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Cooptación del Estado con fines individualistas o de grupo� � � � � �

anteriores variables, al entrar en contacto con las dinámicas del conflicto, se complementan y retroalimentan generando mayores escenarios y profundizando los daños generados por el conflicto.

Cooptación del Estado con fines individualistas o de grupo

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El Estado como organización política encargada de promover, proteger, respetar y garantizar los derechos de sus asociados le ha fallado al grueso de la población. Sólo aquellos grupos consolidados como factores reales de poder han tenido garantizados sus derechos, muchas veces, a costa de otros sectores que, como se señaló anteriormente, van sedimentando con el tiempo desigualdades que luego les hacen imposible, por sus propios medios, superar las condiciones de vulnerabilidad que los atrapa. Ya que, de la misma forma en que estos acumulan desigualdades y vulnerabilidades, los primeros acumulan poder y control del Estado y sus instituciones. Y, pese a las sentencias de la Corte Constitucional relativas a los derechos de las poblaciones víctimas del conflicto, en la realidad son débilmente implementadas. De hecho, la Sentencia T-025 de 2004 y los autos de seguimiento se han convertido en el símbolo de la incapacidad (o falta de voluntad) del Estado de responder por las víctimas al tiempo que protege a los victimarios. Sobre este último son claves el análisis de los acuerdos con el M19 en 1990, con las AUC en 2002 y los recientes acuerdos de paz con las FARC-EP en 2016. En todos estos acuerdos es común la ausencia, o débil respuesta, de los victimarios asentados en los poderes políticos, económicos e institucionales. Sólo la pobre respuesta de algunos grupos insurgentes ha sido el consuelo para las víctimas