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Espacio creativo
Un espacio totalmente abierto para la exposición de la creatividad de nuestros estudiantes.
Gracias a tu esfuerzo y perseverancia podrás alcanzar todas tus metas que te propongas, te invito a crecer como persona y a disfrutar los momentos del bachillerato rodeado de nuevos amigos. Tu formación integral llevará a relacionarte con las áreas académicas, deportivas, artísticas y culturales que te ayudarán a descubrir nuevas pasiones, por ello confía en que en el COBAED 27 tendrás la mejor experiencia.
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América Alcalá Romero. Reina COBAED 27 2019-2020

¡QUIERES SER TÚ?
Dentro del oso polar muestro lo que considero que pasa actualmente con el derretimiento de los polos , en el oso pardo apreciamos los incendios forestales en bosques y reservas naturales, pienso en las grandes consecuencias que estas situaciones traen a nuestro mundo. El rostro de ambos osos reflejan el sufrimiento ante el calentamiento global.


Los materiales utilizados son: colores, crayolas y lápiz 6h y 8h.
Alumna Autor: Cynthia Michel Tinoco Román. Grupo 205.
Quiero compartir este dibujo en el que plasmo un poco de nuestra realidad, una mujer que simboliza a la madre tierra, protectora a su vez, la creación del ser humano, queriendo ser cubierta por un mundo que por lo material y por la diversidad de poder y pensamientos llevan a la destrucción y pérdida de lo que algún día se nos regaló.

Esaú y Josué Grupo 406. Alumna Autor: Adriana Grupo 202.
A la edad de 14 años, siendo estudiantes de la telesecundaria de la comunidad de San Francisco Javier a la que llegó un curso de música y que nos llamó la atención fue como decidimos incursionar en este medio. Ambos iniciamos tocando la flauta intentando formar parte de una rondalla, un año después decidimos ingresar a los cursos de música que imparte la casa de la cultura y fue ahí donde aprendimos a tocar clarinete y trompeta con lo que pudimos formar parte de la banda “Real Victoria”, actualmente nos integramos a un tamborazo de la comunidad llamado “los morros”, gracias a esta experiencia y con la oportunidad que nos ha dado COBAED 27 pudimos integrarnos más de 6 jóvenes con capacidad para tocar un instrumento y logramos conformar el tamborazo “Corceles”. Para nosotros la música además de ser un gusto nos ayuda a desahogarnos, olvidar problemas y expresar nuestros sentimientos, te invitamos a que te des la oportunidad de aprender.
Con que palabras yo te explico, este dolor que siento, te fuiste, me dejaste, me olvidaste y mi corazón acabaste.
Ahora por las noches pienso en ti mujer (que daría yo, que daría yo, por de nuevo poder abrazarte)2
Intente olvidarte, perdóname mi amor te fallé, (pero esta noche me la robo y verás como te vuelves a enamorar de mí) 2
Concédeme esta noche junto a ti en mi mente, dame esta noche a tu lado mi amor, pues quiero renacer nuestro amor con la luna y cuando yo despierte tu te irás para siempre.
Alumno Autor: Elihú Alejandro Orona García Grupo 606.
Poema: DIFICIL
Es difícil expresarlo, tu estómago se revuelve, todo el día sueñas, piensas, te preguntas, te sientes satisfecha, encuentras mil respuestas, por primera vez descubres el azul del cielo, crees en los encantamientos, entiendes la definición de ¡especial!.
El corazón te habla, te envía dulces mensajes, la generosidad brota de tus manos, el mundo se vuelve diferente, el agua tiene otro color, el aire un dulce sabor, el universo te abre los brazos así se siente el amor.___
Decidí escribir este poema por la dificultad de definir que es el amor y porque difícil sería mi propia definición, un sentimiento descrito por una adolescente enamorada.
Alumna Autor: Itzel Armida Matar Ferrales Grupo 402.
Es un honor representar al Consejo Estudiantil 2019- 2020 y poder extenderte una invitación a que formes parte de nuestra familia, una escuela comprometida con el aprendizaje y la formación. Nuestro lema de Aprender, Actuar y Trascender nos hace de un Corcel mejor.
Kevin Ayala Jiménez. Grupo 602.
Cuento: “INFAUSTO”

