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58. Parque Urbano, lago artificial y Castillo., año 1916.
57. Baños de la playa Ramírez, año 1920 (aprox.).
el país, un lugar “lindo para vivir, para negociar y hacer fortuna y para pasear”.60 Así, los espacios de esparcimiento y balnearios en Montevideo y el interior eran incluidos en las imágenes, cuya leyenda muchas veces contenía adjetivos como “pintoresco” o “hermoso”. Convertir a Montevideo en una ciudad balnearia era una de las ideas que el reformismo impulsó, viendo en la actividad turística un área redituable, además de una fuente de bienestar social. El gobierno y algunas empresas llevaron a cabo desde fines del siglo XIX obras como la creación de balnearios en la costa, la instalación de parques, paseos y ramblas,
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así como de hoteles, que intentaban fortalecer esta actividad.61 Según Nelly Da Cunha, durante estas primeras décadas el turismo tuvo un lento pero sostenido desarrollo en el país, siendo principalmente dedicado al público regional. Hasta 1933 no existía un organismo estatal dedicado exclusivamente a la promoción turística, por lo tanto, esta función era cumplida por las oficinas públicas de promoción del país que hemos mencionado, o por organizaciones privadas como el Touring Club Uruguayo, o diferentes empresas.62 Los espacios de esparcimiento eran uno de los tópicos que ya aparecían en las primeras
colecciones de vistas en la década de 1860. Su desarrollo y jerarquización en el espacio urbano a través de las décadas siguientes se vio reflejada en las publicaciones promocionales, que reproducían con especial interés parques, plazas y ramblas de Montevideo y ciudades del interior. Las imágenes son ilustrativas del valor que tenía para la ciudad de Montevideo la transformación urbanística que estaba en proceso y que enfatizaba los espacios libres, por su valor turístico y ornamental. Es de destacar que en este tipo de imágenes solían aparecer personas, y se intercalaban las fotografías de paisaje con las de eventos sociales, quizás como una muestra de que se trataba de espacios destinados a la vida social, en contraste con los paisajes -por ejemplo, de las sierras- que pretendían mostrarse agrestes.63 Según Nelly da Cunha, hacia 1920 la industria del turismo inició una etapa de expansión a nivel nacional. En este período comenzaron a aparecer publicaciones que enfatizaban especialmente lo turístico. Estos folletos contenían textos cortos
y
fu e r a
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f r o n t e r as .
59. Avenida Luis Morquio hacia el Parque José Batlle y Ordóñez, década de 1920 (aprox.).
y específicos sobre las peculiaridades de balnearios y paseos, y estaban dedicadas especialmente al visitante ocasional y ocioso, tanto nacional como regional y extrarregional. En ellas, las imágenes ganaban terreno, en un intento de presentar el paisaje y los establecimientos turísticos de manera atractiva. Para ello se aprovechaban las mejoras técnicas en la fotografía y la impresión que posibilitaban, por ejemplo, incorporar el color, así como captar el movimiento y por lo tanto reproducir personas con poses más espontáneas. El folleto impreso por Jesús Cubela en 1920 promocionando a Punta del Este y su entorno es un ejemplo de este fenómeno.64 La presencia de personas en las fotografías de estos balnearios cumplían varias funciones. Por una parte, mostrar un espacio poblado y por lo tanto con un cierto grado de vida social -lo cual se explotaba como un elemento de la atracción turística-. Por otro lado, -y al incluir sus nombres propios-, colaboraba con promocionarlos como el destino de muchas de las personalidades más reconocidas de la clase alta uruguaya.
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