Fotografía en Uruguay. Historia y usos sociales. 1840-1930.

Page 53

f o t o g r afía

e n

u r u g ua y .

his t o r ia

Emergencia y subordinación. Las mujeres fotógrafas La extensión del uso recreativo y lúdico de la fotografía habilitó un espacio reducido y marginal para las mujeres de clase alta. Los fabricantes comenzaron a elaborar aparatos “femeninos”, adaptados al rol discreto y secundario que se consideraba debían jugar en la sociedad. Así, la casa Pablo Ferrando sostenía en 1912 que “el mejor obsequio que se puede ofrecer a una señorita, es una preciosa cartera de mano ‘ENSIGNETTE’ la que contiene una diminuta y excelente cámara fotográfica, sumamente sencilla de operar”. Las mujeres aficionadas también participaron de las exposiciones de “fotografía artística” que comenzaron a realizarse en la década del Novecientos. Los organizadores de la muestra del Foto Club de 1903 destacaron la participación femenina como un fenómeno inusual y positivo: “el temor que se tuvo al principio de que fuera corto el número de señoritas aficionadas ha desaparecido completamente pues ya el Foto Club está en posesión de algunos trabajos salidos de manos de distinguidas niñas”. A esta participación reducida hay que agregarle el carácter subordinado. La concepción dominante en el campo de la fotografía –como en tantos otros- establecía que su producción era inferior en calidad a la masculina, y esto provocó que en ocasiones los concursos fotográficos fijaran categorías especiales para “señoras aficionadas y niños”. [“Foto-Club”, El Día, 23 de mayo de 1903; “Nuestro concurso fotográfico. Bases”, La semana, 17 de junio de 1911.]

“adoptado por los principales fotógrafos profesionales y un argumento en su favor para el aficionado”-, ampliadoras para negativos y cámaras “viajeras” o modelo “turista”. Estas eran de objetivos intercambiables y estaban construidas para utilizar con trípode y placas no menores al formato medio.22 En lo que respecta a las cámaras de bolsillo -denominación publicitaria que hacía hinca-

106

9. Cámara Kodak de bolsillo. La aparición de las cámaras de tamaños más reducidos también colaboró en acercar la fotografía a un público más amplio.

y

us o s

s o cial e s .

1 8 4 0 - 1 9 3 0 .

pié en su tamaño reducido en comparación con las cámaras más comunes- la casa Pablo Ferrando también comercializaba otros modelos de estos “graciosos aparatos”. No medían más que diez centímetros en su parte más larga, pese a lo cual podían lograr negativos de cuatro y medio por seis centímetros, que podían ampliarse “hasta el formato 50 x 60 cms.”.23 Otra novedad introducida en Uruguay a comienzos de la década de 1910 fue la posibilidad de reproducir fotográficamente los colores del espectro lumínico. Desde fines del siglo XIX la cuestión de la “fotografía en colores” era abordada en los medios de prensa y las revistas de fotografía para aficionados que circulaban en el Río de la Plata, informando sobre las novedades producidas en el campo internacional.24 En 1904 el diario El Día anunció una exposición de fotografías policromas en París, afirmando que cuando entraran en el mercado uruguayo “las placas convenientemente preparadas […] cualquiera podrá procurarse retratos y paisajes con sus colores naturales”.25 En 1912 la casa Pablo Ferrando celebraba la novedad en la primera página de su catálogo comercial: “La fotografía en colores!!... Al alcance de todos los aficionados a la fotografía”. Debido al “creciente interés” que había despertado entre quienes se dedicaban al “arte fotográfico” y las dificultades que presentaba su realización, ofrecía una detallada descripción de todos los pasos necesarios –desde la colocación de la placa en el chasis hasta el revelado final- para lograr autocromos, así como la experiencia de su servicio de laboratorio para alcanzar los mejores resultados con ese proceso. Las “placas Lumière Autocrómas” se vendían en paquetes de a cuatro, en

4 .

A fici o n a d o s

a

la

f o t o g r afía .