Desde que tengo uso de razón, mi abuela Cata hacía limpias, dizque para alejar los malos espíritus; yo digo que los malos espíritus estaban en ella, porque siempre vivió encerrada en el cuartito de al lado del zaguán, ese que no tenía luz, ni ventanas, ni nada. Decía mi papá que era bruja, yo la verdad no quiero creer en eso, porque si creyera, entonces no sería lo que soy y pensaría que todavía puede estar encerrada en ese cuarto haciendo sus mezclas para empacho que tanto le gustaba hacer. Marica, la que le traía las yerbas, también contaba muchas cosas de la abuela, entre ellas, cómo es que duraba tantas y tantas horas sin dormir ni comer. Ella también aseguraba que era bruja. Cuando la abuela enfermó lo supimos de inmediato, porque ya no quiso levantarse y no dejaba de hablar sola, se la pasaba alegando no sé cuántas cosas, cosas que solo ella entendía y que parecía que se las decía a alguien más que nadie vimos, yo la verdad pienso que se volvió loca y si no era eso, poco le faltó. Cuando cayó enferma, hace tres semanas, llovió como nunca y ella se encerró para no escuchar tremendos truenos y relámpagos que alumbraban todo el rancho, ya no quiso saber nada de nada, ni de sus hierbas, ni de sus gallinas ponedoras, ni de la recién levantada de su nidal con sus 11 pollos negros; ya ni siquiera volvió a echarles su maíz, las pobres ni un huevo más han querido dar desde entonces. Y mi abuela, pos también desde entonces pareciera que se volvió otra. Días después vino Doña Santiaga, la amiga que la visitaba muy temprano cada mañana, con la que rezaba y bailaba. Movilizó toda la casa, tanto que mi mamá dejó la masa en el metate y las tortillas chamuscarse en el comal para poder hacer todo lo que ella dijo. A mí me ordenó ir por la gallina negra, esa de los once pollitos, cuando llegué con ella en los brazos, todavía alborotada por el correteo, doña Santiaga ya tenía el cuchillo en la mano y con un ademán me indicó que me retirara. Pasó mucho tiempo y por fin cuando salieron ella y mi mamá con la gallina colgando de las patas, es que pude darme cuenta de que la habían matado. No sé para que la mataban, si de cualquier manera mi abuela siguió igual o peor que antes. Ya el viernes que siguió, con mi abuela más enferma, no me despertó su bullicio, no escuché el murmullo que se oía de muchas voces juntas, igual como cuando enterraron el otro día al “angelito” que se murió, a pesar de que mi abuela antes le había sobado la panza. Así igual se oía cuando lo llevaban al panteón a reza y reza, ese murmullo interminable de voces me recordó cada viernes con doña Santiaga y mi abuela Cata. Lo que sí me despertó fue el grito de la abuela, creo que todos nos asustamos, no porque gritara, sino porque la noche anterior, parecía como muerta. Corrimos todos a verla, hasta mi papá que casi no cruzaba palabra con la abuela corrió también. Mi mamá solo sentada en la cama de mi abuela a su lado, le agarraba la mano y con la otra le abría un ojo; solo escuche que le decía a mi papá que ya tenía la muerte encima, yo no sé cómo mi mamá sabe eso, pero pues si era porque los ojos de la abuela estaban secos como los buitres, pues entonces ya estaba muerta desde hace mucho. Ahora sí que ni mi mamá, ni Doña Santiaga, ni yo mismo le atinamos, porque la abuela seguía ahí en su cama, sin moverse, pero viva. Todos pesamos que el grito aquel eran figuraciones nuestras. Y yo creo que sí, porque desde entonces no volvimos a escuchar nada. Nada proveniente del cuarto de la abuela, pero sí del techo, porque desde que enfermó se oían aleteos y dicen en el pueblo que dos pájaros extraños volaban nuestra casa, para mí eso no es novedad, siempre que mi abuela se encerraba la visitaban esos