostó un Ol! RosaJia , qu é !eliz soy!

-Qu e dure mucho esa felicidad , qu erida mía ,-dij c in clinándome 'y besándola en la frent e.

-Rosalia ,-<l:ijo ella de pronto, tom a ndo mi ruano y p osando sobre ella su mejilla ;---<¡uiÍlie ro qu e fu ese usted ton f eliz como lo soy yo esta noche.

-Qu erida , ya soy feliz,-la contes tó un tanto sorpren did a por r ep e ntino des°"

¡ Lo es usted miráodome con oj OR escr u tadores.

R ealmente lo soy. L1m z6 on ·suspiro de inequívoca Mtisfacción

Yo deseo que •ea ORted fc li• Ro•alla . . . ¡ha oído ustelf ü¡n para mí . . . y para él!

- Y y o cH t oy J411i Fm, \•icnd o la f Pli c idncl d e us trd .. .. y imy a. -¡ Y o trflO ft ll C' tí l K r<'li:d - dij o NOiÍadoram entP , S

fi j,-s 'n ,, lfr•mn ,_y .vo l'S tny segura.

t:in rt![i;:

(159)-

-Sir Rooaldo también parecia muy eontento,--0beerv6

Blia. con alguna intención; pero no me miró al decirme ..no. .

--Si; me parece qu e tenía mejor humor que de ordinario .

Justamente me hallaba peasando qné bien estaba con su aencillo traj e de mesa , con sn grave semblante y su caído bigote, risu e ñoa sus expresivos ojO&.

-Lo úni co qu e s iento, es que lleve usted es e odioso vestido,-me dijo Elian, ri endo, y levantándome UD poco l o manga.

-¡Tan fea es toy con él , Elisa 1

::-No, no . . , p e ro en fin , no está usted tan bi en como co n el blan co, 6 aquel azul floreado, 6 el d e seda rosa .

Es igual . Mañana me pondré el de seda roas. \

-¡ Pero mañana no estará Gerardo 1

Estará otro, pi en so ; así lo c reo, y UD extraño contento a gi ta mi corazón .

Mi r nrt Mv yo so nrío p a ra mi s adentros , pregsotándom e por que n o h e sentid°'nunca lo que ahmto ahora , Elisa vu el · YO la cabeza, oyendo pasos en el vestlbulo.

-¡C ree us ted que no le va á rolver á Ter má8 !-digo riendo y tirándol e de la oreja.

¡El Tiene !-<fice len ntándooe, y ooa loo ojoe fljoo en la pnert&.

Y Geranio entra un momento deepu&i ¡ P""I euando eope ro ve r entrar ú. Roonldo traa él, lll1ho ,... decepeión ¡ l'tom1Jd o hn salido á fumars e on cip:&rro .

• ¡ cr;nU: ú. .l a <l ; la. .d i... lns fl orf'q pn r <"rf' Ó fn nta.q m n..q lila blanqu ec ina ln z d el a.q tro d a In n och e.

Yo 110.hín Rnlitlo H l n t P"'" n1ri qo pretexto 00 Teftpirnr un

1 1 ! • t • . -(158)-
U.!! Oj<X
d e q ue lo <.'M. Xo he v ic::to á na di e q ue
Cf.lfl!fl r1lo p n r f'<' ÍH t' ':ita n oc h e. /

l i 1 ,

-(t6o)-

momento el aire heaco de la noebe, pero en rmliW para dejar soloa á loa amant<s e8p0808 UD rato antee de que Diggea viniese con el té.

Pero me alegro de haber salido, porque la noche '"' serena, el cielo puro, dulce y sin una nube, el aire está delicioea- • mente impregnado con el perfume de 108 claveles y IOA gos de noche.

Estaba reclinada en la balaustrada contemplando los plateadOB rayos de la luna deolizándose de rama en ramn <'.U IOI! árboles del bosque, cuando una •ombra envolvió mi cabeza y poco después ví á Ronaldo A mi lado, que regresaba, habiendo terminado su cigarro !'.1

-(161)-

-Imagino que an alepla ea lá eomH!a le bará un efecto eoporifero,--dljo BmaldD, riendO 7 encogiéndose de broa.-¡ Lla, qué preeima .-he! Precisamente pensaba 10dncirte á que saliera un rato te eucontré -¡De veras T-.itedl mirando la !<:jane perspectirn.-:Es raro que loa d- de uno ae voan tan pronto cumphdOB ... es decir, por lo mellCJll, eegún mi poca experiencia.' -Cualquiera diria que no has necesitado desear mucho, Lia.

-"Estoy dormido 6 deepleno, O estoy ante una visión.!"