Cuarenta fotogramas por segundo. El cine y los aficionados

10. Caricaturas para montar sobre fotografías. Los productos ofrecidos por los establecimientos fotográficos a comienzos del siglo XX incluían una gran variedad de accesorios lúdicos.

formatos que podían alcanzar hasta los dieciocho por veinticuatro centímetros.26 El mercado fotográfico uruguayo en la década de 1910 ofrecía una variedad de productos mucho más amplia. Pablo Ferrando vendía cámaras estereoscópicas y de fuelle a precios muy diversos. Además de ello, cámaras de “de detective” de valor económico, cámaras “viajeras”, trípodes, fuelles, linternas de ampliación y proyección para negativos, once tipos de papel fotográfico, ocho tipos de estereoscopios, placas, postales sensibles, reveladores y otro tipo de productos químicos, lámparas para laboratorios, pinceles, colores y estuches para retoque, “sellos de colores transparentes a la acuarela” para la iluminación de fotografías por parte de aficionados inexpertos, fondos plegables de papel o de tela pintados al óleo, “cielos peculiares” –viñetas de impresión con formas de nubes para montar sobre fotografías-, “foto-caricaturas para

En 1899 una crónica de La Tribuna Popular señaló la creciente preocupación de los aficionados a la fotografía por el aumento constante de los precios de las cámaras y otros productos fotográficos. Muy pronto, sostenía, hacer “fotografías que valgan la pena” sería una cosa mucho más complicada, y las cámaras actuales iban a quedar relegadas “a la categoría de juguetes propios solo para chicos de escuela”. La causa de ello era la introducción de la “fotografía animada, o sea el cinematógrafo”. Gracias al perfeccionamiento y la simplificación de sus mecanismos, este aparato “se encuentra ya casi al alcance de todo el mundo”, y en poco tiempo “los turistas no viajaran armados de Kodak, sino de cámaras capaces de sacar 40 fotografías por segundo; al volver a sus casas podrán enseñar a sus familias y amigos cuadros completos animados de lo que vieron y fotografiaron durante sus viajes”. El uso de la “fotografía animada” por parte de los aficionados lograría que “a la vuelta de dos o tres años no habrá acontecimiento importante del cual no quede memoria palpitante y real”. Este relato de los avances tecnológicos y las posibilidades documentales de las primeras cámaras cinematográficas -que reproducían imágenes en movimiento pero todavía no sonidos- es exagerado, pero da cuenta del carácter prácticamente indiferenciado que el cine tuvo en sus inicios con respecto a la fotografía. La generación de aficionados surgida gracias al abaratamiento y la simplificación de las cámaras tenía en el cinematógrafo una nueva posibilidad para documentar su cotidianeidad: “este aparato está destinado a producir una verdadera revolución en la fotografía. […] Hoy el aficionado puede fotografiar escenas en movimiento, juegos de niños, reuniones de familia”. La óptica Garese y Crispo organizó en 1902 un salón especial para proyección de cine y ofreció a sus clientes servicio de laboratorio para el revelado de sus películas. En 1910 el Foto Club de Montevideo presupuestó la instalación de un proyector de cine en su sede, y ese mismo año, durante la inauguración de su exposición fotográfica en el Ateneo de Montevideo, realizó “proyecciones luminosas y cinematográficas”. Por otra parte, ya a fines del siglo XIX se organizaban en Montevideo espectáculos de cine. Según comentaba La Tribuna Popular “sea dicho en honor de la verdad; el aparatito ese, nos presenta cosas admirables. […] El efecto es maravilloso y confesamos que la emoción de lo desconocido nos estremeció”. [“Los aficionados a la fotografía”, La Tribuna Popular, 9 de febrero de 1899; “Crono de bolsillo- Nuevo cinematógrafo”, Catálogo General de Garese y Crispo, op. cit., p. 28; “FotoClub. La fiesta de anoche”, El Día, 21 de julio de 1910; “Arte y artistas”, La Tribuna Popular, 26 de abril de 1899.] 107


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.