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Jo s é A n to n i o Nava r r e t e
la colección de objetos arqueológicos y especímenes de historia natural que el americanista y arqueólogo francés Charles Wiener (1851-1913) recopilara en su recorrido por Perú y Bolivia entre 1875-1877, fue exhibida en la Exposición Universal de París, hecho que estimuló la apertura inmediata del Museo de las Misiones Etnográficas (1878), antecedente del Museo del Trocadero (1882). En 1880, Wiener publicó en esta ciudad, con la editorial Hachette, el libro Pérou et Bolivie, récit de voyage, en el que utilizó como base de sus ilustraciones algunas fotografías de Georges V. von Grumbkow, un fotógrafo e ingeniero civil alemán que lo acompañó en su expedición por estos dos países82. Die Ruinestätte von Tiahuanaco (1892), el primer libro sobre arqueología andina del alemán Max Uhle (1856-1944), que éste elaborara en coautoría con su compatriota Alphons Stübel (1835-1904), incluyó entre sus veinticinco ilustraciones fotográficas diez registros de los lugares visitados con crédito de Georges B. Von Grumbkow, aunque puede suponerse que las restantes fotografías, correspondientes a estelas y esculturas de piedra, también fueron hechas por el mismo autor83. Un año después de la publicación del libro de Squier, en 1878, salió a la luz en Quito, editada por la Imprenta del Clero, la primera obra de arqueología ecuatoriana, el Estudio histórico sobre los cañaris, antiguos pobladores de la provincia del Azuay en la República del Ecuador, debida a la autoría del iniciador de los estudios arqueológicos en ese país, arzobispo Federico González Suárez (1844-1917). La sobresaliente labor de investigación arqueológica de González Suárez, quien se esforzó por hacer un trabajo científico basado en la sistematización de la información recogida y la aplicación del método inductivo, se extendió durante los años siguientes y tuvo dos momentos sobresalientes posteriores: la publicación por la misma imprenta, entre 18901903, de su Historia General de la República del Ecuador, en siete tomos y un atlas arqueológico con dibujos y texto que complementaba al primero; y la fundación, en 1906, de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos, la cual impulsó notablemente la arqueología ecuatoriana84. 82 El libro contiene más de 1,100 grabados, 27 mapas y 18 planos. 83 A. Stübel; M. Uhle. Die Ruinenstätte von Tiahuanaco im Hochlande des alten Perú, eine kulturegeschichtliche Studie (Mit Einer Karte und 42 Tafeln in Lichtdruck), Leipzig: Verlag Von Karl W. Hiersemann, 1892. Otra edición igual a la anterior se hizo en Breslau por Von C. T. Wiskott en el mismo año, por lo que ambas podrían ser simultáneas. Una breve descripción del perfil del fotógrafo se puede localizar en: Daniel Buck. Pioneer Photography in Bolivia: Directory of Daguerreotypists & Photographers, 1840s-1930s. En: <http://ourworld. compuserve.com/homepages/dbuck/>. 84 José Echeverría Almeida. “La construcción de lo prehispánico. Aproximación antropológica a la