., -exclamó jovialmente.-¿ Qué dichOHll C118Ualidnd te ha traído por aquí, prima!

No In casualidad , sino el altntlsmo,-lc contesté sonri endo.-He hecho por otros lo qnc en igurues circun•tnn cia.• hubi era deseado que hiciesen por mí. .. eso ce todo. -¡ Benigno el altroi6lllo !-<!X.Clnmó contemplando mi ros tro {¡ In luz de la Iuna.-Dcjém01<los solos un buen mio , Lía, ¡ nq te 1 No creo que nu11ca me hayu llnm1ulo l1ín; si et; MÍ¡ JHl lo rec uerdo.

Pero me agrada oirlo de HU grave y lit!roa voi. 'rendré que darles el té de a<1uí á poco. -¡ '1 1él , rrees tú qu e cllOR DN'eNitnn tú ... ú t•11ulqui Pr t·oi<n . . . rnientrns h'ngu.n t·l nr10 al otro T -P1•ro Ju da Ro-;a rtar í'- y llmnnrú ptll' ll q nC' lt>: traif!H D P I su yo ... ya. q1H' HI t•ostumhrr-.

-¡Lo crees -:oh·icn<lo la cabeza para mirnrle. -Tanto .. . 'ªcaso todo cuanto un corazón puede detearl -¡Lo tiene alguien eso 1 Y volví á mi contemplación de los efectos d e luna, y elije aqliellas palabras de una manCl'a soñadora, no tanto como unn pr eg unta, que como UD mierto; pero Ronaldo la contest<> tomándola PO{. pregunta.

-¡Croes tú que by alguien feliz en el mundo 1 -Si e l tener todo cuanto el corazón 4esea, es ser feliz, si. -Yo tao sólo deseo una c<lGl en este momento,--dijo Ronaldo con voz más "-.ja.. -¿Para ser feliz T -Para ser intolerablemente feliz, tanto, quo por una hora d e tn 1 felicidad, daría un& Yid& y más si tu vi eso ... este. momento no veíá sino la musa obscurn dol l>Ot1que dond e los rnyOI< cabrillean al moverse el follaje

Yo miro su grave eemhlanl.c eiu;i duro d e p erfi l, y me sol'preqde que mi corazón bit& vivam ente, y <JtH> un nuevo rc-sph1Jclor ilumine aquella hennot;a noch e de KCptiemhre -Lía,--dijo volviéndoae hada mí d e pronto ;-rno tliuna vez que amalas tanto á ... ñ <•unlquiera.:. qtw, mm cuando yo cien. lJece& m ej-O r, mil \'CCC8 mÚS qm· él . .. no podría ser pRra tí lo que el hombre era

1
1 i l 1
J
¡•

-81,-le conthú v..mte. reoordando el di& y la hora en que ae lo dije, estando ·am1iaa junto al balcón en la sala de Woodhay .. . el mimno hUe6n cuyos cristales centellean ahora á nuestra espalda -No te qoise preguntar au nomf>re entonces,-proeigoió Ronaldo,-ni te lo quiero preguntar ahora. Pero si quiero pedirte que vuelvas á coDSiderar mi demanda d eaqnel día ... <¡ue veas si te qoeda un poco de amor para mí en el ! .. ¡para mí que le amo hace tanto tiempo. ¡M corazón! · { Qué corazón 1

Mi corazón yace enterrado debajo de aquellos sombrlos {1rboles. ,cómo puedo dnrle ... cae muerto y putrefacto pedazo de mi sérY

Pero yo no tengo corazón que darte, Ronaldo ! · _,Qué no tienes !-dijo BOMiendo yo tengo más experiencia que tó, y creo que si que tienes. En un momento,---<Jn un eegundo de tiempo paréceme á mí ,-mi espíritu vuela debajo de los árboles, junto al arroyo, donde los rayos ele la luna penetran tan misterioeamete, y bu.sea hasta encontrar ,la BOlitaria tumba; la encuentra, apartn el musgo, los altos céllpedea, las bojas muertas de tres inviernos, y . . . no halla nada.

· No está al ll el corazón que enterré hace tres años; la tum- , ba no ha podido retenerlo ... ¡ea libre! -Lía, 'no tienea corazón que darme . . . ahora 1 Contemplan mi rostro,. se aproxima, me tiende SUB bra"°"·¡Y

co n un rapto que es demasiado profundo para ser descrito, alluycnto las obeelliolllldoraa memoria.o del pasado, y eaigo "º los brazos del hombre á quien realmente he amado desde el dia en que cetió de hablarme de s u amor!

FIN.

,, 1 ¡ 1 ' . j ¡ ,. ·1: ,. ' t. ' ,' 1· - ( 162)-
) \ V •

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