S e g u n d a s J o r n a d a s s o b r e F o t o g r a f í a
virtiéndose en el testimonio gráfico de diversos hechos como los terremotos de 1918 y 1922, fiestas de la primavera, actos públicos, o bien, presentando en sociedad a las más distinguidas señoritas copiapinas a través de elegantes retratos. También solían aparecer vistas de Copiapó y paisajes rurales cercanos a la ciudad. Las imágenes del terremoto del 4 de diciembre de 1918, que sacudió a la ciudad a las 7:45 de la mañana, son un valioso testimonio grafico de la violencia del sismo. La revista Sucesos, en su edición del 19 de diciembre de 1918, publicó un reportaje de cuatro páginas, con 45 imágenes del terremoto, captadas por el fotógrafo. Presentadas en un estilo sensacionalista, muy propio de esta revista, cuya atención está puesta en la contingencia y en los aspectos más extremos de los acontecimientos: acercamientos a la destrucción de la ciudad, reos trabajando en la demolición de casas, mujeres rezando, etc. Al final de la primera serie de imágenes publicadas por Sucesos se puede leer: “El corresponsal gráfico de Sucesos, Sr. J. Olivares Valdivia, que fijó en su objetivo todos los destrozos causados por el terremoto. Quien se interese por la colección completa puede dirigirse a casilla 203, Copiapó”, cerrando estas líneas con un retrato del fotógrafo. La revista Zig Zag, también publicó 12 fotografías de Olivares Valdivia en su edición del 21 de diciembre de 1918, pero sin identificar al autor y bajo el titulo “La desgracia de Copiapó”. Otro uso que se le dio a estas imágenes del terremoto captadas por Olivares Valdivia fue el que realizó el alcalde de Copiapó, Horacio Berger, “para hacer campaña en Santiago a favor de Copiapó”10. El 11 de noviembre de 1922, el norte chico es nuevamente azotado por uno terremoto aún más violento. Este afectó a gran parte de las provincias de Atacama y Coquimbo, cuyos puertos, Chañaral, Caldera, Huasco y Coquimbo, además, sufrieron los efectos de un maremoto11. Para el año 1922 Olivares Valdivia, ya no avisaba comercialmente su vinculación con las revistas Zig Zag y Sucesos. Sin embargo, fotografió igualmente el terremoto. El diario El Atacameño publicó el siguiente aviso: “Fotografías del terremoto. La primeras fotografías del terremoto, muertos, heridos y destrucción gráfica completa de la ciudad, vende a $ 1 c/u la fotografía Olivares Valdivia, Atacama, frente al cuartel de bomberos”. A días de ocurrido el terremoto más violento que en Copiapó se tenga memoria, Olivares Valdivia salió con su cámara a tomar “las primeras fotografías”. Sin embargo de este registro sólo conocemos 12 imágenes, ignorando el número total de la serie y otros usos que estas fotografías hayan tenido. El trabajo como corresponsal gráfico dejó un sello en la actividad fotográfica-comercial de Olivares Valdivia que continuó explotando durante la década del 20 y 30. Este tuvo que ver con aprovechar la inmensidad de la vida cotidiana y privada de Copiapó, dejando preciosos registros de momentos sociales y de intimidad. Así fue como comenzó a fotografiar las tertulias, fiestas, las visitas de los presidentes y en ocasiones usó la galería de su taller para mostrar los acontecimientos que conmovían a la ciudad.
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