tremendos pajarotes. Tres días después Doña Santiaga vino nuevamente, trajo hartos huevos, yo pensé que nos haría de almorzar a mis hermanos y a mí, pero no; se metió al cuarto de mi abuela, mi mamá no quiso que nos acercáramos, en lugar de eso me pidió que me subiera al tapial para divisar si mi papá llegaba, yo creo que mi mamá tiene miedo de que mi papá supiera que Doña Santiaga vino, porque el día que se enteró, por poco y casi mata a golpes a mi mamá, si no hubiera sido por los vecinos que le quitan el machete a tiempo. No sé si lo que mi papá sentía era coraje, yo digo que era miedo, tenía miedo de que mi mamá aprendiera de mi abuela. Lo que él nunca supo es que sí aprendió, porque ese mismo día que por poco la mata, vinieron dos personas y le trajeron una gallina negra, se metió al cuartito aquel que usaba mi abuela cuando la visitaban y al poco rato salieron. A mi me gustó que vinieran, porque después que se fueron mi mamá me mandó a la tienda a traerle una coca chiquita, disque porque le dolía la cabeza, igualito que mi abuela cuando terminaba de hacer sus limpias, pero lo curioso es que tenía dinero para comprársela. Don Roque, el de la tienda, me preguntó por mi abuela, quizá pensó que la coca era para ella, cuando le dije que era para mi mamá se santiguó, no sé por qué lo hizo, tal vez porque le pagué con un billete. Aunque pensándolo bien, muchos se persignaban cuando oían hablar de mi abuela, ¿será que se estaban dando cuenta, como yo, de que mi mamá estaba aprendiendo? Total eso a mí no me interesó mucho, lo único que quería es que ella pudiera darme dinero para poder apostar en las canicas con mis amigos.. Cuando regresé mi abuela ya estaba bien dura. No supe ni en qué momento se murió pues yo la había dejado bien viva. La enterramos al día siguiente, no hubo tiempo de ponerle el vestido de organza que quería, porque la costurera no quiso hacérselo, es más creo que ni siquiera la cambiaron, no, pues cómo iba a ser, si nadie se arrimó ni siquiera para dar el pésame, mucho menos para ayudar a la pobre de mi mamá con mi abuela ya muerta. La enterramos en el corral de las gallinas, junto al manantial, porque el cura del pueblo no dejó que la sepultáramos en el panteón, que porque ella estaba maldita. Solo mi madre visitaba su tumba todos los días y le ponía un vaso con agua que tomaba del manantial. Igual que la tumba, mi mamá se consumió poco a poco y más cuando mi padre nos abandonó alegando no aguantar sus tristezas. Desde entonces ya nadie visita la casa, los animales se han muerto poco a poco, el manantial está lleno de sapos y la dos tumbas desaparecen a ratos bajo la hierba. Ahora que yo he vuelto al pueblo la gente me mira extraño, pues llevo puesta mi sotana negra.
Mi inspiración ha sido el pueblo en el que vivo, sus tradiciones y sus costumbres. Alumna Autor: Laura Isabel González Ibarra Grupo 602.


Actividades que puedes hacer ante la contingencia sanitaria.
Uno de los mayores problemas para la humanidad en los últimos tiempos es sin duda la Pandemia que ha invadido a todo el mundo, haciendo que las personas tengan que permanecer en casa, afrontando un encierro al que no estamos adaptados y que generalmente pueden provocar alteraciones en el ser de las personas, por ello, en COBAED 27 queremos aprovechar para invitarte a que realices actividades referentes al arte, la cultura y el deporte para que puedan ayudarte a sentirte mejor y sacarle provecho a tan angustioso momento. Lee un libro de tu agrado. Redacta en una hoja lo que sientas. Haz 30 minutos de ejercicio. Disfruta de una película o documental relevante. Aprende Inglés por medio de la música. Dibuja o pinta algo de tu agrado. Aprende a tocar algún instrumento.